Un verano distinto III
Ahora lo que había que hacer y con esmero era preparar todo para que ingresara a los juegos mi esposa Julieta. .
Este verano venía de lo mejor en cuanto a novedades, realmente era toda una condensación de deseos, lujuria y sexo. Yo estaba abocado a preparar a mi sobrino y a mi hijo a jugar, pero con un integrante más: mi esposa Julieta. A todo esto, se aproximaban las vacaciones, ni mi familia ni la familia de la hermana de mi esposa íbamos a salir de vacaciones. Mi cuñado había hecho una inversión importante en renovar su casa y yo hube de cambiar mi automóvil.
Esta situación traía un poco de complejidad al asunto, ya que al estar todos sin hacer nada el control sería mucho más y por tanto con menos posibilidades de llevar adelante nuestros juegos sexuales predilectos. De todos modos, mi tarea era armar la cosa lo mejor posible, se me estaban ocurriendo algunas cosas para que todos los integrantes del juego dijéramos algo más o menos parecido de manera tal de no levantar sospechas entre mis cuñados.
Una tarde vino a casa Damián y le dije que quería charlar con él unos minutos:
-Damián querido, te pido por favor que me prestes atención para que podemos seguir con nuestros juegos.
-Si tío, por supuesto, decime.
-Bueno, tenés que pedirle a tus padres que te dejen venir a casa a jugar con Mariano más seguido, de manera tal que no tengan ninguna sospecha sobre tus movimientos.
-Claro, tío, dejalo por mi cuenta. ¿Pero cuándo vamos a jugar de nuevo?
En estos días, pero antes tengo que hablar con vos y con Mariano, tengo pensado hacerlo mañana. Así que venite a casa a eso de las tres de la tarde y nos vamos a la pileta del club.
-Me parece perfecto, a las tres estaré aquí.
Lo que me quedaba por hacer ahora era hablar con mariano para que mañana estuviera listo para ir al club y allí hablaría con los dos acerca del ingreso de un nuevo miembro al juego.
Llegó la hora indicada para ir al club, saqué el rodado y nos fuimos los tres al club. Allí les dije que tenía que hablar un par de minutos con ellos acerca del juego que llevaríamos adelante en el día de mañana.
– ¿Qué pasa papi? Preguntó Mariano.
-Nada especial, pero tengo que decirles algo. Comenté con cierto misterio.
-Dale tío, te escuchamos.
-La cosa es que mañana vamos a jugar como lo hicimos el otro día, recuerden que esto es un secreto, lo que ocurre es que hay una nueva posibilidad en este juego, es decir que entre otra persona a jugar.
-Otra persona, dijo Mariano extrañado.
– ¿Si? ¿Y no habrá problemas?
-No, problemas no va a haber, de eso estoy seguro, lo que pasa es que el secreto se vuelve aún más secreto. Ya que se trata de tu madre Mariano y de tú tía Damián.
-Creí que esto era un juego de hombres, dijo Damián.
-Sí, agregó Mariano, no sé si me va a gustar.
-Cómo que no, dije yo. Es exactamente igual de lindo, con la diferencia que es como la escuela, la escuela es mixta, acá somos hombres y mujeres. ¿No me digan que no les gustan las mujeres?
-Nunca estuve con ninguna, dijo Marino.
-Yo tampoco, agregó Damián.
-Ya van a ver que va a ser lindo este juego, Juli es una participante más, no tiene nada de malo.
-La verdad es que la tía está linda, debo reconocer que puede ser muy interesante, dijo Damián con cierto morbo.
-Sí, debo confesar que la he visto a veces a mamá bañándose y me ha puesto duro, dijo Mariano, sin ponerse colorado.
– ¿Vieron?, dije yo. A lo que agregué: la cosa se va a poner buena, ya lo van a ver confíen en mí, che, no sean prejuiciosos, y ahora a la pileta… vamos.
En lo que no había pensado era en qué diablos iba a hacer con mi hijo Milena, no la podíamos dejar sola. Justamente eso fue lo que me puse a hablar con mi mujer cuando llegué por la tarde noche a casa luego de la pileta.
