Un tipo con suerte
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Esto que voy a contar es una historia real y me paso a mí personalmente no hace mucho tiempo.
Soy un hombre de 45 años, divorciado que vive solo en mi departamento.
Acabo de mudarme, y poco conozco de mis vecinos.
Me entero que en el departamento de enfrente vive una mujer con su hijo, porque escuche al portero quejándose del hijo, pero nada más.
Fue un viernes que nos encontramos en el ascensor, mi vecina era una mujer agradable de unos 40 años, de abundante busto, cintura normal y cola redonda y salida.
Me saludó, me presenté, ahí supe que era mi vecina, que vivía en el departamento de enfrente, que era viuda, que tenía un hijo de 14 años y que era médica pediatra en un hospital de otra localidad.
Cuando entré a mi departamento, me encontré pensando que me agradaba, era alegre y sensual, aparte tenía un hermoso par de tetas y a mí me encantaban las tetas grandes y paradas.
En las semanas siguientes, varias veces nos cruzamos y charlamos, así que un día me animé y la invité a salir.
Me contesto que sí y quedamos en salir esa misma noche.
La pasé a buscar por su departamento, allí me abrió la puerta su hijo, un chico delgado, para nada atlético, que aparentaba tener no más de 15 o 16 años a pesar de sus 18, vestía unos pantaloncitos muy cortos que mostraban dos piernas flaquitas y blancas.
Me hizo pasar y sin darme demasiada importancia me dijo que su madre ya terminaba de preparar.
Ella apareció y me impactó, tenía puesto un vestido negro muy pero muy pegado al cuerpo, corto muy por arriba de la rodilla, escotado que mostraba casi todas sus tetas.
Cuando la vi sentí que mi pija empezaba a crecer, logré dominar la situación para que ninguno de los tres se diera cuenta.
Salimos.
Desde el inicio existieron roces, hablarse cerca, caricias y algún beso perdido.
Después de cenar fuimos a un boliche a tomar un trago.
Había una pista de baile, bailamos.
Sentí como se pegaba a mí, y el contacto me éxito mucho.
Mi pija empezó a crecer y para taparlo me pegaba más a ella que evidentemente lo notaba y se reía.
-Parece que el baile te está afectando- me dijo mientras se reía mirándome la entrepierna
-No es el baile, eres tu- le dije y la besé apasionadamente, apretándome contra sus tetas.
-No te parece que debemos volver- me dijo, -además podrías invitarme con un último café en tu casa, para que se me pase la bebida y mi hijo no lo note, que siempre me espera despierto-
Salimos, ya en el coche nos besamos y tocamos, sentí que sus tetas eran realmente duras, turgentes, hermosas.
Yo estaba a mil, ya era imposible tratar de taparlo.
-Hace mucho que no tienes sexo- me pregunto señalando mi entrepierna.
-no, pero tú eres la que me pone a mil, me encantas- le conteste.
-bueno me alegro, pero tendremos que hacer algo con eso o necesitaras un médico- me dijo riéndose.
Llegamos al edificio, subimos y entramos a mi departamento.
Apenas cerramos la puerta dijo -a ver como solucionamos esto-, y se arrodilla delante mío abriéndome la bragueta sin que yo reaccione ante su rapidez.
Baja el cierre y mete la mano, la saca con la pija en la mano.
Yo ya volaba.
La acaricia un poco mirándola, le pasa la punta de la lengua, como tanteándole el gusto
-rica – dice y abriendo la boca la engulle entera jugando con su lengua, mientras con ambas manos va bajándome la ropa.
Pasa sus manos y clava sus uñas en mi cola desnuda, empujando mi cadera hacia adelante.
Sentí que mi pija de 18 cm entraba por la garganta como si nada.
Empezó a chupar a moverse hacia adelante y hacia atrás desesperadamente.
-Vamos al dormitorio- le digo.
-vamos, pero rápido, Rene siempre me espera despierto, no quiero llegar tan tarde.
–
Siguió chupando con ganas mientras caminaba con las rodillas hacia el dormitorio.
