Camila y Daniela 4 parte 7
La historia de una atracción prohibida entre una mujer y una niña…
Rumbo al comedor, Camila sonreía plácidamente, pues todo lo sucedido era una hazaña en su vida, pero como todo fenómeno de placer, no se conformaba con los hasta ahora alcanzado e iba por más. M: “toma asiento Camila, voy a servir el postre”, siguiendo esta la orden dada y retomando a su silla en el comedor. Junto a ella, estaba su niña, que todavía guardaba algo de sonrojo en sus mejillas por el agitado encuentro sexual, además sentía como la saliva de su mujer, aún estaba depositada sobre la superficie de sus nalgas y especialmente concentrada entre su cavidad vaginal, pero, sobre todo, en su ano. Para la niña, todo iba tan rápido, que le era imposible procesar tal nivel de información y ante la nueva sensación descubierta hace unos momentos, se extravío en su propia mente y en la mesa lo notaron, no era para menos, la niña nunca en su corta vida, se le había cruzado que esa parte del cuerpo usada naturalmente para otros fines, pudiera tener connotación sexual, es más, para ella misma a pesar de estar siendo guiada por su instinto y deseo lésbico natural, fue brutalmente sorpresivo y ciertamente desconcertante, sentir la lengua de Camila lamiendo esa prohibida y oculta zona, que ni siquiera ella misma había tocado o visto alguna vez con plenitud. Se encontraba en realidad muy confundida y no entendía como Camila podía haberle besado esa zona, la cual, por razones obvias, debía ser supuestamente esquivada y hasta motivo de vergüenza. Es comprensible, más allá del prematuro e instintivo despertar sexual lésbico de Daniela, todavía en todo caso era una niña, si acaso una preadolescente, con todo un universo por descubrir y más en materia sexual, para ella fue como la llegada de los español al continente Americano, el descubrimiento de un nuevo mundo, ellos nunca pensaron que existía algo más allá de lo que ya conocían y así mismo Daniela, conoció un nuevo y extraño continente sexual, donde las ideas más inverosímiles para ella, se hacían realidad. Camila observaba de reojo a Daniela, algo preocupada por lo que pudiera estar pasando por su mente, pues se le veía abstraída, inexpresiva y en total silencio. Se cuestiono en un momento, si tal vez fue demasiado lejos, hasta para ella misma fue algo chocante, como mujer heterosexual que fue hasta que conoció a Daniela, nunca practicó o deseó practicar, algún tipo de estimulación anal, obviamente, hacer eso con un hombre si que era perturbador, pero en esta ocasión con su niña, fue algo totalmente diferente, fue el llamado de la naturaleza más puro e inescrutable, solo supo que lo quería hacer y lo hizo, además, recuperando algo de cordura en la mesa y con el sabor del culo de Daniela todavía fresco sobre sus labios y lengua, no le cupo la menor duda de que le había encantado, sin embargo, en todo caso, su cuestión y preocupación era saber si para su mujercita también era de esta manera. María sirvió el postre y con eso rompió algo del hielo que se había formado en el comedor, pues ni el mismo Carlos sorprendentemente se extendía en palabras, estaba claramente embravecido por la discusión que tuvo con María, mientras Camila se le comía el culo a Daniela en el baño, M: “espero lo disfruten, es un pie de mora, que aprendí a hacer, buen provecho”, todos procedieron a comer en un tenso silencio que reflejaba a la perfección todo lo que estaba pasando, desde la incertidumbre de Camila al desconocer las ideas de Daniela, pasando por la profunda confusión de la que la niña rubia experimentaba y llegando hasta el interminable conflicto marital entre María y Carlos. Como para quebrar el incomodo silencio María le preguntó a Camila, si le gustaba el postre, pero esta, sumergida en el recuerdo del baño, sólo pudo responder a esa pregunta, con referencia al culo de su niña: “delicioso, realmente estuvo… está delicioso, nunca antes lo había probado, pero creo que desde hoy soy una adicta jaja”, María repleta de ingenuidad respondió: “wow, no pensé que fuera para tanto, pero me alegra saber todo el impacto que causo en ti…. entonces ya sabiéndolo, mi creación está disponible para cuando sientas antojo jaja”, las palabras de María sin saberlo, cuadraban a la perfección con el verdadero sentido de los comentarios que Camila, que, en cierta medida, se burlaba por dentro al escucharla. Así, entre tensión e incomodidad, incertidumbre y