TRIO
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por remedios.
De las fantasías pues siempre uno quiere momentos de placer intenso y sin razonamiento, dejando fluir las emociones y el amor, para mi el sexo siempre debe ser un tanto mas amor que pasión aunque sea un 51%, así que una de mis fantasías era estar tu, yo y Alicia, en un hotel donde hubiera una cama de esas grandes, con una cámara para poder filmarnos y después tu y yo volver a excitarnos al vernos haciendo el amor.
Creo que ya te había platicado que a Alicia le gustabas y que te le hacías muy apetecible, te había estado observando y te le antojabas muchísimo y que si ella tuviera la oportunidad de tener sexo seria contigo, de ahí al paso del tiempo todo quedo como una platica y al conocerte ya no como una mujer guapa de mirada seductora y como una hembra dispuesta a montar a su macho y hacerlo sentir que la pasión y las ganas de tener amor y sexo a la vez, donde solo ella lleva las riendas y que cuando hay que dejarse amar es dócil e ingenua, amorosa y tierna, dulce y apasionada.
Así que poco a poco fui alimentando esa fantasía de tener en la cama y jugueteando con Alicia de esa manera que tu solo sabes hacerlo maravilloso.
Se me ocurre que esa fantasía empezara de esta manera:
Aquel día fuimos a festejar a uno de los compañeros, el restaurante era ese italiano que esta allá por Polanco, nos sentamos en uno de esos asientos para varios y juntos pero un tanto retirados hasta que llego uno de esos retardados que nos obligo a juntarnos para dejarle espacio y se sentará. Ahí los dos muy juntos, nuestras piernas se rozaban y podíamos sentir el calor de nuestros cuerpos
Llegaron los aperitivos y la alegría empezó a desbordarse, los anécdotas y lasa risas iban y venían, bajaste tu mano y fue ocasión para que la tomara, me apretaste y sentí una gran emoción, te apretaba suavemente y tu sonreías y así una y otra ves, como siempre mas tarde las chicas fueron al baño y te vi caminar junto con tu amiga, contoneándose y dejando ver ese vaivén de las faldas entalladas de las caderas dibujando sus nalgas, al regresar te sentaste mas cerca de mi, tu mano descanso en mi pierna al sentarte y ahí la dejaste, sentía la tibieza y la humedad sobre mi, me apretaste y la recorriste hasta mi entrepierna, volteabas a verme y me sonreías, tus dedos juguetones empezaron a rozar mi sexo y mientras tantos apretabas las piernas, el rose entre ellas dejaban escuchar el sonido de tus medias.
Mi miembro empezaba a ponerse erecto, tu mirada era muy seductora, entrecerrabas tus ojos cada ves que tus dedos rosaban mi pene, me veías y remojabas tus labios con tu lengua.
Al poco rato salimos del restaurante y ya en el carro comencé a besarte, tus labios húmedos se dejaban disfrutar, tus quejidos acariciaban mis oídos y mis manos recorrían tus piernas y se detenían en tus caderas.
Salimos a la calle en el auto, te sentaste a mi lado muy cerquita de mí, tu pierna sobre la mía y comenzaste a recorrer el cierre de mi pantalón, metiste tu mano tibia y con mucho cuidado sacaste mi pene, comenzándolo acariciar, tu mano resbalaba de arriba abajo, me veías y fijabas tu mirada en mi miembro.
Al llegar a una esquina apareció Alicia y nos pedía un aventón, con mucha sutileza tapaste mi miembro con tu falda mientras ella se sentaba atrás, tu sonreías de esa manera picara, tu mano seguía ahí apretándome con suavidad, seguías jugando con mi miembro, yo trataba de tener una platica pero no podía, el placer era muy intenso, nuestra amiga se dio cuenta de ello y se acercó a ti por la parte de atrás, comenzado acariciar tu cuello, te decía lo mucho que le excitaba ver como otra mujer acariciaba el miembro de su pareja, así que te pidió que la dejaras ver como tu mano acariciaba mi miembro, descubriste mi miembro y le mostrabas como tu mano subía y bajaba, eso provoco mucho nuestra excitación, ella en ocasiones acariciaba tu cabello, besaba tus oídos y te susurraba lo mucho que le gustaría verte haciendo el amor, te pedía que la dejaras ver como te cogías a tu hombre, te decía que solo ella quería verte coger, que el solo pensar verte desnuda chupando mi miembro seria suficiente para que ella terminara, que el máximo placer seria verte como mi verga se metía en tu vagina, ver como entraba y salía cada vez mas lubricado.
Llegamos a un motel para entonces ya nos habíamos besado tu y yo, ella y tu, yo y ella, entramos a la habitación y como era nuestra costumbre, cerramos la puerta y comenzamos a besarnos, yo a desvestirte e ir dejando tu cuerpo en pantimedias y brasier, tu pequeño bikini transparente dejaba ver tu cosita velludita, mientras tanto nuestra amiga solo nos veía, nosotros seguíamos en lo nuestro, te pusiste de rodillas y comenzaste a lamer mi miembro, me decías –me gusta comerte todo, y me preguntabas, ¿te gusta que te coma todo?, nuestra amiga ya se había quitado la blusa dejando ver su senos, que se los acariciaba mientras nos veía, te subí al tocador, me acerque a besarte y a chupar tus pezones, mientras tu mano acercaba mi pene a tus labios vaginales ya húmedos, acariciándolos, la punta ya húmeda de mi pene, rozaba tu clítoris que se ponía erecto y nuestra invitada se puso de pie para ver mas de cerca lo que sucedía, se puso atrás de mi, con su mano acarició tu clítoris, con la otra jugaba con tus pezones y mientras tanto, tu te dejabas ser, disfrutabas intensamente que no solo yo te amara sino que alguien más compartía contigo y conmigo el amor y su placer.
