AVENTURAS TRIBALES (2DA PARTE)
Como ya mencioné en mi anterior relato, las cosas se estaban poniendo bastante turbias y empeorarían a cada nuevo suceso, ya bastante malo era para mi conciencia (al menos occidental) practicar sexo lésbico con una menor de edad, se que a la niña no le importó ni a nadie en la aldea, ni nadie me iba a juzgar ni a señalar, pero para mi formación ética y moral, aquello no estuvo nada bien, se que era cosa mia pero no pude evitar entrar en conflicto, sin embargo, de momento no había tiempo para eso, aquello me preparó mentalmente pues supuse (con buen tino) que mas cosas asi sucederían y tendría que hacerlas sin remedio, no tenía opción, ¿A dónde escapaba en esa isla? Empecé a intuir que había sido una pésima idea, pues mi marido y Knwolele el guía regresarían por mi días después, y siempre había el riesgo (como todo viaje a esta clase de regiones indómitas) de contraer alguna enfermedad o que los nativos cambiaren de parecer y decidieran agredirme o lastimarme (el tema del canibalismo me tenia muy nerviosa), en mi caso las lugareñas, eran amables pero parecían dispuestas a obligarme por la fuerza en caso de que me negara a hacer algo que me pedían y como toda tribu, había varias mujeres que parecían tener el mando en esa aldea
Y como ya mencioné también, yo ya había visitado anteriormente algunas aldeas aborígenes en África, sumatra y la polinesia, pero nunca tan a fondo como ésta y ya también había visto ciertas prácticas rituales o actividades raras en algunas tribus, algunas eran desagradables, como la terrible circuncisión a cuchillo de los jóvenes Xhosa o la bebida de líquido para después escupirlo sobre las personas característico de los Masai, pero de esto no tenía idea, parecía que cada una de sus “creencias” o “rituales” tuvieran siempre una connotación sexual, se las arreglaban de algún modo para que el sexo se viera involucrado de algún modo, aquello no estaba resultando como yo hubiera deseado
Cuando me levanté por la mañana, como dije en mi anterior relato, traté de ubicar a la pequeña con la que me había follado pero no tuve suerte, quería conocerla, verla de frente, verificar que tanto le había afectado lo nuestro, quería ver si se encontraba bien, en fin, la idea de adoptarla y sacarla de ahí fue tentadora pero no pudo ser posible, yo seguía siendo una novedad en la aldea, y aun algunas niñas conteniendo las risas se acercaban a tocarme la entrepierna, no me agradaba para nada pero las dejaba hacer, en eso comprendí que ya era hora de ir al baño (yo era muy regular y metódica en ese sentido) y me acerqué a una de las mujeres que parecían tener cierta autoridad y por señas y con cierto trabajo le indiqué que quería defecar, yo deseaba que me dijera donde podía hacerlo, cuando al fin comprendió fue por una pequeña y rudimentaria pala de madera y me pidió que la siguiera, apenas habíamos avanzado unos metros rumbo a la selva cuando se dio cuenta que otra mujer un poco mas joven nos seguía, la mas vieja le indicó que se regresara en un tono bastante agrio pero la mas joven se rehusó, discutieron breve pero acaloradamente, sentí la tensión entre ambas, parecían acusarse mutuamente de algo ¿Qué sucedía?
Finalmente y a regañadientes, la mujer me condujo a un paraje solitario, y con una pequeña pala de manera cavó un pequeño agujero en la tierra, cuando terminó se incorporó y me indicó que ahí podía hacerlo, entendí de inmediato, tenía que defecar en el agujero para posteriormente cubrir mis heces con la tierra, la otra mujer se mantuvo a distancia, yo esperé a que el par de arpías se largaran de ahí para poder cagar a gusto, pero después de unos instantes me di cuenta que no lo iban a hacer, ¿Qué se proponían? Yo ya no podía esperar más, y si querían quedarse era su problema, me puse en cuclillas e inmediatamente la mujer mas vieja se hincó a mi lado y poniendo sus manos en mis nalgas las abrió lo mas que pudo, ¿Qué demonios intentaba la vieja puta? A punto estuve de apartarla de un manotazo, pero recordé que yo era solo una invitada, mas que invitada, era un talismán, un objeto