Yo reculaba con los pantalones bajos y en un momento tropecé con la cama y caí en ella de espaldas.
-dame tu leche, por favor- me decía, -llename la boca de leche-
De pronto sentí que llegaba y acabé de golpe llenándole la boca de leche.
Unas gotas escaparon por su comisura, pero se encargó de recolectarlas con la lengua.
Cuando se separó la pija estaba completamente limpia.
Se paró y me dijo –desee hacerlo toda la noche.
–
Se sacó el vestido y se acostó a mi lado, nos besamos, empecé a chuparle las tetas, las chupaba las mordisqueaba.
Mientras yo chupaba, ella bajo su mano, agarró mi pija y empezó a moverla de manera que comenzó a crecer de nuevo.
Mi boca pasaba por sus tetas, por su cintura y llegaba a su concha, ella solo gemía y gemía.
Comencé a jugar con mi lengua en su conchita, su clítoris, lo mordisqueaba mientras la abrazaba con mis manos en su culo, mis dedos buscaban para jugar el agujerito de su ano.
Lo encontré y de a poco empecé a meter un dedito, estaba seco no entraba bien así que levante la mano, estire el dedo medio y se lo puse delante de la boca, entendió al instante, pero en lugar de uno tomo tres dedos, poniéndolos juntitos y mojándolos con la legua.
-uno no basta- me dijo, lo cual me calentó aún más sintiendo que estaba nuevamente listo, que mi pija podía usarse para clavar un clavo, dos de mis dedos entraron en su culo despacio, pero sin resistencia, empecé a jugar con ellos.
Entonces sentí que había llegado el momento, la levante, le abrí las piernas y comencé a penetrarla vaginalmente, empuje de golpe, llegué a sentir que mis huevos pegaban contra su carne.
Ella se arqueaba y gemía, la sentía totalmente húmeda, con sus manos me acariciaba la espalda, la cola, la nuca.
-así, dame así guacho- decía, -cogeme toda, no me dejes ni respirar, partime al medio-, mientras yo bombeaba y bombeaba, ella gemía y gemía, casi gritaba.
Sentí que ella llegaba al clímax, percibí como acaba una y otra vez, al menos cuatro veces.
-pasala a la cola-, escuché que decía -hacéme el culo por favor-
Saqué la pija y la agarré del cabello por la nuca, la levanté y llevando su cabeza a la pija le dije -mojala bien, que la mejor lubricación es la saliva, mojala bien así te rompo ese hermoso culo que tenés-
Ella abrió la boca y nuevamente empezó a chupar, mojándola bien con mucha saliva, le entraba hasta la garganta, la saliva salía por las comisuras de su boca.
Cuando vi que estaba bien mojada, la di vuelta de en un busco movimiento, la puse en posición de perrito y apoyé la punta de mi pija en su ano.
La agarré del cabello, subí su cabeza hasta que gimió del dolor y en ese momento tiré fuertemente hacia atrás mientras daba un golpe fuerte hacia adelante con la cadera.
Sentí que la pija entraba de golpe en su culo, partiendo todo a su paso.
Gritó, pero también gimió, enseguida empujo hacia atrás.
Empecé a bombear, la pija entraba y salía con rapidez, el culo estaba ya dilatado entonces puse mis manos sobre sus cachetes y empecé a introducir mis dedos gordos en el culo dilatando aún más al agujero mientras mi pija entraba y salía rozando mis dedos.
Ella comenzó a gemir más fuerte, prácticamente a gritar de modo que tuve que sacar una mano y taparle la boca, metiéndole varios dedos adentro que inmediatamente comenzó a chupar.
Así estuve dándole por el culo casi 15 minutos, no podía acabar y ella lo percibió.
Se soltó, se dio vuelta y agarró con ambas manos la pija, así como estaba y la engulló.
Con la mano derecha me pajeaba mientras con la boca y la lengua abarcaba todo el glande.
La mano se movía aun con más velocidad y sentí que decía –ayudame, por favor-, agarré la pija y empecé a masturbarme con fuerza hasta que salieron varios chorros de leche que pegaron en su cara.
