Tercero. 7a parte
Una noche interesante e inolvidable. .
La Cena
Paul y Grace se pararon al vernos llegar a la mesa.
– Que linda pareja! – exclamó Grace.
– Hola, gusto conocerte – le dijo Paul a mi hermana estrechando su mano.
– Hola – dije saludando a Grace con un beso en la mejilla. Paul había corrido la silla para que mi hermana se sentara. Hice lo mismo con Grace y después nos estrechamos las manos con Paul. Me di cuenta que a Paul le encantó mi hermana, no dejaba de mirarla. A Grace también le había gustado, estaba encantada con ella.
Después del aperitivo la tensión bajó un poco. Con la carta mi hermana no la miró siquiera,
– Pide tú, ya sabes que me gusta – me dijo como en un susurro pero que se escuchó claramente. Después de la cena la conversación se había relajado y versaba sobre diferentes tópicos.
– Porqué no vamos al departamento? – preguntó Paul después de pagar la cuenta.
– Si, claro – dije mirando a mi hermana, mientras ella por debajo de la mesa me daba un pellizco en el muslo.
– Que buena idea – dijo feliz Grace levantándose de la silla. Paul detrás de mí hermana corrió la silla para que mi hermana no tuviera problemas para pararse.
– Vamos al baño? – le preguntó Grace a mi hermana estirando su mano.
– Sí – dijo mi hermana tomando la mano de Grace y se marcharon juntas.
– Qué linda es tu hermana, tiene algo especial que me atrae mucho – dijo Paul encendiendo un cigarrillo mientras esperábamos a la salida.
– Vamos – dijo Grace cuando ellas llegaron de la mano.
– Sube tu con Paul adelante, nosotras atrás – dijo Grace cuando llegamos al auto. Las escuchaba conversar pero no entendía lo que hablaban, una porque no me interesaba y la otra porque Paul me hablaba, además de lo que significaba llegar al departamento con mi hermana, algo que ella no quería.
Después de estacionar, Paul se bajó a abrir la puerta trasera para que bajarara mi hermana y yo hice lo mismo con Grace.
Mientras Paul cerraba el auto, Grace con mi hermana caminaban de la mano hacia los ascensores.
En el departamento Grace se sacó los zapatos de entrada.
– Estos zapatos me gustan pero me matan – dijo riendo a mi hermana.
– A mi me pasa lo mismo, estoy acostumbrada a usar zapatillas – dijo mi hermana sacándose los zapatos con taco a los que no estaba acostumbrada.
Nosotros también no sacamos los zapatos, Paul preocupado de mi hermana le ayudó a sacarse un tapado dejando su cuello y sus hombros desnudos. Mi hermana se veía preciosa, el vestido tipo evasé corto, a medio muslo la hacía verse encantadora. Grace lucia un traje color conchovino de espaldas abierta hasta el coxis, ajustado a las caderas, un poco más arriba de la rodilla y abierto al costado por donde la pierna de Grace se mostraba en toda su hermosura.
– Paul, pon música mientras preparo unos tragos – dijo Grace llevándose a mi hermana de la mano a la cocina.
– Cada vez más me gusta tu hermana, nunca he conocido una mujer como ella, además de Grace – dijo Paul.
– A mi me pasa lo mismo, nunca la había visto más linda que ahora – dije.
Llegaron ellas con los tragos, para Paul un whisky con hielo, a mi me pasó mi hermana un » clavo oxidado » que prepara Grace y que a mi me gusta mucho. Para ellas preparó unos tragos con frutas.
Al sentarnos en el sofá, la falda corta de mi hermana dejó sus muslos expuestos casi en su totalidad y ella tenía lindas piernas. Para Paul que estaba sentado en el sillón de enfrente era todo un espectáculo. Grace, que se sentó en el otro sillón delante mío, su falda abierta al costado se fue hacia el otro lado, dejándome ver que ella no usaba ropa interior.
Después de unos tragos y la conversación más amena, Grace se paró y le dijo a Paul que quería bailar, era un lento romántico.
