Camila y Daniela 4 parte 5
La historia de una atracción prohibida entre una mujer y una niña…
Para Camila, la noche fue larga, pues su excitación no se detuvo con su sesión de masturbación intensa, todo lo contrario, aumentó mucho más y la puso a fantasear toda la noche con Daniela. Tuvo intensos sueños mojados, alucinaciones vividas, en donde le estaba practicando sexo oral a Daniela y otras, donde por algún motivo, lograba escaparse con ella a un motel y hacerle el amor. Fue una noche difícil, Camila estaba supremamente ansiosa y eso no le permitió descansar como era debido. Cerca de las 4 de la mañana del día jueves, logró por fin conciliar el sueño, tras quedar rendida, después de masturbarse dos veces más pensando en el cuerpo de Daniela. Fue una noche larga y compleja, pero ni con todo lo sucedido, Camila estaba satisfecha, debía inequívocamente, descargar todo ese deseo sobre el cuerpo de Daniela o no iba a salir nunca de él, la fantasía no era suficiente, necesitaba a como diera lugar, hacerlo realidad.
Eran las 5 am, cuando la alarma de Camila sonó, interrumpiendo su escaso sueño y obligándola a ponerse en píe e irse a bañar. Tenía un olor particular en su cuarto, cuerpo y cobijas. Todo lo sucedido durante la noche y la madrugada, quedó plasmado en el ambiente, olía a vulva, a fluido, a esencia vaginal femenina. Sus dedos todavía más, tenían concentrado el intenso olor de su chorreante cavidad vaginal. Por un momento, sintió el impulso de no bañarse y llegar con su olor natural, ante su mujercita Daniela, para que la pudiera palpar y conocer en todo su esplendor. Es que verdaderamente no se conoce y se disfruta a alguien, si todo se reduce a perfumes y a esencias, el verdadero placer consiste en saborear , oler, sentir y experimentar, todas esas fragancias que son expelidas naturalmente por el cuerpo, por eso Camila, sin ánimos de parecer desaseada pero sí de conservar su olor natural de hembra en celo para su niña, tuvo ese impulso, sin embargo, luego de meditarlo un rato, decidió que no era el momento, pues luego de eso tendría que ir a trabajar y en ese momento, si tendría problemas por no haber tomado el baño matutino correspondiente. Luego de ducharse, se vistió como era costumbre con su uniforme rustico para supervisar la obra. Como tenía la intención de hacer y no que le hicieran, no se esforzó demasiado en su ropa interior, pues sabía que hoy era el turno de ella, hoy sería Daniela quien recibiría su lengua en la vagina, hoy sería su niña la que debía preocuparse porque su radiante cuerpecito, luciera fenomenal para Camila. Desayunó y no tardó demasiado en salir para recoger a Daniela y tener algo de tiempo extra para la diversión.
Mientras esperaba a su linda rubia de 12 años, Camila meditó sobre el encuentro que se aproximaba, pues lo que ella esperaba que sucediera, era algo mucho más íntimo y profundo que lo sucedido hasta ahora. Sí, había existido un enorme intercambio sexual, Daniela ya no era ninguna ignorante en el tema, como era de esperarse, el instinto sexual había crecido fuertemente, a su vez que el gusto por las mujeres. Claro, todo eso había sucedido, Daniela había disfrutado exponencialmente de las tetas de Camila, se habían besado, manoseado, “maltratado” en sentido sexual, se habían masturbado frotando sus cuerpos una sobre la otra, en general, habían tenido encuentros muy sexuales, pero hasta ahora respetuosos de la intimidad, dentro de los límites, es decir, había pasado de todo, pero hasta ahora, no había pasado nada. Por ejemplo, Camila nunca había llegado a tocar la vagina de Daniela, e igualmente por parte de la niña. Nunca habían penetrado en la intimidad, no habían llegado hasta el punto definitivo de no retorno. Una cosa era chupar las tetas y besarse morbosamente, pero otra muy distinta, era acceder hasta lo más íntimo del ser y descubrirlo completamente en su desnudez, en su esencia más pura sin mancha y sin velo, una cosa eran los eventuales ratos de placer llenos de morbo pero sin llegar más allá y otra, era tener a Daniela con la piernas abiertas frente a su rostro, con su vagina completamente desnuda y bañada en fluidos, abierta, deseosa, palpitante, esperando a que la lengua de Camila cayera sobre sí, y la llenara de placer. Esto ya no era un mero episodio más de la vida, era el momento definitivo, donde ambas sabrían si eso era realmente lo que querían o si todo fue un libidinoso juego y una descabellada fantasía, que, al hacerse realidad, se desvanece, pues la imaginación casi nunca concuerda con la realidad. Camila estaba algo tensa, por un lado, debido a la gran presión sexual producto de su desenfrenado deseo por Daniela y por el otro, debido a la preocupación que surgía en su mente, al cavilar si acaso para Daniela eso sería demasiado, llegando a un punto de ruptura irremediable, donde la niña entraría en estado de shock y quizás de descontrol total, al entender con plena claridad todo lo que habían estado haciendo con Camila. No es que Camila se sintiera mal por engañarla o algo así, pues jamás lo hizo, pero sí reconocía que tal vez, la pequeña Daniela al no tener el raciocinio desarrollado, en el momento que lo utilizara con más propiedad, comprendería la magnitud de sus acciones y que, en pocas palabras, ella, una niña prácticamente de apenas 12 años, estaba manteniendo una relación afectiva, pero principalmente sexual con una mujer adulta. Tal vez, pensaba Camila, si Daniela llegara a ver las cosas desde esa perspectiva y no supiera como procesarlas, eso sería la hecatombe, marcaría el final de las dos, un enorme trauma para Daniela y por qué no, un lío judicial para ella. Estaba muy tensa y algo estresada, esos pensamientos rondaban su mente y no hallaba la forma de apaciguarlos. Todo eran supuestos, no podía confirmar o negar nada hasta que sucediera. No supo que hacer, cual decisión tomar, si acaso era mejor dejar todo hasta ahí y olvidarlo, hacer como que nunca había sucedido, o mejor seguir adelante y llegar hasta el fondo del precipicio, ya sea para estrellarse contra las rocas de la cueva o para descubrir el tesoro de los duendes. No encontró respuesta y en medio del mar de dudas, Daniela salió sumamente bella y radiante de su apartamento. Camila quedó impactada y vuelta una madeja sobre sí misma. No era para menos, la niña se veía espectacular, lucía una belleza casi angelical, con una especie de moño color vainilla con estampados de flores azules claras, que adornaba su cabello rubio, dando vuelta sobre su cabeza y cerrando en su nuca. Era una de esos accesorios femeninos que son la mezcla entre una balaca y un moño. Dejaba escapar por debajo de este, un tierno mechón de cabello, que cubría una mínima parte de su frente, que a su vez, complementaba a la perfección el contorno del rostro de Daniela, acentuado por la curvatura de su accesorio. Se veía muy tierna, como una niña dulce e inocente, pero repleta de una belleza femenina y juvenil. Era un espectáculo de ver. Sus ojos verdes tenían un brillo especial y resaltaban como dos potentes lámparas de fuego, que iluminaban el rostro y hacían un exquisito juego de formas, con los labios rosados y tiernos de la niña, que estaban humectados por un brillo artificial de color rosa y sabor a fresa. Era maravilloso, verdaderamente Daniela poseía una belleza innata, genética, natural, olímpica, una belleza fresca, tierna, delicada y juvenil. Era una princesa, tomada de un cuento de hadas. Ante la magnitud de esta visión, Camila no se pudo resistir y quedó atónita, sin palabras. Su pecho daba brincos poderosos y su cuerpo le temblaba. Siempre había visto bella a su princesa, pero esta mañana tenía algo especial, superior a todas las ocasiones anteriores. La saludó con cierta frivolidad para guardar las apariencias, aunque por dentro se derretía por besarla y tomarla entre sus brazos. Estaba maravillada y parecía como si una luz espectral la hubiese cegado, dejándola con una mirada perdida y sin capacidad de razonar con claridad. María con algo de afán cerró la puerta y juntas caminaron hacía el ascensor, al abordarlo, Camila no se reservo la palabra y le dijo a Daniela sin mirarla “estás bellísima, ¡te ves hermosa!