Andre Mi Niñera
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Leonanky.
Me llamo Koral. Tengo 23 años. El siguiente ralato que les contaré, sucedió hace 13 años. El amor entre Andrea (mi niñera) y yo fue en aquel entonces un despertar para mi.
Andrea para aquel entonces tenía 19 años. Mide uno 1,72 metros de altura. Ella tenía un cuerpo Proporcional para su edad. Tenía un cabello rojizo oscuro, Piel clara, Busto hermoso y presentable ni tanta grandes, ni muy diminutas. Una cintura, con sus caderas naturalmente alineadas como debe ser, Un culo Paradp, que al colocarse una licra o Jean le resaltaba más aún su precioso cuerpo.
Todo comenzó una tarde cuando venía de la escuela. Cuando mi madre y mi padre me esperaban. Ellos me saludan como siempre, y me dicen que tengo niñera nueva. Yo me lo tomé natural, porque mis padres siempre están contratando niñeras de medio tiempo para cuidarme cuando ellos tienen que irse de viaje o cuando se quedan hasta tarde en el trabajo.
Ella se presenta:
—Hola, Soy Andrea tu nueva niñera.
—Hola.
—Seré tu niñera a tiempo completo. Así podemos pasar más tiempo y conocer mejor.
—Supongo.
Mi madre me regaña por el aire de sarcasmo que tengo.
—Koral. Deberías estar agradecida, de que conseguimos a ésta chica, que está dispuesta a completo para nosotros. Además, ella puede ayudarte a estudiar. Según su currículo, es muy inteligente e intelectual.
—Si tu lo dices.
—Tranquila, ya verás que seremos buenas amigas. —Dice Andrea.
—Vale… de acuerdo.
Mi madre prepara la comida, mientras que yo ayudó con las maletas de Andrea, para acomodarla en el cuarto (habitación) de huéspedes. Acomodo sus maletas en la cama, y veo que entra Andrea.
—Oye, Korie…
—¿Uh?
—Se que te es difícil todo esto. Pero Para estoy yo, para ayudarte. Sí necesitas mi ayuda no dudes en acudir a mi. Se que has tenido malas experiencias con las niñeras anterior. Pero verás con el tiempo, que no soy una loca como las demás
Me hace soltar una carcajada.
—Ja! ja!…
—¿Qué te hace gracia?
—Eh… nada… sólo que lo que dijiste me cuaso, gracia.
—Es ya es un avance.
—Tal vez…
Andrea me ayuda a acomodar sus cosas. Luego salimos y mi madre nos recibe alegre como siempre.
—Las estaba esperando.
—Gracias Señora Marcano. —Dice Andrea.
Todos nos sentamos, y comemos.
En eso mi madre, empieza a hablar con mi padre sobres sus negocios. Yo hago poca importancia, mientras que Andrea come tranquilamente pero pendiente.
Al finalizar Andrea Ayudó a mi madre a lavar los platos. Mientras ella los lavaba, yo iba secándolos y acomodandolos.
Estoy en mi cuarto (habitación), Andrea se aparece.
—Korie. ¿necesitas algo?
—Por ahora nada. Gracias.
—Si me necesitas, estoy para ayudarte.
—Ok.
Le dedico una sonrisa, ella me la devuelve y se vuelve para irse a su cuarto (habitación).
Al día siguiente, yo me alisto para ir a la escuela. Andrea me ayuda, ya que mis padres salieron muy temprano. Ella me da mi desayuno. Me lleva a la escuela.
—Buenos Korie. Te dejo aquí. Voy a comprar unas cosas. Sí necesitas algo, tienes mi número.
—Vale… Está bien.
Están en la casa. Voy directo a mi cuarto, y me pongo más cómoda. Me colocó short azul corto, que hace juego con mi blusa blanca.
Tocan la puerta.
—¿Puedo pasar?
—Claro.
Se sienta a un costado de la cama.
—¿Puedo ayudarte en alguna tarea?