-Despreocupate dijo Juli, la llevo a la casa de Mara por un par de horas, ya me pongo en contacto con ella.
– ¿De Mara?, dije yo.
-Sí, de Mara, ¿por?, dijo Juli.
-Tu amigota es tan puta que va a degenerar a la Milena.
-No es más puta que yo y bien que te gustaba Mara antes de que nos pusiéramos de novio. Y seguro que te la cogiste un par de veces también. ¿O me equivoco?
-Aaaaahhhhhh, déjate de joder, si ocurrió ya ni me acuerdo.
-Bueno me comunico con Mara y solucionado el problema.
Y así fue, Juli llamó a Mara y Mara dijo que pasaba a buscar a Milena por casa y que iban a ir al centro de la ciudad a ver vidrieras y si les quedaba tiempo iban al cine. Al día siguiente Mara pasó a buscar a Milena, salieron y se fueron, al rato llegó a casa Damián, con un pantalón corto y una remera, ya Mariano estaba listo, se había puesto una sunga y bueno la cosa era subir a la habitación y ver como los jóvenes recibían al nuevo integrante del grupo para comenzar los juegos sexuales.
Ya en la estancia los jóvenes se desnudaron igual que yo, a los instantes ingresó mu esposa con una baby doll rojo, sin corpiño, con los cual se la trasparentaban las tetas y una mínima tanga que dejaba al aire sus bellos glúteos y que por la parte de adelante al triangulo de tela con podía contener los pelos de su concha ni por los costados ni por la parte superior, con una sonrisa Juli dijo:
-bueno, ¿cuándo empezamos?
-Cuando quiera tía, dijo Damián mientras la miraba con lascivia a su tía. Y cada vez tenía más tiesa a su pija de unos 10 centímetros de largo y de un grosor de que no llegaba a los dos centímetros. Mariano, por cierto, estaba de igual modo, y yo no podía parar con el morbo que me daba vueltas en la cabeza tratando de imaginar cómo chuparía esas vergas la puta de mi mujer.
Comenzó el juego pro parejas, a mí me tocó Mariano y a Juli, su sobrino, el piedra, papel y tijera fue alternativo entre mi mujer y su sobrino, cuando le tocó ganar a Damián, no sabía cómo chupar la concha, ya que nunca lo había hecho, entonces tuve que decirle que se fijara en cada uno de los detalles que llevaría a cabo cuando le chupara la concha a Juli. El joven aprendió rápido y se puso mimoso con la concha de su tía. Por su parte mi juego con Mariano fue un desastre, perdí casi siempre y tuve que chupar la verga de mi hijo, lo cual no me disgustaba, pero debo reconocer que cuando me tocó ganar goce con la chupada de mi hijo.
Luego se produjeron alteraciones en las parejas a mí me toco Damián y a mi esposa con su hijo. Hasta que llegó el momento deseado por mi esposa, ella quería ser penetrada por su hijo y por su sobrino, esa fue la confesión que me hizo minutos antes que llegara Damián a casa. El que propuso la cosa fui yo:
-Bueno, ahora tenemos que pasar a la segunda parte del juego, como las veces anteriores, ustedes me penetran a mí y yo a ustedes hasta terminar. Pero dadas las circunstancias que tenemos un nuevo participante yo diría que empiece ella que es la invitada y que lo haga con ustedes dos que son los más jóvenes.
Juli empezó por colocar pardos a los efebos delante de ella mientras con cada una de sus manos llenaba de carias sus penes parados con sus cabezas coloradas, los jóvenes no dejaban de gemir, hasta que ella se agachó delante de ellos y alternativamente comenzó a chupar sus pijas. Más tarde se dirigió hacia la cama, se subió a ella, con una sonrisa y un movimiento de su cabeza llamó a los muchachos, ellos fueron presurosos y les dijo que uno se la metiera por la concha y el otro por el culo.
-Traeme la crema que tengo en la toilette amor, esa que uso en todo el cuerpo, quiero lubricar mi culo, me dijo con voz tenue.