ansiedad, el almuerzo terminó y Carlos claramente molestó se retiro de la mesa sin mucho más, pero dijo una última frase, que fue en realidad la llama que incendió la bodega repleta de pólvora: “un gusto haber compartido contigo vecinita, me alegra mucho que hayas venido a mi apartamento, por acá siempre serás bien recibida, espero hayas disfrutado el almuerzo y el postre….ah y bueno, que gusto saber que una mujer como tú, bonita, culta, profesional y atenta, esté ayudando a mi hija, definitivamente quedan pocas mujeres como tú (mirando de reojo a María, como queriendo referirse a ella)”, acto seguido camino hacía en cuarto principal y cerró la puerta con vehemencia. Todas, quedaron absolutamente impactadas por las palabras de Carlos, que no se reservó nada y no le importó que su hija y su esposa estuvieran presentes, para casi declarársele a Camila, todo lo contrario, lo aprovechó y utilizó ese escenario, para ofender y desquitarse frontalmente de su mujer. Camila no lo podía creer y estaba terriblemente apenada, Daniela quebró en algo su abstracción y sintió fastidio por el comportamiento de su padre, pero María, ay María, quedó endemoniada, sus pupilas estaban terriblemente dilatas y su ceño sin darse cuenta, completamente fruncido, lo que Carlos le acababa de hacer era una ofensa de proporciones colosales, como pudo, cruzó algunas amables palabras con Camila, pero no se aguantaba las ganas de ir y contestarle como era debido a Carlos, desahogando toda su molestia, sin embargo, no encontraba la forma de zafarse de la visita sin ser grosera o descortés. La ansiedad y el mal genio la consumían por dentro, tanto que una de sus manos temblaba al no poder explotar como deseaba. La luz llegó, cuando Daniela sorpresivamente rompió su largo silencio y le dijo a María: “¿mami, será que le puedo mostrar mi cuarto a Cami?…es que quiero que vea mi cajón, donde están todos mis collares y aretes, ¿puedo?”, como María necesitaba ir a contestarle a Carlos y además, como anteriormente “Dani no pudo mostrarle el maquillaje a Camila”, reconoció en ello la oportunidad perfecta para entretener a la tetona de 28 años, no ser descortés, darle gusto a Daniela y tener el tiempo y espacio suficiente para pelear con Carlos, claro, en el fondo prefería que Camila se fuera, para estar más tranquila si elevaban la voz, pero ante un posible acto descortés con una mujer que tanto había ayudado, opto por esa opción. M: “claro hija, ve y le muestras a Cami tu cuarto y todo lo que quieras, ahí en el espejo de tu habitación hay algo de mi maquillaje, por si se lo quieres enseñar también….. Camila, si quieres ve con Dani, me da mucha pena contigo, pero tengo que hacer una llamada de trabajo urgente y no te puedo acompañar, pero tranquila, no te vayas, en un ratico me desocupo y si quieres charlamos mientras nos tomamos un café o algo así, ¿te parece?”, Camila, con una emoción palpable, pues de nuevo estaría a solar con Daniela, aunque bajo gran peligro de ser descubiertas le respondió: “por supuesto que sí María, no te preocupes por mí, toma todo el tiempo que necesites, no te afanes por nada, yo voy a estar bien, con Dani siempre hablamos bastante y bueno jeje, mientras conozco su habitación y sus accesorios… ve tranquila y claro, con mucho gusto te acepto ese café, yo te espero, no te afanes por nada, tomate tu tiempo”. María, sin esperar mucho más, se levantó de la silla y se dirigió a paso apresurado hacía el cuarto donde se encontraba Carlos, ingresó en este y se escucho un fuerte portazo, que seguramente marcaba el inicio de la pelea marital, entonces, Daniela al encontrarse por fin a solas con Camila, sin mediar palabra e intercambiando una breve sonrisa, la tomó de la mano y de esta manera, la guio tras de sí, hacia su cuarto, para Camila fue una imagen surreal, algo salido de un cuento de ficción, ver a su niña con vestido y “colitas” en el cabello, de espaldas, tomándola de la mano y guiándola a su propio cuarto, fue sentirse por un momento, caminando por el pasillo de un motel, rumbo a la habitación donde tendría sexo desenfrenado, pero en este caso iba más allá, ver a su mujercita, llevándola autónomamente, de su propia mano, hacía su propio cuarto, era sentir que ella le estaba diciendo: “tómame, me entrego a ti por completo, mi cuerpo y mi vida son tuyos, hazme tu mujer”, para Camila todo fue felicidad y sobre todo, una calma previa a la tormenta sexual que se avecinaba.