—Claro. Pero antes… Quería preguntarte algo…
—Seguro, dime.
—Bueno… Eh… Hoy en la clase, la maestra habló sobre el sexo.
—¡Ah si!. —Dice con algo de sorpresa.
—Si. Y ella mostró algunas imágenes de cuando las personas tienen relaciones sexuales. Todos estamos riendo, nerviosos. Las muchachas Estábamos ruborizadas, y como siempre los varones estaban Riendo y burlándose.
—Mmm…
—La maestra dijo que eso se debe hacer cuando estemos grande, y con alguien que nosotros amemos desde el corazón.
—Eso es verdad. Y está bien, que la maestra halla dicho eso. Los chamos hoy en día andan muy apresurados y con otra mentalidad.
—Pero hay otra cosa.
—¿Qué?
—Después de recreo, mis amigas y yo hablamos de la clase en recreo. Y una dijo que ya lo había hecho, dijo que al principio eso duele, pero luego se te quita y lo disfrutas.
—¿¡Te dijo eso!?
—Sip. —Digo algo apenada.
—Koral Marcano. Debes tener cuido con quien te juntas. No vaya ser que luego andes en malos pasos. Mira que tu madre me ha hablado bien de ti y no quiero empañar esa imagen con esas locuras.
—Tranquila. Otra de mis amigas que también lo hizo ella nos mostro un… un… Ella sacó algo largo de goma, y por lo que vi tenía baterías. Ella dice que lo hizo con su prima, y que hasta ahora son novias en secreto.
Andrea se queda con la boca abierta.
—Ella nos dijo que esa cosa de goma lo introducimos dentro y eso relaja. Y que también, sí no lo quieres hacer con nadie ese es un método.
Andrea se queda sin palabras.
—Koral, te recomiendo que te alejes de esas niñas. Ellas tienen una mente muy avanzada para su edad. De verdad que no puedo lo que me dices.
—¿Puedo preguntarte algo?
—Dependiendo.
—Vamos…
—De acuerdo.
—Has tenido sexo con algún chico?
—Eh… eh… deberías estudiar en vez de estar pensando esas cosas. Eres muy niña para pensar en esas cosas.
—No me has respondido.
—…
Andrea se molesta y se retira.
A la mañana siguiente. Todo pasa igual, sólo que esta vez Andrea esta sería. No me habla. Enciende el carro y me lleva a la escuela.
Estando en la vía. Veo que tiene la vista en el pavimento, y de vez en cuando me observa.
—Andrea.
—…
—Entiendo que estés molesta conmigo. Pero ya, eso algo algún día me sucedera.
—…
—¿Estás molesta por lo que te dije, o por lo que te pregunté?
No me responde.
Llego a la escuela. Me bajo y me despido, Andrea sigue sería pero asienta la cabeza en señal de respuesta a la despedida.
Al salir de clase. Mando un mensaje Andrea, me va a buscar. Al llegar a la casa Veo que mis padres no están.
—Sabes de mis padres.
—Vienen más tarde. Están cerrando un trato.
—¡Dios mío! al fin me hablas.
—Mi amor, Estoy molesta contigo por lo que me preguntaste. Aún así no por ello te voy a odiar.
—…
—Dame un abrazo.
Nos abrazamos.
—Sólo te digo que seas cuidado con esas cosas. Y que tengas mucha cautela con los chamos.
—Tomaré tu consejo.
Luego de eso. Yo me alistó, para ir a comprarme un refresco (gaseosa), y al regresar. Entro a mi cuarto (habitación), y enciendo mi lapto. Me conecto a Facebook, y empiezo a chatear con Camila (una de mis mejor amigas), chateamos y luego me da un enlace de un video. Me dice que haga clip y q lo reproduzca.
Yo reproduzco el video, y veo que es una chama masturbandose con la cosa esa de goma (consolador). Yo veo y me quedo perpleja por cómo lo usaba, lo humedecia, lo introducía en su raja y en su hollo. yo lo quito y luego le reclamo a Camila por eso. Ella me dice que me tranquilice, Qué yo pidiera comenzar por el sexo anal y que así. Sí le gusta procede a lo otro, o sino que lo deje. Yo le corto con una excusa de que debo irme. En verdad estoy ruborizada.