Usó los dedos y la lengua para limpiarse, terminó limpiándome toda la pija con la boca y la lengua.
Nos vestimos, -espero que esto lo continuemos mañana en mi casa, que siendo sábado Rene sale y vuelve muy tarde en la mañana, pero ahora dame rápido ese café y me voy a dormir-
-mañana me acabas en la colita- agregó.
Serví el café y mientras lo tomaba, me dijo –espero no haberte asustado o molestado, es que me encanta el sexo por todos lados y chupar me vuelve loca-
-Y como gozas cuando te hacen la colita!!- le dije.
-Sí, es de familia, a mi hermana le gusta más el sexo anal que el convencional y te repito a mí me pone en las nubes chuparte la pija- dijo –Me encanta que seas muy chanchito, me encanto que me agarraras del cabello- agregó.
–
Terminó el café y mientras me daba un beso le acaricié el culo, después salimos.
La acompañe hasta su puerta, que se abrió apenas llegamos a ella, abierta por Rene, el hijo que nos saludó y volvió a entrar.
Quedamos que al día siguiente pasaría por su casa a las 10 de la noche para cenar juntos.
Volví a mi departamento asombrado, nunca me había pasado algo tan rápidamente y pocas veces había visto chupar con tanta desesperación.
Mientras me bañaba, minutos después, recordé lo pasado y me imaginaba como podría ser el día de mañana.
Necesite hacerme una gran paja para bajarla y poder tranquilizarme.
LLegó el siguiente día.
A las 10 de la noche, toque la puerta y ella me abrió.
-Pasá- me dijo, -hay un problemita-
-que pasó- le pregunte,
-nada importante, hubo un accidente y me necesitan en el hospital, voy y vengo- dijo
-si querés podés esperame y la seguimos cuando vuelva, mientras si quieres puedes cenar con Rene-
-Si no tengo problemas, ¿cuánto tardarías? – pregunté.
-no sé bien que pasó, está la ambulancia esperándome abajo, en cuanto llegue te llamo y te digo, si tardo me esperas en tu casa-
Inmediatamente me dio un beso y salió.
Rene me dijo que esperaba un amigo para salir juntos a bailar, que si quería podía comer o esperar, le dije que no había problema que esperaba el llamado de la madre.
Sonó el timbre y al abrir entró un muchacho.
Me lo presento como Kai, era evidentemente de origen japonés.
Físicamente era muy similar a Rene, flaquito, menudito, blanquito, de edad similar.
Me senté en el living mirando el televisor mientras los muchachos se preparaban para salir.
Vi que preparaban unos bolsos que dejaban junto a la puerta de entrada, entonces intrigado pregunté a Rene.
-¿Salen a bailar esta noche o a pasar el día de mañana en algún lugar?-
-nooo, es que estamos algo así como bailarines oficiales en un boliche y nos cambiamos vatias veces de ropa en la noche, por eso los bolsos ahí tenemos la ropa – dijo mientras reían.
-sí,, no sabía que bien, ¿hacen pasarela?-
Se rieron, -noo, bailamos en una tarima, nada más-
-Ahh- dije,
-¿querés vernos con algo del vestuario mientras esperas?-, me dijo Kai mientras se reía.
-Si como no-, le contesté y levantaron los bolsos.
Sonó el teléfono, Rene atendió, era la madre, me la pasó.
Ella dijo que tardaría un par de horas mínimo, que antes de salir me llamaría al celular para avisarme.
Estaba por irme a esperar a mi departamento, y Rene me dijo –nos estamos cambiando ya salimos y nos contas-
Me senté frente al televisor para pasar el rato.
-Ya salimos escuche desde adentro-, así que me acomode y esperé.
Al rato, sale Kai y se para delante de mí, enseguida sale Rene y queda junto a él.
Quedé realmente impactado con lo que vi.
Kai vestía de colegiala, con una pollerita tableada muy cortita, un top recorto con la panza al aire, medias blancas por arriba de la rodilla y zapatos con taquito corto.