Llegaron por fin y Camila reconoció un cuarto algo infantil, reflejo propio de la edad de Daniela. Estaba pintado de azul celeste y en las paredes se encontraban algunos retratos familiares y una foto de gran tamaño de la niña. Además, cosas propias de una nena de 12 años, accesorios, prendas, muebles e incluso alguna muñeca, muestra de la infancia que ya se iba. Tomadas aún de la mano, juntas avanzaron automáticamente hacía la cama y allí se sentaron, con algo de timidez, Daniela le dijo a Camila: “mira, este es mi cuarto, ¿te gusta, te parece lindo?”, Camila completamente emocionada por la escena, por con el pleno conocimiento de la premura del tiempo le dijo: “claro mi amor, me encanta, está muy lindo, pero sabes que me encantó más…. (Daniela la miró algo confundida)… como te ves hoy, te ves hermosa mi amor, te ves divina, me fascinas…dime algo ¿por qué te arreglaste así? y más que eso, ¿por qué no te pusiste ropa interior, ah?”, la niña agachó la mirada secuestrada totalmente por la timidez, no había que olvidarlo, aunque toda una empedernida lesbiana aún era una preadolescente y las palabras de Camila subidas de tono a veces la sacaban de sitio, para la misma Camila, fue como recordar esas primeras veces, cuando se insinuaba ante su mujercita y esta, quedaba prácticamente desconcertada y sin respuesta. C: “jaja ¿qué te pasa mi amor, por qué no me hablas?”, la niña guardo algo más de silencio y respondió con la voz algo resquebrajada: “jeje……es que…no sé que decirte, la verdad todo lo que ha pasado hoy, me tiene así, discúlpame”, C: “tranquila mi amor, no hay de que disculparse, yo lo entiendo, todo es muy nuevo para ti, y no quiero que te sientas incomoda…..”, por unos segundos apareció un extraño silencio y Camila vio caer su libido, pues pensó que por el momento de confusión de su niña, esta no tendría la suficiente convicción y ganas, para seguir su desfogue sexual, por eso la abrazó y en silencio le acarició el pelo mientras le besaba la frente, la niña se recostó sobre su cuerpo y también la abrazo, así estuvieron por algunos segundos, hasta que inesperadamente, Daniela rompió el silencio: “sabes Cami, me gustó mucho eso que me hiciste en el baño, no sabía que se pudiera hacer, pero se sintió muy rico”, Camila, sorprendida a más no poder sintió como su corazón se disparó y quería salírsele por la garganta, entonces entre nervios le dijo: “¿enserio princesa, te gustó?…. que bueno saberlo, porque sabes, yo nunca lo había hecho, pero la verdad me encantó, no he podido dejar de pensar en eso”, al ver que su niña estaba más tranquila y tocaba el tema por cuenta propia, decidió adentrarse más y probar suerte insistiendo en la primera duda planteada, “y sabes también, que no he podido dejar de pensar… (Daniela levantó la cabeza y la miró a los ojos)…. en por qué hoy no te pusiste ropa interior, me intriga mucho saberlo”, la niña evidentemente más calmada y sobre todo, con la paz que le transmitía estar pegada al cuerpo de Camila le respondió: “jeje bueno, que te puedo decir, la verdad lo hice para ti, por ti, quería que me vieras sexy o como se diga…no estaba segura, pero tal vez en algún momento tú lo ibas a notar y si se podía, yo quería que me vieras la como ayer”, C: “¿Cómo ayer?… (sagazmente aprovechó Camila la oportunidad y agregó)…pero si ayer estabas desnuda, hoy tienes el vestido”, la niña se refería que la viera como el día anterior, no en especie sino en forma, es decir de forma sensual, no precisamente desnuda, sino atractiva, pero la arrecha de Camila supo hacer muy bien su movida y le tiro el anzuelo al pez, esperando que mordiera, hubo un espacio de silencio y Camila espero a ver si su niña había captado la indirecta, luego Daniela respondió con seguridad: “¿quieres verme desnuda?”, para Camila esas palabras fueron un espectáculo pirotécnico y sin mayor alargue le respondió lacónicamente: “sí mi amor, quiero que te quites el vestido, que te desnudes para mí”. La niña, se levantó de la cama y caminó algunos pasos hasta la puerta, como toda una experta y por sentido común, puso seguro para evitar alguna entrada sorpresiva de sus padres y acto seguido se giró, quedando de pie y de frente a Camila, que estaba sentada aguardando en la cama. Era una locura, pero ambas estaban poseídas por el instinto sexual, y aunque los padres de Daniela estuvieran en la misma casa, el riesgo no les importaba. Daniela miró fijo y profundamente a Camila, y sin lugar a duda tomó los costados de su vestido y empezó a subirlo con suavidad, lentamente el juvenil y bello cuerpo de la rubia de 12 años empezaba a aparecer desnudo y Camila sentía