Luego agarro unos de mis cuadernos, para resolver mis tareas. Al pasar un rato, recuerdo lo que vi en el video, y lo que me dijo Camila. Sin darme cuenta tengo mi pantaleta un poco húmeda. Mr quedo un poco impresionada, pero el recuerdo del video no se me sale de la mente. Así que decido probar.
Sacó de mi bolso (mochila), la cosa esa de goma (consolador), y en eso me quito el uniforme, incluyendo la ropa íntima. Al Veo q mi cosita está brillante aún.
Voy al baño, al abrir la puerta veo que está Andrea en el lavamanos junto al espejo que hay en él. De la impresión mis piernas colapsan y me caigo por lo que me lastimo el coxi.
Andrea se queda petrificada al verme así y con aquella cosa en la mano. Igualmente me ayuda a levantarme.
—Koral Andreina Marcano, ¿Qué significa esto?
—Yo… eh… ¿qué haces en mi cuarto, y sin avisarme? —Digo en mi defensa.
—Yo estoy aquí acomodanme la cara, vine aquí porque tu baño tiene luz en él lavamanos y en él mío no, por eso entré a tu cuarto. Yo entré aquí y como no estabas decidí ir al baño. Además, ¿porqué cargas un consolador en tu mano?
—¿Un qué?
—Un consolador Koral. ¿Quien te dio eso?
—Una de mis mejores amigas.
—¿¡Es tu amiga la que te dio eso!?, ¿Y sí te hubiese dado droga?
—Por Dios, ¡No seas ridícula!
—¡Respetame!, estoy a cargo tuyo. Además, ¿Qué querías hacer con esto? —Me lo quita de la mano.
—Eh… yo…
—Está decomisado. Además, anda a lavarte. —Nota que estoy húmeda.
—¡Coño!, está bien.
Yo entro, y me doy un baño (una ducha), mientras que Andrea se termina de sacar las cejas. Ella se va al rato, y me quedo yo sola en él baño.
Nojoda, que vergüenza la mía. ¿Que va a pensar Andrea de mí?, ¿Le dirá a mis Padres?, espero que no; porque sino estoy en serios problemas.
Son las ocho De la noche, termino de estudiar a las diez y me acuesto a dormír.
Me levanto, a las dos de la mañana, porque tengo la garganta seca, ya que se me ovido dejar agua en mi mesita de noche.
Salgo a la cocina, por un vaso de agua. Al terminar de beber agua, me regreso. En eso escucho unos breves gemidos. No se de donde provengan porque en está casa a veces los sonidos se escuchan como sí viniese de todos lados.
No presto aatención, así que voy a mi cuarto. En eso escucho los gemidos un pocos más claros. Voy hacia el pasillo que da con el cuarto de huéspedes, y veo que es Andrea. Los gemidos son de ella, y veo que cada vez se intensifican. Gime fuerte, y intento abrir la puerta.
En efecto es Andrea. Ella estaba masturbandose con el consolador que me prestó Camila. Andrea lo introducía en su hendidura y no sacaba, luego lo rodeaba con su lengua y volvía a penetrarse a sí misma. Ella Emitía gemidos, que me hacía dar un frío que recorría toda mi espalda. Yo estando allí, con sólo la cabeza en el cuarto puedo ver lo que hace Andrea. Lo cual hace sentir algo excitada y mojada. Realmente no entiendo ni comprendo porqué, pero se siente extraño y a la vez se siente bien.
Yo decido irme por lo que cuando intento cerrar la puerta, dicha puerta no se entre juntaba. Intenté cerrarla, pero sí jalaba de ella, haría mucho ruido y Andrea vería que la estoy Espiando.
No me queda más remedio que dejar la puerta así. Por lo que rápidamente voy a mi cuarto.
