Trabajo social
Se acercó a mi, aún tenía mi verga en la mano, aún estaba como mástil, se agachó y me empezó a dar una mamada como ninguna de mis amantes me había dado.
Me llamo Aldo, tengo 30 años, soy trabajador socia y abogado, actualmente ejerzo en el centro de justicia familiar, generalmente atiendo a mujeres que son víctimas de violencia, siempre llegan mujeres a mi oficina que son golpeadas por sus esposo o por sus hijos, me gusta mi trabajo pues puedo ayudar a la gente. En mi vida personal no me quejo, trabajo en una gran ciudad, tengo además ni propio despacho legal, lo cual me ha permitido darme una buena vida, tengo un carro nuevo y si bien mi casa no es una mansión es lo suficientemente grande para albergar a una familia, sin embargo no tengo una, vivo solo y me gusta, me gusta la compañía de mujeres hermosa, y a ellas les gusta mi compañía, después de todo estoy de buen ver, mido 1.80, soy moreno claro, me gusta ejercitarme, y estoy bien armado con 18 cm de hombría, llevo la vida que siempre soñé, no me gustan los niños y no esperaba tener hijos nunca, pero todo cambio un buen día.
Llegaba al centro de justicia cuando mi jefe me abordo
-Licenciado, quería ver si podría hacerme el favor de recibir a una familia, no es de los suyos pero el licenciado Andrade se reporto enfermo, tiene covid y no vendrá en dos semanas, así que tenemos bastante trabajo en extra, y el reemplazo quedó atascado por las nevadas de estos días.
-pero Andrade es de las víctimas de violación, no me gusta atender a clientes así, es más deprimente de lo que puedo tolerar
-lo se pero necesito que sean atendidos hoy mismo, pasaré a la familia a tu despacho
No tuve más elección que aceptarlo, espere en mi despacho hasta que tocaron la puerta, me lleve la sorpresa de mi vida al ver a tres pequeñas niñas, entre los 8 y los 13 años, me presenté con ellas, las hice sentarse y revisé su expediente:
Raquel, la mayor, tenía en efecto 13 años, media 1.50 era rubia y de piel blanca, se veía que su cuerpo ya se empezaba a desarrollar, sus pechos se asomaban debajo de una blusa rota, sus piernas largas me parecían inconsistentes para una niña de su edad.
Rocío, tenía 10 años, la hermana de En medio, tenía su cabello castaño, piel blanca igual que su hermana mayor, se veía plana, aunque con un culito redondo, llevaba solo un vestido amarillo todo sucio
Rosa, la menor de 8 años, Ella iba vestida con un short y blusa sin mangas, sucia también, cabello rubio, piel blanca, ojos muy bonitos, iba descalza.
Las tres eran muy hermosas, parecían muñecas de porcelana, las tres tenían ojos claros, labios carnosos pero me llamo la atención que iban maquilladas, al leer el expediente vi que el padre las golpeaba y abusaba de ellas, le gustaba vestirlas como mujeres mayores, hasta que una denuncia anónima llevo a la policía a la casa, lo agarraron justo en el acto con las niñas por lo que no pudo escapar, el oficial Jiménez, un novato padre de familia, le puso una golpiza que lo mando inconciente al hospital, esperábamos a qué despertara para procesarlo y llevarlo a prisión, las niñas serían puestas a disposición del estado en una casa hogar, la mamá no se había encontrado por ningún lado, las niñas no me dirigían la palabra, no querían hablar, trate todo el día de hablar con ellas pero ni la psicóloga pudo lograrlo, al final decidimos llevarlas a la casa hogar, ahí empezó mi peripecia.
-licenciado, al parecer por la nieve el vehículo de la casa hogar se descompuso, se que es poco común, pero se que tú casa tiene cuartos de huéspedes, hablé con la psicóloga y dice que no habrá problema si pasan la noche en tu casa y en la mañana las llevas a la casa hogar
-que? No! Ni hablar, sabes que no puedo tener niños en la casa, tengo visitas ocasionales y… no! Simplemente no! Me niego
-por favor, nadie más podría hacer esto, Solo por está ves, y te deberé un favor, lo que pidas
Lo medite poco
-incluso el puesto de jefe de área?
-si! Incluso eso, entonces lo harás?
-Que remedio!