como su temperatura corporal se elevaba como si de un volcán se tratase, el vestido alcanzó el cuello de la niña y en un último esfuerzo las pubertas tetas de Daniela quedaron al aire, luego el vestido salió por encima de su cabeza y frente a Camila, quedó la imagen de una niña preadolescente, con un cuerpo delgado, pero torneado, una piel blanca y delicada, unos pezones rosados algo escurecidos, un vello púbico apenas naciente y un cabello rubio recogido en dos moñitas que caían sobre los hombros de este femenino cuerpo, siendo la perfección absoluta un par de ojos verdes y encendidos que reflejaban la enorme belleza de esta joya en bruto. Camila se recostó sobre la cama, como un amante esperando a su pareja en el lecho matrimonial, con un suave gesto y unas tiernas palabras le dijo: “ven, acércate”, la niña camino despacio, aún con sus tenis blancos y medias tobilleras puestas, cuando alcanzó la altura de la cama, supo instintivamente que lo que proseguía era sencillamente subirse sobre el cuerpo de Camila y entregarse a la pasión que sentía por ella. Camila se movió un poco hacia el centro de la cama de tal manera que sus piernas y pies, quedaban sobre esta, Daniela, apoyo su rodilla sobre el borde de la cama y como una mujer lista para ser penetrada, paso su otra pierna por encima del cuerpo tendido de Camila y de esta forma quedó sentada, con las piernas abiertas sobre la cadera y pelvis de su mujer. Estando en esta posición juntas se miraron por varios segundos a los ojos y para Camila fue algo revelador, pues nunca antes había estado “en la posición del hombre”, es decir abajo y con la mujer encima, de frente, lista para cabalgar, aún así no se sintió desconcertada y simplemente se dejo llevar; acarició las nalgas de Daniela con alguna suavidad y luego lentamente la niña se inclinó sobre su cuerpo para besarle la boca, el primer contacto fue un chispazo mágico, sentir el cuerpo de Daniela desnudo y sobre su ser, acostadas en su propia cama, fue una bomba explotando para Camila, que se entregó por completo al momento más apasionado, empezó a besar con gran profundidad y fuerza a Daniela, apretándola al mismo tiempo contra su cuerpo, como queriendo sentirla por completo, subía y bajaba con sus manos, tallando toda la espalda de Daniela y recorriendo con sus dedos la profundidad de su cuerpo, mientras avanzaba el beso y el calor iba subiendo, Camila se colocaba más candente y en esa misma línea más morbosa y salvaje, que tierna y romántica, la pasión se fue transformando lentamente en deseo animal y Camila, desplazo sus manos a cada una de las nalgas de la niña, con gran ímpetu, empezó a separarlas, a abrirlas, quería de cierta manera, sentir como abría la vagina virgen de Daniela, como su ano quedaba expuesto al aire y como ese par de nalgas carnosas y trabajadas por la gimnasia, se perdían entre sus dedos al apretarlas, pasaban los segundos y el cuarto se llenaba de la atmosfera sexual de estas dos lesbianas, en un momento, Camila empezó a acercar su dedo de en medio a la cavidad vaginal de Daniela, mientras seguía sosteniendo y masajeando sus nalgas, la niña comenzaba a contornearse y a moverse al ritmo de la estimulación que los dedos y caricias de su mujer le producían, intentando además, frotar su clítoris contra la cadera de Camila, todo transcurría con total perfección sexual pero Camila deseaba mucho más, así que con su otra mano, colocó uno de sus dedos sobre el ano de Daniela, no hizo nada más, simplemente lo dejó ahí fijo, como apropiándose de todo el culo de Daniela, desde sus nalgas y vagina, hasta su pequeño ano, para la niña esto fue una erupción volcánica, sentir ese dedo invasor sobre su ano, inmóvil, sencillamente como marcando y adueñándose de su territorio, fue la gota que derramo el vaso, además le producía una terrible ansiedad sentirlo precisamente sobre esa área sin ningún movimiento, entonces debido a la intensa pasión de estar tirada sobre el cuerpo de su amante besándola, además con el culo y vagina completamente poseídos y dominados por la manos de su mujer, Daniela dio inicio a sacudidas violentas, como una potra salvaje luchando contra la dominación, parecía una fiera salida de la jaula, no quería dejarse colocar la cadena, y como en el juego del toro loco, se movía salvajemente, a raíz del estímulo vaginal pero sobre todo, para intentar tumbar ese dedo invasor, que le generaba una inconmensurable ansiedad que de alguna forma era una expresión de placer muy extraño, pero que al mismo tiempo no podía controlar y por eso lo intentaba apartar, así, Camila se resistía y luchaba con su fiera indomable en