…..hoy más que siempre, me encantas”, Daniela la miró de reojo y se sonrojó por los halagos de su mujer, pues se sentía contenta, ya que su propósito al vestirse de esta manera, era precisamente llamar más la atención de Camila. La niña no era tonta y tampoco olvidaba todo lo sucedido el día anterior, recordaba a Camila y su promesa de satisfacer de lleno su necesidad sexual, esta vez sí, con toda la lujuria y el contacto carnal pertinente. No se le escapaba de la mente, lo difícil que fue el día anterior, con la ropa interior empapada y la vagina repleta de fluido. No se borraba de su mente, como tuvo pensamientos sexuales durante la clase de biología cuando la profesora enseñaba acerca de las glándulas mamarias de la mujer y Daniela recordó las enormes tetas de Camila, sintiendo como automáticamente la boca se le llenaba de saliva y el instinto de lamer y chupar con fuerza, la estremecía. En su memoria permanecía ese momento durante el recreo, cuando tuvo que alejarse de sus amigas con la excusa de tener urgencia de entrar al baño para orinar, pues por un espacio de tiempo mientras dialogaba con sus compañeras, se dejó llevar por la mente y permitió que la excitación creciera, al evocar lo sucedido esa mañana, cuando Camila la sujetó con fuerza y no le permitió masturbarse, haciéndola retorcer de placer, y llenándola de una tensión sexual indescriptible, produciendo en el momento presente un temblor en las piernas y un espasmo abdominal que bajaba hasta su vagina y la hacía sentir unas incontrolables ganas de meter su mano por debajo de su falda y clavarlo sobre su chorreante vagina que ya no resistía más, conduciéndola a comportarse de forma ansiosa y sumamente extraña para sus amigas, no encontrando otra excusa más que la urgencia de orinar, escapando del escrutinio social y corriendo hacía el baño, literalmente con una sonrisa en el rostro, pues se dirigía a masturbarse y calmar su deseo, sin embargo al llegar, recordó la voz de mando de su mujer y como buena hembra joven que se somete a la voluntad de la madura, estando ya encerrada en el baño, con su falda abajo y lista para masturbarse, con la más grande fuerza de voluntad, optó por contener sus ánimos y guardar todo eso para el día siguiente, evitando masturbarse en ese instante, quedando peor de acelerada y con una ansiedad, que la condujo comportarse de manera errática durante todo el día. La niña no olvidaba, como mantuvo juntas sus piernas todo el día en cada clase, intentando producto de la presión, producir algún tipo de roce que le generara placer, para no tocarse directamente con las manos. No olvidaba, como al final de la jornada, cuando estaba en el entrenamiento del equipo de porras, una de las compañeras entre chistes “se quejó” porque olía mucho a vagina, “alguien no se había bañado bien”, sonrojando a Daniela, que guardaba silencio intentando pasar desapercibida, al reconocer que era el olor de sus jugos vaginales que durante todo el día su vulva había dejado escapar. Daniela no olvidaba que por Camila y su promesa de hacerla estallar de placer morboso y animal al día siguiente, fue que aguantó todo ese duro día. La niña nada tonta, sabía lo que le habían prometido y lo que tanto quería. Se arreglo de esa manera, porque sabía que ese día iba a ser especial como ningún otro. Entraron al auto y en ese momento sin mediar palabra y aprovechando que Camila lo estacionaba en uno de los lugares ubicados en el subterráneo del edificio, se dieron un beso morboso y mojado. No aguantaron más, metieron sus lenguas bruscamente en la boca de la otra y empezaron un frenético baile con estas. Daniela estaba transformada, para Camila fue un acto sorpresivo, es cierto que ya había visto a Daniela sumergida en la excitación sexual más profunda y libidinosa, pero esta vez, era diferente, la niña parecía tener el instinto salvaje y animal encendido, no se reservaba nada, se comportaba como leona hambrienta, como hembra en celo, su respiración ya estaba acelerada y al besar a Camila, la tomo con fuerza con su mano derecha por detrás de su cabeza, clavándola literalmente en su boca y sosteniéndola en esa posición mientras se besaban, sujetándola con una enorme fuerza, impidiendo a Camila cualquier movimiento ajeno al beso. Camila que no se recuperaba del impacto de ver a Daniela con tal grado de hermosura, ahora recibía una segunda descarga de poderosa electricidad, al reconocer en su mujercita un deseo sexual impetuoso y robusto. Camila no supo cómo, pero en un momento determinado mientras acababan el beso, disipó sus dudas y el mar de bruma se desvaneció, pues confirmo directa e indirectamente, que Daniela sí estaba lista para el siguiente paso, y que, para la rubiecita de culo respingado, esto no era un juego, sino un asunto sumamente serio, que la niña en realidad deseaba entregarse por completo al desenfreno lésbico con Camila, que la niña estaba lista para entregarle su vagina, su más preciado tesoro.
Como tras la división de un microscópico átomo se produce una descomunal explosión nuclear, así mismo, Camila saltó del estado sereno de la mañana, al más virulento y salvaje deseo sexual. Vio a Daniela enardecida y supo que nada importaba, le daba igual, era incapaz de encender el auto y manejar hasta el lugar habitual de los encuentros sexuales, simplemente estaba poseída y perdió el control sobre sí misma. Tanto deseo sexual acumulado por las dos las había hecho perder la razón y a Camila le importo un comino estar todavía en el sótano del edificio. Daba igual, estaba ida y no le interesaba volver, no pensaba en si la descubrían o algo parecido, confiaba en el confort de sus vidrios tintados y en la oscuridad, acompañada de soledad, de esa área del parqueadero que no era frecuentada normalmente por los vecinos. Era ahí y ahora, no había tiempo para pensarlo más, el momento había llegado, saber que iba a comerse la jugosa vagina de su chiquita, justo debajo del edificio donde residían sus padres, la encendía aún más. Luego del cruce de miradas, todo se fue en brutal descontrol.
Camila contuvo la respiración y tomó por la nuca a Daniela, mirándola desafiante y diciéndole con un tono de voz pícaro y dominante “¿por qué estás así mi Dani?……te siento excitada, arrecha…..algo me dice que quieres que tu mami, te pase la lengua por toda la vagina”, mordiendo sus labios y pasando su lengua llena de saliva para humectarlos y seducir a su rubia; Daniela absolutamente sumergida y abocada al deseo sexual contenido por tanto tiempo le contesto: “no tienes idea de todo lo que he pasado, de todo lo que he aguantado…. no puedo más, quiero que hoy te comas mi vagina…por favor mi amor, lo necesito, lo deseo…..estoy muy caliente, tengo la cuquita muy mojada”, para Camila escuchar esas palabras fue sentirse en la gloria y su ser se iluminó por dentro, pues reconocía en lo que estaba por suceder el último paso del no retorno, de aquí para delante, se venía lo más brutal y delicioso en el sentido sexual, además claro está, profundo también en el aspecto sentimental, pues aunque fuera una locura, Camila se estaba enamorando poco a poco y perdidamente de Daniela. Era perfecto, lo más deseado. No mediaron más palabras y permitieron que sus cuerpos hablaran, manifestando todos sus deseos, pensamientos y emociones a través de ellos. Camila tomó de la mano a Daniela y la llevó hacía la parte trasera del auto, donde estarían mucho más cómodas. Luego de una breve risita, se miraron a los ojos y se unieron en un flamante beso, que tuvo algo de ternura en el inicio, posteriormente el ánimo subió y con ello la intensidad, manoseando sus cuerpos mientras disfrutaban de sus bocas. Camila se apartó de los labios de Daniela y empezó a besar su cuello, reconociendo en el lado izquierdo de este, la marca dejada el día anterior, luego de morderlo y succionarlo como vampira. Sonrió, pues reconocía en ello una forma de marcar a su niña, aunque se preocupó un poco, pues Daniela lo había sabido disimular bien con el cuello de la camisa, pero seguramente en ropa particular y con algo de detalle, cualquiera lo notaría. Bueno, ya estaba, luego pensaría en que hacer, ahora mismo, eso no importaba. Continuó lamiendo el cuello de Daniela, sintiendo los pequeños saltitos que daba la rubia de 12 años, tras cada lengüetazo, señal de excitación y de positivo recibimiento por parte de la niña. Camila lo disfrutaba plenamente y se extasiaba en el sabor del cuello y la piel de su nena. Danzaba con su lengua y como patinadora sobre hielo, se deslizaba por el cuello de la niña, dejando una estela de saliva, que le permitía ir y volver a través de él. La niña daba leves gemiditos y tocaba la espalda y por momentos las tetas de Camila sobre su uniforme de trabajo. Daniela estaba en otro planeta y se adentraba más profundamente en esa recóndita pero ahora más cercana idea de “hacer el amor”, pues de alguna forma, sin saber a ciencia cierta que significaba eso y “cómo se hacía el amor”, sentía que eso era lo que quería y para eso se disponía. Le encantaba la escena y todo lo que estaba pasando, al estar con Camila en la parte de atrás de su auto, en el sótano de su edificio y penetrando en un encuentro, que se diferenciaba de todos los vividos hasta el momento, pues por su