Viki, Belén y….yo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por leo9lu.
No voy a extenderme demasiado narrando como fue que nació nuestra relación, porque creo que no es eso lo que aquí interesa. Lo cierto es que yo me daba perfecta cuenta de que entre Viki, Belén y yo, existía un vínculo de mutua confianza y tácita complicidad, suficiente como para que se diera un trío. Sentía que estaban todas las condiciones dadas para eso. Estaba seguro de ello.
Sabía que todo dependía sólo de crear la oportunidad propicia y entonces sí, dar el primer paso. Lo demás vendría sólo
Fue así que por fin la oportunidad que tanto estaba esperando se presentó. Mi tío me había dicho reiteradas veces que podría darme la llave de su cabaña de campo si yo la quería. Aquel sábado de muchísimo calor les propuse ir a la cabaña que me había prestado mi tío en las montañas. No era gran cosa, pero podría ser el paraíso para mí.
Esa tarde la pasamos en el río cercano. Yo tenía unos nervios y una ansiedad para que por fin y de una vez por todas estuviésemos en la cabaña los tres solos, que no podía quedarme quieto.
Cuando por fin sobre el filo de la tarde, emprendimos el camino hacia la cabaña, yo estoy seguro que los tres sabíamos lo que iba a pasar, aunque no lo dijéramos.
Teníamos las mayas mojadas y estábamos llenos de arena. Así que era necesario que nos ducháramos. Hablamos sobre quien lo haría primero, y entonces pensé que era la oportunidad para dar ese primer paso. Propuse que la ducha fuese simultánea.
Hubo risas y miradas picarescas, pero yo estaba totalmente decidido a que no quedara sólo en una promesa; no quería dejar pasar la oportunidad y que lo lleváramos a cabo.
Fue entonces que me saqué la maya quedando totalmente desnudo y abrí las canillas tratando de parecer natural.
Como no había agua caliente, no se si comencé a temblar debido a lo fría que estaba el agua o a los nervios y la ansiedad que tenía. Pero así y todo las invité a que se me unieran y en unos segundos estábamos los tres bajo la ducha. Les pasé el jabón primero por sus senos que estaban duros y erectos a causa del agua fría, y luego bajé al resto del cuerpo. El ambiente era a esa altura de un erotismo total.
Yo ya no pude disimular la erección que tenía y salimos apresuradamente de la ducha para secarnos a medias mientras nos tocábamos y acariciábamos, para caer en la cama.
Caímos sobre ella hechos un nudo. Yo les succionaba los pezones como un poseído, mientras escuchaba sus respiraciones aceleradas sobre mi nuca. Belén fue la primera en tomarme la polla, mientras Viki me chupaba la tetilla izquierda.
Un delicioso escalofrío me recorrió el cuerpo; supongo que por la fascinación del momento.
No quería perderme detalle de lo que sucedía; sabía que luego lo recordaría muchas veces. Era un momento único.
Viki tenía los senos más grandes, así es que le acomodé la polla y me hizo por unos segundos lo que llaman en España una cubana, ante la atenta mirada de Belén.
Luego acomodé la polla entre los senos de ambas y comenzaron a moverse aprisionándomelo.
Tuve que detenerlas porque sentía que me estaba gustando demasiado y por nada del mundo quería que ellas terminaran conmigo tan pronto.
Les dije que se sentaran sobre la cama y les ofrecí mi polla totalmente tiesa. Belén le pasaba la lengua por el glande, mientras miraba hacia arriba buscando la expresión de mi cara. Viki fue mucho más directa y se la metió en la boca casi por completo, haciéndole largas y profundas chupadas. De nuevo tuve que detenerlas. Era demasiado para mi.
Les pedí que se dieran vuelta, y pude apreciar las hermosas caderas y las marcadas curvas que presentaban. Comencé entonces a tocarlas pasando las manos por sus agujeros. Empezaron a contonearse levemente. Como había notado que mis dedos entraban con bastante facilidad en el ano de Belén, comencé a introducir más mis dedos para dilatarlo.
Después de un buen rato no aguanté la tentación de meterle la polla allí. Al notar ella lo que quería hacerle, ella misma me la agarró y le introdujo la cabeza. Era mi primera vez haciendo sexo anal, así que no sabía como sería.
No me pareció demasiado diferente, simplemente que sentía que estaba bastante limitado en mis movimientos porque ella me detenía. Mientras tanto Viki se había abrazado a mi desde atrás y me susurraba al oído “dale, dale…clavásela con todo, llenále el culito de leche”, lo que me ponía aún más. Pero Belén dijo que le estaba doliendo mucho así que se la saqué.
Por cierto la historia continuó y tengo mucho más para contaros. Pero eso será la próxima vez si es que hay alguien a quien le interese la narración claro está.
Leo
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