UN DELICIOSO PASEO SWINGER
Eran las dos de la mañana y habíamos comenzado la fiesta desde muy temprano en la casa de campo de mi amigo Ricardo, habíamos compartido tres parejas, Ricardo, Andrés y yo cada cual con su respectiva esposa. La reunión había estado super alegre y todos participábamos bailando cantando.
Eran las dos de la mañana y habíamos comenzado la fiesta desde muy temprano en la casa de campo de mi amigo Ricardo, habíamos compartido tres parejas, Ricardo, Andrés y yo cada cual con su respectiva esposa. La reunión había estado super alegre y todos participábamos bailando cantando y haciendo bromas, algunas un poco picantes. Antes de las tres de la mañana Andrés y su esposa se fueron porque viajaban al exterior y querían descansar. Así que quedamos nuestras esposas, Ricardo y yo.
Angelica la esposa de Ricardo estaba muy eufórica porque había bebido bastante y se le ocurrió apagar algunas luces quedando el lugar con la iluminación mínima para no tropezar. En estas condiciones cuando volvimos a bailar, el ambiente se prestó para hacer intercambio de parejas y la esposa de Ricardo como dije antes estaba bastante contenta y cuando bailo conmigo me pegaba sus senos a mi pecho y su pelvis a la mía y como yo estaba alicorado sentí que mi verga se endureció, y no lo reprimí porque pensé, si ella es la responsable de lo que me está pasando, no se va a enojar por lo que sienta al acercar su sexo al mío.
Mirando de reojo a mi esposa con Ricardo, vi que estaban en las mismas condiciones rozando asiduamente sus cuerpos, por lo que me desinhibí y dejé que las cosas avanzaran. En algún momento en que mi esposa y la de Ricardo se retiraron a la cocina traer unas viandas, Ricardo me dijo… ¿La estas pasando bien con mi esposa o te incomoda? Entendí en mi mente acalorada que él sabía lo que estaba haciendo su esposa y lo aprobaba y que también se gozaba mi esposa. En esos minutos que estuvimos solos nos sinceramos a partir del momento en que Ricardo me pregunto si nosotros habíamos efectuado un intercambio de parejas. Le respondí que no, pero que en mis fantasías lo había deseado, pero no estaba seguro si mi esposa lo aceptaría.
Ricardo me dijo… Mi esposa ya ha hablado el tema con tu esposa y a ella le ha llamado la atención de manera que no creo que presente resistencia, así que si seguimos adelante como van las cosas, te puedes ir con mi esposa a una de las habitaciones y yo me encargare de atender a tu esposa. Y así quedaron las cosas.
Cuando ellas regresaron venían riendo como chiquillas que han realizado alguna pilatuna y en mi mente excitada di por sentado que todo estaba acordado y dispuestos a gozar. Ricardo sirvió copas y estando a la expectativa bebimos el licor como si fuera un refresco y eso ayudo a lo esperado. Le pregunte a mi esposa como se sentía y me respondió que estaba muy feliz.
Volvimos a bailar, pero esta vez comenzaron a aparecer caricias y uno que otro beso hasta que la esposa de Ricardo, que note bastante excitada me tomo de la mano y nos dirigimos a una de las habitaciones, entramos y ella activo una lamparita que iluminaba muy suavemente la habitación y a continuación vino un beso apasionado que fue seguido de caricias en los senos empezando ella a respirar agitada y a decirme que deseaba la poseyera y fue muy fácil desnudarla apareciendo un cuerpo sensacional que hizo efecto en mi verga poniéndome a tono con lo que exigía el momento. Yo procedí a desnudarme también pidiéndole que se acostara para luego darle una sesión de sexo oral que, que inicio con besos y paseos de mis la labios y mi lengua por la parte interna de sus muslos que iban elevando su excitación y minutos después me pedía que subiera pronto a su coño y en especial a su clítoris y cuando lo hice deslizando mi lengua a todo lo largo de su coño y luego chupar con delicadeza su clítoris hizo que ella empezara a estremecerse y a apretar mi cabeza contra su coño para sentir más fuerte mis caricias hasta alcanzar un ruidoso orgasmo, después de esto y una vez que ella se recuperó me compenso mamando mi verga al comienzo dejándola entrar hasta su garganta donde sentía presión, pero luego parecía un ternero mamando y succionando mi verga y la presión que comencé a sentir hizo que me llevara al éxtasis y al no lograr aguantar más excitación, le avise que me iba a correr y trate de sacar mi verga de su boca, pero ella lo impidió, entonces entendí que deseaba me corriera dentro de ella y así lo hice, deje que mi semen inundara su boca y enseguida ella lo trago pasando al final su lengua por sus labios como tratando que no se le escapara nada.
