Camila y Daniela 4 Parte 1
La historia de una atracción prohibida entre una mujer y una niña…
El corazón de Camila y Daniela, estaba paralizado. No lo podían creer, fue una total sorpresa, no esperaban a María, la madre de la pequeña. A causa de todo lo acontecido, el tiempo una vez más, se fue como agua entre los dedos y no percibieron lo tarde que era. Ya el reloj marcaba más de las 10 PM y esta vez, la madre de Daniela, sí estaba pendiente y no se había quedado dormida como en la anterior ocasión. Asustada, Camila estuvo perturbada por algunos segundos, pues la escena era tremendamente bochornosa y evidentemente, se metería en un gravísimo problema, incluso judicial, si la descubrieran. ¿Qué se puede pensar, si se encuentra a una niña de 12 años y a una mujer adulta, semidesnudas y con claras señales de intercambio sexual? Nada bueno, por supuesto. El estado de shock, a raíz de tan desagradable sorpresa, no le permitía pensar con claridad. Por poco no reacciona, sin embargo, su querida Dani, le apretó fuertemente la mano y eso la hizo recobrar el ser. Daniela, muy asustada y un poco temblorosa le dijo: “Cami, ¿qué hacemos? …… debe ser mi mami, la que está golpeando, me voy a meter en un gravísimo problema”. Camila, al ver a su princesa asustada y al tener la voz de mando en la situación, se concentró de nuevo y razonó con claridad. Nada iba a suceder, si sencillamente, se vestían y abrían al instante. Al fin y al cabo, no existían sospechas sobre algo extraño entre Daniela y Camila y era perfectamente entendible, que se les pasara el tiempo, sin darse cuenta. Así que, en un momento, llevó de nuevo a la sala a Daniela y allí, cada una tomó las prendas perdidas en el momento de fogosidad sexual y en un segundo, se las volvieron a colocar. Se arreglaron como pudieron la una a la otra el cabello despeinado y se dirigieron a la puerta. Desde el primer toque de la madre de Daniela, habían pasado cerca de un minuto y algo más. Ya empezaban a levantar alguna preocupación en María. Al abrir la puerta, efectivamente, se encontraba ahí de pie la madre de Daniela y Camila, todavía algo conmocionada, con la respiración entrecortada y con la adrenalina por las nubes, se limitó en principio a esbozar una pequeña sonrisa y a decirle “buenas noches”. “Buenas noches” -respondió la madre de Daniela, algo sería y con una notable molestia- vengo por mi hija”, entonces Camila contestó “claro, señora María, aquí está Dani, ya estaba por llevarla al apartamento”, Daniela siguió entonces, mientras se acomodaba disimuladamente el saco y parte de la falda “hola mami, ¿cómo estás? ….ya iba para allá, es sólo que el trabajo estaba muy largo”, María, en tono igualmente serio prosiguió “no Daniela, tú sabes, que no puedes estar tan tarde fuera del apartamento, así estés literalmente al lado…yo te di permiso hasta cierta hora, pero no puedes abusar de la confianza……y usted Camila, yo entiendo que el trabajo esté un poco largo, pero por favor, como adulta que es, le pido un poco más de responsabilidad y colaboración en este tema del cuidado de Daniela, me hubieran podido avisar y yo comprendería el asunto, pero me parece inapropiado, venir hasta acá y en medio de la preocupación buscar a Daniela a altas horas de la noche, creo que el orden correcto era otro”. Camila bastante apenada y ahora algo más tranquila, le replico a María “claro, yo te entiendo muy bien, discúlpame, tienes toda la razón, debí estar más pendiente del tema del reloj….en realidad, el trabajo que hicimos con Dani (siendo un poco sarcástica y con algo de picardía) estuvo muy fuerte, tuvimos que esforzarnos muchísimo y por eso, el tiempo se fue volando…discúlpame enserio, se me fue la noción y olvide por completo el compromiso con el horario….de verdad, te lo aseguro, que no volverá a pasar”, María la miró fijamente a los ojos y respondió “eso espero….igualmente muchas gracias por colaborarle a mi hija, con esas tareas que francamente no entiendo en lo más mínimo…..no me malentienda, agradezco su ayuda, pero le pido un poco más de atención frente al tema del horario…que tenga muy buena noche, gracias….vamos Daniela”. Camila, simplemente le dijo “está bien, te entiendo, igualmente que tengas muy buena noche”, luego miró a su princesa y con una mezcla de sensaciones y pensamientos arrolladores sólo pudo decirle “hasta mañana Mi Dani, que tengas una muy linda noche.… gracias por venir”. Daniela la miró y sonrió, más desconcertada aún, por todo lo sucedido, se despidió diciendo “gracias Cami, gracias a ti, que tengas linda noche y sueñes con los angelitos jaja…chao”. Así, Daniela y María se fueron hacía su apartamento y Camila, las vio alejarse, mirando por última vez esa noche, a su niña, a su princesa, a su mujer. María abrió la puerta del apartamento, ingresó y en ese momento Daniela, volteó a ver por última vez esa noche a Camila y le “mando un beso”, estirando sus labios al aire. Camila respondió de la misma forma, guiño el ojo y sonrió. Después de eso, las puertas se cerraron.