naturaleza misma lo sentía distinto, mucho más allá, más entrañable, más trascendental, la conexión que tenía con Camila, la había hecho sentir lo mismo, lo que estaba a punto de pasar la iba a marcar para siempre. Entrada en confianza y con la niña relajada y lista para entregar su vagina, Camila empezó a desnudarla suavemente, pues no quería perderse ningún detalle de tan fenomenal acontecimiento. Subió su saco escolar con calma, mientras tocaba el torso y las costillas de la niña por encima de la jardinera. Lo retiró y se complació en la imagen del rostro de Daniela que salía del saco con algunos mechones de su rubio cabello sobre la cara, como una preciosa muñeca de manga japonés. Acto seguido, continuó besando a su niña, que se sometía a su voluntad y no oponía resistencia de nada, pues también quería lo mismo. Camila, puso sus manos sobre la espalda de la nena y mientras besaba su boca y le decía en medio del beso “eres hermosa, me fascinas, voy a hacerte mía, mí amor”, empezó a bajar la cremallera de la jardinera que iniciaba en la nuca y terminaba en la base de la columna vertebral. Daniela acomodó su cuerpo para facilitarle la labor a Camila y una vez la cremallera estuvo abajo, la niña se puso de rodillas sobre el asiento, mientras Camila le sujetó por las nalgas con firmeza para acomodarla. Estando así, frente a frente, Camila tomó los costados de la falda de la jardinera de Daniela y con un movimiento magistral, tierno y sensual, subió lentamente la jardinera, hasta alcanzar la cabeza de Daniela y sacarla por completo, descubriendo a una rubia de doce años en camisa escolar, short de color negro, medias blancas hasta la rodilla, zapatos colegiales negros con una goma amarilla y un accesorio para el cabello, que daba el toque perfecto y la hacía ver como toda una princesa a punto de perder la inocencia. Camila no le permitió sentarse y en esa misma posición continúo besando la boca de Daniela, bajando suavemente, para besar su mentón sumergiéndolo en saliva y llegando hasta la parte frontal del cuello de la niña. Sus manos de dirigieron al área central de la camisa, donde se da la unión entre ojales y botones con el propósito de desabrocharlos y en esta ocasión disfrutar por completo de la desnudez de Daniela, ignorando todos los potenciales peligros. Mientras tanto, Daniela se deleitaba en el olor y sabor del aliento fresco de Camila, con sabor a menta y un cierto tono cálido, que hacía de cada toque son su lengua y boca, un tremendo momento de placer, aroma al rocío puro de la mañana. Camila empezó sin rastro de afán, a desabotonar una a una cada unión de la camisa de Daniela, descubriendo poco a poco la desnudez de un pecho blanco y de tez suave, encontrándose con un brasier color rosa y cayendo hasta el más perfecto abdomen que Camila hubiera visto alguna vez, observando al abrir finalmente la totalidad de la camisa, un ombligo de tamaño medio, muy fino y delicado, femenino y decorado por una cintura marcada en sus costados, producto de los ejercicios de gimnasia practicados por Daniela. Era perfecto, una mujercita sumamente bella, tenerla ahí, enfrente, con la camisa abierta, pero aún puesta, revelando la perfección de su torso, de rodillas en el asiento y con las medias colegiales aún en su sitio, fue la chispa que encendió el absoluto fuego lésbico y de amor por Daniela, en Camila. No sólo fue sexual, fue algo mágico, tal imagen era inverosímil, ver a su niña semidesnuda, dispuesta a entregarse y con tal grado de belleza, provoco en Camila una enorme excitación, pero también una inconmensurable ternura, que la invadió y la hizo proyectar una lagrima desde sus ojos, ante la majestuosidad de lo que estaba presenciando. La más sublime poesía. Por su mejilla una lágrima rodó y Daniela sonriendo al verla, tomo el rostro de Camila con sus manos y seco ese sincero rastro de escarcha, sintiendo a su vez una enorme felicidad, pues más allá de todo, supo reconocer que Camila no sólo la deseaba sexualmente, sino que también la apreciaba como mujer y la quería como su pareja. Fue la perfección absoluta. Daniela no tuvo más inhibiciones y supo sin lugar a dudas, que deseaba perder la virginidad estando, haciendo el amor con Camila. Luego de ese tierno momento, juntas se abrazaron y Daniela recibió en su pecho el rostro de Camila, que se recostó un momento sobre ella para sentirla por completo, luego Camila dirigió su mirada a la de Daniela y juntas entre lágrimas, se encontraron en un beso pasional y muy sentido, expresando así, todo lo que sentía una por la otra. De nuevo, la intensidad aumentó y el deseo mutó en el desenfreno sexual; Camila tomó el las nalgas de Daniela y empezó a tocarlas, sintiéndolas por primera vez en todo su esplendor, las tenía muy bien formadas a raíz del entrenamiento deportivo, sin embargo, todavía no las definía bien, pues el short lo impedía. Manoseaba el culo de su rubia, cuando sintió las manos de ella queriendo quitarle la chaqueta para llegar más profundo. Camila sabía que ya habían gastado algo de tiempo y no podía detenerse mucho más, por eso no espero al juego de su mujercita y ella misma se quito la chaqueta, quedando en el overol y la camiseta tipo Polo del trabajo. Pero no se detuvo ahí y se desabrocho, los dos tirantes de su overol, permitiendo que cayeran y dejando como una única obstrucción entre sus tetas y Daniela, el brasier y la camiseta. Daniela emocionada por ver las tetas de Camila, atacó la camiseta y la arrancó de un jalón, llegando así, hasta el brasier blanco con bordados de encaje de Camila. Esta no lo dudo y lo desapuntó con total prisa, dejando así por fin, ese par de enormes y carnosas tetas caer por su abdomen desnudas a la vista de su niña. Daniela con plena confianza pues estas tetas “le pertenecían”, se fue lanza en ristre sobre ellas y sin ningún temor empezó a lamerlas y devorarlas con vertiginosa actitud. Tomo cada teta, con cada mano y empezó a repartir su lengua entre las dos, procurando chupar de ambas tanto como le fuera posible y disfrutarlas en su totalidad. Hasta el momento, era lo que más le complacía del cuerpo de Camila. A todo esto, Camila no perdió su rumbo, y de nuevo se fue sobre su niña, apartándola se sus tetas y pasando su lengua lascivamente desde el pecho de la niña y hasta el mentón de esta. Así, entre lamidas y besos entre cuello y pecho, Camila recostó a Daniela sobre el asiento del auto, dejándola por completo a su merced. Con mucho cuidado desapunto las mangas de la camisa mientras besaba y acariciaba su cuerpo y bajaba por el pecho hasta el ombligo, rodeándolo primero con su lengua en un sincronizado circulo y luego dejando escapar un hilo de saliva que se depositó en el ombligo de la niña. Introdujo su lengua y lo saboreó por primera vez, haciendo contacto a su vez con la saliva previamente arrojada. En ese preciso instante, Daniela se contorsiono hacia atrás y alzo su abdomen, como si de una serpiente en movimiento se tratara. De nuevo Daniela se sentó, para facilitar que le quitaran la camisa. Así sucedió, y Camila vio a su niña, en su brasier rosado, contrastando deliciosamente con su piel blanca como la nieve; estupefacta, admiró tal muestra de grandeza y belleza, besando a Daniela y tomándole los pies para retirarle los zapatos. Daniela, ahora tan sólo con sus medias colegiales, short y brasier, abrazo a Camila para poder sentir sus tetas sobre su pecho y la inclinó hacia sí misma, cayendo suavemente sobre el asiento, quedando recostada Camila sobre Daniela en disposición sexual. El aire estaba tibio y un vecino que paso frente al auto, ni se percato de todo lo que estaba sucediendo, pues no se escapaba gran ruido del auto y la luz tampoco lo penetraba. Ahora juntas se besaban apasionadamente sujetando sus cabezas y acariciando sus cuerpos. Se envolvían en un aura cálida, sintiendo completamente cada esencia y sustancia del cuerpo de la otra, entremezclando sus humores e inhalando sus alientos. Fue un momento muy íntimo, de gran profundidad, muy entrañable, el interior del auto estaba envuelto por el vapor exhalado desde sus cuerpos y el contorno del rostro de Daniela empezaba a aparecer con rastros de humedad, señales de sudoración tras en ardiente encuentro. “Uff, está hirviendo acá dentro”, dijo Camila durante el momento pasional, y luego afirmó en su mente lo que estaba por suceder, por eso no quiso darle más espera y con sus palabras, confirmar del todo el deseo de Daniela para así proceder con plena confianza y tomar para siempre su vagina, marcándola para el resto de su vida, detuvo por un momento el beso y mirando fijamente a su niña que se encontraba bajo su cuerpo y entre sus brazos, le dijo: “Mi Dani, te quiero mi muñeca, no sabes cuánto