Me lleve a las niñas a mi auto, era todo terreno, las niñas lo miraron asombradas, nada que ver con el Tsuru de su padre, durante el trayecto trate de hacerlas hablar pero sin éxito, pase a un Oxxo y les compre algo de comer, al subir de nuevo al auto note que la más pequeña yacía dormida en el asiento de atrás mientras las dos niñas más grandes platicaban en secreto, pensé que era buena señal, al llegar a mi casa les indique donde dormirían, tenía un cuarto adaptado para niños, mi hermano tenía dos pequeñas hijas y ahí dormían cuando me visitaban, les di una ropa que habían dejado mi hermano cuando me visitó, era ropa de sus hijas que habían olvidado y que supongo no extrañarían. Las guíe al baño y les dije que se bañaran y se pusieran ropa limpia, ahí fue cuando al fin la mayor hablo
-gracias por ser tan amable con nosotras
Fue lo único que dijo, debo admitir que me sentí bien, se tomaron un largo rato, al menos una hora, las escuchaba jugar y reír, imagino el infierno que esas nenas debieron haber vivido, además la casa de aquel hombre al parecer era modesta por lo que se bañaron y estuvieron explorando mi casa un rato, vi que la pequeña se había llevado un porta puros que tenía en mi estudio, era de acero inoxidable y muy caro, aún así se lo permití, a las 10 PM cenaron algo de cereal que les preparé y se fueron a descansar.
Sobre las 12 de la noche yo me encontraba en el comedor trabajando, revisando el caso de las niñas, cuando escuché un ruido y me fui rápido a ver qué era, vi a la nena más pequeña, Rosa, parada en el pasillo que daba al comedor, vistiendo el camisón que le di de mi sobrina, pero notaba algo raro, tenía su mano derecha debajo del camisón mientras me veía fijamente
-hola cariño, todo bien? Quieres ir al baño?
Me acerque para ver qué tenía y lo noté al fin, se metía lo que parecía mi porta puros en su pequeña viginita, la imagen me tomo por sorpresa, parecía que se masturbaba con el
-pequeña, que haces, eso no deben hacerlo las niñas
Le quite el porta puros y la niña salió corriendo, tenía levantado el camisón, pude ver sus nalguitas pálidas mientras corría lejos de mi, me senté en la silla y mire el porta puros, entonces un deseo extraño y nuevo para mí recorrió mi ser, acerque aquel objeto que bien podría pasar por un dildo a mi nariz, olfatee los jugos que habían empapado dicho objeto, me sentía embriagado, incluso ni mi más sensual compañía nocturna tenía ese efecto en mi, miles de ideas pasaron por mi cabeza, y de ahí se fueron todas a mi pantalón, note que tenía una erección exagerada, me había excitado ver a una niña de 8 años masturbandose, tuve que ir al baño para bajarme esas ideas anormales, me hice una paja con todas mis fuerzas hasta acabar, deje el muro del baño salpicado con mi semen, ya calmado me dispuse a ir a dormir, al abrir la puerta del baño me tope a la hermana de En medio, Rocío, pero me aterre al verla, iba casi desnuda, solo llevaba unas pequeñas bragas, las cuales se había metido como si fueran tangas, yo llevaba una pijama la cuál dejo ver perfectamente mi verga de nuevo erecta, la niña me miró fijamente y solo reparé en sacarle la vuelta, entonces entro al baño, recordé que había dejado mi corrida en la pared y tuve que regresar, la niña jamás cerró la puerta y la vi, pegada a la pared, lamiendo el semen que había dejado en el muro de azulejos mientras se metía sus pequeños dedos en su culito, la tanga improvisada se encontraban tirada en el suelo, verla arqueada, lamiendo mi semen, con los ojos cerrados y sus pequeños dedos en su culo me hizo volar la cabeza, salí de inmediato de ahí antes de cometer una locura.
Esa noche decidí no volver a subir a los cuartos, dormí en mi estudio.
A la mañana siguiente seguía acostado en el pequeño sillón pero note como mi verga estaba un poco fuera de mi pijama, se habría salido durante la noche? No, tenía señales de que algo me había mojado, casi parecía saliva, no entendía que pasaba, quería creer que todo era mi imaginación, por suerte esa mañana llevaría a las niñas y sería lo último que sabría de ellas… o eso creí, al mirar afuera note que durante la noche había caído mucha nieve, había metro y medio de nieve, salir de la casa ese día sería imposible, era viernes, si no las llevaba ese día significaba que pasarían conmigo todo el fin de semana hasta el lunes, demonios, no sabía si soportaría a esas hermanas tanto tiempo.
