Buscaba una amiga íntima y encontré la pareja perfecta para mí.
Después de romper con su pareja una chica una chica se sentía deprimida, lloraba todos los días, hasta que finalmente se dijo a si misma que su expareja no se merecía ni una sola lagrima de ella, y sobreponiéndome decidió salir en la noche..
Buscaba una amiga íntima y encontré la pareja perfecta para mí.
Desde que me conozco, soy lesbiana, desde bien jovencita, por no decir que, desde niña, siempre me han gustado las mujeres.
Tengo 30 años, se puede decir que era soltera, aunque he tenido un sin número de parejas, contrario a lo que se puedan imaginar, no soy del tipo de lesbiana que gusta comportarse o sentirse como un macho, todo lo contrario, me enorgullece ser muy femenina.
Mido un metro setenta y nueve, o sea que soy alta, bien formada, modestia aparte, tengo el cabello marrón claro, bastante abundante, mis ojos son también marrones algo achinados, y mi piel es morena clara.
Ya tenía varias semanas trabajando excesivamente , por lo que ese día decidí llegar más temprano que de costumbre a mi casa, y darle una sorpresa a mi pareja.
Apenas atravesé la puerta, escuché los inconfundibles gemidos de mi compañera, por lo que me imaginé que había invitado a alguna de nuestras mutuas amigas, con la que seguramente estaba compartiendo nuestra cama, pasando un buen rato, cosa a la que yo nunca me había opuesto, y con la esperanza de que las dos me invitasen a que las acompañase.
Lentamente me fui acercando a nuestro cuarto, pero al asomarme a la puerta, me llevé la desagradable sorpresa, de que mi pareja, se encontraba en nuestra cama, pero con un hombre.
Un tipo calvo, pero con su cuerpo bien velludo, y por completo desnudo, al igual que ella, lo que más asco o repulsión me causó, fue ver que ella le mamaba intensamente, tragándose todo el miembro del, mientras que él a su vez también se encontraba mamando o lamiendo todo el coño de ella.
No pudiendo controlarme comencé a insultarla a ella, y él al ver lo molesta que yo me encontraba con mi pareja, de inmediato ambos se levantaron, de mi cama.
Indignada por la traición, me le fui encima y comencé a abofetearla, por lo que el tipo trató de detenerme, pero apenas sentí que me tomaba por uno de mis brazos, le di un fuerte golpe.
Disculpen se me olvido decirles que desde hace años que practico Karate y aparte de ser cinta negra, también ayudo a entrenar a otros estudiantes.
El muy imbécil cayó de culo en el piso para luego golpearse, la cabeza. Apena se levantó salió corriendo para la calle, tal como se encontraba.
Llego la policía, y se armó un revolú, finalmente esa misma noche apenas regresé del cuartel de la policía, la eché de casa.
Debido a que llevaba varias semanas sin salir de casa, me sentía deprimida, llorando todos los días, hasta que finalmente me dije a mi misma que mi expareja no se merecía ni una sola lagrima mía, y sobreponiéndome decidí salir en la noche, apenas llegué a la Tasa, mi local favorito, en el centro de la pista, vi una hermosa chica, bailando con varias de mis amigas.
Era un rostro nuevo, no la conocía, pero algo en ella me llamó la atención de inmediato, no era alta, pero si bien menudita, por lo menos de la cintura para abajo.
De larga y abundante cabellera negra, blanca como un papel, y usaba lentes, yo me las arreglé para que una de mis amigas me la presentase, pero al hacerlo, mi amiga me dijo. “Ella no es el tipo de chica, con quien te gustaría estar en la cama.”
Desde luego que no le hice caso a mi amiga, y concentré en llamar la atención de ella, rápidamente me di cuenta de que las dos congeniábamos bastante bien.
En ocasiones tenía unas ocurrencias, propias de una niña, lo digo por su manera de ser tan ingenua, resultó que éramos de la misma edad.
A medida que nos pusimos a bailar en la pista, al ver como su cabello parecía flotar en el aire, me comencé a enamorar de ella realmente.
A medida que fuimos bailando mis manos comenzaron a recorrer todo su pequeño cuerpo, ella dejó que poco a poco la fuera acariciando en el centro de la pista, sin importarnos las miradas del resto de las demás personas presentes.