he deseado este momento…quiero que sepas, que para mí, esto tiene un valor y un significado infinito, nunca pensé que esto me pudiera suceder y mucho menos de esta manera, pero ya ves, la vida y el destino son así, hoy estamos juntas aquí las dos y estamos a punto de dar un paso del cual ya no hay forma de volver.. Mi Dani quiero que seas mi mujer, quiero hacerte mía y por eso quiero saber, si estás dispuesta y deseas verdaderamente que yo sea la primera persona que vea y te coma la vagina…te deseo enormemente, pero quiero saber ¿si es lo qué quieres?”, Camila preguntaba, esperando la autorización de la niña para avanzar y desnudarla por completo, entregándose finalmente al ritual de iniciación lésbica. Daniela respiro hondo y pareció quedar pasmada por un segundo, definitivamente la niña se lo tomaba en serio y procesaba en su mente preadolescente lo que estaba a punto de suceder, media la magnitud y significado de su acción, después de varios segundos de silencio y una tensión que acompañaba principalmente a Camila, Daniela le acaricio los hombros y le dijo “mira, aunque soy muy joven, una niña todavía según muchos y no sé lo que es la vida, lo cierto, es que tú llegaste a mí y lo cambiaste todo….yo jamás pensé que a una mujer, le pudiera gustar otra mujer y mucho menos a alguien como yo, una mujer adulta como tú… siempre tuve la idea de que seguramente me casaría con un hombre y cosas así, nunca, pero nunca llegué a imaginarme que me pasara esto con otra mujer y más de esta forma….es muy extraño para mí………….. (guardó silencio la niña por algunos segundos más, aumentando la tensión)……pero por alguna razón tú me llenas de paz, de cariño, me haces sentir tranquila, confiada, querida, tú me haces sentir feliz y lo único que quiero cuando estoy en clase, es que acabe pronto el día para que sea la mañana y tenerte junto a mí, no sé por qué, pero cuando te veo, todo se me alborota y me da una gran emoción, siento literalmente un nudo en la garganta y un cosquilleo por el cuerpo….no sé porque ha pasado esto, yo misma reconozco a pesar de no saber mucho de la vida, que esto no es común, pero ya ves, me pasó, nos pasó….. yo no sé cómo funciona esto y quizás cuando crezca un poco más llegué a entenderlo…..pero sabes qué, te digo algo Mi Cami, a mí no me importa, me da igual entender o no entender, yo sólo sé lo que siento, y lo que siento, es que te quiero, que me gustas, que me gustaría ser tu mujer y que estoy lista, para que me hagas, lo que tú desees, que estoy lista y deseo con todo el corazón, que tú seas quien ve, toca y lame mi vagina por primera vez…estoy segura mi amor”, Camila no supo si la niña se refería a que le hiciera el amor y le quitara la virginidad literalmente en ese momento, pero en todo caso, con lo dicho, Camila estalló en felicidad y ya no tuvo el menor asomo de dudas, su niña, vida sin miedo y hacer realidad los deseos propuestos por los instintos y su corazón. Ya estaba más que claro, tras las exactas y sinceras palabras de Daniela, ya no había más tiempo que perder, sólo quedaba algo por hacer, devorarse de principio a final, esa virginal vagina. Camila sonrió por última vez antes de entregarse por completo a la pasión, diciéndole a Daniela: “te quiero Mi Dani, mi amor”, recibiendo una sonrisa de la rubia como respuesta. Tic tac, el huracán ha llegado. Entonces, Camila atacó con vehemencia la boca de su rubia y se unió a su princesa en un beso profundo, colocó sus manos por detrás de su espalda y se encontró con el broche del brasier, abriéndolo con cuidado y apartándose momentáneamente para observar y detallar como caía y dejaba al descubierto las tetas nacientes de Daniela. La miró por un momento y le dijo “en verdad eres hermosa, eres una princesa, una obra de arte”, dirigiendo luego de lo dicho, sus manos a las tetas de la niña y tocando esas protuberantes masas que se alzaban vistosas, culminando en un pezón esta vez algo más enrojecido que la primera vez que las vio. Se acerco con suavidad y puso su lengua sobre ellos, dando círculos sobre los pezones, para luego rematar con ágiles toques en la punta de los mismos. Daniela apretaba el asiento con sus manos y dejaba escapar suaves pero intensos gemidos, Camila se iba transformando cada vez más, y procedió a succionar las tetas por completo, tomándolas con sus dos manos y procurando tragárselas enteras las dos al mismo tiempo. Sintió un violento impulso, y escupió las tetas de la niña, llenándolas inmediatamente de saliva y lamiéndolas como una perra en celo. Se tiró sobre Daniela y empezó a contornear su cuerpo sobre la niña, con su overol en la parte inferior todavía puesto, le era imposible sentir algo del cuerpo de la rubia en su vagina, sin embargo, se movía con tal vertiginosidad que lograba palpar de lejos el contacto de sus cuerpos y jadeaba como si de una bestia salvaje y enferma se tratara. Daniela estaba algo atónita, pues nunca había visto a Camila en ese estado tan salvaje, tan virulento y poderoso. No estaba asustada, sólo algo impresionada, y más allá del desconocimiento, toda la fuerza transmitida por la acción de Camila, llegaba hasta sí y la sometía más a la voluntad de su hembra adulta. Camila metió su lengua con peculiar suciedad y lascivia en la boca de Daniela e intencionadamente, dejaba escapar grandes cantidades de saliva, en la boca de la niña, como queriendo que esta se la tragara por completo. Agarraba el culo de la niña, mientras esta se llenaba de placer, al sentir las enromes tetas de Camila sobre su cuerpo y percibir lo erecto de sus pezones, que la tallaban como si de dos puntas de hierro se tratara. Camila empezó a bajar sus manos, dejándolas sobre las medias de la niña, para luego con su palma de forma plana, apoyarla sobre la vulva de Daniela atrapada en el short. Eso fue el cielo, Camila sentía por primera vez, los labios vaginales de su niña, que parecían estar brotados como si de una boca que se quería tragar su mano se tratara. Se sentían algo carnosos y lo húmedo del short, delataba la enorme excitación de Daniela, estaba empapada. Una mancha más negra producto del fluido, resaltaba por encima de la oscura tela del resto de la prenda. Camila, mientras besaba la boca y el pecho de su niña, empezó a masturbarla por primera vez, ayudándose con el peso de su cuerpo recargado sobre su brazo y mano. Movía su palma abierta de arriba hacía abajo y fue cuidadosa del colocar su dedo de en medio, justo a la altura de la cavidad vaginal de Daniela y el inicio de su mano, donde está la base del dedo pulgar, sobre la zona del joven clítoris de la niña, para proporcionarle un placer completo y no dejar ninguna zona de semejante tesoro, sin atención. Movía su mano al ritmo de su cuerpo y observaba la reacción de Daniela, que ya no pudo sostener más el beso y empezó a contornearse hacía atrás, proyectando todo lo que le estaba produciendo el toque de Camila. La niña cerraba los ojos y apretaba los dientes, marcando todas las facciones de su cara como en una expresión de angustia o de dolor, pero nada tenía que ver con esto, pues era la expresión natural de su excitación tras ser estimulada por primera vez en su área vaginal por una mano ajena. Camila, la masturbaba de arriba hacía bajo sin despegar su mirada y haciendo gran presión sobre la zona púbica, disfrutando cada rasgo de su niña sumergida en la lascivia de su deseo. La observaba y se deleitaba al ver a una niña hermosa de 12 años, retorcerse de placer sexual y absolutamente cautivada por el morbo de ser masturbada por una mujer adulta. Esbozo una sonrisa ciertamente macabra y le dijo, al verla con su rostro enrojecido y perdido en la electrizante sensación del momento “¿te gusta? ¿no es así?