Un trio para no olvidar
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Con mi mujer preparamos algo de cenar. Cuando lo estabamos preparando sono el timbre. Nos preguntamos que quien podria ser un martes a aquellas horas, pues eramos nuevos en esta ciudad y no esperabamos a nadie. Fui a abrir la puerta y me encontre con Arturo, un compañero de infancia que, por motivos laborales habia venido cerca de nuestro piso, y como el fin de semana antes habiamos estado hablando, nos dijo que le vencio la curiosidad y decidio venir a vernos.
Como estaba a 100 kilometros de su casa lo invitamos a comer. Pedimos una pizzas y algunas cervezas. En el piso no habia de nada a parte de una caja de vino que me habia dejado el antiguo propietario. Asi que abrimos una botella y preparamos un pequeño vermut. Entre que venia y no venia el de las pizzas nos zampamos una botella entre los tres.
Por fin llegaron las pizzas, asi que nos dispusimos a dar buena cuenta de ellas. Cuando terminamos de comer, mi mujer empezo a recoger la improvisada mesa. Cuando paso por mi lado le toque el culo, a lo que ella me sonrio. Mi sorpresa fue cuando fue a retirar el envoltorio de la pizza de nuestro amigo. Este le sobo el culo con sus manos, yo quede entre sorprendido y excitado y pense que el paso siguiente seria una sonora bofetada de mi mujer. Sin embargo ella se fue a la cocina sonrojada.
Cuando regreso vino directa a mi y me dio un beso en la boca con lengua. Yo la note muy excitada, su respiracion era acelerada y cuando me besaba no llegaba a cerrar la boca, como si le faltara aire. Mientras le besaba en la boca mis manos recorrian su culo.
Habiamos dado buena cuenta al vino y a las cervezas, asi que nos habia invadido un estado de semi euforia. Cuando Arturo se levanto y se situo detras de mi mujer, agarrandole las tetas y besandole el cuello, yo me levante, poniendome de pie delante de ella, no sabia muy bien como reaccionar, pero ella me agarro por la cintura y me abrazo dandome un morreo.
Se dio al vuelta y ahora era a el a quien besaba, mientras se desabrochaba los pantalones. Yo tire de sus pantalones hacia a bajo, las braguitas tambien bajaron al mismo tiempo hasta media pierna, dejando al aire los pelitos de su, ya por aquel entonces, humedo coño. Me arrodille para acabar de sacarles los pantalones. Mientras tanto Arturo le estaba sacando la camiseta y desabrochando el sujetador.
El se puso a chuparle las tetas como un poseso, mientras tanto, en mi posicion de rodillas empece a comer aquel coño tan humedo. Le daba lametones a todo l,o largo de la vagina, desde el ano hasta el clitoris. De tanto en cuanto me entretenia a describir circulos concentricos en su clitoris y otras veces le introducia mi lengua en lo mas profundo posible de su gruta.
Mientras ellos dos se besaban, mi mujer le saco la polla a Arturo y de la estaba pajeando. Yo me levante y ella dirigio su mano a mi paquete y me libero mi polla de aquella prision. Ahora tenia las dos pollas en sus manos, mientras nos besaba con fruicion, una vez a mi otra a Arturo.
Arturo empezo a juguetear con sus dedos con el clitoris de mi mujer, ella se agacho y, dejando el culo en pompa, empezo a chuparnos la polla y a pajearnos. Arturo continuaba jugueteando con su coño, pero ahora desde atras. Tanto le acariciaba el clitoris como le introducia dos dedos en la vagina. Yo tambien empece a jugar con su coño con mis dedos. Pero mi atencion se centro en su pequeño agujero del culo.
Mientras nos la chupaba, Arturo de encargaba de su coño y yo de su culo, este ultimo ya se habia dilatado y me entraban dos dedos si hacer ningun esfuerzo. Cada vez que le introducia el dedo en este agujero yo notaba sus pulsaciones y como su excitacion iba a mas.
Finalmente, Arturo se puso detras de ella y la empezo a follar. Mi mujer continuaba chupandome la polla. El ritmo era frenetico y la excitacion era cada vez mayor. En un momento dada ella empezo moverse sincopadamente, se estaba corriendo! Yo me corri en su boca, mientras Arturo la sacaba del agujero y hacia lo propio en el suelo del piso.
Nos vestimos y nos despedimos de Arturo sin hacer demasiados comentarios. La verdad es que la experiencia fue brutal.
Autor: Anonimo
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