Rene de mucama, con el traje obscuro clásico muy cortito, abierto atrás hasta casi la cintura y con escote largo adelante, también con medias blancas y taquitos finitos altos.
Ambos que tenían el cabello semi largo lucían despeinados, lo que les daba mucho más volumen.
Parecían dos nenitas y estaba muy atractivas.
Cuando aparecieron me quede, me miraron y Rene me dijo –y que te parece-
-Me parece bien- les dije, -les queda realmente bien-
-Este es solo el primer cambio de tres que usamos- me dijo
-Pero a que boliche van- les dije
-A uno gay del centro- me dicen y empiezo a entender.
Mientras empezaron a bailar y reírse y tocarse delante mío, lo que produce que se me empezara a parar la pija.
Nunca había tenido erección mirando hombres, pero eran dos nenas a la vista.
Me empalme, así que cruce las piernas para que no se note.
-¿Te gusta?- me pregunta Rene –¿hay algo que te parezca mal?- mientras se pone detrás de Kai y lo paya bailando.
Se movían al unísono, se acariciaban, se agachaban abrían las piernas.
-No creo dice Kai, si ya tiene la pija parada, fijate- y se ríen
Se acercan y se sientan, Kai a la derecha y Rene a la izquierda de mí en el mismo sillón.
-Me pusiste a full ayer cuando escuchaba gritar a mi mamá- me dijo, porque la escuchaba desde atrás de la puerta
-¿te aguantas dos nenitas como nosotras?-, hablo Kai, -porque podemos ser dos nenas muy nenas-
-No se nunca me pasó-, les dije-
La mano de Rene se posó sobre mi pantalón, allí donde mi pija parada generaba una montaña, -no te vas a arrepentir- dijo, -pero nunca le cuentes a mama ¿si?-
Empezó a sobarme la pija por arriba del pantalón, Kai se levantó, se paró delante mío y movía la colita como bailando
Sentí que me bajaban el cierre del pantalón, mientras mis manos acariciaban la cola de Kai, se metían por dentro de esa pollerita y buscaban el agujerito para jugar.
Rene saco mi pija y la beso, al ver eso Kai se arrodillo junto a él.
Me levanté y dije –paremos aquí chicas, podría llegar tu madre, ¿vamos a mi departamento?-
Cerré el cierre y juntos fuimos a mi casa, nunca había estado con un gay, menos con dos, pero caliente como estaba perforaba cualquier cosa, así que no lo pensé mucho.
Entramos, les dije -esperen que me cambio-.
Fui al dormitorio me quedé en calzones y salí.
Me senté en el sillón.
El primero en llegar fue Kai que me empezó a bajar el calzón, enseguida llego Rene y lo ayudó.
-a ver si superas a tu madre- le dije
Ya ambos me besaban la pija, cada uno de un costado, de abajo hacia arriba.
Al llegar al glande sacaban la lengua y la pasaban despacio.
Muchas veces sus lenguas se tocaban y eso me calentaba más.
Los agarré y los llevé al dormitorio, quedaron solo con una diminuta bombachita cada uno.
Me acosté abriendo las piernas.
Hice acostar a Kai entre mis piernas y que me empezara a chupar los huevos.
A Rene lo puse de rodillas al costado, el metí la pija en la boca mientras jugaba metiéndole mi dedito en su ano.
Cada uno de ellos hacia su labor en forma excelente.
Kai pasaba la lengua por los huevos, bajaba, llegaba al ano y subía nuevamente hasta el tronco de la pija, la tomaba con la boca, se quería meter los dos huevos en la boca y no le entraban, los mordisqueaba.
Rene que tenía la pija entera, la tragaba, sentía como pasaba entera hasta que su nariz pegaba sobre mi piel y hacia fuerza aún.
Podía sentir como en ese momento tragaba para apretar la pija con su garganta varias veces y después la sacaba de a poco pasándole la lengua por todos lados.
Al rato se cambiaban y cada uno repetía el trabajo del otro
-Que bien que la chupan chicos, creo que estas a la altura de tu madre- y el me miraba y se reía, pero seguía.
