Camila y Daniela 2
La historia de una atracción prohibida, entre una mujer y una niña..
Eran las 5 de la tarde del viernes y Camila, se estaba arreglando para la noche y su invitada Daniela. No entendía muy bien que le sucedía. Así como fantaseo morbosa y lujuriosamente con Daniela durante toda la semana, también se confrontó a sí misma, una y otra vez, porque entendía muy bien, lo descabellado de su pensamiento y además, que podía ser tildada, de enferma o loca. Es que era algo, completamente salido de los cabales. En realidad, sentía deseo y atracción por esa niña y aunque fue algo que surgió de una manera rápida y desato de su ser, pensamientos y emociones desconocidas hasta entonces, lo cierto era, que no se podía negar la realidad. Precisamente, la vertiginosa velocidad, en la que creció como espuma, el deseo sobre Daniela, le confirmaba aún más, que era algo autentico, que no lo estaba imaginando, ni confundiendo. No llegó a darse cuenta, en que minuto, en que hora, pasó de ser una “chica normal y adulta”, a una mujer, que deseaba mantener relaciones sexuales y afectivas (sin tener muy clara, todavía esta parte), con una pequeña niña de 12 años, con una preadolescente, que ni siquiera el busto, tenía del todo desarrollado. Camila durante su vida, sostenía habitualmente, relaciones heterosexuales y bastante normales. Su vida en ese aspecto, nada de perverso tenía. Jamás había sentido verdadera curiosidad por su mismo sexo. Nunca tuvo que preguntarse, si le gustaban las mujeres, porque sencillamente, jamás, encontró un conflicto emocional en esa parte. Tuvo varias amigas durante su vida, las vio desnudas, en ropa interior, en traje de baño, compartió con ellas cientos de cosas, entablo lazos afectivos, pero jamás, llegó a sentirse atraída, por alguna de ellas. Por eso, le sorprendía tanto lo que le estaba pasando y más aún, con una niña. La vida sexual de Camila, hasta el momento, era bastante normal. No accedía a realizar acciones, fuera de lo establecido en un coito promedio. Sí, le hacía felación a su pareja, le gustaba que se le vinieran en las tetas o en el ombligo, le encantaba que le practicaran sexo oral (a pesar de no disfrutarlo por completo, pues no encontró a un hombre, que supiera hacerlo, realmente bien), su pose favorita era estar en cuatro, pues le fascinaba la sensación de estar dominada y sobre todo de sentirse como una perra, utilizaba ropa interior sensual especialmente tangas e hilos, con brasieres de encaje, incluso, había masturbado el pene de un ex novio, entre sus enormes tetas y básicamente, hacía y dejaba que le hicieran, las cosas, a las que acceden la mayoría de mujeres, nada realmente especial o demasiado pervertido. Por ejemplo, no le gustaba tragarse la leche, ni que se le vinieran en la boca o en la cara, no le gustaba el sexo anal, para nada compartía gustos excéntricos en el sexo, como sadomasoquismo u otros por esa misma línea, no tenía fantasías perversas o prohibidas relacionadas con hombres, no le llamaban la atención las orgias o lo intercambios y sencillamente, no compartía, todo aquello, que rompía con la “normalidad natural”, del sexo entre un hombre y una mujer. No era moralista, pero se mantenía dentro de los límites. Por eso, Camila no lograba comprender, de donde había aparecido el deseo por Daniela y más aún, de la forma pervertida, en que este se presentaba. Camila pasó de ser una adulta con deseos muy normales, a querer “comerse” a una niñita de 12 años, en uniforme escolar. Es que cuando pensaba en Daniela y la imaginaba con morbo, surgían inmediatamente decenas de pensamientos y fantasías, que le gustaría practicar con ella. Era como un rio imparable, simplemente al abrir la represa de su mente, se desbordaba absolutamente y con una fuerza estruendosa por toda su cabeza. Es como cuando alguien descubre, un tipo de música que no sabía que le gustaba y al escuchar la primera canción de este desconocido género, queda impactado, deseando saber más y más, buscar nuevas canciones y sumergirse profundamente en este nuevo placer. No es la voluntad consciente de la persona quien gobierna, realmente es el deseo e instinto puro, que instiga al ser, para que, en el caso del ejemplo, se esfuerce en encontrar más de estas canciones, para satisfacer al cerebro. Por eso, naturalmente, el cerebro cede y empieza a producir ideas de forma inconsciente, relacionadas con el tema a tratar. Cuando el gusto o el deseo aparece naturalmente, como producto de las circunstancias, la persona no planea tener “x” o “y” idea sobre determinado tema de interés, es el cerebro, quien de forma natural y más allá de la consciencia, empieza a revelarle al sujeto, los nuevos deseos y lo que de alguna forma quisiera, fuera una realidad. De esta forma, es comprensible, porque una mujer normal como Camila, empezó a tener tan lujuriosos pensamientos, sobre una niña. En palabras castizas, el gusto, fuera de todo razonamiento lógico, había surgido de forma natural y el cerebro de Camila, por esta misma línea, empezaba a parir ideas, que