Sobre la cama, Camila se tumbo y todo le daba vueltas, lo de esta noche, era algo sin precedentes, un fenómeno tan único, que todavía le parecía inverosímil, increíble. Su mente, no procesaba la cantidad de hechos acontecidos y se limitaba a recordar y sonreír. No podía con tanto, era demasiado. Por cada vez más escasos momentos, se atravesaba en su pecho y garganta, el sentimiento de culpa o de estar haciendo “algo malo”, pero luego una dulce sensación recorría su cuerpo y se desvanecía de esta forma, su leve tormento. Había alcanzado el punto de no retorno y de forma consciente, decidió seguir adelante. Había abierto la puerta de lo prohibido pero deseado y no volvería a cerrarla. Se quitó la ropa, examinó su tanga comprobando la enorme cantidad de fluido acumulado en su encuentro con Daniela y sin poder resistir, acerco su mano derecha a su zona púbica y empezó a masturbarse con gran vehemencia y descomunal potencia. Su vagina, recibía la descarga imperiosa de sus dedos, materializando el deseo sexual sobre Daniela y complaciéndose, al recordar todo lo sucedido y al darle rienda suelta a la imaginación. Se masturbaba de tal forma, que producía un sonido particular, pues sus dedos meneándose a gran presión sobre su clítoris y labios vaginales, se humectaban y chorreaban gotas enteras de fluido vaginal, deslizado sobre toda la ardiente cuca de Camila. Cada vez era más intenso el proceso de masturbación y Camila se retorcía sobre su cama, con las piernas totalmente abiertas y manoseándose sus tetas con la otra mano, mientras gemía y chillaba como una perra pariendo. Cerca de la cúspide de excitación, Camila metió su propia teta a la boca y empezó a chupar su pezón desenfrenadamente, pasaron algo más de diez segundos y en medio de un fuerte gemido y con una buena parte de su teta entre su boca, Camila no resistió más y llegó al orgasmo, tensando todos sus músculos y dejando escapar de entre sus piernas y vagina, un chorro de liquido transparente, que salió disparado e inundo sus cobijas, llevando a Camila a experimentar uno de los orgasmos más intensos de su vida. Toda la tensión sexual de esa noche, se había resumido en ese momento y Camila se desahogo por completo. Durante toda su sesión de masturbación, el pensamiento central era Daniela. Desnuda, completamente complacida, con las sabanas empapadas, con las piernas abiertas y las tetas desbordándose sobre sus costados, Camila cerró los ojos y durmió.
Daniela, luego de cepillar sus dientes, se encamino hacia su habitación. Al llegar allí, procedió a colocarse su pijama, pero no pudo evitar pensar, en todo lo sucedido esa noche. Si para Camila era algo nuevo y desconocido, para Daniela era otro universo, la entrada a una dimensión desconocida. Su ser estaba perplejo y lejano aún, de comprender lo que le había pasado con Camila. Por momentos al recordar, se desconocía, no sabía de donde habían surgido esas palabras y actitudes, no hallaba el razonamiento que la indujo a ese comportamiento. Estaba muy confundida, pero tenía una certeza indudable: de nada se arrepentía y de verdad, todo lo había disfrutado plenamente. Es fácil de entender, a su corta edad, enfrentarse a tal experiencia, produce un terremoto interno. De nuevo, Daniela se iba a la cama, sin saber lo que le pasaba y entender del todo lo que sentía, pero de nuevo, se iba satisfecha y con ganas de más, de algo más…. Nunca le había pasado, pero al recordar a Camila, una sonrisa iluminaba su rostro y un poderoso fuego encendía su pecho y revolvía su estómago. Daniela, había encontrado a su primer amor y sin esperarlo o buscarlo, se estaba enamorando.