Me cuesta dormír. No puedo dejar de pensar lo que vi en aquella habitación. Me quedo hasta 1 hora despierta. Mis padres llegan al rato. Yo decido tratar de dormír.
A la mañana siguiente. Mis padres están en la mesa, mientras Andrea les prepara la comida. Mientras yo reviso mis a ver si falta alguno de mis útiles, mi madre me pregunta como siempre lo hace cada mañana cuando puede estar conmigo.
—Mi amor, ¿cómo te fue ayer en la escuela?
Andrea me mira de reojo.
—Bien. Hoy tengo un taller de Ciencias Naturales.
—¿Y estudiaste?
—Obvio que si. Sabes que no me gusta sacar malas notas. No me gusta ser una marginal e ignorante de la vida como las demás.
—Vale. Está bien.
—¿Y Andrea como se ha comportado contigo?
Esta vez miro a Andrea nerviosa.
—Hasta ahora todo marcha bien.
—Me alegro mi vida.
—Andrea, ¿cómo se ha comportado mi niña?
Ahora miro mucho más nerviosa a Andrea. Pero ella me dedica una sonrisa y dice que todo ha ido bien.
Yo me preparo para ir a la escuela. Esta vez Andrea no me podrá llevar porque ayudará a mi madre con unas cosas. Por lo que mi padre será quien me lleve.
Estando en la escuela. En recreo. Camila y yo hablamos.
—Koral, ¿cómo te ha ido con tu amigo?
—¿Qué amigo?
—Sabes de lo que hablo.
—¿Amigo?… Ah… te refieres al… consolador.
—Obvio.
—…
—¿Tuviste tu primera ve con él?
—Yo…
—¡Por Dios! deja de balbucear y dime que hiciste con él. ¿Lo hiciste o no?
—Bueno… yo… no lo hice.
—Ya sabía. ¿Puedes darmelo al salir de clases?
—Con respecto a eso… ¿te acuerda que te hablé de la nueva niñera que mis padres contrataron?
—Por supuesto. ¿Qué hay con ella?
—Pues me decomisó el vibrador.
—¿¡Qué!?
—Si ella me lo quitó.
—Pero como… ¿Qué hiciste?, ¿se lo mostraste?
—No seas estúpida, claro que no. Después de que ¡Tú! me mandaste el video, me sentí excitada, por lo que agarré el vibrador y decidí ir al baño. En eso cuando abro la puerta Andrea estaba allí.
—Que estúpida eres.
—¡No tengo la culpa!, ella me sorprendió, yo había salido antes a comprar un refresco (gaseosa), y cuando iba hacer aquello; ella me pilla en el intento.
—No sé como vas a hacer. Pero debes conseguír eso y darmelo. Mi madre no sabe que he tomado eso de sus cosas.
—Pero es que tú también… Menuda amiga que tengo. Pero qué se le va hacer. Eres una de las pocas personas en las que confio.
—Yo también. Pero por Dios Koral, porqué sino el castigo que me darán no alcanzara para contartelo. Ya sabes como son mis padres.
-Si… Yo veré como le quito el consolador.
-Más te vale.
Al regresar de clases. Mi madre tiene una hoja en el cual le señala a Andrea y le da instrucciones e indicaciones.
—¡Holis!
—Hola mi amor. ¿Todo bien en la escuela?
—Si.
Andrea me mira y me sonríe. Yo medio temblorosa le sonrió y me voy directo a mi cuarto. Me cambio y me quedo en mi cama, estudiando. Al rato me quedo dormida.
Siento que algo toca mi cabeza, por lo que me despierta. Cuando veo es Andrea, me quedo paralizada. No se que hacer o que decir.
—¿Como te sientes?
—Bi… Bien.
—Tranquila Korie, no le dicho ni le diré nada a tu madre acerca del consolador.
—Bueno… No sabes el gran favor que me haces.
—Me viste masturbandome.
Me quedo fría y sin poder moverme siquiera.