Las llame a desayunar, bajaron y parecían un sueño, las dos más chica solo llevaban puesta unas bragas, la más grande seguía en camisón, pero era corto, dejaba ver la totalidad de su pequeña conchita, no llevaba nada debajo! La casa tenía buena calefacción por lo que hacía calor dentro de la casa, Las niñas se sentaron a la mesa y yo no podía dejar de verlas, sus pechos planos, sus pieles blancas, había estado con un sinfín de mujeres, de todo tipo, morenas, blancas, pelirrojas, pechos operados y grandes, culos prominentes, pero era la primera ves que me sentía nervioso de verdad, les di de desayunar y las miraba detenidamente, sus siluetas, me llamaban a soñar ideas perversas que jamás antes tuve, la mayor noto que no dejaba de verlas, mi comedor es de cristal sobre una base de madera, así que todo se ve, era para 6 personas, yo estaba en una orilla y Raquel la mayor frente a mi, la vi como abrió las piernas, sabía que la veía y me dejaba ver su conchita sin un solo pelo, yo tenía de nuevo mi verga a su máxima capacidad, ella lo vio y la vi como se mordía los labios, no aguante más y me retire de la mesa, me fui a mi cuarto, tengo un baño personal ahí, entre al baño y me desvesti, volví a pajearme pero nunca reparé en cerrar la puerta del baño, mientras me daba placer voltee y la vi ahí parada, Raquel con su camisón al nivel de su ombligo, tocándose la conchita
-querida! Que haces aquí, disculpa que vieras eso pero que estás haciendo?
-no es obvio? Soy una mujer y tú un hombre, estamos solos, que crees que deberíamos hacer?
-no! Esto no está bien, está mal es ilegal!
-pero muy placentero
Se acercó a mi, aún tenía mi verga en la mano, aún estaba como mástil, se agachó y me empezó a dar una mamada como ninguna de mis amantes me había dado, mi mente me gritaba que la detuviera pero mis caderas se movían solas, pronto empecé a embestirla con brutalidad en su boca, la sujetaba del cabello, ella ya se había quitado el camisón, estaba totalmente desnuda dándome una mamada
-asi te gusta? Te la estoy mamando bien.
-ahhh si delicioso! Que rica boquita tienes
-quiero que me hagas tuya, quiero ser tu perrita
La jalonee hasta la cama, la levanté con bastante facilidad y la arroje a la cama, no era delicado, estaba dominado por la lujuria, me puse sobre ella, le bese el cuello y los labios, entendí a su pobre padre, está niña era pasión hecha carne, movía sus caderas para acomodarlas debajo de las mías, su conchita gritaba por ser penetrada
-hazme tuya, quiero ser tu perrita, hazme tu mujer!
Sus palabras se clavaron en mis oídos y no supe más de mi razón, le abrí salvajemente sus piernas y le ensarte con furia mi verga hasta el fondo, ella grito fuerte, imagino que la verga de su padre era más pequeña que la mía pues la vi hacer caras de dolor
-estas bien querida?
-siii se siente increíble! No pares dame duro papi!
Empecé una embestida fuerte, no me importó hacer ruido, yo gemia y bufaba de placer
-ahh ahhh siii así que rica estas pequeña putita!
Estuve unos 10 minutos embistiendola de forma salvaje, no pude aguantar más y apenas alcance a sacar mi verga de ella antes de correrme, solo para verla como se la llevo a la boca y recibió toda mi corrida en ella, era demasiada, la mejor amante que jamás tuve, el mejor orgasmo de mi vida
-ahhhhh dios, que rico!….
Un momento después reflexione al fin
-oh por dios! Que he hecho! Acabo de abusar de una niña indefensa! Soy peor que su padre!
-descuida, tu no me obligaste, yo lo deseaba, quería darte las gracias por ser tan amable conmigo y mis hermanas, y como no tengo dinero pues te quise pagar con mi cuerpo
-no! No está bien, escucha, dejémoslo así, no le digas a nadie porfavor, hablaré al trabajo a ver si alguien puede venir por ustedes
Me vestí y baje a mi estudio, llame a mi jefe
-mi licenciado, que paso? No tuvo problema con las niñas?
-no… señor, todo bien, pasaron la noche tranquilas, quería saber si vendría alguien por ellas, mi carro no podrá pasar por la nieve
-uuy pues va a estar difícil, yo también sigo atorado en mi casa, quedatelas el fin de semana, después de todo se ve que eres decente y no hay de que preocuparse
Esas palabras me hicieron sentirme aún peor, tuve que aceptar, pase todo el día encerrado en mi estudio, no quería ver a las niñas, les había dejado comida en la cocina, solo para calentar en microondas, las escuchaba corriendo y riendo, eran felices en mi casa.