No supo cómo, solo se dio cuenta, cuando su mano se instalo sobre su vagina, debajo del short que utilizaba como pijama y suavemente de manera instintiva, jugaba y acariciaba los labios mayores de su vagina, sin atreverse a entrar en esa área inexplorada hasta entonces, al interior de su virgen coño. Brutal, es brutal el instinto dando indicaciones a un ser primerizo y sin perversión alguna, acerca de cómo auto satisfacerse y encontrar un método, para dejar salir, todo un continente de emociones y sensaciones reprimidas. Nunca en la vida, Daniela, se había tocado sus partes intimas de forma sexual o con algún tipo de intención lujuriosa. Esa noche por vez primera, sus dedos se encontraban con su vagina y el roce, la conducía al placer. Una fuerza superior se posesionaba en su ser y ella se sometía a esa voluntad. La mística fuerza, produjo una ruptura histórica en la existencia de Daniela, que la marcaría para siempre. Esa noche, Daniela empezaba a convertirse en una ardiente lesbiana y sobre todo, en una fogosa mujer, esa noche, Daniela, se masturbo por primera vez en la vida, al pensar en Camila. Sus dedos penetraron tímidamente por debajo de sus labios mayores y conoció como nunca antes, lo que ocultaban esas protuberancias. La suavidad y viscosidad de su vagina con abundancia de fluido, los pliegues internos y los olores expelidos, por su parte intima absorta en energía sexual. Cada roce, cada movimiento, la llenaba de placer y cada vez, se sentía mejor. Camila abundaba en sus pensamientos y recordar el beso sobre la silla de la sala, elevaba de a pocos, a Daniela, hacia el éxtasis. De su garganta, florecían tímidos gemidos y una cálida sensación, subía desde su abdomen hasta la cabeza. La respiración se aceleraba y su cuerpo, empezaba a contornearse. Daniela estaba muy excitada y se masturbaba (sin saber, que así se le decía a lo que estaba haciendo), pensando en Camila, en su olor, en su cuerpo, en su voz, en su compañía, en su piel, en sus ojos, en su boca, en su aliento, en su saliva, en sus tetas, en sus pies, en todo lo que le hizo esa noche y, sobre todo, en todo su ser, en todo lo que era Camila. En ese punto, Daniela tocó y reconoció una parte de la vagina, que solo había observado en los libros de anatomía. Esa “campanilla” que sobresalía sobre el área interna de su vulva, el clítoris. Daniela, acababa de descubrir un descomunal placer. Al tocarlo levemente, una poderosa corriente, escalo por su cuerpo y la puso a gemir inmediatamente. Se hizo adicta a la sensación, restregando sus dedos sobre ese círculo rosado que tanto la ponía a gemir y aumentando la velocidad vertiginosamente, el color de sus mejillas se hizo más y más rojo, y la tensión sobre el cuerpo de Daniela se intensifico a cada segundo, estaba cerca de llegar a una desconocida, profunda y poderosa sensación, estaba a punto de tener el primer orgasmo de su vida. El sudor apareció en su cuerpo y todo el aire del cuarto se inundo con un olor a fluido vaginal, los dedos de Daniela nadaban sobre un pozo y su mente, estaba anclada en la imagen de Camila en Brasier y sus grandes tetas, con su jean puesto, descalza y son la tanga sobresaliendo por los lados, no lo podía creer, su cuerpo llegó al estado máximo de placer y colapso en un estruendoso gemido, en la descripción silabar, diciendo “CA-MI-LAAAHHHHHHHHHHHHHHHHH” , que significó la llegada al orgasmo. Todo su cuerpo estaba ardiendo, su short estaba totalmente mojado de fluido, su respiración acelerada a ritmo desbordado, sus mejillas muy rojas, su cabello en un desorden absoluto y sus piernas entre la debilidad que viene después del orgasmo, temblaban, mientras Daniela retiraba su mano suavemente de su vagina, arrastrando consigo un hilo de fluido vaginal, que estaba enlazado entre sus dedos y vulva. Llevó su mano a la cara, quebrando el hilo al estirarlo por completo, derramando sobre su abdomen parte de su propio fluido y procediendo a oler su mano, pues la curiosidad, la gobernaba. Lo disfruto, realmente lo disfruto, todo lo que deseaba con Camila, se había hecho carne, en ese desconocido, pero placentero proceso. Fue el éxtasis completo y universal. Daniela acababa de masturbarse y tener su primer orgasmo pensando en una mujer y sus grandes tetas, Daniela, con el short un poco debajo de la cadera, con las cobijas apenas tapando sus contorneadas piernas y con los dedos empapados de fluido, no pudo pensar más y cerró sus ojos.
Ahí estaban, Camila y Daniela, se habían masturbado al tiempo, pensando una en la otra. Nacía una historia sin par, un episodio, de amor, sexo y lujuria, sin precedentes. El placer orgásmico, las gobernaría.
Amaneció y la vida de Camila y Daniela, definitivamente, ya no era la misma. No sabían lo que el futuro les depararía, pero ahora ambas, estaban más decididas a saberlo (aunque faltaba camino por recorrer y convicción por ganar). Estaba presente el deseo sexual, pero también se establecía un vínculo emocional. Naturalmente surgió y cada una, a su manera, lo comprendió. El lazo entre las dos se fortalecía.
Durante el fin de semana, no pudieron verse, pues la madre de Daniela junto con ella, fue a visitar a un familiar y pasó allá, el sábado y el domingo. Para Camila fue algo tortuoso, hace mucho tiempo no extrañaba a nadie y su actividad principal, durante todo ese tiempo, fue pensar en Daniela y en las noches, masturbarse a su nombre. Para Daniela fue muy similar, con la diferencia de que no se masturbaba, en parte porque no podía, puesto que, estaba en la misma cama con su mamá. Daniela, como buena preadolescente en proceso de enamorarse, pensaba por momentos en Camila, de forma romántica y le gustaba por alguna razón, pensarla como su mujer, como su “novia” (aunque por el tabú social, le costaba decir esa palabra, “pues las mujeres tienen novio, no novia”), imaginarse paseando por el parque tomadas de la mano o tal vez, compartiendo en un picnic al aire libre, mientras se daban tiernos y entrañables besos. Se emocionaba y sonreía al pensarlo. Extrañaba mucho ver a Camila, así sólo fuera en el ascensor o en el pasillo, deseaba tenerla de nuevo, frente a sí, para besarla. En una hoja de papel, con un marcador rojo, Daniela escribió, “Te quiero, Mi Cami”. Lo guardó en un bolsillo de su pantalón, para que su madre no lo descubriera. Pasó todo el fin de semana y ninguna, tuvo noticias de la otra. Una tortura, entre dos enamoradas.