—Sé que fuiste tú. Aquí no había nadie más que tú y yo.
—Lo… siento.
—No te preocupes.
—Preguntaste acerca de que si yo tuve relaciones con alguien ¿verdad?
—Sip.
—Bueno. Yo si lo he hecho. Pero no fue a la edad de tus compsñeras. Lo hice a los 15.
—Con razón eL cuerpo.
—A qué te refieres.
—Dicen que después de que lo haces. Tu cuerpo cambia un poco.
—Es verdad.
—¿Tienes otra pregunta? —Me dice.
—¿Qué se siente?
Andrea tarda un poco al responder, pero cede al final.
—Al principio duele, porque no Estás acostumbrada a sentir cosas dentro de ti. Pero al perder tu virginidad, luego ese dolor se va y se vuelve placer. Algo así como la mujer que pare. Al principio le duele, luego de que sale el bebé, el dolor se va instantáneamente.
—Comprendo.
—Korie, mi amor. ¿Qué querías hacer exactamente con ese consolador?
—Yo… bu… bueno, yo quería saber que sentía eso.
—¿Quieres saber sobre eso?, ¿Estás segura? ¿Sabes que debes hacerlo con alguien que signifique mucho para ti.
—Si pero… no sé… me tienes nerviosa. No sé que decir.
—Si quieres yo te puedo ayudar.
—¿Ayudar cómo?
—Ven yo te explico. Sólo quitate la pijama.
—¿Segura? Y si papá o mamá nos ven.
—Ellos hace rato se fueron. Regresan en la noche.
—Bueno…
Me quito la pijama. Sólo estoy con mi franela y mi bluma.
—Quitale La bluma y la franela.
Hago lo que me dice. Y al intante se queda observando.
—Korie tienes un cuerpo precioso. Menos mal que no lo has profanado con ningún morboso mal intencionado.
Me siento apenada de que me vea así, por lo que me sonrojo.
—Tranquila Korie. No debes tener pena conmigo. Sabes que soy tu amiga, y debes tener confianza.
—Ven. acuestate. —Me dice.
—Por lo visto Estás algo húmeda.
—¿Porqué estoy así?
—Porque estás Excitada mi niña. Pero ya calmaremos eso.
Ella empieza por masajearme. Masajea mis brazos, Torso, piernas, y se detiene en mi cosita.
—Vaya hermosura Korie.
—¿Qué?
—Tienes una rajita muy linda.
—Eh… gracias. —Apenas salen mis palabras.
—Esto es un tesoro que debemos guardar, ¿no crees?
—Supongo que si.
—Estás húmeda mami. Me gusta verla así. Veamos que hay adentro.
—No… creo que sea necesario. —Estoy nerviosa pero a la vez sintiendo un raro placer que me excita.
—Oh sí. Debo verte bien mi niña.
En eso abre mis pequeños labios, y empieza a masajearme en forma de círculo con los dedos índice y medio. Yo me estremezco por el contacto y suelto un gemido.
—Tranquila. ¿No se siente bien? —Dice Andrea.
—S…Si. —No puedo hablar, no soy capaz de mantener mi mente en tierra.
—Sólo Relájate Cariño.
Ella toca mi clítoris, y yo suelto un grito. Ella lo masajea, una y otra vez haciendo que me sienta más húmeda y deseosa.
Luego de pasar un rato así ella me dice que abra la piernas. Yo sí poder sí quiera analizar lo que menciona, automáticamente las abro.
Ella empieza a mover su dejos sobre mi cosita la cual hace que suelte gemidos. A medida que avanza el tiempo ella mueve sus dedos más rápido, haciéndome hadear y gemir. ¡Dios! me siento caliente, siento un frío en mi cuerpo que se entrelaza a un nivel de adrenalina que me excita al máximo. No puedo evitarlo. Me gusta, me gusta esto.
—No he terminado. —Dice Andrea.
—Andrea…
—¿Qué, mi niña hermosa?
—Por favor para. Me voy a orinar.