– Quieres bailar? – le pregunté a mi hermana parándose y sacándola a bailar, el perfume de ella, su aroma propio que la hacia especial, su calor corporal, su pubis contra el mío me produjo una erección.
Paul y Grace se besaban bailando, hice lo mismo, besando suavemente en los labios a mi hermana, beso que ella me devolvió y se transformó en apasionado. Creo que además influyó el que hacía tiempo que no nos besabamos. Cuando terminó el disco nos dimos cuenta que ellos estaban parados mirándonos.
– Qué lindos se ven – dijo Grace aplaudiendo, mi hermana se puso roja.
– Ven, baila conmigo – le dijo Grace a mi hermana tomándola de la mano cuando comenzó el otro disco. Nos sentamos en el sofá a conversar con Paul para que no fuera tan evidente que las íbamos a mira.
Comenzaron a moverse lentamente, Grace la tomó de la cintura y mi hermana puso sus manos sobre el pecho de Grace. Ella hace siempre lo mismo cuando alguien trata de apretarla mucho o por algún motivo no le gusta la persona con la que baila. Sólo que ahora puso sus manos sobre los senos de Grace, que tampoco usaba brasier y la tela era sedosa. Por lo que mi hermana sacó las manos y pasó los brazos por el cuello de Grace. Estaban mejilla con mejilla y algo le decía ella a mi hermana. Las manos de Grace estaban algo más bajo de la cintura de mi hermana y la apretaba contra ella en unos movimientos sensuales. De pronto vi que Grace la besaba en la mejilla mientras seguían bailando, los besos se aproximaron hasta los labios en donde la lengua de Grace rozaba los labios de mi hermana. En un momento mi hermana abrió los labios y Grace metió su lengua que mi hermana la chupó.
La erección inicial que había perdido fuerza, al verlas besarse recuperó su dureza.
Terminó el disco y ellas se quedaron abrazadas, como si les costará separarse.
Al comenzar el otro disco Grace me sacó a bailar a mí y Paul a mi hermana. Grace se pegó a mí, sintiendo mi erección comenzó con movimientos sexis, rozando mi miembro con su vulva, yo sabía que estaba desnuda debajo del vestido, pensé en sacar mi miembro y ponerlo por entremedio del vestido. Grace me tomaba por las nalgas y me apretaba contra ella, tanto roce me tenía loco. Por suerte terminó la canción y me tomé mi trago de un viaje y le pasé el de ella a mi hermana. Nos sentamos en el sofá y ella puso su cabeza en mi hombro, la abracé y le di un beso en los labios, estaba roja y la sentí alterada. Debe haber sentido el miembro de Paul durante toda la canción.
Al comenzar la otra canción, Paul le pidió bailar a lo que mi hermana rehusó porque estaba cansada. Entonces comenzaron a bailar ellos, se besaban apasionadamente, Paul soltó el tirante del vestido que pasaba por el cuello y el vestido cayó hasta la cintura dejando sus pechos descubiertos. Grace hábilmente bajó el cierre del pantalón de Paul y con ayuda de él extrajo su miembro. Mi hermana que tenía su cabeza en mi hombro se sobre saltó a ver la erección de Paul. Este sin hacerse esperar puso su miembro entre el vestido de Grace y la penetró exaltando ella un suave quejido de placer. Mi hermana me miró a los ojos, me levanté y la saqué a bailar para no viera directamente como Paul y Grace cogian bailando. Estábamos pegados sintiendo el calor de nuestros cuerpos, mi hermana se movía con sensualidad contra mi miembro, bajé mi mano y liberando mi miembro lo puse por debajo de la falda de mi hermana, pero ella usaba unas bragas pequeñas, que le cubrían lo justo y necesario. Ahora yo me movía como punteando su vulva.
– Sácate las bragas – le dije al oído besando su cuello y sus hombros.
– No, me quiero ir –
– Te quieres ir? – le pregunté extrañado.
– Si, me siento mal – dijo. La sostuve mientras bailábamos, se sentía tan deliciosa que quería hacerle el amor ahí mismo.