Era el martes a las 6 de la mañana y Camila, se dirigía para el trabajo, pues entraba alas 7 AM. Cerrando su puerta, escuchó, como otra se abría y vio salir a Daniela, en uniforme escolar junto con su madre. Hasta ese momento, no sabía nada de Daniela y aunque tuvo la intención de tocar directamente en su puerta, tuvo miedo de hacerlo, pues seria muy extraño y sin justificación. Hasta ese momento, Camila estaba algo desanimada por no ver a su princesa y esperaba que el azar volviera a juntarlas. Al verla de nuevo, el corazón de Camila se disparó y su boca, se convirtió en una enorme sonrisa. Saludó con cortesía a la madre de Daniela y con el disimulo pertinente, le dijo a Daniela “Muy buenos días, Mi Dani, ¿cómo estás?”, Daniela algo apenada y distante por la presencia de su madre, atinó a responder “hola Cami, muy bien, gracias, ¿cómo estás tú”, Camila, comprendió enseguida, que Daniela no podía expresarse con naturalidad frente a su madre y por eso, no presiono más, para no incomodarla. Rumbo al ascensor y dentro de este, intercambiaron algunas palabras con la madre de Daniela, mientras que la niña guardaba absoluto silencio, sin embargo, cruzaban miradas indiscretas con Camila y dejaban escapar tímidas y picaras sonrisas de complicidad. Había tensión en el aire, para fortuna de Daniela, su madre no lo notó. Rumbo al trabajo, mientras conducía su vehículo, Camila, se fue pensando todo el tiempo en Daniela, con un ánimo mucho más elevado por haberla visto. Estaba feliz, pues de nuevo la tenía cerca y esencialmente, su niña, le correspondía. No tenía signos de arrepentimiento o temor, cosa que Camila le preocupaba, más bien, parecía reservada frente a su madre, para guardar las apariencias. Camila, esperaba no estarse equivocando e imaginando una historia irreal. En todo caso, el pensamiento más agobiante, por encima del otro, era la pregunta ¿cómo volver a estar a solas con Daniela? ¿cómo volver a reunirse en privado con ella, si la última vez, María su madre, había quedado notablemente molesta? Esa era la verdadera preocupación de Camila, no encontrar un espacio para compartir como pareja con Daniela.
Se volvió rutina encontrarse a esa hora en el pasillo con Daniela y su madre. Por las tardes, ya no había cruces de ascensor o pasillo, pues Daniela, había retomado su actividad en el equipo de porras y durante esas horas, se dedicaba a entrenar, llegando cerca de las 7 de la noche, junto a su madre, que la recogía. Pasó una semana entera y esa situación, estaba atormentando a Camila. No sabía como acercarse y sólo se animaba un poco, cuando se encontraba momentáneamente con su niña. Para Daniela, fue algo similar, pero era más complejo, pues ella no tenía poder de decisión frente a la voluntad de su madre, por eso, se limitaba a obedecerla e iba entrenar, así deseara estar en el apartamento, para cruzarse más seguido y dialogar con Camila. En esos días, en Camila, creció el temor, de que tal noche para Daniela, solo había sido un lapsus, del cual, se quería olvidar y por eso, se comportaba algo indiferente con ella. Para Daniela, el temor era parecido, pues percibía en Camila, una falta de iniciativa, para hablarle y estar con ella. El tiempo y la distancia las estaba matando, pues la duda, surgía como un enorme abismo. El no poder hablar de manera privada y sincera, estaba sembrando en sus corazones, un abismo de terror. Para fortuna, pronto se disiparía.
Había pasado semana y media, cuando una mañana, Camila salió de su apartamento un poco más tarde, que el horario habitual. Sorpresivamente, se encontró con Daniela y su madre, que muy afanadas se veían. Las saludó como de costumbre y se enteró durante el descenso en el ascensor, que iban tarde para el colegio de Daniela y que luego, no la iban a dejar entrar. Entonces Camila, se ofreció a llevarlas, pues su recorrido, pasaba por el colegio de Daniela y no era gran problema dejarlas ahí. La madre de Daniela, aceptó la propuesta y se lo agradeció. En el camino, se fueron hablando de algunos temas triviales y finalmente llegaron. Entre Daniela y Camila, seguía sin haber gran intercambio, limitado todo, por la presencia de la madre. A veces Camila miraba a Daniela con morbo en su uniforme escolar y otras veces, se limitaba a conformarse, con por lo menos tenerla cerca. Daniela, estaba triste, extrañaba enormemente a Camila y no podía hacer nada por ahora, para cambiarlo. Sus actividades la envolvían durante la semana y ahora su madre, tenía la manía de pasar los fines de semana con ella, fuera de casa. Tan cerca, pero tan lejos.
Al día siguiente, Camila se ofreció de nuevo a llevar a Daniela y su madre al colegio, convirtiéndose entonces en una rutina. Pasaron dos semanas y nada cambiaba. El desespero, las golpeaba emocionalmente y el único consuelo era el viaje matutino donde muy poco podían dialogar y mucho menos, sobre las dos y lo qué sucedió ese viernes.