una épica faena sexual, pues su objetivo era llevarla al orgasmo con ese dedo apoyado sobre su ano y con el otro masturbando su vagina, además sentía que de alguna forma, tener las manos en esa posición y el dedo ubicado de tal forma, le otorgaba un cierto dominio sobre Daniela que le encantaba sentir; ver a Camila y Daniela sobre esa cama , era como ver a dos hembras en celo revolcándose en un pastal, salvajes, indomables, sucias, lujuriosas, animales, bestiales, era la expresión más pura de sexo lésbico, una lucha entre sus dos cuerpos para fundirse entre el sudor y los fluidos, una maravilla pornográfica. Daniela se sacudía con violencia y Camila se resistía dejarla ir por cualquier medio, hacía todo el esfuerzo por mantenerla de esta forma y lejos de disminuir su intención, aumentaba su fuerza estrepitosamente para someter a la indomable Daniela, pasaban los segundos y el inevitable orgasmo se acercaba, la niña estaba completamente sometida y aunque todavía se movía vertiginosamente, su mujer había logrado controlar parte de su cuerpo, el momento decisivo llegó, cuando Camila en medio del beso, escuchaba como se escapan jadeos y gemidos de los labios de su mujercita, entonces de manera ciertamente sádica, no le permitió despegar la boca para que pudiera dejar escapar el sonido de su orgasmo, en parte para evitar ser escuchada, pero realmente para literalmente sentir el pleno dominio sobre Daniela y “tragarse” de alguna forma su orgasmo, ahogando su grito en su propia boca, por eso con una bocanada de aire, succiono literalmente la lengua de Daniela, quedando una sobre la otra con la boca completamente abierta y entrelazada, dejándola atrapada y encadenada por completo a su ser y voluntad, un segundo después el fortísimo movimiento de la niña, marcó la llegada a la cumbre y mientras le apretaba poderosamente una de sus grandes tetas aún presa en la blusa y brasier, Camila reconoció que su mujercita había llegado al orgasmo, pues sintió el pleno grito ahogado que se perdió en su propia garganta y también, como el ano de la niña se dilato naturalmente, permitiendo que el dedo de Camila, entrara ligeramente en él, y finalmente, una tibieza inusual sobre su área vaginal, como si de agua caliente se tratara, efectivamente, su niña, Daniela, se había venido una vez más, sobre su pantalón. Después de ese momento tan intenso y de algunos segundos transcurridos, Daniela cayó sin fuerza sobre el cuerpo de Camila, como desfallecida, sin aliento y ya no luchó más por desplazar ese dedo invasor que ya había penetrado algunos milímetros de su dilatado ano, estaba sumergida en placer y sólo deseaba recostarse sobre las enormes tetas de su mujer, pero al mismo tiempo Camila ya no insistió más y naturalmente, con tranquilidad y suavidad apartó su dedo de la cavidad anal de Daniela, dejando su mano sobre su nalga con pasividad, el trabajo estaba hecho, la fiera indómita, la potra salvaje, la bestia selvática, había sido domada, y su dueña era Camia. La niña y la mujer adulta, permanecieron en esa posición de reposo y satisfacción después del celebre momento, cerca de un minuto largo, pero momentos después, Camila sintió como su niña le acariciaba la cintura por encima de la blusa y de nuevo, con ternura, buscaba sus labios para besarlos suavemente, era increíble, esta niña entraba al desfogue sexual como toda una experimentada, deseaba más, estaba para más, eso que acababa de pasar no era suficiente y quería un “segundo round”. El beso, de nuevo, se transformó de a pocos en frenesí y aunque Camila ya le empezaba a preocupar la posible llegada de María, no se alarmó demasiado, pues todo lo anterior había pasado tan rápido, que algo de tiempo para disfrutar seguramente les quedaba. Cuando de nuevo la tetona empezaba a manosear el cuerpo de su princesa, esta se detuvo un segundo y la miró con algo de sonrojo, diciéndole: “Cami, mi amor, me puedes hacer lo mismo que me hiciste cuando estábamos en el baño”, C: “jaja ¿enserio muñequita? ¿quieres que te chupe el ano otra vez?”, D: “uff sí, es que se sintió muy rico, un poquito raro, pero me gustó mucho”, C: “jaja que bueno mi princesa, yo estaba preocupada de que no te hubiera gustado, pero bueno mi amor, tus deseos son ordenes, así que a darle…. Ponte en 4 muñequita para darte el beso negro”, D: “¿qué? ¿cuatro? ¿negro qué?