-Claro, mi amor le dije y corrí presuroso a hacer lo que me había indicado.
Al llegar con el pote me encargué de sacar un poco de crema y comenzar a lubricar al agujero de su ojete, no pude dejar de tentarme y le metí un dedo adentro de su cavidad anal. Rápidamente me corrí de la escena y ella hizo colocar a costado a Damián sobre su espalda y se sentó arriba de su verga introduciéndola en su culo, mientras que abrió sus piernas a su hijo Mariano y dejó a la vista y en todo su esplendor su bella vulva caliente y mojada. Mariano entró en ella y comenzaron a darle y dale verga para su satisfacción. Los gritos eran realmente muy apasionados, Juli estaba gozando en forma. Yo por mi parte me senté en una banqueta que hay en la habitación y comencé a hacerme una buena paja viendo ese espectáculo verdaderamente muy tórrido y canicular.
Los mancebos luego cambiaron de agujeros para poner allí sus penes, mientras alternaban con chupadas por parte de mi esposa. En un determinado momento cuando el que estaba en la concha de Juli era Damián, fui hasta la cama y me puse detrás de él, puse un poco de crema en su culo y le metí mi verga. Hicimos un hermoso trencito. Pasados ya unos treinta minutos donde mi esposa tuve verga si parar durante todo el tiempo, ella dijo:
-Bueno ahora quiero ver como se cogen entre ustedes. Eso seguro que me va a excitar mucho.
Y así ocurrió con los chicos repetimos lo que veníamos haciendo, nos cogimos entre los tres y nos chupamos bien las pijas. Ella, ahora sentada en la banqueta, no dejaba de jugar con su clítoris, a esta altura estaba muy inflamado.
Para terminar este juego que ya casi llevaba dos horas, propuse lo que sigue:
-Bueno ha llegado la hora de poner fin a esto, me parece que la nueva integrante de este juego es la que tiene que recibir todo el esperma de nuestras vergas en su cara y tragarlo ya que es su debut en este juego. ¿qué les parece?
Los jóvenes asistieron y, por supuesto, que Juli no tuvo ningún inconveniente, es más, se mostraba muy dispuesta y feliz por mi propuesta. Se arrodillo alrededor nuestro, comenzamos a hacernos la paja hasta que cada uno en su momento derramamos nuestra carga de leche en el rostro de mi esposa que lo recibió con gran algarabía y tomó bastante de ese líquido viscoso y blanquecino, aunque parte cayó en sus mejillas y otra parte en sus tetas. Los jóvenes verdaderamente tienen mucha leche, lo mío es un poco más normal.
A su momento cada uno de nosotros tomó una ducha, Damián se fue a casa de sus padres, Mariano se quedó en su habitación escuchando música y yo me quedé con mi esposa.
-La verdad que me calentó muchísimo todo este juego. Me dijo Julieta.
-Bueno, me alegro, es un juego que me gusta seguir jugando, dijo con lascivia
-A mí también, respondió ella. De solo pensar nuevamente en ellos ya estoy mojada.
-Sos verdaderamente muy puta Juli, le dijo con una sonrisa.
-Sí, y me guasta serlo, estas relaciones incestuosas me excitan desde muy pequeña.
– ¿Desde cuándo?, pregunté con asombro.
-Desde que vi a mi padre cuando tenía unos 7 años cogerse a mi prima de 12, pero ellos nunca se enteraron, ahora puedo cumplir mi fantasía.
-Bueno, eso no lo sabía, pero me alegra que puedas llevar adelante todo o que te gusta, sabés que siempre voy a hacer lo que me digas.
-Sí, ya lo sé mi amor.
– ¿No te parece que deberíamos incluir a Milena en esto? Dije con picardía.
-No me parece mal. Tendría que hablar con ella. Para jugar al sexo está, quizá todavía sea prematuro que se la pongan, ¿no te parece?
– Si, por puesto concuerdo con vos, Por otro lado, el que la quiere coger primero es papi. Y eso no lo cedo.
-Está bien, y yo voy a estar mirando, dijo Juli con su fogosidad habitual.
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