Fue un día miércoles, cuando la madre de Daniela, muy preocupada, hablaba por celular en el pasillo del edificio y revoloteaba con sus manos evidentemente molesta. Camila, como ya era habitual, se acerco a saludarla y se enteró de la situación. “Buenos días, ¿cómo estás?” saludó Camila algo intrigada por la actitud de María, “Buen día, bien, gracias”, C: “¿vamos entonces? ¿dónde está Dani?”, M: no Camila, surgió un inconveniente y creo que Daniela hoy no va a poder ir a estudiar”, C: “¿cómo así? ¿por qué?”, pregunto Camila preocupada, M: “sí Camila, el problema es que me cambiaron repentina y sin previo aviso mi horario de trabajo y ahora resulta, que tengo el turno de la mañana y precisamente, entró a las 6:30 AM y no me da tiempo, de acompañar a Daniela hasta el colegio….igual, sólo es por hoy, ya mañana miro a ver, si el papá, puede llevarla, aunque no sé, porque él tiene turno en la madrugada y llega a las 7 AM del trabajo”, Camila, recibió la noticia con normalidad y por dentro, se encendió la chispa de las ideas, viendo su oportunidad para estar a solas con Daniela y recuperar, un poco, la confianza de la madre. “Mira María, si tú quieres y no te molesta, yo puedo llevar a Dani con mucho gusto al colegio, realmente, no me incómoda en lo más mínimo y como en todo caso, siempre pasó al frente de su colegio, en mi ruta habitual, no sería ningún esfuerzo extra o gasolina de más…. no hay problema, conmigo, está más que segura, te lo garantizo”, la madre de Daniela, un poco sorprendida por la oferta de Camila, estuvo dubitativa por varios segundos y no se veía del todo convencida, sin embargo, al ser Camila la persona encargada de llevarlas durante las últimas dos semanas al colegio y también “ser una vecina de confianza, adulta y seria” (aunque algo irresponsable), la diferencia no era significativa y parecía, que Daniela, por ese día, estaría segura junto a Camila en su carro. Por eso, accedió finalmente, al responderle a Camila: “muchas gracias por tu oferta, realmente es muy oportuna y amable de tu parte…. no te voy a negar, que la última vez, me disguste contigo, por el tema del horario, pero ya está, tu ayuda estos días, ha sido enorme y realmente, eres una mujer con un gran sentido de la humanidad….te lo digo, porque yo no dejo a mi Dani, en manos de nadie desconocido, pero tú me produces confianza y has demostrado ser una persona seria y madura….por eso, acepto tu oferta por hoy, y te encomiendo entonces a mi Daniela, porque ella es mi tesoro y creo que contigo, no hay riesgo.. muchísimas gracias Camila, eres muy amable…. Permíteme llamo entonces a Daniela para que se vaya contigo”. Camila guardo silencio y tan sólo sonrió, no porque no supiera que agregar, sino porque la emoción la invadía, por fin, por fin, estaría a solas con su princesa. “DANIELA, ven acá, toma tu maleta, porque sí vas a ir a estudiar”, respondió la niña desde dentro del apartamento, sin saber de la presencia de Camila, “¿tú me vas a llevar mami? ¿y tú trabajo?”, M: “no Daniela, yo me quedo, tú te vas con Camila, que se ofreció amablemente a llevarte por hoy”. Inmediatamente, las pupilas de Daniela se dilataron y al escuchar las palabras de su madre, perdió el control sobre sí, no lo podía creer, estaría a solas con Camila. El corazón, se le salía por la boca de la emoción. Sin dar un minuto de espera, tomó ipso facto su maleta y salió al pasillo, para el encuentro con Camila. Ahí estaba, tan linda como siempre, en su uniforme de trabajo, que la hacia ver, como una figura protectora por lo rústico del mismo. Y ahí estaba Daniela, tan hermosa como todas las mañanas, en su uniforme escolar y su maleta color rosa, con su cabello rubio, cayendo sobre sus hombros. Ambas se miraron a los ojos e intercambiaron una sonrisa. Llegó Daniela hasta la puerta y dijo muy animadamente “buenos días Cami”, Camila, mirando a su sexy mujercita en uniforme escolar le contestó: “Buenos días mi Dani, ¿lista para el colegio?”, entonces, la madre de Daniela interrumpió y le dijo a la pequeña rubia: “bueno Dani, te vas con Camila y te me portas muy bien….hazle caso en todo por favor y no saques la cabeza por la ventana…cuando salgas del entrenamiento, voy a recogerte…juiciosa Dani, te amo” y le dio un beso en la frente, luego tras una última recomendación a Camila, cerró la puerta y las dejó solas. Por fin.