… no te entiendo”, C: “jaja discúlpame mi princesa, se me olvida que aún no lo sabes….mira, primero que todo, a eso de besarte el ano, se le llama beso negro y cuando te digo que te pongas en 4, es que te apoyes sobre tus rodillas y manos como si fueras a gatear, para que tu delicioso culo y exquisita vagina, queden abiertos y expuestos al aire, así yo tengo más facilidad para chuparlos”, D: “ah, te entiendo, jaja no tenía ni idea de que a esas cosas, se les dijera así, pero bueno, ya sabiéndolo, me voy a poner en cuatro para que me des mi beso negro jaja o mejor para que me chupes el ano, me gusta más como suena así”, C: “como quieras mi amor, dile como quieras, a mí sólo me interesa que me empines ese culo para clavarle mi boca… dale, ponte en 4 como una perrita”, entonces Daniela obedientemente, se separó del cuerpo de Camila para acomodarse tal cual ella se lo había explicado, no sin antes eso sí, descubrir la enorme mancha que su fluido vaginal después de venirse produjo en el pantalón de Camila, la tetona de 28 años, la miraba maravillada, al observar como esta inexperta niña intentaba acomodar por vez primera su cuerpo en posición de perra, empinando el culo y con su vagina abierta, D: “¿así mi amor?”, C: “jaja casi muñequita, debes meter más la espalda y parar el culo, como una perrita (tocando con su mano la espalda de la niña, para que la arqueara y encontrara la posición correcta)…… eso, así, perfecta…. ufff te ves hermosísima, con esas dos colitas en el cabello y el culo empinado, jaja con razón los hombres se vuelven locos (de repente vino un loco deseo a la mente de Camila)…muñeca, te puedo pedir algo..”, D: “¿dime? (algo extrañada)”, C: “¿puedo tomarte una foto, así en esa posición…ufff, es que te ves deliciosa, una obra de arte y me encantaría guardar una imagen precisa para consentirme de vez en cuando, jaja tú me entiendes”, la niña algo dubitativa por dejarse tomar una foto en plena desnudez, pensó por algunos segundos y finalmente decidió que evidentemente no habría problema y estaba complacida de que Camila quisiera tener una foto suya, D: “tómala, no hay problema”, C: “gracias mi muñeca, no te preocupes, sólo yo la veré”, sacando inmediatamente su celular y retratando al instante a la niña empinada y con toda su intimidad al aire, luego guardo el teléfono y dijo: “bueno, ahora sí, a comerme ese culito… empínalo mami”. Se acercó y antes de hacer cualquier cosa, miró las nalgas, vagina y ano de Daniela, tomándose unos segundos para apreciar tan esplendoroso paisaje, momentos después no pudo resistirse y tomando las nalgas de Daniela con cada mano, se puso de rodillas, acercando lentamente su rostro hacía las partes intimas de la niña, sintiendo a cada centímetro que avanzaba, el marcado olor vaginal de la vulva de Daniela, que ante la cantidad de fluido era imposible pasar desapercibido, a Camila lejos de disgustarle le fascinaba, era el olor de su mujercita en celo, era el olor natural de su pequeña hembra expeliendo hormonas sexuales para atraerla, finalmente su nariz hizo el primer contacto y en un instante, dio el lengüetazo inicial, recorriendo como la primera vez, toda la raya del culo de Daniela, pero en esta ocasión, mucho más despacio, para disfrutar de cada sabor, olor y viscosidad, segundos después, luego de haber lamido de esa manera el culo de la niña un par de veces, no dio rodeos y se pegó al ano de la niña, clavando sus labios en este como si fuera una chupa, lo succionaba y lamia rápidamente con finos toques de su lengua, a la par, su niña reaccionaba con un jadeo muy similar a un quejido, se notaba que le gustaba, pero esta inexplorada parte de su ser, le generaba mucha ansiedad y por eso le era tan difícil controlar sus sensaciones, Camila seguía, pero esta vez, no quería hacer nada distinto al goce anal, aunque muriéndose de ganas ignoro la vagina y el resto del cuerpo, sólo le interesaba el ano y las nalgas de la niña que masajeaba con sus manos, chupaba y chupaba, succionando con más intensidad a cada momento que pasaba, Daniela apretaba los ojos y boca, frunciendo el ceño y clavando su cabeza contra la cama, el desespero de la estimulación anal la estaba quemando, pero eso era precisamente parte del placer, aguantarse tal nivel de ansiedad. Camila no tuvo la suficiente entereza y decidió abrir su pantalón e introducir una de sus manos para masturbar su vagina, mientras le seguía chupando el ano a Daniela, ipso facto, no tardo ni un segundo, cuando su mano ya recorría su vulva y sus protuberancias, la movía a gran velocidad y entre más lo hacía, más se pegaba al culo de Daniela, que no se percataba de la masturbación de su mujer. En un momento, cuando Camila introdujo uno se sus dedos en su cavidad vaginal, para literalmente darse dedo, tuvo el sucio y lleno de lascivia impulso, de introducir parte de su lengua dentro del ano de la niña, entonces a partir de ese punto, procuraba