Le dije a la urraca que no necesitaba ayuda pero obviamente no entendió, finalmente mi excremento empezó a salir de mi ano al tiempo que la vieja recitaba una especie de oración, la visión de mis heces parecía excitarla en momentos, cuando hice ademán de haber terminado, la que sostenía mi culo, no me permitió pararme, acto seguido la otra mujer se arrodillo y comenzó a limpiarme el ojete, introduciendo su dedo en un par de ocasiones, cuando por fin pude pararme, una de ellas, tomó una pequeña porción de mi excremento y se lo metió a la boca, la otra mujer hizo lo mismo y ambas cubrieron mi deposición con tierra, ¿Qué demonios había sido eso? ¿también les gustaba tragar mierda? No exactamente, la explicación era simple y repugnante a la vez, para ellos defecar es un acto de devolución a la tierra, es decir, esos lugares suelen ser paraísos frutales, la naturaleza les da lo necesario sin que ellos tengan necesidad de cultivar la tierra, lo cual explicaba por qué nunca comen verduras pero si fruta en abundancia, y según ellos el excremento humano es el mejor alimento para la tierra, o mejor dicho es un excelente fertilizante y como yo era “badurani”, mi caca haría crecer cientos de árboles… en cuanto a que ambas se la tragaran, era parte de la misma explicación, mi materia interna (incluida la mierda y la orina) era valiosa, las haría bellas y felices, y creo haberlo mencionado antes, aquella conducta se centraba en la mismas bases de aquellos pueblos en los que sí practicaban el canibalismo aunque en este caso no fuese tan extremo… pero lo que esas mujeres acababan de hacer estaba prohibido, para ingerir algo de la badurani necesitaban autorización especial de la “primera” (la anciana y máxima autoridad de la aldea), por eso su actitud furtiva y misteriosa y por eso discutieron entre ambas cuando me acompañaron, yo estaba asqueada pero traté de mantener la calma
El resto del día transcurrió con relativa calma, tuve que acarrear agua, ordeñar vacas, acarrear leña, prepara fuego y otras cosas que ya no recuerdo, mientras se acercaba la noche empecé a preocuparme, ¿Qué tendrían en mente para mi en esta ocasión? Ya lo averiguaría, una de las mujeres mayores me indicó que ya era hora de retirarme a mi choza, un tanto inquieta obedecí, y como la vez anterior, la vieja dispuso las yerbas aromáticas para los mosquitos, y yo me desnudé y me acosté, pero en esta ocasión dejé encendida la lucerna de aceite, si alguien me visitaba otra vez, esta vez quería identificar su rostro, y dicho y hecho a la media hora se presentó una nueva pequeña figura ante la puerta de mi choza, ¿sería la niña de la noche anterior? Me pareció poco probable, en todo caso hubiera preferido mil veces que todo permaneciera a oscuras
Yo sabía lo que venía, asi que me preparé, cuando la menuda figura se acercó a la tenue luz de la lámpara me horroricé, no era una niña, era una enana a cual mas fea y grotesca, era regordeta y parecía padecer algún defecto físico, no fue mi intención pero reaccioné asustada, la enana no se dio por aludida y se subió a la cama, estaba completamente desnuda, ¿de dónde rayos había salido ese adefesio mutante? No la había visto en ningún momento de todo el tiempo que llevaba ahí, ¿la tenían escondida? Si era así, no podía culparlas pero ¿Por qué me la enviaban a mi? Sin mediar palabra la enana comenzó a besarme la boca, me metió su enorme y viscosa lengua, fue repugnante, le faltaban dientes, tenía una fuerza tremenda, así que prácticamente me forzó a hacer lo que ella quiso, se portó de una manera ansiosa y brusca, chupó mis pezones con ahínco y mamó mi coña con verdadero entusiasmo, tuve verdaderos problemas para calmar sus ímpetus, desafortunadamente, a diferencia de la experiencia anterior, ahora si tuve que participar, esa fue la primera vez que mamé un coño y no fue una experiencia para nada agradable, ciertamente el lesbianismo no estaba en mi expectativa de vida, la enana puta parecía incansable, era evidente que llevaba mucho tiempo en abstinencia sexual, mamaba mi coña y mi culo por igual y vuelta a empezar, parecía no tener llenadera, en total me arrancó cerca de 5 orgasmos, la infeliz casi me mete el puño entero en mi culo, mordió mis tetas y mi vagina y me dejó el cuerpo lleno de chupetes, mordidas y moretones, fue una de las noches más largas en toda mi vida, debían ser las 4 o 5 de la mañana cuando se le empezaron a acabar las energías al monstrete ese, de repente empezó a pellizcar mi clítoris de una manera brusca y rara, algo que nunca en mi vida había sentido, no era agradable, le pedí que parara pero ella siguió por espacio de un par de minutos mas hasta que sentí un violento cosquilleo que me provocó súbitamente la orina, apenas tuve tiempo de incorporarme, la enana hizo lo mismo y se colocó enfrente de mi abriendo la boca y bebiendo mi pis sin dudarlo un segundo, mi micción fue abundante y la horrible enana se la bebió casi toda, debo decir que me impresionó bastante, realmente estaba comprometida
Después que oriné sobre el hocico de aquel renacuajo maloliente, me desplomé sobre mi camastro, estaba exhausta y me negué a seguir con aquel suplicio, afortunadamente el bodoque ya había acabado también y en silencio salió de mi choza, mientras se alejaban alcancé a escuchar murmullos y unas risitas burlonas… malditas putas