A eso de las 20 horas salí al fin, tenía media hora sin escuchar ni un murmullo así que asumí que estaban dormidas, fui a cenar algo y de ahí a bañarme, salí en boxer y me dirigí a mi cuarto, me lleve una enorme sorpresa al verlas ahí tendidas en mi cama a las tres dulces nenas, las tres en puras bragas, abrazadas dormidas, salvo por la mayor que al mirarme sonrió
-hola señor Aldo, pensé que nunca vendrías, ven, acuestate
Mi mente volvió a volar, ver tres niñas semi desnudas en mi cama, siempre había fantaseado con sexo grupal pero jamás se había dado la ocasión, por poco pude contenerme, me di media vuelta y me fui a otro cuarto
Pase la noche sin poder dormir, con la verga dura hasta el punto que me dolía, me levanté la mañana del sábado, para mí sorpresa la nieve se veía que empezaba a ceder, pensé en llamar a servicios infantiles si la nieve desaparecía, me fui a cambiar, por fortuna las niñas estaban ya en la sala viendo la televisión, vi que había dejado mi teléfono en la mesa de noche, dado que vivo solo no lo tengo bloqueado, me lleve una sorpresa al ver qué estaba la cámara activa, revise si tenía fotos y si, había al menos 30 fotos nuevas, todas de las nenas en poses sugerentes, en una las dos más pequeñas tocaban mutuamente sus conchitas, me tuve que masturbar viendo las fotos, cuando escuché un ruido tras de mi, eran las nenas, desvestidas ya
-sabia que te gustaría el regalo que te deje en tu teléfono, pero este es mucho mejor
Las tres se avanzaron sobre mi, no tuve oportunidad de oponerme, la menor se fue directo a mi verga que se encontraba durísima por las fotos, la de en medio le ayudo con mis testículos mientras la mayor puso su conchita sobre mi boca, estaba en el cielo del placer, había aguantado mucho ese fin de semana y al fin me liberaba, comencé a comerme la conchita de la mayor, las dos nenas más pequeñas seguían entretenidas con mi verga, lleve mis manos a las pequeñas nalgas de Raquel, las apretaba y ella gemia y gritaba como si no hubiera un mañana, toda la ética, toda la moral, todos los tabúes, los había abandonado, no me importaba tener sexo con unas dulces niñitas ya, solo veía a tres mujeres deseosas de gozar del sexo.
Acosté a la mayor, le abrí las piernas y acomode ni verga en la entrada de su linda e infantil conchita, estaba tan húmeda que mi verga resbala, acerque a las pequeñas a mi costado, les agarre las nalgas y les metí mis dedos en sus culos mientraa besaba a una y me iba por la otra, mi verga entro en la vagina de Raquel, entró sin basilaciones, le metía la verga y la sacaba casi por completo para ensartarla de nuevo, entonces Rocio se separó de mi, se acostó sobre su hermana boca abajo, abrió las piernas y dijo:
-bueno, ya te cogiste a mi hermana, me toca a mí, también quiero tu vergota dentro
La saqué de Raquel empapada en sus jugos, solo para meterla rápidamente a rocio, al tener dos conchitas una sobre otra salía de la nena de abajo para entrar en la de arriba, rosita la más pequeña solo veía como me cogía a sus hermanas, mientras metía mi lengua en su pequeña boquita, la acomode sobre sus dos hermanas pero se pie, de espaldas a mi, abrí sus nalguitas y me metí la lengua en su culo, no podía aguantar más, estalle en el mejor orgasmo de mi vida, toda mi leche fue a parar en las vaginas de esas dos nenas, caí de espaldas, era la primera ves que acababa exhausto después del sexo, las tres niñas se acostaron junto a mi
Raquel: gracias por hacernos tus mujeres, ahora te pertenecemos
Rocío: quiero que me cojas todos los días papito
Rosita: dice ni hermana que estoy chiquita para eso pero quiero que me cojas alguna vez
Yo estaba en el paraíso, no se en que momento me quedé dormido.
A la mañana siguiente sonó mi teléfono, era el licenciado
-Mi Lic! Cómo le fue con las pequeñas? No le causaron problema alguno?
-no señor, son unas niñas muy tranquilas, durmieron y vieron la tele todo el día
-jaja excelente, fíjese que ya despertó el papá, que no es el papá
-que?? Entonces quien es el desgraciado?
-Un afanador, dice que las niñas llegaron un día a su casa, pidiendo comida, el las alimento y que lo sedujeron, después dijo que si tuvo sexo con ellas pero que ellas lo orillaron, puedes creerlo?
-jaja absurdo
Mi voz se quebraba, me di cuenta de inmediato, voltee a ver a mis amantes, las tres depsiertas sonriéndome de forma caso amenazante y cómplice
Raquel: bueno está casa nos gusta más, tienes mucho espacio y comida, supongo que no te molesta tenernos aquí verdad… licenciado?
En qué me metí! El pobre diablo decía la verdad, ahora yo era ese pobre diablo.
Mis felicitaciones colega muy buen y exitante relato, logra llevar el morbo al maximo tanto q debí en la ducha rendir un homenaje a tus protagonistas. Un abrazo
Lindo relato gracias me gustaría ser ese pobre diablo
Bellisima fantasia.Hoy en Chile se esta haciendo dificil hacerlas realidad con el tema del feminismo y las denuncias mas la legislación.Igual muy excitante todo.Felicitaciones
Uuuf, hermoso degustar unas ricas criaturas así y vaciarles todo en sus conchas jugosas, ni duda eso, pero a qué precio 😂 jajaja