Hasta que finalmente después de terminar de bailar, al regresar a la mesa donde nos encontrábamos, le robe un beso, todo su rostro se puso bien colorado, en ese instante me di cuenta de lo que yo sentía por ella, era bien diferente a lo que pude haber sentido, por cualquiera otra de mis anteriores parejas.
Así que sin perder tiempo, con la excusa de conocernos un poco más y que había mucha gente en el local, la invité a mi casa.
Ella aceptó mi invitación, por lo que después de despedirnos del resto de las chicas, ambas nos fuimos en mi auto, al llegar a casa, serían como las dos de la madrugada, le invité un trago de licor 43 con leche, el que ella se comenzó a tomar poco a poco.
A diferencia mía que comencé a tomar un fuerte trago de vodka sin más nada, a medida que yo le fui mostrando toda la propiedad, hasta que llegamos a mi piscina, justo en el preciso momento que se desató una fuerte lluvia.
Como me di cuenta de que lejos de incomodarle la lluvia, le agradaba que el agua cayese sobre su cuerpo, tomándola de la mano, la invité a que las dos nos tirásemos a la piscina tal como nos encontrábamos.
Al principio pareció que la idea no fue de su agrado, pero al yo darme cuenta de que miraba a los alrededores, le aseguré que ninguno de los vecinos podía vernos, ya que mi propiedad queda separada del resto por un alto paredón.
No dijo nada, pero luego de que me dio un ligero beso en la mejilla, se quitó sus zapatos y sin más ni más se tiró al agua, con toda su ropa puesta.
De inmediato hice lo mismo, y ya dentro de la piscina nos pusimos a jugar, yo la perseguía mientras que ella se escabullía de mí nadando rápidamente.
Hasta que finalmente la atrapé entre mis brazos, para de inmediato colocar mi boca sobre la suya y darle un profundo beso.
Ella pareció desvanecerse entre mis brazos, las dos nos seguimos besando y poco a poco le fui quitando parte de su ropa, al mismo tiempo que yo me quité toda la mía, hasta que quedé del todo desnuda ante ella, hasta que ella al verme a mí sin nada de ropa y verse sin su blusa y su sostén, se asustó.
Trató de escapar de mi persona, salió de la piscina corriendo, pero le di alcance ya fuera de la piscina, noté que ella se puso bien nerviosa, y procuré calmarla, mientras que llorando me comenzó a pedir que la perdonar.
Que no era su intención que las cosas llegasen hasta ese punto, yo no entendía a qué se refería, y al tiempo que yo la besaba suavemente, de la misma manera que suavemente acariciaba sus bien formados senos, me dijo que se había enamorado de mí, pero que lo nuestra era algo imposible.
Yo la verdad es que, a medida que la seguía besando intensamente, comenzó a luchar por separarse de mí, hasta que la apreté con fuerza contra mi cuerpo y comencé a darle otro fogoso beso, ella se resistió al principio, lo que como cosa rara me hizo sentir más excitada todavía.
Las dos nos encontrábamos de pie, besándonos intensamente al lado de la piscina, mientras que el agua de la lluvia continuaba cayendo sobre nuestros calientes cuerpos.
Yo estaba tan excitada por tener a mi pequeña amante entre mis brazos, que cuando sentí algo entre mis muslos, un poco más debajo de mi vulva, no le presté atención, hasta que ella de momento, nuevamente trató de escabullirse de mis brazos.
Pero al continuar besándola, las dos nos dejamos caer al piso, y de inmediato traté de quitarle su pequeña falda, pero hábilmente, separó mis rodillas y en un abrir y cerrar de ojos, comenzó a besar y lamer todo mi depilado coño.
Hacía tanto tiempo que no sentía que me hicieran eso, que cuando su lengua profundizó dentro de mi cuerpo, pensé que me desmayaría.
Sus pequeñas manos, al mismo tiempo que su boquita me seguía chupando mi caliente clítoris, no dejaban de acariciarme por todos lados.
Fue algo que me dejó sin juicio, pensé que alucinaba cuando lentamente se fue colocando sobre mi cuerpo, y sentí que mi coño era penetrado divinamente.