Tiempo después como en casi toda esta infernal aventura llegó la explicación, lo que yo acababa de experimentar no era propiamente un ritual si no mas un “acto de caridad” por lo que supe, aquella enana era una mujer maldita, pero mujer al fin, debido a su condición física (la mayoría de las mujeres tenían cuerpos esbeltos y agraciados, hay que aceptarlo) ningun hombre era capaz de poseerla o peor aún desposarla, y la comunidad femenina, como no podía ser de otra forma, debía solidarizarse con ella, ya que ningún hombre podía tocarla por ley al estar maldita (ley machista a fin de cuentas) eran las propias mujeres las que tenían que ocuparse de sus… digamos… «necesidades», cada mes una mujer era sorteada para “sacrificarse” y proporcionarle placer a la enana, huelga decir que casi nadie quería y a la que le tocaba en suerte aquello era mas bien visto como un castigo, muchas mujeres se quejaban de que aquellos “sorteos” no eran nada imparciales y estaban “arreglados” de algún modo, se contaba la historia de una pobre mujer que le había tocado el “sorteo” 3 veces seguidas, se rumoraba en la aldea que aquella «mala suerte” era en realidad su “castigo” por una pelea que tuvo con una de las viejas influyentes, en mi caso aquello era obligado, no solo se libraban todas del sorteo aunque fuera solo por ese mes, si no que toda mujer adulta (y eso si era cierto) que perteneciera a la tribu debía demostrar ser digna del clan, mostrando su solidaridad, y follarse con una mujer abandonada por los espíritus como esa enana era la mejor manera y no debía olvidar que yo estaba a prueba, las niñas quedaban exentas de ese compromiso, por eso mi sexo y mi esencia (en este caso mi orina) podrían curarla y hacerla una mujer “normal”, por eso muy acorde con lo que había pasado en la mañana cuando fui al baño, la enana se había bebido mi orina, yo era badurani, era hermosa y todo, absolutamente todo lo mío curaba, embellecía, daba suerte y hacia feliz
Lo curioso con el caso de la enana no aplicaba para los hombres, si el enano o deforme hubiera sido un masculino, no lo hubieran obligado a someterse a prácticas gay, es decir, ningún otro hombre o joven se ocuparía de satisfacer las necesidades del enano, si no que las obligadas a darle placer seguirían siendo mujeres, quisieran o no, y el sorteo seguiría efectuándose de manera normal, aunque al parecer (no pude comprobarlo) en esos momentos no existía ningún maldito o deforme en la población masculina, la única desafortunada era el esperpento con el que acababa de follarme y aunque no la tenían encerrada, si procuraban que anduviera libre por la aldea lo menos que se pudiera, al ser un personaje maldito, era tolerado hasta cierto punto pero si evitaban tener contacto con ella lo mas posible, la desafortunada fémina que le tocaba complacerla debía evitar el sexo y tocar a alguien mas por una semana así como bañarse diariamente con agua y sal, y untarse en todo el cuerpo ciertos aceites, en mi caso eso no aplicaba ya que yo era en mi misma un talismán, ninguna maldición podía afectarme, al parecer, los casos de deformidades o discapacidades eran raros en aquella aldea, y ninguna fémina quería ese compromiso, no tanto por el aspecto físico de la mujer (lo cual era totalmente comprensible ya que la pobre enana era repulsiva), si no por que estaba maldita al ser abandonada por los espíritus, por eso había nacido con tal deformidad
En mi caso (y espero que no me juzguen) me dejó un trauma difícil de borrar, no exagero, fue tan horrenda esa experiencia con la enana que hoy dia me es dificil ver o tratar con personitas de esas características, no las tolero, incluso en la actualidad todavía no he podido ver Game of thrones, y es una lastima por que una amiga me la recomendó muchísimo, no recuerdo haberlo aclarado anteriormente pero lo hago ahora, yo no era lesbiana (aun no me considero así) pero mis primeras experiencias de esa índole estaban resultando catastróficas, no se que karma estaba yo pagando que el destino me castigaba de una forma tan cruel, antes de esa experiencia tuve muchos romances y encuentros amorosos y le fui infiel a varias parejas que tuve (y miren que me lié con tipos bellisimos, tuve un novio que era idéntico a Chayanne que en Venezuela era muy popular), pero las mujeres no estaban en mi agenda y nunca lo estuvieron, y si mi destino era experimentar el lesbianismo, me hubiera gustado haberlo hecho con.
no se.
alguna mujer tipo Sofia Vergara o Scarlett Ortiz.
o una cuando menos normalita y que no fuera enana, perdón no quiero sonar racista pero debo ser fiel a mis memorias, sin embargo.
aquello no sería lo ultimo que viviría en esa isla de mierda.
oh no.
Gracias a todos por su amable atención, espero poder publicar pronto el desenlace de mi infernal experiencia, un saludito y un beso
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