Estaban tan nerviosas que ninguna de las dos, se atrevió a proferir palabra. Un hecho, rompió el hielo y fue Camila diciéndole a Daniela, “espérame acá, olvidé algo en mi apartamento”. Camila entró y al minuto volvió a salir. Daniela no supo, que había olvidado. Caminaron por el pasillo en absoluto silencio, luego en el ascensor se repitió la escena, con algunos cruces de miradas y tímidas sonrisas, pero nada más. Camino al auto, Camila rompió el hielo de nuevo y le pregunto a Daniela, cómo había estado y Daniela en un tono neutro, respondió con cordialidad. Entraron al auto y Camila sabía, que no tenía mucho tiempo, pues apenas 25 o 30 minutos separaban a Daniela de su destino. Aceleró y salió del conjunto residencial. En el camino, ante el silencio de Daniela, decidió ser directa y aclarar sin rodeos lo que estaba pasando: “te he pensado mucho Daniela, te he extrañado un montón, no sabes cuanto, estoy muy feliz de que estés aquí conmigo para poder hablar tranquilamente”, Daniela guardo silencio por algunos segundos, mientras Camila, con hipertrófica ansiedad, aguardaba su respuesta, lo siguiente que dijera la niña, realmente, definiría todo. Había gran tensión dentro del auto. “Yo también estoy muy feliz, de estar aquí…. -dijo Daniela y tomo una pausa de varios segundos, mientras Camila apretaba el volante, esperando que las siguientes palabras, fueran, las que deseaba oír-……estoy muy feliz, porque he esperado este día varias semanas y por fin, ha llegado…yo también te he extrañado muchoo, me has hecho demasiada falta, pero tenía miedo……”, “¿miedo? ¿cómo que miedo?” sorprendida pregunto Camila, guardando de nuevo un leve silencio, que rompió con la voz algo temblorosa Daniela “sí……tenía…. tenía.. miedo…………miedo de que no me quisieras ya….de qué tal vez me miraras raro, por lo que pasó ese día, tú sabes, lo que hicimos en tu apartamento….por eso tenía miedo”, Camila sonrió, pues la niebla de su corazón, se despejó con las palabras de Daniela, no había duda, los temores, eran infundados, por eso, busco una calle solitaria en la ruta y como los vidrios eran polarizados dejando ver muy poco de lo que sucedía dentro del auto, se detuvo. Con mucha seguridad y ánimo en la voz, tomó el mentón de Daniela, girando su cabeza para hablarle frente a frente y le dijo mirándola directamente a los ojos: “no Mi Dani, nada de eso, no ha pasado nada malo, nada de lo que tú piensas…mira, te confieso yo también estaba muy asustada, pues pensé que tú estabas molesta conmigo y me rechazabas por lo que hicimos ese día, pero mira, tú me estás diciendo que no es así, yo me lo estaba imaginando, realmente, no me ves con malos ojos y todo entre nosotras está bien, justo donde lo dejamos….no tengas miedo yo te quiero, deseo estar contigo…..” Daniela estaba anonadada y sonrió, justo, cuando sus ojos se aguaron, dejando escapar una cristalina lágrima, “te quiero Camila, me gustas”, Camila seco con su mano tiernamente la mejilla de Camila y llegó el momento inevitable, deseado por ambas, Camila acercó sus labios a los de su princesa y la besó tiernamente, sintiendo el sabor de los labios de Daniela, retocados con un brillo de esencia a uva, se besaron con cariño durante veinte segundos, mientras Daniela, ahora más segura y empoderada tomaba el rostro de Camila, para acomodarse mejor. Fue un beso lento y sentido, una a la otra, se saborearon los labios y se deleitaron con la cálida y fresca sensación de sus alientos. Fue un beso de amor. Instantes después de acabar de besarse, Camila sonrió, y le dijo a Daniela “pásame por favor la maleta, que está en el asiento trasero, tengo algo para ti”. Daniela, muy sonrojada por la inesperada situación, se estiró dejando ver parte de sus piernas atrapadas en la falda y medias escolares, para luego reincorporarse, con la maleta ya en la mano. Se la dio a Camila, y ella la abrió, introduciendo su mano y sacando una pequeña cajita, dónde se encontraba un collar de plata con dije en forma de luna. Se lo entregó a Daniela tomando su mano y le dijo : “mi princesa, te quiero, te he pensado mucho y el primer fin de semana después de ese viernes en mi casa, fui al centro comercial y te compré este presente…mira (sacándolo del estuche y mostrándole), tú tienes el dije de la luna y yo, el del sol, así podemos estar siempre juntas, así no te encuentres conmigo…… quiero que lo tengas y no te olvides de mí”…….Daniela en silencio, no tenía palabras para definir el momento y dejó caer otras lágrimas cristalinas de sus verdes ojos. Camila, le colocó el collar y le dio un pequeño beso en la boca. “Para ti, princesa”. Acto seguido, Daniela sonrió y recordó la nota que había escrito ese fin de semana y que al llegar a casa, había guardado en su maleta. Dijo “yo también tengo algo para ti”. Acercó su mano a la maleta y sacó la notita para Camila. Se la entregó en la mano y está vez fue ella, quien se acercó y le dijo al oído: “Te quiero, Mi Camí”. En ese instante, Camila