UN PASEO COMPARTIENDO FANTASIAS
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me llamo Manuel soy de Bogotá Colombia, lo que les narro a continuación me paso recientemente y hoy lo cuento pues me pareció bueno compartirlo Llevamos 18 años de casados con mi mujer ella tiene 44 años mide 169 es rubia, ojos azules, sus medidas son aproximadamente 95 64 96, no es perfecta pero es atractiva y demasiado sensual, parece que tuviera miel porque por dónde pasa siempre llama la atención al punto que en el pasado me sentía incomodo, pero finalmente me acostumbre.
En la intimidad siempre disfrutamos de todo los dos, pero siempre quedan fantasías pendientes.
Una de ellas era tener sexo anal con ella, otra verla penetrada por otro hombre y muchas más.
Pero los hechos empiezan con que un día la esposa de unos amigos nos invita a su casa de campo, hacía tiempo que no compartíamos por lo cual me pareció una buena oportunidad para compartir, allí estuvo durante el fin de semana otra pareja, con la que pasamos muy bien, nos atendieron de maravilla y semanas después nos volvieron a invitar, ahora allí estaba otra pareja conocida nuestra, compartimos muy buenos momentos y regresamos al terminar el fin de semana.
Hasta allí todo normal, pero en las últimas dos oportunidades solo fuimos invitados nosotros y note una atención especial de nuestro amigo Juan con mi esposa Francy.
Pero acostumbrado a que ella llamara la atención no le di importancia.
La segunda vez que nos invitaron nuevamente solo a nosotros fuimos a un pueblo cercano a comer, y como en el sitio había música en vivo, hubo baile y la verdad bebimos más de la cuenta, aunque yo nunca perdí la cordura, mi esposa si tomó más de la cuenta y estaba bastante extrovertida y eufórica.
Cuando regresamos a la casa de campo, Juan destapo una botella de licor y seguimos la fiesta los cuatro.
Seguí notando que Juan continuaba observando a mi mujer de una manera muy particular y para ser sincero, aquella noche entre los dos se notaba mucha empatía, vale la pena que les cuente que Juan es una persona atractiva con un excelente porte, lo que por supuesto tiene impacto en las mujeres, un efecto de atracción, sin embargo nunca entendí por que Juan se casó con una mujer tan poco atractiva, de una simpleza que pasa totalmente desapercibida, sin despertar en un hombre ni siquiera un mal pensamiento.
A media noche la esposa de Juan estaba tan alicorada que pidió permiso y se fue a su habitación, y estando allí los tres, todo comenzó a girar entre mi esposa y Juan y yo terminé siendo un simple espectador al punto que decidí simular una borrachera que no tenia y me fui a dormir, ellos se quedaron solos en la sala conversando y riendo, se miraban insinuándose, pero no se atrevían a nada más.
Después que mi esposa se cercioró que yo estaba dormido, ella regresó a la sala y yo me levante a espiarlos a la distancia.
Juan había apagado algunas luces lo cual me permitió observarlos en el reflejo del vidrio sin que ellos notaran mi presencia.
De pronto Juan, decidió irse a dormir y se pusieron de píe para despedirse, se dieron un beso en la mejilla y de improviso sin decirse nada se besaron en la boca siguiendo con un beso muy apasionado, Juan empezó a acariciarle las nalgas con fuerza, y Francy mi mujer se dejaba y lo disfrutaba, él con mucha agilidad le desabrochó la blusa y le soltó el brasier quedando sus senos al aire y a su disposición para acariciarlos, ella empezó a retorcerse de placer.
De pronto, de seguro se acordó de mí y decidió ir a ver si estaba dormido yo pegué un salto a mi cama y me hice el dormido por lo que ella volvió a los brazos de Juan y le quitó la camisa, luego se arrodilló le bajó el pantalón y los bóxer, quedando su verga frente a ella, la tomó con su mano y se la empezó a mamar como nunca lo había hecho conmigo, luego él la termino de desnudar y la recostó en el sofá y la beso por todas partes hasta llegar a su concha y se la empezó a chupar con fuerza, mordisqueándole el clítoris y con esto ella pareció enloquecer.
Estaba a tal punto su excitación que le rogo que la penetrara por qué no resistía más y él con total lentitud se acomodó entre las piernas de mi esposa y la comenzó a penetrar, Francy empieza a gemir con tremendo placer y le dice que la folle duro y Juan para darle gusto lo hace como si la fuera a partir en dos, luego la voltea y la sigue penetrando por su conchita con tanta fuerza que mi mujer luce como una loca, de repente Juan y sin pensarlo dos veces se la retira de la concha y se la introduce por el culo, con lo que mi mujer queda inmóvil y él empieza a sacar y meter con suavidad, pero luego con la misma fuerza que lo estaba haciendo antes logró que mi mujer lo disfrutara, y más aún, le rogaba que le diera con todas las fuerzas, yo estaba tremendamente excitado y decidí desnudarme y unirme a la faena, ella sin darse cuenta, pues estaba en el más intenso frenesí con esa verga en su culo, gemía como una loba, me acerque a ellos con mi verga al aire, ambos quedaron sorprendidos con mi presencia, pero les hice un gesto de confianza y él siguió arremetiendo en su trasero y ella empezó a mamar ni polla con avidez.
Luego nos acomodamos de modo que yo la penetré por su conchita tremendamente lubricada y caliente y Juan se acomodó detrás de ella para continuar follándosela por el culito.
Mi mujer enloquecida gemía de placer y pedía más y más, después cambiamos e hice lo que siempre soñé enterrarle mi verga por el culo y darle con todas mis fuerzas mientras ella recibía la polla de Juan en su concha, no sé cuantas veces alcanzó orgasmos pero en ese momento la lujuria se apoderó de nosotros hasta que estallamos los tres, yo le descargué toda mi leche en su culo y Juan otro tanto en su conchita.
Después de esa noche mi mujer es otra y aunque no hemos vuelto a ver a Juan, yo si tuve la excusa para follarme a una amiga de mi mujer en otra fiesta, pero eso se los contaré después.
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