Al verla a los ojos al tiempo que ella, comenzó a moverse sobre mi cuerpo, no podía creer lo que sucedía.
Ella me había penetrado, por unos instantes pensé que se trataba de un juguete sexual que hábilmente pudo haber escondido bajo su falda, pero la misma sensación que tuve, hizo que me diera cuenta de que se trataba de algo real.
Yo pensé por cosa de unos segundos, darle un fuerte empujón y separarla de mi cuerpo, pero en ese preciso instante me comenzó a besar, de una manera tan amorosa que prácticamente me desarmó.
Yo me dejé llevar por el momento, me sentía como nunca antes me había sentido en brazos de otra persona.
Mi coño se tragaba, por primera vez en mi vida, por completo un verdadero miembro, en mi cabeza al mismo tiempo que disfrutaba de un placer nunca antes sentido por mí, me preguntaba a mí misma que me estaba pasando.
Al tiempo que continuaba besándome intensamente y acariciando mis senos, me penetraba sabrosamente una y otra vez, yo al verla sobre mi cuerpo, como sus hermosos senos se movían tentadoramente, no podía creer que eso me estuviese sucediendo a mí.
La linda y delicada chica de la que me había enamorado era un hombre, toda mi vulva estallaba de placer a medida que continuaba introduciendo y sacando su miembro de mi cuerpo.
Hasta que no se hizo esperar el placentero estallido dentro de mi coño, en mucho tiempo que no disfrutaba de un orgasmo como el de esa primera vez entre nosotras.
Cuando finalmente también llegó al clímax, las dos nos quedamos abrazadas por un largo rato, en mi cabeza había todo un desorden.
Las ideas iban y venían sin encontrar una explicación lógica que me hiciera sentido, aunque era bien claro para mí que ella era un hombre, su lindo y delicado cuerpo, sus parados senos, su hermosa cabellera, así como su manera de ser y de actuar me convencía de todo lo contrario.
No fue hasta que ella me imagino que se armó de valor y me volvió a decir, que lo nuestra era algo imposible.
Yo no le respondí de inmediato, por lo que continuó hablándome, al tiempo que separaba su pequeño y frágil cuerpo del mío, tratando de ir ocultando entre sus manos discretamente su miembro, diciéndome. “No te molestes conmigo, y aunque no lo puedas creer, entiendo si no quieres verme más nunca, pero realmente no soy un hombre, soy toda una mujer atrapada en el cuerpo de hombre, pero nunca en mi vida pensé que finalmente me enamoraría de otra mujer, como yo.”
“En mi defensa lo único que puedo decirte es, que me enamoré de ti, ahora si me permites retirarme, te prometo que nunca más me volverás a ver.”
Yo aun no salía del golpe, quiero decir de la impresión de ver que esa pequeña y frágil chica, de la que de momento esa loca noche me enamoré perdidamente de ella, como una tonta.
Resultó ser un tipo, con tetas, pero un tipo, al fin y al cabo, o por lo menos eso pensé yo por unos instantes, hasta que me di cuenta de que, ella llorando se comenzaba a alejar de mí.
En ese momento entendí que realmente no era un tipo, era la linda chica de la que yo me había enamorado locamente en cosa de muy poco tiempo.
La detuve y sin soltar sus manos le pedí que hablásemos, sin dejar de llorar me contó toda su vida, de cómo desde bien pequeña siempre se sintió y quiso ser mujer.
De todos los malos ratos que pasó con familiares desde su niñez y su juventud, de cómo después de llegar a ser todo un arquitecto paisajista, decidió dar el paso de su vida.
Como su familia la rechazó, en fin, me contó todo, por mi parte, me di cuenta de que encontré en ella, eso que tanto había buscado, en muchas otras mujeres.
Por un largo rato las dos nos quedamos en silencio, sin decirnos nada, nos comenzamos a ver a los ojos, y de momento las dos nos encontramos besándonos de manera ardiente.
Hoy en día para todo el mundo, ella es la chica que es mi pareja, ella está deseosa de terminar su proceso de cambio, mientras que a mí se me ocurrió, que, si ella también lo quería, no lo hiciera hasta después de que yo quedase embarazada… Buscaba una amiga íntima y encontré la pareja perfecta para mí.
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