– Vámonos ahora – insistió. Esperé que terminara la canción.
– Nos vamos – dije.
– Por qué? – preguntó Grace.
– Ella se siente mal, muy mal – mi hermana no se separaba de mi, yo la sostenía como para que no se cayera.
– Te sientes muy mal? – le preguntó Grace haciéndole cariño y dándole besos de cariño.
– Si, y gracias por todo – dijo levantando su mano y acariciando la mejilla de Grace, esta le tomó la mano y se la besó, luego la besó en los labios. Prácticamente me la quitó y la abrazó.
– Llama un taxi – le dijo a Paul, mientras ella acariciaba y besaba a mi hermana.
– Quieres ir al baño – le preguntó Grace. Mi hermana asintió con la cabeza, se fueron juntas.
– Qué le pasa? – preguntó Paul.
– No sé, creo que son muchas emociones juntas – le respondí.
– Y tú? Te vas a quedar? – me preguntó mientras con una mano acariciaba mi erección y con la otra mi ano por encima del pantalón.
– Me gustaría quedarme pero no puedo – dije apretando suavemente su miembro. Ahora con sus dedos acariciando mi ano es lo que más quería en ese momento. Incluso pensé en bajarme los pantalones y poniéndome de rodillas en el sofá, que Paul me penetrara hasta que ellas volvieran.
En ése momento llegaron del baño, mi hermana se veía mucho mejor.
Sonó el citófono anunciando la llegada del taxi. Nos despedimos con besos y abrazos, ahora no le importó a mi hermana que Paul la besara en la boca, hasta le respondió el beso. Con Grace el beso fue más largo, fueron como varios en uno.
– No podía quedarme – me dijo ella en el taxi mientras acariciaba mi miembro.
– Lo entiendo – le dije besándola en los labios mientras mi mano la acariciaba por debajo de la falda. No me importaba que el taxista mirara por el espejo, no iba a ver nada.
– Ayúdame con el vestido – me dijo cuando entramos a su dormitorio. Quedó sólo con sus bragas pequeñas, blancas, casi trasparentes, podía ver sus labios recientemente depilados. Se sentó en la cama y se sacó las bragas.
– Ven, te necesito – dijo acostándose de espaldas con la piernas abiertas. Rápidamente me desnudé, me puse arriba de ella, la miré a los ojos y la besé en los labios, ella tomó mi miembro y lo puso a la entrada de la vagina.
– Ahora, mételo – dijo levantando su pelvis.
La penetré suavemente, estaba muy mojada. Soltó un quejido largo de placer a medida que iba entrando.
Aunque hice todo el esfuerzo necesario, no me fue posible durar más antes de llenar su útero.
– Perdona, pero no me pude aguantar más – le dije.
– No importa, si yo también tuve un orgasmo –
– Que bueno que lo hayas disfrutado – todo este diálogo era en susurros porque la habitación de nuestros padres estaba al lado.
– Sabes? Me gustó Grace, es hermosa, tierna y cariñosa. En el baño me hizo el amor y me gustó, además de que me bajó la presión. Yo creo que de haber bailado contigo, con Grace o con Paul hubiera tenido un orgasmo bailando, que vergüenza –
– Vergüenza que te vean teniendo un orgasmo? –
– Para ti es fácil, estas acostumbrado, pero yo no, el único que ha visto mis orgasmos eres tú. Además de que Paul me iba a coger en cualquier momento y no me iba a negar. Y como voy a tener sexo con un hombre que ni conozco? –
– Si, tienes razón, ya lo conocerás y no será un problema –
– A ti no te molesta que otro hombre me coja delante tuyo? –
– No, porque te amo y se que en ese momento estás gozando que te hagan el amor –
– Bueno, eso lo veremos, ahora cógeme de nuevo, me gusta mirarte a los ojos cuando me lo metes, eres tú el que está en mi interior y te amo –
– Yo también te amo y también me gusta mirarte a los ojos cuando te lo meto…
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