satisfacían este nuevo deseo. Era natural, era normal, simplemente Camila quería devorarse a su pareja y disfrutar cada aspecto de ella, fantaseaba con su niña, porque ahora era su mujer, su enamorada y sin importar la diferencia de edad o que fueran del mismo sexo, el cerebro de Camila comprendía con total normalidad y naturalidad, que nada raro había, pues esa niñita era quien a Camila le atraía y por eso la proyectaba mentalmente, como un sujeto sexual, con el que tranquilamente, se podían tener pensamientos licenciosos. Además, lo sumamente morboso de su pensamiento, también era entendible, no estaba enferma, tan sólo le daba rienda suelta al curso establecido en las leyes naturales, pues al Camila ser una adulta, con deseo de estar con una niña, el rol instintivo del dominio y el poder, aparecía. Por eso le gustaba verla en uniforme, porque la llenaba de morbo, verla como la niña que era y saber, que ella como adulta, tenía el poder suficiente, para hacer lo que se le antojara y entrar en los juegos o roles que quisiera. Igualmente, el morbo de ser mujer adulta, teniendo relaciones sexuales con una niña preadolescente de 12 años, era un motivo bastante comprensible; lo prohibido de la situación, la hace irresistible. Eso lo comprendía el cerebro de Camila, pero todavía no, su consciencia.
Camila no terminaba de comprender lo que le pasaba y tampoco de aprobarlo, pero el deseo inconsciente la empujaba y ciertamente la dominaba, por eso, a pesar de su conflicto interno y de sus temores, siguió el curso de la situación, tal cual le detallaban sus instintos. De forma parcialmente consciente, escogió la vestimenta para la noche. Se estaba arreglando bastante emocionada, como si de una cita primeriza se tratará. El atuendo escogido, tenía este propósito. A pesar de que no tenía claridad de sus objetivos en esa noche con Daniela, se jugó por escoger ropa interior a la altura. Pero antes de eso, humectó su cuerpo con varias cremas y esencias, para que su piel y su ser, estuvieran impolutos, frescos y con un olor y tacto agradable. Era básicamente, una mujer preparándose para tener relaciones sexuales esa noche. Camila no tenía problema con el vello púbico y por eso decidió, no depilarse la vagina, pues también, de alguna forma sentía que el pelo en su parte intima, sería una señal indudable, de quien estaba al mando y quien tenía el poder, la hembra adulta tiene pelos en la vagina y los exhibe siendo dominante, mientras la hembra joven, lleva su vagina depilada, para que su mujer pueda devorarla con tranquilidad. Luego de eso selecciono una tanga de hilo negra, en la que no dejaba nada a la imaginación y su culo se veía por completo, mientras que su vagina, apenas era cubierta por el triangulo frontal de su prenda íntima. Como se dio cuenta, que a Daniela parecía atraerle sus senos, decidió darle gusto y aumentar el morbo en esa parte, para que su niña estuviera más a gusto y pudiera detallarla mejor. El brasier escogido, fue uno de color rojo, el cual, le quedaba algo pequeño a Camila, pues sus tetas, en los cambios hormonales, variaban de tamaño y ese brasier específicamente, hace algún tiempo no le quedaba del todo bien a Camila. Sus tetas, estaban algo espichadas y se desbordaban hacia los lados, hacia abajo y hacia la parte superior. Realmente, era una imagen muy excitante de ver. Aunque el brasier le incomodaba un poco, lo llevaba con placer, pues sabía que sería inevitable la mirada e Daniela llena de morbo, sobre las tetas prominentes y desbordadas. Prosiguió con un pantalón tipo jean, muy holgado, para que resaltara su figura y especialmente, el área de su monte de Venus y su vagina. La blusa seleccionada, fue un sencillo esqueleto azul, que le quedaba bastante ceñido al cuerpo y donde evidentemente, se notaba el contraste con el brasier rojo que llevaba. Igualmente, su propósito era que sus tetas resaltarán para Daniela, ya que estas eran su mayor atributo. No seleccionó ningún tipo de zapatos y en cambio opto, por de nuevo utilizar esas chanclas femeninas, en donde sus pies desnudos, en palabras de Daniela, se veían lindos. Ese era el toque perfecto, pues así, no sería evidente, que Camila estaba supremamente arreglada para Daniela y, por el contrario, se vería un poco más liviana, un poco más fresca, como una chica, un viernes en su casa, nada raro o fuera de lo común. Y bueno, aunque Camila se lo negaba, también lo hacía porque en la última ocasión, Daniela estuvo mirándole los pies y no quedó del todo clara su intención, ¿sería posible, que, a tan corta edad, esta niña, tuviera algún tipo de fetiche o atracción por los pies femeninos? Eso no lo sabía, pero dejaba la posibilidad abierta, para averiguarlo. Finalmente, recogió su cabello, en una especie de moña, de donde se desprendían algunos mechones del pelo, haciéndola ver como una muñeca de manga japonés. Acabo por pintarse los labios, con un labial rojo y procedió a sentarse en su sala de estar, para esperar a que Daniela llegara. Estaba bastante ansiosa y nerviosa. Así es el amor.