enrollar su lengua de manera cilíndrica para intentar introducir su punta dentro de tan apetecible orificio, a Daniela esto la estaba volviendo loca y esta vez sí, percibida con toda claridad que estaba perdiendo todo el control sobre su esfínter y que no sabía como iba a reaccionar su cuerpo, sólo se retorcía con el culo empinado y la cara pegada a las cobijas, Camila intensificaba su auto penetración y con ello, el movimiento de su lengua que luego de dilatar y dilatar el ano, por fin pudo ingresar al culo de Daniela, eso fue el cielo, pero más que eso, fue el big bang, la gran explosión. Daniela tiró fuertemente de las cobijas a tal punto que una de ellas se rasgo levemente por la enorme fuerza utilizada por la niña, Camila lejos de separarse, se pegó como loca empedernida al ano semipenetrado de la rubia de culo respingado y movía su lengua de afuera hacía dentro, penetrándolo algunos milímetros, dándole a Daniela literalmente por el culo, con su lengua, la niña respondía con agiles movimientos de cadera y un vaivén de sus nalgas, que parecía estar meneándose como una perra contenta por las caricias de su amo, ambas estaban en el paraíso, pero ya no resistían más, Daniela tenía una extraña sensación que aparecía en su ano y bajaba aún sin ser tocada hasta su vagina, no entendía cómo funcionaba, pero estaba a punto de tener una especie de orgasmo anal o producido por la estimulación anal, mientras que para Camila, la sensación era muy bien conocida y ya se encontraba con que en contados segundos su vagina liberaría una cascada de fluido que no iba a poder disimular con nada, y así fue, en medio de la succión imparable y la semipenetración anal, Camila sintió derramarse sobre sí misma cuando un chorro de liquido espeso inundo su mano, mientras que el calor orgásmico abrasaba todo su cuerpo, a la vez que su niña para no hacer un escándalo, grito fuertemente pero contra el colchón de la cama, mientras una lágrima salía de sus ojos y mientras aparecía la imagen más deliciosa vista alguna vez por Camila, de la vagina de Daniela caía un chorro transparente de fluido, pero no era momentáneo, sino continuo, literalmente una cascada de fluido salía por la vagina de Daniela y bañaba parte de la boca de Camila y en mayor medida la cama de la propia niña, juntas las dos, expulsaban chorros de fluido, como si de manantiales se tratara; ahí estaban una junto a la otra, Camila de rodillas frente al culo de su niña después de haberlo chupado hasta hacerla estallar, con su mano entre su vagina y una cantidad exorbitante de fluido que ya atravesaba hasta su pantalón, y Daniela, en cuatro, empinada, con su rostro clavado sobre las cobijas, con cierta señal de angustia, expulsando en forma y sustancia, literalmente una cascada de fluido desde su vagina, luego de haber experimentado su primer orgasmo anal, eso era lo que había, una absoluta obra de arte. Ambas, guardaron silencio por varios segundos, pues el momento había sido tan intenso que no lograban recuperarse, era el país de las maravillas y no encontraban retorno. Camila, por fin, luego de casi 40 segundos, hizo el primer movimiento y saco su mano empapada y lubricada de su vagina y pantalón, la acercó al culo de Daniela y le dio un toquecito, preguntándole con voz débil: “¿estás bien, mi amor?”, a lo que Daniela no respondió nada, sino que sólo hizo un gesto con su mano, indicando que así era, Camila se levantó y observó “el desastre” que habían causado, las cobijas de Daniela estaban hechas un charco y su propio pantalón tenía una marca gigantesca de líquido vaginal sobre los muslos y gran parte de la zona frontal. Al ver que la niña no reaccionaba y seguía en la posición inicial y con la cabeza contra la cama, se asustó un poco, entonces se acercó a ella y la tomó por la cadera, apoyando una rodilla sobre la cama, D: “¿estás bien mi amor?, volvió a preguntarle, la niña entre un suave sollozo y con los ojos aguados le dijo: “no te preocupes, estoy bien”, entonces Camila le vio el rostro y le dijo: “pero mi amor, estás llorando, ¿qué paso?”, entonces Daniela, se recompuso y se apoyo sobre sus rodillas despegando sus brazos y cara de la cama, respiró un segundo, se limpió una lágrima y le dijo sonriendo: “es que me hiciste llorar”, C: “¿qué, cómo así, te lastime?