abrió la nota y leyó las dulces palabras. Ahora ella, dejaba caer un par de lágrimas. No tuvieron otro remedio, se miraron, sonrieron, de secaron mutua y cuidadosamente la lagrimas y se sumergieron en otro profundo beso, esta vez, más pasional. Aunque todo era ternura y amor, lo cierto es que Camila y la misma Daniela, no olvidaban que la atracción sexual era más fuerte, que el propio cariño y por eso, en un abrir y cerrar de ojos la situación se calentó y pasó a otro plano. Camila, ahora un poco excitada, besaba a su princesa, mientras empezaba a acariciarle su pierna que sobresalía entre la media colegial y la falda. Fue directo al punto, porque sabía de la escasez de tiempo. Subía y bajaba su mano mientras veía, como Daniela empezaba a jadear levemente, sabía lo que le gustaba a su niña y por eso siguió. Le desabrochó el cinturón de seguridad para tenerla más cerca, Daniela, ya casi sin ninguna reserva, dirigió su atención y sus manos directamente a las tetas gigantes de Daniela, que se veían como dos montañas, por la división del cinturón de seguridad. Sin ninguna pena, empezaba a tocarlas por encima de la ropa, mientras continuaban besándose. Camila también se desabrochó el cinturón, para obtener mayor libertad con Daniela y sin reserva alguna subió finalmente la mano y de un tirón le subió la falda a Daniela que llevaba un short licrado negro, por debajo de esta. Camila, con afán de ver algo más que las piernas de su niña, le dijo en medio del beso y con un tono cachondo “déjame ver, que cuquitos traes, a ver si eres buena niña o tengo que corregirte con mi lengua”, Daniela excitada, no lo pensó en lo más mínimo y ella misma, se ayudo a quitar el short, dejando al descubierto su ropa interior. Se arrodilló en el asiento sosteniendo su falda arriba y le dijo con un tono suave y pícaro a Camila “mira, me puse estos, ¿te gustan? (eran blancos, tipo cachetero)”, la picardía de Daniela, llevó a una gran excitación a Camila, pues veía como su niña se estaba convirtiendo en una maestra de la lujuria y la sensualidad. No era una niña tonta e ingenua, era una niña que disfrutaba de la sexualidad lésbica, sin ningún reparo. Todo un sueño. Camila la miró con brutal fuerza animal y sexual, se sintió como le hembra adulta, lista, para aparearse como zorra ninfómana, sobre la vagina y la boca de Daniela, tomándola por el brazo y halándola hasta sí. Metió su lengua a la boca de Daniela con una suciedad sexual absoluta, el instinto animal a flor de piel. Quería meterse en Daniela y con su lengua penetraba casi hasta su garganta. De nuevo había perdido el control y olvidando todo, tenía la firme intención de follarse a Daniela con su uniforme escolar, en su propio auto. No le importaba nada…. nada….. hasta que….. ¡maldita sea! ¡otra puta vez!…. sonaba el celular, era la madre de Daniela, que llamaba a preguntar por su hija. Camila tuvo que parar a fuerza de obligación y contesto el teléfono, mientras Daniela sumida en el juego de la seducción, le tocaba las tetas por encima de la ropa y le besaba el cuello. “Aalo, sí..a.. ¿con quién?” – “Hola Camila soy María” – “ahh..hola María, ¿cómo estás? – “muy bien, trabajando,, discúlpame, quería saber si ya llegó Daniela al colegio”-“¿Daniela?……no, no, aún no, ya casi”, Camila, hacia sobrehumanos esfuerzos por controlar su respiración y tono de voz, pues Daniela, fuera de sí y por completo en la escena sexual, parecía que le excitaba de cierta forma el peligro de la situación y que Camila mientras sostenían su inicial encuentro sexual, hablara con su madre al tiempo por el teléfono. Daniela en el intercambio de palabras se montó sobre las piernas de Camila, sin que esta se diera cuenta y ahora estaba besando su cuello y frotando su vagina aún metida en el panti, contra la parte superior de las piernas de Daniela, aferrada por completo a su espalda en un fuerte abrazo. Básicamente y sin que Camila se lo pidiera, Daniela, con toda la iniciativa, se estaba masturbando contra su cuerpo mientras movía sus caderas de adelante hacia atrás y le besaba el cuello. Camila luchaba por no perder el control y dejar escapar algún ruido. Daniela lo disfrutaba, sabía que Camila luchaba contra la intensa fogosidad sexual del momento mientras hablaba con su madre. Toda una golfita cachonda, esta niña. Nadie le enseñó, todo era natural. Siguió entonces la conversación entre Camila y María, mientras Daniela desenfrenada, aumentaba más y más la velocidad de sus movimientos y dejaba escapar un casi imperceptible gemido. M: “¿Dónde van?”, C: “sii, si, si María (Camila respiraba profundamente, intentando mantener la calma, con su niña frotando su vagina, contra sus piernas), vamos por la circunvalar, ya casi llegamos”, M: “ah que bien y ¿cómo está Daniela, cómo se ha portado? (preguntaba la madre, mientras Daniela como perra en celo, estaba pegada a las piernas de su amante y movía con plena brusquedad sus caderas)”, C: “ufff, de maravilla, se ha