Daniela, una y otra vez se miraba frente al espejo ubicado en su ropero. No estaba segura, no la convencía, no se sentía “tan bonita”, quería verse mejor, pero no sabía cómo. ¿Por qué o para qué, deseaba verse “más linda”? No lo sabía, no lo entendía, Daniela con tan solo 12 años, era más instinto que razón y a pesar de algunas preguntas, actuaba según le parecía la situación. No tenía maldad o premeditación alguna, en ella todo aparecía naturalmente. No sabía el por qué, sólo quería verse linda y ya. Si algo entendía, es que quería verse linda, para ir a visitar a Camila y por eso, se esforzaba en hacerlo. Sabía que ella era una niña y su ropa, estaba en ese mismo margen; sin embargo, no quería verse así. Intentaba aparecer algo más madura y con un atuendo que le permitiera mostrar, que ella ya se estaba convirtiendo en una mujer, o mejor, que era una mujer. Le fue difícil escoger, pues no tenía gran variedad de opciones, pero aun así lo intento. Es bastante curioso, como actúa la naturaleza instintiva, porque revela, lo complejo y profundo del ADN humano, donde ya viene programada toda la información, respecto a la vida, incluso, sobre temas desconocidos. Daniela, no tenía maldad y escasamente, había intercambiado contacto romántico con el sexo opuesto. Había tenido un noviecito de colegio, cuando tenía 10 años, pero era simplemente el juego de una niña y un niño, imitando a los adultos. Fuera de dos o tres “picos” (como se le dice en Colombia a un beso sin lengua), y algunas agarraditas de mano, no había sucedido nada más. A su noviesito lo cambiaron de colegio y hasta ahí llegó esa historia. Por eso, es curioso y sorprendente, como Daniela, sin saber nada profundo sobre la sexualidad, intentó escoger ropa interior apropiaba para la ocasión. Ella no sabía que era el sexo o el juego de la lujuria, con prendas provocativas, pero escogió unos pantis rosados “los menos infantiles”, que tenían una pequeña florecita, en el costado izquierdo y los cuales, en la parte trasera, cortaban a media nalga, permitiendo ver, una parte de su culito parado y respingado. No entendía el por qué, pero eso la hacia sentir, “deseada”, “atractiva”, “muy linda” y de alguna forma, al ver su culito en esos pantis delante del espejo, y pensar en Camila, su corazón se aceleraba. Sus téticas, apenas se estaban desarrollando y en su pecho, había tan sólo un poco grasa mamaría acumulada. En ese sentido, lo que más resaltaba, no eran sus tetas, sino sus pezones, pues ya se habían expandido y ocupaban un área notoria del seno. Eran rosados, con algunos tintes hacia el rojo y ya tenía bastante formada la glándula mamaría, más conocida, como la punta del pezón. Estaban muy bien formados y bastante duros. Era una maravilla de ver. Entonces, se inclinó, por no usar brasier, ya que consideraba, que los dos brasieres que tenía, no se le veían muy bien y obviamente, no iba a ir con un acostumbrador infantil, como los que usaba, desde los 10 años. Siguió con su vestimenta. Y como sabía que tenía unas lindas piernas para su edad, utilizó una falda de pliegues negra, que llegaba hasta su ombligo, marcando su pequeña figura femenina y descubriendo del muslo, hacia abajo, pues la falda, estaba al menos 5 centímetros arriba de la rodilla. Hábilmente, como prenda superior, se puso una blusa muy sencilla, de color rosado, la cual, le quedaba algo ajustada y permitía ligeramente, ver la sombra o relieve de sus pezones y además, combinaba, con su ropa interior. Era increíble, como esta niña sin tener ningún tipo de perversión o conocimiento relevante sobre el sexo, manejaba los matices de la sensualidad, para resaltar sus partes más prominentes y jugar con la combinación de las prendas. Estaba destinada a convertirse en una desenfrenada