……..eres una puta, una zorra, mira como fornicas con otra mujer……te gusta tanto tener una perra como yo encima, que no puedes ni hablar”, tomándole el rostro con mucha fuerza y presionando las mejillas de la niña para que abriera la boca, Camila le dejo caer un hilo se saliva dentro de esta, para luego lamerle lo labios y decirle: “trágatela puta”; Daniela, como la hembra de menor rango que era ante Camila obedeció, y con absoluto y sucio placer, se tragó la saliva que acababa de darle su mujer adulta. Nunca se sentía humillada, sometida u ofendida realmente, pero sí sexualmente y eso, sin entender como casi todo en su vida el por qué, la excitaba en sobremanera. Parecían las dos un par de bestias revolcándose, un par de fieras sueltas y salvajes, como dos animales revolcándose de placer en el coito más selvático. Camila por poco y ahogaba a su niña, estaba por completo sobre su cuerpo y se movía con violencia de arriba abajo frotando masturbando la vagina de Daniela con su mano, el ritmo era frenético, descontrolado, y después de un minuto de aumentar el ritmo poderosamente y acelerar su movimiento, el aire de la mañana fue quebrado por el principio orgásmico de la rubia de culo respingado, los primeros gemidos ruidosos se escapaban y la pequeña niña lloraba de placer, “ahhhh, ahhhhhh sí, asíííí…..sigueeee….síííí….ahhhhhh”, chillaba la pequeña perra, medio aplastada por las enormes tetas de Camila; continuó entonces el aceleramiento del movimiento y con una fuerza descomunal, Camila alcanzó la velocidad máxima de su cuerpo, toda su energía se consumía en un momento y su sudor caía sobre el cuerpo de su niña, humectándose a su vez con el expelido por ella, los vidrios estaban totalmente empañados y Daniela con sus piernas totalmente abiertas…era violencia, era animalidad pura, un movimiento vertiginoso y frenético, ya no podía más, su mano se iba a quebrar por su propio peso, su brazo estaba quemándose, sus músculos estaban incendiados…..pero no se detuvo, la pequeña Daniela estaba a punto de alcanzar la cúspide, sus ojos se emblanquecían y su jadeo estaba suspendido por la respiración paralizada previa a la erupción orgásmica, estaba a segundos de estallar virulentamente; la niña tensó cada músculo de su cuerpo, apretó con enorme fuerza la cadera y el hombro de Camila clavándole las uñas y tras un violento movimiento a la altura de la cadera que sacudió a su mujer adulta, la niña, reventó de placer y en un sonoro grito que se escucho más allá del auto, dejó escapar un poderoso orgasmo que la recorría como ningún otro anteriormente logrado, desde la punta de sus pies, hasta su cabeza, atravesando su abdomen con un calor profundo y encendido, y con una sensación eléctrica y punzante sobre su área vaginal……”ahhhhh síííí”, se dejaba escuchar también Camila, que había recibido y sentido la poderosa descarga sexual de su mujercita, deleitándose totalmente en la sensación de haber logrado producir semejante orgasmo en Daniela y sobre todo, de haberlo hecho de esa manera, sobre ella, con su mano bajo el peso y movimiento de su cuerpo, y sobre todo, semidesnudas. Quedaron un instante tendidas sobre la silla, luego del exhaustivo ejercicio sexual, reposando su aliento y buscando muevas energías para continuar, pero sobre todo, disfrutando la gloría del momento, después de haber tocado y sentido el paraíso. Tras un minuto, Camila respiró hondo y aunque preocupada por la hora, pero poseída por el deseo sexual lésbico más intenso, decidió continuar y acabar lo que había empezado. Observó a su niña ahora algo más recuperada y dirigió su boca a sus labios, levanto un poco su cuerpo para dejarla respirar mejor y continuó besándola suavemente. De nuevo la ternura las acompaño por unos instantes y Camila sintió que de alguna forma estaba haciéndole el amor a su niña, aunque así no fuera realmente. La besaba con cariño y se suspendía en la sensación de la lengua de su rubia entre su boca. Se besaban abrazadas y tendidas sobre el asiento, Camila disfrutaba la figura de su niña y acariciaba todo su cuerpo, desplazando sus manos sobre las piernas, para luego tomar la cintura y finalmente llegar hasta los subdesarrollados senos de Daniela, la tocaba, la sentía, era el momento…..sin dejar de besar, se separó de la boca de su princesa y empezó a bajar por el mentón, para alcanzar el cuello y luego el pecho, lo hacía con especial cuidado y con puntual atención, saboreaba y exploraba con detenimiento, cada zona alcanzada por su lengua en el cuerpo de Daniela, parecía no querer perder detalle y conocer en su totalidad el ser impoluto que era la hermosa niña de ojos verdes, quería probar cada parte de su cuerpo y guardar su aroma y sabor en lo más profundo de sus recuerdos y al mismo tiempo, quería marcar cada parte del cuerpo de Daniela con su saliva y humor, hacerla suya. Daniela lo disfrutaba y acariciaba el cabello de Camila en la parte superior de su cráneo mientras se envolvía más y más en las lamidas de su mujer sobre su cuerpo. Así, al unísono, de un beso que nunca se detuvo, Camila alcanzó el ombligo, introdujo su lengua y una vez más lo disfruto el lamerlo, pero evitó dar más largas y se dejo caer hasta tan ansiado lugar, en el cuerpo de su Dani. Estaba tan sumergida en el momento y en el deseo que no le retiro las medias colegiales, sino que se dispuso a besar la zona baja del abdomen, entre el ombligo y la vejiga, mientras que al mismo tiempo empezaba a tocar las caderas de Daniela y a introducir sus dedos suavemente por los costados del short negro. Estaba ansiosa por conocer que ropa interior habría dispuesto Daniela para la ocasión, y jugaba con los bordes de lo que parecía ser unos cucos con algún tipo de bordado en su parte superior. Finalmente, alcanzo la tela del short con su lengua, terminando su recorrido por el torso de Daniela y alcanzando esa prohibida e intima zona que se moría por descubrir. Lo supo, además, porque un particular olor era cada vez más intenso, inevitablemente al acercarse a la zona púbica de Daniela, el olor de su fluido vaginal desbordado tras el orgasmo y con todo lo sucedido, era muy intenso y se percibía con plena facilidad. Era un olor muy marcado, fuerte, como de piel húmeda, de sudor, de hembra en celo, no olía mal evidentemente, pero tampoco era un olor a fragancia de rosa, olía a sexo, a vagina excitada, a lo que debía oler como es de esperarse. Camila quedó atónita al percibirlo, en su pecho se erigió una enorme felicidad al sentir por primera vez, el olor de la fresca y húmeda vagina de su mujercita, al inhalar la poderosa carga hormonal de su preadolescente expelida por su vulva. Camila, respiró hondo, muy hondo y absorbió por completo la fragancia vaginal de su niña, quería tomarla hasta el fondo, que llenará por completo sus pulmones, todo su ser, era como estar oliendo un exquisito y exótico platillo, preparado por el mejor de los cocineros, era el olor al paraíso. Pasó sus lengua por sus labios, respiró de nuevo muy hondo y de nuevo beso el cuerpo de Daniela, esta vez su cadera, en las partes laterales, introduciendo su lengua levemente bajo el short y mojando un poco de su tela, con su saliva, estuvo unos segundos disfrutándolo y luego sin mediar más palabras pero con la mirada clavada en los ojos de Daniela, dirigió sus manos a la parte trasera, manoseo un poco sus nalgas y con una mano de cada lado, tomó los costados del short y empezó a retirarlo son suavidad. Ese momento fue abrumador, Camila veía caer la última prenda mayor del cuerpo de Daniela y a su vez, descubría la perfección absoluta de la belleza impoluta y algo infantil de su niña. Quedaba ante sus ojos, una rubia de 12 años con el torso desnudo, en medias colegiales y cucos color rosa, con un tenue bordado de encaje sobre los bordes internos y externos de la prenda. Camila se sintió afortunada de tener tan valiosa oportunidad y sin dudarlo ni un momento, tomó a Daniela por la cintura, acomodándola un poco más hacía atrás, quedando la niña con su cabeza apoyada sobre la puerta del carro. Camila tomó su tiempo, esto había que disfrutarlo, deleitarse de principio a final y hacerlo con toda la calma, paciencia y exactitud pertinente, al fin y al cabo, si ya estaban en problemas por llegar tarde al colegio, entonces al menos tendría que valer la pena. Sus labios hicieron el primer contacto sobre el monte de venus de Daniela, aún con sus cucos puestos. Camila, dio un pico (beso simple y sin lengua) sobre esta área, de una forma totalmente cariñosa, luego continuó y dando este tipo de besos fugaces sobre toda la prenda intima de Daniela, pero todavía sin tocar su zona vaginal. Parecía querer mostrarle todo su cariño y ternura cono ese gesto. Habiendo recorrido toda su área pélvica con muchos picos o besos simples, Camila miró hacia arriba, buscando la mirada de Daniela que la observaba atenta en todo lo que hacía, muy cautivada, pero sobre todo ansiosa y algo nerviosa; Camila, al encontrar su mirada le dijo: “te quiero Mi Dani…. disfrútalo”, inmediatamente la boca y nariz de Camila se perdieron desde la perspectiva visual de Daniela y un segundo después, vino el choque de estrellas, ese contacto, cambió para siempre la vida de Camila y Daniela. Se le dilataron las pupilas, su abdomen se elevó y su respiración se paralizó, cuando sintió por vez primera, los labios de Camila sobre su vagina aún con los cucos puestos, un haz de luz y un rayo eléctrico surgieron de su vulva y llegaron hasta su cerebro, partiéndola en dos, antes y después, de su boca, se escapó un gemido agudo y marcado, sus labios se secaron y con su boca entreabierta, el corazón se disparó a mil por hora……..Sintió un cálido y húmedo manjar, sus labios quedaron petrificados sobre una carnosa