—No te vas a orinar. Que te lo digo. Confía en mí.
—Está bien.
Ella Me abre las piernas, me da un beso en mí cosita, y pasa su lengua. Un corrientazo recorre mis espina dorsal, haciendo que doble mi cuerpo hacía Adelante.
—Relájate. Sólo disfruta. —Dice Andrea.
Empieza a pasar mi lengua. Chupando y lamiendo. Una y otra vez. Yo sólo puedo gemir y hadear intensamente por el placer que causa esto. Es muy intenso pero divinizante.
Ella Incorpora su dedo Para tocar mi clítoris. Mientras su lengua pasa por mi vagina, su dedo roza y toca mi clítoris.
Pasa como un minuto haciendo eso, y me vengo en su cara.
—Vaya. A pesar de que eres una niña, te vienes como una adolescente de 17 años.
Ella lame y se traga todo mi jugo.
—Jamás había probado un orgasmo tan exquisito como el tuyo. Veremos si hay más de ese jugo de vida. —Dice Andrea.
Vuelve a chupar y lamer mi cosita, y mi clítoris. Yo me vengo unas 3 veces más. Uno más intenso que el otro. Ella intensifica más su juego y aumenta su ritmo, por lo que me hace venir fuerte e intensamente más que las veces anteriores, Bañando completamente la cara de Andrea y parte de la cama. Yo me asusto, puesto que si mi madre ve eso, me preguntará y no sabré responderle.
—No te preocupes mi amor. Yo me encargo de eso. Ahora vamos a limpiar esto. —Dice Andrea.
Ella lame toda mi cosita dejándola limpia y todo aquel líquido se lo traga.
—Eres una belleza sublime Koral. ¿Te gusto todo esto?
—… —No tengo aliento por el cansancio que causó.
—Tranquila. Yo también pasé y he pasado por eso.
Se inclina hacía a mí y me da un suave y sutil beso en los labios.
Yo me siento extraña, pero cedo al beso dejándome llevar por sus labios.
—Para ser virgen. Te corres como sino lo fueras. Menos mal que aún lo eres.
—Supongo. —Es todo lo que puedo decir.
—Ven vamos a bañarnos. Yo te ayudo.
Me levanto con cuidado, cuando voy llegando al baño, colapso.
Son las ocho de la noche. Andrea está a mí lado dulcemente sonríendome.
—Buenas Noches mi amor.
—Hola Andrea. —Digo algo dormitada.
—¿Como te sientes?
—Mejor. Pero… ¿qué me pasó?
—Te desmayaste.
—¿Si?
—Si. Cuando te iba a llevar a bañarte tu cuerpo colapsó. Por eso te desmayate.
—Comprendo. ¿Me bañaste y me cambiaste la ropa?
—Si. Aunque me fue algo incómodo y difícil por tu peso, no me importó porque te quiero mucho.
—Gracias. Yo también te quiero mucho.
Se inclina y me didica un sublime y tierno beso. Mis labios se entrelazan con los suyos. Y pasamos un rato besandonos.
—Me gustas mucho Koral.
—¿Uh?
—Me tienes loca. No puedo dejar de pensar en ti.
—… No sé que decirte.
—No digas nada. Sólo dime lo que sientes.
—Bueno. Yo te quiero, pero… ¿No está mal que dos mujeres hagan estas cosas?
—Siempre que haya amor. Cuando el amor es limpio no hay nada que temer.
—Bueno, tienes razón. Pero, ¿me amas?
—Desde que te vi no pude resistirme. La fuerza de atracción hacía ti, fue más fuerte que mi voluntad.
—No sé que decir al respecto.
—Tienes desconfianza de ti, y no confías en tu belleza. Tu madre hablo eso conmigo al principio, veo que es verdad.
—No me consideron bella.
—¡Pero claro que eres bella, eres preciosa!, como te atreves a dudar de eso.
—No lo sé.
—Me gustas mucho. Koral. Todos sabemos que eres una niña muy preciosa.