y sexualizada lesbiana, y su instinto genético, le dictaba los pasos. Cerró, con un saco blanco con capota, algo deportivo, el cual usaba cuando estuvo en el equipo de porras de su colegio. Amarró los cordones de sus tenis blancos, con combinación rosada y así, estuvo frente al espejo. Estaba inmersa en su dilema, acerca de ¿qué tan bien se veía? y si a Camila, le iba a perecer una mujer bonita. Aún con dudas, decidió sobre las 6pm, partir a su “reunión” con Camila y sencillamente dar lo mejor de sí, para compensar su inseguridad. Se despidió de su madre, la cual ya había sido notificada previamente sobre el encuentro, concediendo su permiso, pues Daniela le había mentido, diciéndole que iba a realizar otra tarea, ayudada por Camila. Como Maria, la madre de Daniela, no notó nada raro la primera vez y le pareció que Camila era una mujer adulta bastante “seria y madura” (jaja craso error, porque mandaba a su hijita con plena confianza, a la boca del lobo), la dejó ir sin mayor inconveniente en esta segunda ocasión. Le dio un beso en la frente a Daniela y le dijo “te me portas bien mi amor, no te vayas demorara mucho, te quiero”. Salió entonces Daniela del apartamento y dirigió sus pasos hacia el de Camila. Por el pasillo, llevaba el estómago revuelto y el corazón a mil, pues la emoción, la ansiedad y la tensión, la desbordaban. En algún momento, pensó en no ir, en devolverse para estar tranquila, pero sabía, que su deseo no era tal. Por eso impulsada por su instinto y voluntad, decidió seguir adelante y tocó en la puerta de Camila. Sonaron dos toques y Camila abrió………
CONTINUARA
ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO EL RELATO. RECUERDEN, QUE LA PRIMERA PARTE, TAMBIÉN ESTÁ SUBIDA EN ESTA PLATAFROMA, EN ESTA MISMA CATEGORÍA.
DEJENME SABER EN LOS COMENTARIOS, QUE PIENSAN DE LA HISTORIA Y SI LES HA GUSTADO. PRONTO, SUBIRE LA TERCERA PARTE, DEL DESARROLLO DE ESTA PROHIBIDA RELACIÓN.
Aún mejor que el anterior, sigue así 👍
Gracias. Ya está publicada la tercera parte de la historia.
Exelente siempre dejas con ganas de leer mas
Gracias. Ya está publicada la tercera parte de la historia.
Amigo que envidia me das como quisiera poder hacer que un lector se inmerse en una historia como tu lo haces desde el primero de este relato de cami y dani estaba esperando el segundo y ahora el 3 jajaja y sin que a un no haya in encuentro sexual logras crear erotismo extremo por lo menos x mi parte porfavor no tardes con el siguiente un consejo bueno mejor dicho una petición jazlow
Muchas gracias. He tomado en cuenta tu sugerencia, para que fuera más extensa la tercera parte. Ya está publicada, si lo deseas, puedes leerla.
Hazlos más extensos porfavorrrr
Muchas gracias. He tomado en cuenta tu sugerencia, para que fuera más extensa la tercera parte. Ya está publicada, si lo deseas, puedes leerla.
Hola, excelente relato que demuestra que no necesitas sexo explícito para mantener una narración interesante. Creo reconocer el estilo, escribiste por ahí un relato llamado «la pequeña muñeca»?
Saludos.
Muchas gracias. Pero no, yo no soy el autor del relato que mencionas. Soy novato en esto de los relatos eróticos. Por ahora, solo tengo 4, publicados aquí, los cuales son: las tres partes de la historia lésbica de Camila y Daniela y uno, que está publicado en la categoría «sexo con madur@s», el cual se titula «Ana, la mujer de las tangas», por si deseas leerlo. Ese fue mi primer relato publicado aquí.
Muy bueno, exitante, interesante, erótico y sensual espero la siguiente parte
Gracias. La tercera parte, ya ha sido publicada, por si quieres leerla.
Muy buen relato sigue así saludos
Gracias, ya está subida la siguiente parte, puedes leer.
No me ha gustado me ha fascinado y lo. Qué le sigue hasta el momento