Amor en la costa
Una millonaria entregada a sus obras sociales se encuentra una chiquilla que le hará entregar su amor.
Esta historia es imaginaria y comienza en una ciudad costera, Ana es una viuda millonaria de 51 años, piel morena, cabello negro, senos grandes, cintura y piernas tonificadas ya que por medio del ejercicio se siguió poniendo en forma, ojos castaño, una mujer que no tiene nada que envidiarle a las jovencitas. Ella dedica un buen tiempo de su día a obra social, tiene una fundación que ayuda a niños y niñas desamparados, donde en sus instalaciones tiene todo lo necesario para sostener la vida difícil de estos niños. En la fundación vivía una niña de 12 años llamada Ema, una niña rubia de ojos verdes, mirada inocente, bonito cuerpo y piernas en resumen, es una niña muy linda que quedó huérfana por un accidente de tránsito que le quito a sus padres. En una de sus visitas a la fundación, Ana se fijó en Ema, y de repente sintió algo extraño, como un cosquilleo, quedó extasiada al ver la hermosura de la niña, el director de la fundación, rogelio se percató y preguntó: – Doña Ana, se siente bien? – Si Rogelio, me siento bien, solo que me llama la atención la niña monita de allí, que sabe de ella? – Doña, la niña se llama Ema, ella está aquí porque sus padres fallecieron en un accidente de tránsito y no hubo ningún familiar que quisiera hacerse cargo de ella así que legalizados los papeles la trajimos acá. – Ahh Rogelio, gracias por la información. Luego, Ana se acercó a la niña que estaba sentada pensando en las bancas al pie de los columpios. – Me puedo sentar a tu lado? – Preguntó Ana. – Si señora. – Contestó Ema. – Oye señora…. – Ana, solo dime Ana. – Ana, gracias por aceptarme aquí, la verdad es que me siento muy sola, esa sensación a veces con mis compañeritos se me quita, pero hay noches que no puedo dormir pensando en mis padres. – Te entiendo, sabes, mi vida también fue muy dura, viví con mi madre y mi padrastro, papá nos abandonó y mi padrastro no fue tan bueno con nosotras, tanto así que apenas tuve mi mayoría de edad me fui de casa, pude hacer mi vida y me case con un gran hombre, quien ahora último lamentablemente murió, pero he aprendido a asumir el hecho de estar sola así que no te preocupes, solo es dejar pasar el tiempo y aunque no olvides a tus padres, te aseguro que tu vida puede ser más llevadera. – Ana, muchas gracias por lo que me dices me siento un poquito mejor. – Quieres ir de paseo? – Pues Ana me gustaría pero no se si me dejen salir, ya sabes políticas de acá. – Tranquila yo lo arreglo. Y Ana se dirigió a la oficina del director, y luego de contar con la aprobación de Rogelio, Ana y Ema salieron en el carro y se dirigieron a un parque a seguir conversando. – Oye Ana, te puedo preguntar algo sin ofender? – Claro niña. – Cuántos años tienes? – Yo tengo 51 y tú? – Tengo 12 años, y de verdad me sorprende que con esa edad y te ves muy bonita. – Gracias Ema, tu también eres muy bonita. Oye que te parece si comemos helado? – Por mi esta bien. Luego llegaron a una heladería y Ema le contaba todo lo que había pasado, sus sentimientos todo eso que a veces le daba nostalgia, Ana prestaba especial atención a la niña, la charla se prolongó hasta llegada la noche, ahí la niña se asustó. – Ana, vamos que se me hizo tarde. – Tranquila niña, tu dirás si esta noche te quedas conmigo, si me dices que si hablo con Rogelio para que te deje quedar conmigo sin problema. La niña asintió, y Ana, después de hablar con Rogelio se llevó a Ema a su casa, en un exclusivo sector de la ciudad. Ya dentro de la casa, Ema le pide a Ana el baño para bañarse y cambiarse, a lo que Ana accede y le presta un short y una blusa para que se cambie, mientras Ana hacia la comida.
Después de cenar, Ana se levantó para alistar el cuarto para Ema, ya listo le mostró el cuarto, la dejó y se fue a su cuarto. A Ema la invadió la curiosidad y fue suave sin hacer ruido, y vio a través de la puerta entreabierta de la habitación a Ana desnuda, Ema se sonrojo y empezó a sudar al ver sus senos grandes de aureola negra, y un vello púbico abundante en su vagina y un trasero hermoso. La niña sonrojada volvió a su habitación a intentar dormir. Pasaba la noche y Ema no podía dormir, pero no era tanto por sus padres sino por haber visto ese cuerpo de Ana, la niña fue a la habitación de Ana y preguntó: – Disculpa Ana, es que no puedo dormir puedo quedarme contigo? – Ana, al oír eso, sintió que sus pezones se pararon y respondió:- Claro que sí Ema, ven. La niña se acostó y Ana también al lado de ella, luego Ana sintió el instinto y empezó a acariciar a Ema, primero el cabello, luego el cuello, después la cintura, luego las piernas y fue subiendo las caricias hacia su vagina, Ema en vez de asustarse se excito y empezó a moverse con el movimiento de los dedos de Ana, quien no dudo en besar a la boca a Ema, después bajó a sus senos y después hacía su vagina, la cual primero besó y después empezó a chupar, Ema gemia y se movía al ritmo de la lengua de Ana hasta que tuvo un orgasmo.
Luego Ana puso la boca de Ema en sus senos, quien parecía una bebé amamantando, luego instintivamente fue bajando hasta encontrarse con el matorral de vello, Ema sin pudor y llevada por la excitacion besaba la vagina de Ana y luego chupaba, Ana gemia se sentía una energía sexual y fue así el movimiento de Ana que tuvo su orgasmo en la boca de Ema, quien se bebió todo y las dos se durmieron.
En un próximo relato cuento la siguiente experiencia de Ema y Ana.
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