Pero yo deseaba disfrutar ese coñito rosado perfectamente depilado que acababa de mamar. Así que una vez recuperado, me senté en la cama y me dedique a observar el maravilloso cuerpo de Angie, al tiempo que deslizaba mis manos por todo su cuerpo y eso logro reiniciar nuestra excitación, entonces me subí sobre ella y cuando ella separo sus piernas chocaron nuestros sexos y un beso apasionado hizo aumentar los deseos, porque ella de inmediato tomo mi verga y la dirigió a su coño que estaba tremendamente lubricado por lo cual mi verga se deslizo suavemente dentro de ella y al sentirla en su interior levanto sus piernas para rodear mi cintura como avisando que no quería me fuera muy pronto, y esto hizo que la penetración fuera más profunda.
A continuación, empecé a mover mi cadera para entrar y salir de ese delicioso coño y volvieron los gemidos de Angie, así estuvimos al menos unos cinco minutos, ella gimiendo y yo taladrando ese precioso coño, hasta cuando sus quejidos fueron muy intensos y alcanzo el orgasmo, sabiendo que había cumplido acelere mis movimientos para terminar por correrme dentro de ella, esta vez no intente salirme ya sabía que le gustaba el semen en su boca igual le gustaría sentir su coño inundado por mi semen.
Después de un par de minutos ella retiro sus piernas de mi cintura, nos desconectamos, me baje de ella y a continuación mientras pensaba sobre lo acontecido voltee a mirarla y la encontré profundamente dormida, tome una cobija y la cubrí, aunque el clima es templado dentro de la casa, pero pasados unos minutos me entro curiosidad por saber en que estaba mi esposa. De manera que con mucha suavidad sali de la habitación para tratar de ubicar los gemidos que ya conocía y fue en la habitación principal. Me ubique donde los podía observar.
Allí Ricardo arrodillado frente a ella metió sus manos bajo la falda de Mónica y le quito el panty, en ese mismo instante quedó a la vista el coño de mi esposa depilado en parte, porque desde hace un tiempo a ella le gusta dejar un triángulo en su pelvis que la hace ver muy sensual. El comenzó a besar la parte interna de las piernas de mi esposa y fue subiendo hasta llegar cerca de su coño donde inicio rodeos que aumentaron la excitación de ella lo cual acompañado de caricias en sus senos entretanto ella emitía gemidos constantes que la llevaron a dirigir la boca de Ricardo a su coño para que lo lamiera, chupara y le diera atención a su clítoris, con lo cual el logro arrancarle un sonoro orgasmo. Todo lo que estaba observando me produjo una tremenda erección porque era la primera vez que veía a mi esposa follando con otro.
Recuperada Mónica de su orgasmo, él se levantó y le ofreció su verga para que ella le diera una deliciosa mamada durante la cual dejo que la penetrara hasta la garganta sin ningún problema, permaneciendo así por unos minutos hasta que él le dijo… quiero probar tu coñito, que hace tanto tiempo deseo. Nunca imagine que mi amigo se quisiera follar a mi esposa, pero ya no me importo, porque me acababa de follar a su esposa, que ahora dormía plácidamente gracias a la borrachera que precedió la follada.
Mi esposa separo sus piernas y Ricardo después de quitarse el pantalón se acomodó en medio de sus piernas y dirigió su verga al coño de mi esposa. Ese momento fue crucial y me quedo grabado al ver que otro hombre penetrara aquel sitio de mi esposa que siempre fue solo mío. En la medida que Ricardo la penetraba le hablaba al oído preguntándole… ¿Te gusta sentir mi verga en tu coñito? Y ella le respondió con voz muy sensual… Siiiii, que deliciaaaaaaa, desde hace un tiempo deseaba disfrutar otra verga distinta a la de mi esposo y hoy gracias a tu esposa se ha dado la oportunidad.
Ricardo comenzó el mete y saca y la excitación de mi esposa comenzó a subir, y por el alicoramiento en que estaba Mónica mostraba una total desinhibición, por eso cuando Ricardo le hablaba ella respondía con total desparpajo. Pero en medio de la euforia ella le pidió que la follara de perrito, él acepto y así, empezó a darle palmadas en la nalga mientras le clavaba su verga con fortaleza. En medio de esta situación, Ricardo le dijo que si desde hacía tiempo deseaba sentir otra verga, o antes ya había disfrutado otras? y ella le respondió que cuatro. Y el prosiguió preguntando… ¿antes o después de casada? Ella dijo… antes una y después dos, la de mi esposo y la de un exnovio que me reencontré hace cinco años y follamos durante un par de meses, pero finalmente decidí no arriesgar mi matrimonio por disfrutar el placer.
Esta confesión me sorprendió, ya que yo pensaba que aquel espacio del cuerpo de mi esposa había sido solo mío. Pero la disculpé porque yo también tuve un par de aventuras. Y volviendo a ellos, la situación fue subiendo al punto que los gemidos de Mónica se escuchaban en toda la habitación y más, acompañados de la respiración agitada de Ricardo que en un momento dado comenzó a bufar como un animal salvaje y le dijo… me voy a correr, me voy a correr y ella le respondió… Siiiiiiiii, córrete dentro, me gusta sentir mi coño lleno de semen. Y no paso ni un minuto más cuando los dos alcanzaron el clímax, quedando pegados, abrazados hasta que él se separó y le dio un beso en la boca acompañado del agradecimiento por esos momentos.