portado excelente….está muy bien”, M: “ah que bien me alegra escucharlo…no sé si hablar con ella…no, mejor no…mira, sólo una última recomendac………..” en ese momento, Camila perdió por completo el hilo de la conversación y mientras la madre de Daniela balbuceaba varias palabras, Camila estaba a punto de explotar, pues por una lado tenía a Daniela moviendo sus caderas a un ritmo frenético, seguramente cercano al orgasmo, mientras que le agarraba las tetas con una fuerza arrolladora, excitándola a más no poder y por el otro lado, tenía que guardar todo eso adentro, pues no podía escapar ningún ruido ni tirar el teléfono, mientras María, “terminará de dar sus indicaciones”. Era una tensión sexual suprema, una olla a presión, una bomba de tiempo a punto de estallar y mandar todo al carajo. Siguió en ese ritmo, hasta que vio como lo ojos de Daniela, empezaban a desorbitarse y como el jadeo se hacía más intenso y su movimiento vertiginoso, estaba a punto de llegar al orgasmo y seguramente, el estallido sería escuchado por la madre…..Daniela acelera sus movimientos hasta su máximo y se aferra con todas las fuerzas al cuerpo de Camila y justo en ese momento……..Camila escucha las palabras “vale, gracias por todo, te dejo, que tengas muy buen día”, sólo responde “vale, igualmente, hasta luego”, cuelga inmediatamente, tira el teléfono y “¡AHHHHHHHHHHHHHHHHH…….AHHHHHHHOOOU……OHHHHHHHH…….AHHHHHHHHHHH!” Daniela aprieta con vehemencia las tetas de Camila y deja salir por completo y en voz viva, unos agudos gemidos en la cúspide de su orgasmo….ufff…acababa de suceder, Daniela, había tenido su primer orgasmo (directo), sobre el cuerpo de Camila. Nada más se le podía pedir a la vida. Las dos en máxima tensión, luego del orgasmo, se quedaron abrazadas, mientras Daniela, recuperaba el aliento, con la cara sobre el hombro de Camila y relajaba sus músculos. Fue un momento perfecto, los vidrios, estaban totalmente empañados. Segundos después, Camila sintió una inundación sobre sus piernas, estaba totalmente humedecida, Daniela, había dejado todo su fluido, sobre el pantalón de Camila. Exquisito. Fenomenal.
CONTINUARA
BUENO AMIGOS, AQUÍ LES DEJO LA CUARTA ENTREGA DE LA HISTORIA ENTRE CAMILA Y DANIELA. ESTA ES LA PRIMERA PARTE DE ESTA ENTREGA, AÚN FALTA MÁS. LA ESTARÉ SUBIENDO PROXIMÁMENTE. NO LO HICE DE UNA VEZ, PARA QUE NO SEA TAN EXTENSO.
AGRADEZCO SUS COMENTARIOS, REALMENTE ME INTERESA LEERLOS, AUNQUE A VECES OLVIDE RESPONDER. GRACIAS A LOS QUE M HAN ACOMPAÑADO HASTA AQUÍ. COMO DIRÍA UN YOUTUBER FAMOSO “AHORA SÍ, VIENE LO CHIDO” JAJA.
JAJA GRACIAS, LOS LEO EN LOS COMENTARIOS.
Me encanta esta historia & como la desarrollas tan bien. Vale la pena esperar, cada parte es mejor que la anterior. Ojalá la siguiente parte esté pronto, & solo como sugerencia.. me encantaría que Daniela tuviera un fetiche por los pies de Camila, Ufff eso ya sería lo máximo!
Hola, muchas gracias por tu opinión. Ya está subida la siguiente parte para que la leas. Sobre tu sugerencia, por supuesto, lo tendré en cuenta, esto apenas comienza.
Excelente historia, cada capítulo se pone más interesante que el otro,la evolución del amor de las dos es cada vez más gratificante
Muchas gracias. Ya esta subida la siguiente parte, para que la leas. Gracias.
Excelente historia, la espere por casi una semana y valió cada segundo de espera, espero que sigas publicando y muchas gracias por la historia tan buena.
Gracias. Jaja esta vez me demore un poquito más jaja. Ya está subida la siguiente parte para que la leas.
Esta historia está tan bien escrita que ya nadie más publicó sus relatos en la sección. Cuántos capitulos serán Mario? Lo tienes decidido? Esperamos con ansias los siguientes.
Gracias por tu opinión.
No sé cuantos capítulos serán, creo que todo se tiene que desenvolver naturalmente. Lo que si sé, es que aun falta mucho por decir, por eso creo que todavía quedan varios capítulos. Ya está subida la siguiente parte, por si quieres leer.
Excelente historia la verdad
Me atrapó mucho
En ese momento que mientras uno esta leyendo
En la cabeza uno se imagina cada cosa como una peli
Ojalá continues con la siguiente parte
Un saludo
Gracias por tu opinión. Ya está subida la siguiente parte, para que la leas.
Por favor Mario no nos hagas sufrir, ya va casi el mes del último capitulo jajaja, muy bueno, esperando el siguiente
Jaja disculpa, tuve algunos inconvenientes. Pero ya está subida la siguiente parte, ya la puedes leer.
Excitante y caliente historia espero el próximo capítulo para seguir morboseando.
Gracias, puedes seguir morboseando jaja. Ya está subida la siguiente parte, ya puedes leer.
Que lástima, parece que ya no habrá más actualizaciones.
Nada que temer jaja. Ya está subida la siguiente parte, ya puedes leer.
Era muy buen relato ojalá lo hubiera termiando
Por supuesto, llegare hasta el final. Ya está subida la siguiente parte, ya puedes leer.
yo me cojo a mi hija
la comenze a mastyrbatla a los 12 anos
Buen relato