superficie, que le calentaba el rostro y le encendía el alma, renació en ese momento, atravesó la puerta a otra dimensión, quedó atónita y sólo vino a su mente la palabra “inefable”, indescriptible, cuando Camila dio tuvo el primer contacto con la vagina de Daniela a través de un sencillo beso, y supo para siempre, que eso era lo mejor que le había pasado en la vida. Su pecho retumbo como un estruendoso golpe y tal cual una leona, Camila cobró una impetuosa voluntad sexual y un segundo después su morbo y libido se disparo hasta niveles nunca antes alcanzados, también sus pupilas se dilataron y ya sin hielo para romper, Camila se dejo caer por completo en su instinto y a partir de ese momento fue más fiera que mujer, fue más instinto que razón y sobre todo, fue más lascivia que cariño, el momento había llegado, era la hora de comerse la vaginita de su hermosa rubia de 12 años. Sacó su lengua totalmente humedecida y sin más la puso exactamente sobre el parea vaginal de Daniela que estaba totalmente empapada. El sabor fue un absoluto néctar de los dioses, una mezcla entre sal y tibieza, con cierto contraste algo ácido, el sabor perfecto. Dejó su lengua apoyada sobre la vagina de Daniela cerca de 5 segundos y observaba con una sonrisa la reacción de la niña que empezaba a gemir y pasaba sus manos acariciando su propio cuerpo; finalmente dio un lengüetazo y vio refugiada en el morbo más voraz, a su niña retorcerse en un salto de placer. Continuó y repitió la acción una y otra vez, dando lengüetazos como si de una perra en celo lamiendo una vagina se tratara. Le encantaba jugar con las reacciones de su niña y no podía creer como esta se retorcía de placer y se apretaba ella misma las tetas, como toda una experta, el instinto la guiaba definitivamente. Camila, que aún no retiraba la ropa interior de Daniela dejándosela todavía más húmeda con su saliva, quiso aumentar el juego y dejó su lengua fija, sin movimiento sobre el área vaginal, mientras que con dos de sus dedos frotaba circularmente los labios vaginales de la rubia de 12 años. Era de nuevo un juego algo macabro, pues enardecía la energía sexual de Daniela enormemente, pero a su vez, no entraba en contacto directo y desnudo con su vagina, molestando levemente con la tela del panti, generando gran ansiedad sobre la niña. El juego continuo por un minuto, y la niña nuevamente era presa de una enrome ansiedad y tensión sexual, que sólo aumentaba con cada movimiento de Camila y se hacía más desesperante al sentir su lengua fija y húmeda sobre su vagina. Daniela se contorsionaba e intentaba instintiva y consciente e inconscientemente, restregar su vagina contra la lengua de Camila, a lo cual esta dijo: “no me hagas trampa jaja, soy yo la que te va a comer, no tú la que se va a restregar sobre mi lengua jaja”, Daniela totalmente sonrojada y muy impaciente le contesto: “por favor Cami, ya no aguanto más, por favor, házmelo ya, quiero sentir tu lengua en mi vagina, quiero que te la comas toda……¡por favor! ¡no aguanto más!”, entonces replico Camila con una sonrisa en el rostro: “jaja ¿no aguantas más perrita? ¿quieres qué me coma tu vagina? ¿quieres que me trague todo tu fluido? Jaja…..pídemelo perra…dime qué es lo que quieres”, D: “¡COMEME! ¡MALDITA SEA! ¡COMEME LA VAGINA, TRAGATÉLA TODA! YAAAAAAA”, C:”¡eres un niña muy maleducada, voy a tener que castigarte, POR PUTA Y POR GROSERA!, ¡VEN AQUÍ PEDAZO DE PERRA!”; acto seguido Camila rompió literalmente con libidinosa fuerza, los delicados cucos de Daniela e inmediatamente descubrió un monte de venus con apenas rastros de vello púbico casi invisible y bajo este, dos labios vaginales de tamaño medio y proporción carnosa, de color rosa y con algún tono rojizo y café, no pudo y no supo más, la primera imagen de la vagina de Daniela desnuda la inundo hasta lo más entrañable de su ser y nació en su alma, el sentimiento más grande y poderoso experimentado en toda su vida, y un gusto lésbico definitivo e imparable, había quedado enamorada de esa vagina, estaba perpleja ante tanta perfección y sensualidad. La miró, y tuvo el innato impulso de “hacerle el amor” a esa vagina, de besarla con tal pasión y lujuria, como si de unos labios humectados con brillo sabor a fresa, se tratara. Quería consagrarse en esa y a esa vagina, quería darle tanto placer y recorrerla hasta tal punto que chorreara cascadas de fluido mientras Daniela se retorcía. Instintivamente sus labios se dirigieron a la cara interna de los muslos de Daniela e inició un proceso lento y cauteloso de seducción sexual, besando apasionada y delicadamente esta área, succionándola con su boca y dando pequeños chupetes a su alrededor, de a pocos se acercaba a la vagina de Daniela, mientras acariciaba su cuerpo, pasando por su abdomen, introduciendo su dedo pulgar en el ombligo de la niña, para después subir hasta sus nacientes tetas y apretarlas, a la vez que jugueteaba y pellizcaba levemente los pezones. Su boca llegó al punto deseado y en un instante el primer contacto vino, explotando juntas en un apretón muscular de sus cuerpos; la lengua de Camila se posó por primera vez, sobre la parte superior del labio izquierdo de la vagina de Daniela, sintiendo al tacto la delicadeza de su piel y la carnosidad robusta de este pliegue protector. Era una masa de carne notable y algo gruesa, para su corta edad, Daniela tenía unos labios prominentes, no exuberantes, pero sí destacables en forma, relieve y tamaño, eran un lujo de ver. Camila movió su lengua sobre este, bajando hasta su parte inferior y luego dio un salto hacía el labio derecho, produciendo en Daniela una tensión y espasmo abdominal. Subió lenta y marcadamente por el segundo labio, con un lengüetazo en cámara lenta, para que la niña pudiera sentir la profundidad de su acción, pero también, porque le encantaba sentir como la masa carnosa de ese protuberante labio, se hundía brevemente cuando la presionaba con su lengua, como si estuviera jugando con un cuerpo que recupera su forma por la gran carne que posee. El ejercicio no se detuvo ahí, y empezó a pasar su lengua de forma circular humectando los labios vaginales, pero aún sin separarlos, como queriendo aplazar el tan anhelado contacto, con el interior de la vulva de Daniela, como quien tiene un apetecible chocolate, pero todavía no quiere retirarle la envoltura, para mirarlo y saborearlo con la boca hecha agua, aumentando el deseo por probarlo; de esta forma Camila saboreaba sólo el exterior, mientras que con la mano derecha, sobaba una de las pequeñas tetas de Daniela, y con su mano izquierda, empezaba a masajear los labios vaginales de Daniela para calentarla todavía más. Otro vecino pasaba, pero ante el silencio momentáneo de las dos y la oscuridad del sitio, de nuevo, no se percataba de nada. El masajeo oral y manual de los labios de Daniela, empezaron a rendir sus frutos y la niña se movía como llevada por el viento a través del aire, como serpiente indomable que hipnotiza a su víctima, su gemido era tenue, apenas se escuchaba y el momento se torno agradable y algo relajante, la forma de estimulación de Camila, le estaba produciendo gran placer sexual, pero también distensión muscular y satisfacción corporal. Camila que no tenía idea de como estimular la vagina de otra mujer, se dejo llevar por su instinto femenino y por el deseo que tenía por Daniela, entonces al verla en ese estado de satisfacción sexual, pero todavía no orgásmica, supo que era momento de destapar su regalo, de desenvolver su manjar y descubrirlo en su totalidad, sentía como los labios de Daniela, se deslizaban con enorme facilidad, lo cual era claro indicio que la parte interna de la vulva debía estar hecha un charco, una piscina y por ende era hora, de que su lengua completara el trabajo. Se detuvo por un segundo para apreciar la imagen de esa cautivante vulva aún cerrada y inhalar el indescriptible olor de su saliva mezclada con el sudor y el olor natural de los labios vaginales de su niña. Un segundo después, con su mano izquierda y los dos dedos de en medio, tomó cada labio vaginal y los separó con lentitud, apreciando en primera instancia unos hilos de fluido aferrados a las paredes internas de los labios, funcionando como una especie de pegamento que impedía la separación de estas carnosidades que hasta ese día no conocían contacto ajeno y externo. Mientras Camila los separaba, los hilos se iban adelgazando y uno a uno se desvanecían en el interior vulvar, revelándole la imagen más espectacular hasta ahora vista por sus ojos; un delicado, mojado y tierno interior vaginal, pigmentado por una coloración roja y rosada, acompañado por algunos relieves y pliegues que se entremezclaban entre sí y producían una perfecta armonía, como