—De alguna manera me atraes también. Pero, ¿que dirán mis padres de esto?
—No tienen que saberlo. Seré nuestro secreto. ¿Estás de acuerdo conmigo?
—Claro. Pero y si nos descubren.
—Haremos nuestros máximos esfuerzos para esconderlo.
—Vale.
Nos damos un beso. Andrea interrumpe el beso.
—¿Qué pasó?
—Tus padres están por venir. Mejor nos alistamos.
—Vale.
Yo visto una falda violeta, con una blusa verde clara. Andrea viste una sudarera blanca con una licra roja, El cuál deja ver muy poco su su hilo.
Nos levantamos, y puedo ver su espectacular Culo.
—¿De que color es tu hilo?
—¿me estás buceando?
—No… Sólo que se te ve un poco el hilo.
—Es rojo. ¿Quieres verlo?
—Sip.
Ella se baja un poco la licra, y deja ver su Culo y su licra. La observo un rato.
—Suficiente. —Digo.
—Vale. Vamos a recibir a tus padres.
Mis padres llegan, yo salgo corriendo y los abrazo. En verdad que los quiero. Ellos son mi todo. No sé que haría sin ellos. Y claro… ahora sin Andrea.
Saludan a Andrea, y nos preguntan que cómo ha ido todo, ambas respondemos que bien. Mi madre nota que ahora estamos más unidas.
—Veo que ahora son amigas.
—Pudiera ser —Digo.
—¿Cómo que pidiera ser?, sí hasta están sonriendo. A ti, Koral, tenía tiempo que no te veía sonreír así. Creo q Andrea Ha pasado el reto.
—¿Reto? —Ambas decimos lo mismo (Andrea y yo)
—Si. Tu padre y yo, traimos a Andrea con la esperanza de que te hiciera felíz.
—Y lo es. —Dice Andrea.
Yo le piso el pie. Y ella hace una mueca de dolor. Ella me mira con un gesto preguntándome qué por porque hice eso. No hago caso y continuo escuchando a mi madre.
—Bueno. Tu padre y yo ya finalizamos un negocio. Dentro de un mes nos vamos de viaje a Colombia, por un inventario que nos tiene uno de los socios de la empresa. Yo te dejaré mi tarjeta y dinero en efectivo por sI acaso. Igualmente estos días pasaremos juntos.
—Vale. ¿Y papá donde está?, está en el cuarto cambiandose. Ya sabes como es tu padre, le gusta comer después de que todos coman. Lo hace por comodidad.
—Como digas.
Cenamos. Terminamos el aseo de la cocina, y ambas nos vamos a nuestros cuartos. Nos despedimos de mi madre y seguimos. Más adelante, está mi cuarto. Andrea se detiene conmigo.
—¿No te vas a despedir de mí?
—Claro que sí. Pero no quiero que te vayas. Quedate conmigo.
—¿A que te refieres?, estoy aquí contigo.
—Me refiero a que si piensas cambiar de trabajo… No lo hagas. Yo te quiero mucho y te necesito… A mi lado.
Se le escapa una lágrima a Andrea.
—Como crees. Claro que no me iré. Siempre estaré contigo Korie.
Sus palabras me debilitan, y empiezo a llorar.
Andrea sujeta mi mejilla. Y Me mira fijamente.
—Por favor no llores. Sabes que si tu lloras, yo lo haré. No puedo verte así. ¡Vamos, Señorita! dejese de boberías y comportese como una dama.
Ella me hace sonreír.
—Vez. Mucho mejor.
Con sus dedos limpia mis lágrimas.
—Realmente no sé que tienes, que siempre me hace ser felíz.
—Yo tampoco sé, lo único que sé es que te quiero mucho.
—Yo te quiero más.
Ella me da un beso tan tierno, que solamente cierro mis ojos, y me dejó llevar.
Luego nos despedimos. Pero Antes Andrea me hace una pregunta que deja petrificada.
—Koral.
—Dime.
—¿Quieres ser mi novia?
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