Cuando todo termino ella le pregunto ¿y ahora qué?
Ricardo le respondió… Tu esposo debe estar follándose a mi esposa y dormirán juntos de manera que te invito a que descansemos hasta la mañana y se acomodaron para dormir llegando mi momento de regresar donde estaba la esposa de Ricardo que dormía profundamente. Me acosté a su lado y en minutos concilié el sueño.
Cuando desperté en la mañana, estaba solo, espere unos minutos a repensar sobre lo acontecido en la noche anterior y finalmente me levante, Cuando abrí la puerta de la habitación escuche conversaciones en la cocina y decidí caminar hasta allí y me encontré a Ricardo, su esposa y mi esposa muy sonrientes que me saludaron con los buenos días, y mi esposa me dijo… ¿Como amaneció mi dormilón?
Mientras comentábamos sobre la maravillosa velada, ya sin ningún reparo, la esposa de Ricardo preparó el desayuno que a continuación disfrutamos.
Mas tarde Ricardo propuso ir al yacusi para renovar energía y mi esposa dijo… Pero no trajimos vestido de baño y la esposa de Ricardo salió al paso diciendo… Para que necesitas vestido de baño si ya nos conocemos muy bien y todos reímos.
Después de darnos un refrescante baño, pasamos desnudos al yacusi y allí estuvimos el resto de la mañana. En la tarde con ropa prestada por Ricardo y su esposa fuimos al pueblo, almorzamos y acompañados de un buen vino nos llegó la noche. Cuando regresamos a la casa, Ricardo invito a seguir la fiesta y destapo una botella de vino que terminaron siendo tres volviendo a prender motores.
Estando bastante alicorados la esposa de Ricardo propuso disfrutáramos del sexo, pero ahora todos en el mismo salón y sin mucho esfuerzo nos fuimos desnudando para continuar la fiesta y desde luego la erección de Ricardo y la mía no se hicieron esperar y la esposa de Ricardo viendo esto dijo… Esas bellezas no las podemos desperdiciar y agrego mirando a mi esposa, si no te incomoda me gustaría realizar una fantasía que he deseado desde hace tiempo y es una doble penetración. Mi esposa dijo… por mí no hay problema siempre y cuando yo también lo pueda disfrutar. Yo la miré y le dije tú sabes que yo te complazco en todo lo que quieras y diciendo y haciendo la esposa de Ricardo trajo un frasco de lubricante que compartió con Ricardo y conmigo y luego ella hizo lo propio en ella.
A continuación, yo me acosté en el suelo y la esposa de Ricardo se subió sobre mí, acomodando mi verga en su coño y luego Ricardo se hizo detrás de ella y su verga erguida la dirigió al culito de su esposa quien estaba presta a recibirla y poco a poco se dio la penetración. Yo sentí como el espacio se limitó y presentí que así mi resistencia no duraría mucho y me correría pronto.
Haciendo un esfuerzo, distrayendo la mente en otras cosas logre aguantar hasta que la esposa de Ricardo comenzó a gemir y decir… uhmmm, ahh, uhmmm, ahh, que rico eso, eso fóllenme duro, hagan conmigo lo que quieran, ayyyy, ayyyy, si, si, Ufff, Ufff, vamos, vamos. Yo ya no podía más cuando ella dijo, ya, ya, muchachos yaaaaaa, ayyyy, que rico.
Ver este cuadro me excito muchísimo y deseaba probarlo, pero fue necesario esperar a que Ricardo se recuperara y solo a media noche pude disfrutar de una deliciosa doble penetración con mi esposa que me dejo extenuado.
Después de esto nos fuimos a dormir, pero Ricardo le pidió a mi esposa que fuera con él y ella acepto y yo dormí con la esposa de Ricardo.
Apenas pasaron quince días cuando recibí una llamada de la esposa de Ricardo invitándonos el fin de semana a su casa de campo y ya con más confianza la pasamos de maravilla, prácticamente la esposa de Ricardo paso a ser mía y la mía de él. Hasta aquí lo que ha acontecido con nuestros amigos.
Es el relato mas rico y excitante que he leído. Lo intenté una vez y no resultó. Iba todo bien, mi esposa se la chupó a mi amigo, pero al encender la luz ella vió que la verga de mi amigo era de color muy oscuro y se retiró del juego. No le gustó el aspecto de esa verga y no hubo posibilidad de convencerla y se quedó desnuda viendo lo que hacíamos, mi amigo su esposa y yo.
Que rico relato, yo tengo desde hace mucho tiempo la fantasía de hacer algo así con mi esposa y una pareja de amigos con los que compartimos a menudo. La esposa de mi amigo está deliciosa , le tengo unas ganas tremendas y el solo pensar de ver a mi mujer en brazos de mi amigo me pone a mil. Hasta ahora no se me ha dado la oportunidad de hacer mi fantasía realidad, pero este relato ha logrado aumentar tremendamente mis deseos de hacer ese intercambio que tanto he soñado.