si de una obra de Van Gogh se tratara, como de una hermosa flor con pétalos mezclados, y en su cúspide, en la parte más alta de este bello órgano de reproducción femenina, se veía una forma circular, como si fuese una glándula expuesta al aire, muy brillante, rojiza, redonda, claramente humectada y apoyada sobre un delgado cuello de piel y carne, parecía la cabeza de una chupeta, bombombum o lollipop, que se mostraba ante el mundo para ser chupada, babeada, lamida, succionada, absorbida y disfrutada por alguna lengua deseosa, ante los ojos de Camila aparecía el exorbitante y exquísito clítoris de Daniela. La niña, al percibir todo lo que estaba sucediendo y lo que significaba tener a su mujer frente a su vagina abierta y desnuda, sintió una enorme excitación y sin quererlo, tensiono de nuevo sus músculos y el interior de su vagina palpito levemente, pero lo suficiente para que lo notará Camila, quien al mismo tiempo sonrió y se adentró en el placer, de ver como su niña le decía por todos los medios que quería que le chupara la vagina, que se la comiera, como hasta le palpitaba su vulva exigiendo su lengua. No se resistió más y sin esperar un segundo, Camila con el morbo más sucio posible, pasó su lengua lenta y pesadamente por el interior de la vagina de Daniela, desde abajo hacia arriba, esta hembra adulta penetró en la intimidad de su mujercita preadolescente, y como queriendo limpiar todo ese rico fluido derramado por la cuca de su niña, llegó hasta el clítoris, rozándolo para luego retirar su lengua y pasar saliva, tragándose de esta manera, la primera bocanada de jugo vaginal. La niña dio un salto y se apretó las tetas, un gemido agudo y firme, también se escapó de su garganta, el delicioso sexo oral, había dado inicio. Camila siguió y con su lengua, empezó a rodear circularmente la vulva abierta de Daniela, tocando las paredes internas de los labios vaginales y adentrándose como un remolino, hacía el centro de esta. Mientras exploraba con su lengua y ojos, probó un sabor algo más salado y supo que había alcanzado un área supremamente especial de la intimidad de su mujercita, de hecho, la más especial. Miró hacia la zona destacada y se encontró con una especie de cavidad que estaba protegida por una pared rosada y que destacaba del resto de todos los pliegues y colores presentes en la chochita de Daniela, Camila, acababa de encontrar la cavidad vaginal de Daniela y esa pared no era otra cosa que su himen, muestra de la virginidad intacta de su niña. Sonrió grandemente, al ver lo impoluto del ser de su princesa y como ella sería la que seguramente se encargaría de traspasar ese telar de tejido que protegía la profundidad vaginal de su mujercita. Pero aún no era el tiempo y ese no era el momento, por eso, no se centró más en esta desbordante parte de la vulva de su niña y prosiguió con su acto sexual y oral. Empezó a recorrer cada pliegue y relieve de la vagina de su niña, sintiéndolos y limpiándolos de todo el fluido que habían acumulado a lo largo de la jornada sexual, pasaba su lengua una y otra vez, de arriba abajo, hacía los lados, en círculos y saboreaba de vez en cuando tragando saliva, para seguir absorbiendo todo ese jugo derramado por su muñequita. El clítoris de Daniela estaba a estallar y parecía tener una hinchazón a causa de la ansiedad de ser tocado y estimulado por la lengua de Camila, que todavía estaba inmersa en el resto de la vagina, la niña se retorcía y como producto natural, desplazo sus manos hacia el cabello y cabeza de Camila, para acariciarla en primera instancia, pero luego de la forma más libidinosa e instintiva posible, empezó a clavarla entre sus piernas, a pegarla forzosamente en su vagina para que no se la dejara de chupar y así aumentar su placer, Camila no decía nada y se dejaba llevar por el deseo y mandato de su niña, cuando en un momento, Daniela guiada por su cuerpo halo algo brusca el cabello de su mujer, para conducirla hasta su clítoris y sentir el roce de su lengua, ya no aguantaba más, quería que le mamaran el clítoris. Camila inevitablemente y sucumbida ante la lujuria sexual, no tuvo otro remedio y besó apasionadamente el clítoris de su princesa, metiéndoselo de lleno a la boca y succionándolo mientras que al mismo tiempo, teniéndolo atrapado, daba toques y golpecitos con su lengua, provocándole a la rubia de culo respingado espasmos que eran como chispazos de energía, como explosiones de pólvora en su interior; Camila le chupaba el clítoris y le daba lengua por todo el órgano vaginal, la chupaba sin cesar y babeaba hasta el último rincón de tan exquisito órgano. Su potencia sexual aumentaba y se perdía en el desenfreno más descabellado, clavando su boca a la vagina de su niña y restregándose en esta, como queriendo quedar humectada por la esencia vaginal de Daniela, mamaba incesante y desordenadamente la vagina, no paraba, iba del clítoris a los pliegues y de los labios externos a las paredes internas, parecía una perra lubricando las partes nobles de su hembra. Perdía el control y succionaba la vagina de su niña, absorbiendo todos los pliegues y el clítoris a su vez, como dando chupones a la vagina. Continuó y en determinado momento, empezó a darle lengua velozmente al clítoris de Daniela, tocando al mismo tiempo parte de los pliegues vecinos, aumentaba su ritmo y se pegaba como si no hubiera un mañana, apretaba las tetas de Daniela, que se movía demencialmente en todas direcciones y que se sujetaba el cabello como tirando de este ante la poderosa sensación del momento; Camila metió las manos por detrás de su niña y la sujetó del culo, alzando su cintura y dejándola empinada, para tener más facilidad, cercanía y profundidad con su vagina. Chupaba y chupaba, su lengua pegada al clítoris y con gran velocidad, apretaba las nalgas de Daniela y esta gemía, sentía una poderosísima sensación que empezaba recorrerla por completo y la conducía al desespero, parecía loca, estaba fuera de sí, su cuerpo de movía demencialmente y en el momento en que Camila succiono los pliegues y el clítoris al mismo tiempo por completo sin detener el movimiento de su lengua, tragándose literalmente por completo su vagina y estimulando su clítoris al tiempo, Daniela sintió que el placer que se estaba haciendo presente era demasiado y la iba a colapsar, por eso naturalmente y son control de su cuerpo quiso separarse no por disgusto sino por exceso, pero Camila no lo permitió pues conocía como funcionaba el cuerpo de la mujer y que ese descomunal placer que estaba por venir, Daniela sí lo iba a poder soportar, por eso, apretó con más fuerza el culo de Daniela y no lo soltó, sino que se pegó aún más a la cuca y empezó además a mover su boca de lado a lado, como sacudiendo la vagina de Daniela, como una perra destrozando un hueso con el movimiento de su mandíbula, mientras que al mismo tiempo seguía dando lengüetazos al clítoris y pliegues vaginales de su niña inmersos en su boca; para ese punto todo fue demasiado y Daniela se contorsiono bruscamente hacía atrás quedando apoyada prácticamente en su nuca y con todo su torso elevado a tal punto que Camila quedó de rodillas en el asiento del auto y pegada su vagina, sin soltarla y dejar de succionar y moverse ni por un segundo, la niña no podía más y mientras apretaba el asiento y tensionaba todos los músculos de su cuerpo, con los dientes totalmente presionados y cada parte de su rostro marcada como en expresión de angustia, dio un salto y literalmente quedó de cabeza sobre al asiento y con su cuerpo casi vertical en ángulo de ochenta grados, con su vagina totalmente en la boca y rostro de Camila, casi pegada al techo del auto, dando un poderoso grito que se dividió en cinco y que marcó la llegada al más placentero orgasmo de todos los experimentados hasta ahora: “ahhhhhhhhhhhh………..ahhhhhhhhhhhhhhhhhy…..AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH……..ahhhhhhhhh….ahhhhhhhhhhhhhhh”, siendo armonizado por un tono muy agudo, como si de una perra chillando se tratara, un sonido propio de una voz delgada y sometida a un gran placer sexual, casi como una hembra aullando mientras es poseída por el demonio de la lascivia, penetrando por su vagina y llegando hasta lo más absoluto de su consciencia; Daniela había alcanzado el mayor orgasmo de su vida y con eso, dejado la cara de Camila totalmente bañada en un liquido claro, espero y transparente, que había estallado sobre el rostro de la tetona de 28 años, que veía y sentía como escurrían gotas de fluido sobre su frente, ojos, mejillas, cabellos, nariz y boca, Daniela, Danielita, su mujercita, su perrita, se le acaba de venir en su cara, la había dejado bañada en fluido, tras un poderoso chorro expulsado durante el orgasmo.