Yo gemía y gemía sentía como una lengua rodeaba mi ano, la sentía calentita y como una garganta apretaba mi pija.
Al rato sentí que podía a acabar y así lo dije, ambos se levantaron y empezaron a chuparla juntos esperando los chorros
-danos esa lechita, queremos tu lechita-
Pero yo aún no quería acabar, lo que hice fue empezar a jugar con los culitos de ambos mientras seguían chupando.
Empecé a meter mis dedos primero uno y después dos, primero una puntita hasta llegar a meterlos enteros.
Ahí empecé a ver como cada vez que embestía con los dedos ellos gemían, aun con la pija en la boca.
Poco después empecé a eyacular, empezó a salir leche y ellos la tomaban y tragaban se pasaban la leche de una boca a otra y se besaban mientras chupaban y gemían por causa de mis dedos.
Me levante y agarré a Rene acostándolo boca abajo, le puse dos almohadas debajo para que levantara el culito.
Era un culito hermoso, blanquito, completamente lampiño, parecía el culito de una nena de 15 años.
Empecé a besarlo a pasarle la lengua, lo sentí gemir.
Kai mientras me chupaba los huevos y el culo.
Mi lengua nuca había estado en un culo masculino, ¡pero eso era de una nena!! Y me tenían a mil.
Acomode a Kai parado sobre la cama con las piernas abiertas y Rene entre ellas, con la cola hacia mí.
Su cola era más linda que la de Rene, mas caderona, mas redondita, mas paradita.
Agarre la pija y la apoye sobre la entrada de la colita de Rene y comencé a empujar, la pija comenzó a entrar, sentí como Rene gemía de placer casi aullaba.
Al mismo tiempo mi lengua se regocijaba en la colita de Kai, quien se doblaba para que yo llegara más y también gemía de placer
Ahí estaba yo con mi pija toda adentro del culito del hijo gay de quien quizás llegara ser mi pareja y lamiendo y besándole el culito a uno de sus amigos.
Estaba a mil
Escuchaba como mis huevos pegaban sobre el culo de Rene cada vez que empujaba, y el gemía.
-dame más decía dame más –
De pronto sentí como Rene empezaba a eyacular, sentí que estaba acabando porque se retorció todo y empezó a temblar, no porque lo viera.
Acosté sobre las almohadas entonces a Kai (esperaba hace rato perforarle ese hermoso culito) y de a poco empecé a penetrarlo también.
Empezó a gemir, mientras Rene había entrado por detrás mío y arrastrándose por abajo mío, boca arriba, trataba de chuparme los huevos mientras golpeaban en el culito de Kai que pedía más despacio.
Así estuvimos un rato hasta percibí que Kai también acababa, luego me pidieron que les acabara en la boca, así que me acosté boca arriba y ellos nuevamente empezaron a chuparme la pija hasta que largue varios chorros de leche que no desaprovecharon.
Al final quedamos los tres acostados, cansados
-Nos vas a seguir viendo, aunque no sigas con mi vieja- pregunto Rene
-Y qué te parece- le conteste, -pueden venir juntos o separados, que los voy a recibir-
-espero haber cumplido sus expectativas- les dije
-Siii dijo Kai y además cuando empecemos a contar quien sabe cuántos amigos querrán acompañarnos, ¿O prefieres que no? – pregunto riéndose y mirando a Rene.
-Yo no tengo problemas- dijo Rene, -se ve que hasta dos le da el cuero- repitió riéndose
-además tiene que cumplirle a mi vieja que le gusta el sexo como el chocolate- así que no sé qué dirás.
-chicas, yo no tengo problemas, pero soy hetero, no me exitan los hombres.
Ustedes casi parecen nenas, son casi nenas de cuerpo y cara, son especiales- dije
-bahh eso no es problema, la mayoría de nuestras amiguitas son así como nosotros o más femeninas.
–
Así que se cambiaron me besaron la pija un par de veces y se fueron al baile, no sin antes prometerme otra visita.
¿Qué paso después?, mucho, pero es para otra historia
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