…. no, mi princesa discúlpame”, D: “jaja no, nada de eso, es que sentí tan rico y tan extraño a la vez que no sé, no pude controlarme y se me salieron las lágrimas, pero no te preocupes, no me dolió nada, todo lo contrario, sólo que no sé jaja, me pasó esto, pero lo disfrute demasiado, gracias mi amor”, como son las cosas de la vida, Daniela no lloraba de dolor, sino de desmesurado placer, la pequeña lesbiana lo había disfrutado tanto, que llegó hasta las lágrimas, C: “ay mi amor, que susto me diste, pensaba que te había lastimado o disgustado…. Gracias de nada muñequita, para mí es un placer, me encanto chuparte el culo hasta hacerte venir, qué delicia…. pero mira lo que hicimos, mira como quedaron las cobijas y mi pantalón”, D: “no te preocupes Cami, ahorita traigo un vaso de agua y decimos que se te rego, así nadie se da cuenta”, C: “ay mi amor, te me estás volviendo mentirosita, eso no me gusta jajaja…… pero bueno Mi Dani, gran idea, entonces eso haremos……. Ufff muñeca, no quisiera parar nunca y me encantaría poder estar a solas contigo sin afanes y hacer todo lo que queremos hacer, pero por ahora, debes vestirte, porque yo creo que tu mami no demora en venir, así que ponte el vestido y vamos a la sala, ¿te parece?, D: “sí, es cierto, ya debe estar por venir….. bueno, yo me lo coloco, pero si tú me ayudas”, C: “uff, por supuesto mamasita rica, con todo el gusto”, entonces Camila agarro el vestido y empezó a colocárselo a Daniela, pero mientras lo hacía la manoseaba de la forma más sucia posible y le besaba el cuello, finalmente cuando ya la rubia de culo respingado tuvo el vestido puesto, Camila le dio una fuerte nalgada seguida de un apretón y le dijo: “por hoy te me quedas así, sin ropita interior y quiero que si se puede, sin que te descubran, te sientes al frente mío y con disimulo, me andes mostrando la vagina, ¿entendiste?” , D: “jaja claro que sí, entendí”. Antes de salir, Camila le acaricio “las colitas” a Daniela, con la mano utilizada para masturbarse, que para esa altura, guardaba algo de humedad, era la forma más puntual de decirle que le pertenecía, untándole su fluido sobre ese par de moñitas que tanto la habían excitado, las cuales eran reflejo de su inocencia, pero de su increíble picardía. Así, juntas llegaron a la sala, y después de diez minutos María hizo presencia, no se dio cuenta de nada y la excusa del vaso de agua funciono a la perfección, lo único extraño fue el particular olor que por momentos había en el ambiente, pero en todo caso no prestó demasiada atención y tal cual lo habían pactado, fue una tarde de café y charla entre María, Camila y Daniela y de esa misma forma, tal cual Camila le había ordenado a Daniela, esta aprovechaba cualquier descuido oportuno de su madre, para subir su falda ligeramente y separar sus piernas, para que Camila pudiera apreciar así fuera en las sombras del vestido, su virginal y rosada vagina.
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Genial par de pillinas.
Gracias, ya está subida la siguiente entrega de la serie.
Estuve esperando demasiado está continuación,todo está tan bien hecho que te sumerge demasiado en el relato.
Espero pronto una nueva parte
Gracias, la siguiente entrega ya está subida.
Que buen relato lleno de cachondes y morbosida ya quiero leer cuando daniela le aga sexo oral y anal a camila va acer algo muy Rico y caliente saludos mario y ala espera de la continuacion de esta historia.
Gracias, ese día llegará, te lo aseguro. Por ahora, ya está subida la siguiente entrega de la serie.
Lamentablemente se me borró el comentario que había comenzado, una vez mas, a hacer acerca de esta incomparable serie.
Le decía al amigo Mario que jamas había leído un relato mas interesante, erótico, excitante y tan lleno de tanto interés como el de Camila y Daniela. Yo no me canso de rogarle a tan esplendida pluma que no nos vaya a decepcionar con la finalización pronta de esta serie. Ojala le de su prodigiosa mente al amigo Tio Mario para que ella se extienda por 25 ó 50 o, incluso 100 capitulos mas para que nos siga llenando de morbo y la normal, excitación que causa esta excelente historia. Un solo ruego mas: Por Favor, Tio Mario, no extienda tanto los lapsos de tiempo entre uno y otro capitulo nuevo para continuar, con del menor tiempo posible con esta intranquilidad que causa la espera entre uno y otro capítulo. Aunque repaso una y otra vez la lectura de cada uno, la impaciencia por uno nuevo es increible. FELICITACIIONES POR TAN INCREIBLE PLUMA DON TIO MARIO.
Muchas gracias por tu comentario. Por supuesto la serie va para largo, falta mucho por contar. Disculpa la demora, es que las obligaciones personales no me dan tiempo en ocasiones de sentarme a escribir, pero trataré de no tomarme tanto tiempo. Gracias de nuevo, ya está subida la siguiente entrega d e la serie.
Esse conto erotico é incrível! Porque não é só o erotismo mas também tem o romantismo. Parabéns por essa incrível história ;D