Tu y yo sabíamos que la invitada solo era una parte, que lo importante era como nos amábamos los dos, como nos dejábamos coger el uno por el otro, así que entre las caricias deje ir todo mi pene dentro de ti, tu placer fue infinito,
ahhhh gritaste al sentir como te iba abriendo toda, te tome de las nalgas y te atraje más hacia mí, para poder meterla toda, para sentir como la tibieza de tu vagina húmeda, me apretaba a cada empuje que te daba, comenzaste a escurrirte,
Mientras, nuestra amiga observaba y cuando tuviste tu primer orgasmo ella también, mientras tanto yo seguía entrando y saliendo de ti, ella había comenzado a quitarse su ropa, quedo en bikini y zapatos de tacón, se sentó en el tocador a tu lado y acariciaba tu cabello y te decía suavemente – coges muy rico, eres una mujer increíble, te dejas amar como ninguna—te abrazó y sus manos comenzaron a jugar con tus pezones, yo te besaba y sentía como tu te dejabas escurrir.
Ahí sentada en el tocador mis brazos abrían tus piernas, te dejaba toda descubierta, podía ver como entraba y salía, mi verga bien húmeda y cada vez más colorada, tus labios eran de color rosa, brillante, húmedos totalmente, Alicia baja su mano y jugueteaba con los vellos que cubren tu clítoris y de manera muy dulce comenzó acariciarte, haciendo pequeños círculos alrededor de él, te besaba el oído y dejaba pasar su dedos por encima del clítoris ya erecto, sabía bien cómo hacerlo, mientras tu temblabas de excitación, y asi entre ella y yo te hacíamos gozar, y nosotros mismo gozábamos de este juego entre los tres.
Saca mi miembro de ti y nuestra amiga lo tomo y con el jugueteaba con tu clítoris pasándolo por encima de él, mientras tu y yo veíamos lo que hacía, lo pasaba por encima para después metértelo, y tú y yo nos veíamos llenos de placer.
Te tome así como estabas entre mis brazos y te cargue y al hacer esto abriste mas tus piernas y sentí como entraba todo, Ahhhh……..gritaste, tus manos apretaban mi pecho y tu vagina rosaba una y otra vez mi vientre, tenia ganas de venirme dentro de ti, de llenarte toda, de que el semen se escurriera entre tus piernas, pero cuando sentiste eso dejaste de hacerlo, te detuviste,
Sabes muy bie
n cómo hacerme durar, sé cuanto te gusta gozarme, dejar que te goce, te puse sobre la cama y ella comenzó a besarte, lo hacia con cuidado, provocando tu placer, y fue recorriendo tu cuerpo, chupándote, lamiéndote hasta llegar a tu vagina, tomo mi miembro y comenzó a chuparlo, chupaba mi miembro y a ratos tu cosita, y mientras ella la chupaba me acerque a ti a besarte, a disfrutar de tus labios, a mordértelos, acariciar tu cabello y meter mis dedos entre tu pelo, verte así dejándote amar, era increíble.
Después acerque mi pene a tu boca y mientras me chupabas llegue a los pezones de nuestra invitada, a cada vez que los apretaba sentía su excitación, comencé a chuparlos y los gemidos no se hicieron esperar, el tiempo parecía estar detenido, el enorme placer que nos invadía hacia que esto no tuviera fin, no había prisa de terminarlo,
Y Así ella recorriendo tu vagina con sus labios, tu con tu mano apretando mi verga y yo disfrutando de tus besos, de tu cálida boca y ese sabor dulce que solo tú tienes…
Poco a poco me fui haciendo hacia atrás para verlas como disfrutaba la una de otra, su acomodo era perfecto, ella lamiéndote con paciencia mientras la tomabas del cabello marcándole el ritmo de su ejercicio, lindo trabajo el que te estaba haciendo, a cada tiempo venia el orgasmo primero tu y luego ella, tus gemidos provocaban que ella se revolcara en la cama, se tallaba sobre las sabanas buscado placer, así que me acerque a ella y comencé a lamerla, a cada lamida más se abría de piernas, le tome las nalgas y le daba ciertas palmadas, como apurándola a terminar, las nalgadas la encendían más….
Me hice a un lado y el espectáculo era increíble las dos disfrutando de dejarse querer y más que ello la oportunidad de sentir hembras, mujeres plenas llenas de pasión, ella se fue retirando de ti y quedo de rodillas sobre la cama,
Sus nalgas ahí paradas, redondas y grandes parecían decirme ven y métemelo así que me hinque y me acerque a ella le alce un poco más las nalgas para poder meterme en su vagina, abrí las piernas y podía ver su almejita muy húmeda y abierta por la chupadas que le había dado, así que comencé a rozarla con la punta de mi verga, tu me observabas y te fuiste acercándote y comenzaste a besarme, tu manera de besarme era con demasiado amor, sentía tu cariño y a la vez tu pasión, el dulce sabor de tus labios y como me acariciabas mi cuerpo me calentaba más, así que subiste una pierna a la cama y me dejaste ver tu vagina ya aceitada me tomaste del cabello y me acercaste a ella, su olor era increíble, te movias de un lado a otro y tallabas tu vulva con mi boca y asi comenze a chuparla y mano la menti entre tus piernas te tome de las nalgas y te acerque a mi para poderte chupar a mi manera, como a mi me gusta, mientras tanto ya tenía toda mi verga dentro de la vagina de nuestra amiga y así entre metidas y chupadas pasaba el tiempo, los quejidos y gemidos eran la música maravillosa de esa tarde.
Y así entre un arrullo de las exclamaciones de placer de ella y tuyos empezó mi fantasía.
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