CONTINUARA…
HOLA AMIGOS, AQUÍ SU TÍO MARIO JAJA DE REGRESO. DISCULPEN LA DEMORA, PERO EN ESTOS TIEMPOS DE DICIEMBRE Y ENERO ESTUVE MUY OCUPADO Y DE HECHO NO ESTABA EN LA CIUDAD, POR ENDE, NO TENÍA TIEMPO PARA ESCRIBIR EL RELATO. AQUÍ ESTÁ, AQUÍ SIGO, ESPERO DE TODO CORAZÓN QUE LO DISFRUTEN Y DISCULPEN LA DEMORA. ESTE AÑO SE VIENEN COSAS MUY INTERESANTES FRENTE A ESTA HISTORIA Y FRENTE A UNA NUEVA QUE VOY A ABRIR EN LA CATEGORÍA INCESTO. LES ESTARÉ AVISANDO CUANDO SUCEDA.
POR AHORA DISFRUTEN MUCHO DE ESTA HISTORIA Y COMO SIEMPRE LES DIGO, PUES DE VERDAD, ENSERIO LOS LEO TODO EL TIEMPO, DEJÉNME SABER EN LOS COMENTARIOS SUS OPINIONES, SENSACIONES, IDEAS Y PENSAMIENTOS SOBRE LA HISTORIA. PARA MÍ ES SUMAMENTE IMPORTANTE, ES UNA DE LAS GRANDES MOTIVACIONES PARA ESCRIBIR ESTA HISTORIA. GRACIAS, NOS VEMOS EN LOS COMENTARIOS.
PSDT: ANTE CUALQUIER INQUIETUD O DEMÁS, ACÁ LES DEJO MI CORREO, POR FAVOR NO SPAM: [email protected]
Felicitaciones Mario tienes una excelente habilidad de narración. Uno vive el relato. Gracias
Carajo! Amigo Mario Ud hace volver loco de excitación a cualquiera. Jamas he leido una historia lésbica mas intensa, erótica, caliente e interesante como la de Camila y Daniela. Debo entender que aun continua la historia ya que Camila no ha desvirgado aun a Daniela y que, por tanto, seguiremos disfrutando de la historia. También ansío la parte donde ellas dos tengan un encuentro sexual en una habitación de Motel o en la casa de Camila o en un lugar mas cómodo que en el carro y donde ellas dos puedan desnudarse y, por un lado Daniela pueda hacerle sexo oral a Camila y que ellas dos tengan una sesión de tijeras y puedan frotarse las vaginas una con otra y mas sesiones de sexo de todo tipo entre ellas dos. Por favor Mario, no tardes tanto en continuar con esta historia entre ellas dos SIN LA INTERVENCION DE OTRA MUJER NI NADIE MAS. Ellas dos son suficientes para cualquier lector. Esperaremos.
Gracias amigo, ya está subida la siguiente parte de esta serie.
Ya lo había leído en alguna parte… :s
Imposible amigo, jamás me daría crédito por el trabajo de alguien más y si precisamente me demoro en subir la serie, es porque yo mismo la escribo. Quizás leíste algo similar y estás confundido, porque con absoluta sinceridad puedo decir que yo soy el autor de esta serie. Puedes ver desde el primer capítulo y corroborar que así es.
No sabes cómo esperaba está continuación,ya me había dado por vencida y pensé que nunca saldría,pero al ver que regresaste me emocioné mucho y como era de esperar está parte me encanto tanto como las partes anteriores y ya no puedo esperar a ver cómo será la siguiente.
Excelente te luciste y mucho
Muchas gracias por darle tanto apoyo y seguimiento a la serie. Ya está subida la siguiente parte.
Antes que nada saludos mario y gracias x continuar con esta historia tan caliente y llena de morbo y cada capitulo es mejor que el anterior tardaste en Dar señales de Vida pero valio la pena la espera eso y sigas asi y aqui estare pendiente del siguiente capitulo y en espera de la nueva historia de incesto…
Muchas gracias por darle tanto apoyo y seguimiento a la serie. Ya está subida la siguiente parte.
Me encanto esta ultima parte, tu habilidad para fluir con las palabras es fuera de este mundo, no voy a mentirte, masturbe bien duro y rico con este relato. Realmente senti que estaba viendo una palicula europea de sexo ilicito, no sabes lo mucho que me costo terminar le leerlo sin antes tener un orgasmo por tanto morbo en tu historia.
La verdad no se de donde sacas tus ideas pero seguo adelante, todavia falta desvirgar a Danielita 😋
Muchas gracias por darle tanto apoyo y seguimiento a la serie. Ya está subida la siguiente parte. Y sí, todavía falta mucho por contar.
No Mario, cuando en mi comentario te pido la continuación de la historia sobre Camila y Daniela y NADIE MAS, me refiero a que creo que no seria bueno incluir a nadie mas en el duo que forman ellas dos y que no intervenga nadie mas haciendo referencia a la parte de la historia donde, dado el encuentro sexual muy grande que las hizo llegar tarde a la escuela y que intervino una supervisora para dejar entrar a Daniela, hubo alguien que opinó que esa Directora pudiera incluirse en la historia, no me parecería adecuado porque creo que perdería el sabor central de la historia que se centra solo en Camila y la NIÑA Daniela y nadie mas.
Espero con ansias mas, muchos capítulos mas, de esta FABULOSA historia, permitiéndome sugerir, como lo hice en mi primer escrito, que se produzca, por alguna circunstancia en un Motel o Habitación donde pasaran al menos dos noches de sexo lésbico total. Me imagino la calentura de Daniela haciendo una «TIJERA» frotando sus Vaginas ambas y haciéndole sexo oral ella a Camila.
Ay por favor, a la historia le caeria bien que Dajiela se enamorase de una hermna menor o de otra niña de su misma edad en la escuela
Gracias por tus sugerencias y por tomarte el tiempo de escribir. Siempre los tomó en cuenta a todos, no se preocupen, estoy seguro que lo que viene, les va a gustar.
Como vivo tus relatos querido Mario es como si fuera yo quien esta con Daniela y a la misma vez yo soy Daniela gracias por estos momentos que nos brinda con tan buenos relatos
Gracias, para eso lo hago, para que los disfruten al máximo. Ya está subida la siguiente parte, por si quieres leerla.