Carpe Diem
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Era muy pronto todavia para Sara y para mi. Las dos estabamos haciendo cola para entrar en la discoteca de moda. Habia mucha gente pero no nos importaba esperar. Sara se puso detras de mi. La fila iba avanzando muy despacio cuando percibi como su cuerpo se pegaba cada vez mas al mio. No me movi, para separarme de ella al contrario aumente la presion y el roce se hizo mas intenso. Notaba como se me clavaban sus pezones en mi espalda y senti un gran estremecimiento. Me estaba excitando tanto que fue entonces cuando me di cuenta que la queria poseer.
De repente se acerco a mi oido y comenzo a hablarme en voz baja con un tono muy dulce, de lo bien que lo ibamos a pasar las dos juntas esa noche en la discoteca. Notaba sobre mi culo, el vertice de sus nalgas que parecia agitar levemente como si me estuviera penetrando. Cuando estabamos sacando las entradas quedamos una enfrente de la otra, ella tenia el rostro encendido y un brillo especial en los ojos, pude entender en ese momento que ella tambien me deseaba.
En la entrada se apresuro y me cogio de la mano, su mano estaba temblando encima de la mia. Cogi su mano fuerte y entrelace mis dedos con los suyos. No estaba dispuesta a perderla…
Miriam, vamos a tomar una copa.
Vale. Asenti con la cabeza.
Mientras nos haciamos un hueco entre la multitud para adentrarnos en la barra, no dejaba de mirarme con sus preciosos ojos verdes.
– Oye, porque no vas a pedir tu. Le dije.
No muy lejos, detras de una columna habia visto a unos chicos como estaban pasando extasis. Era una locura pero queria pasar una noche salvaje junto a ella.
– ¿Que quieres tomar?.
Traeme un whisky con naranja
Tomare lo mismo que tu, sonrio enseñandome sus blancos dientes.
Cuando llego con las copas, me ofrecio la mia, y muy suavemente se dispuso a tomar un trago de la suya. Al terminar, me fije en la forma tan sutil que se habia pasado la lengua por sus carnosos labios para relamerse, muy lentamente, sacando la puntita, moviendola de izquierda a derecha.
– Uhm, que sed que tenia. Me dijo.
En ese instante pude imaginarmela jugando con su lengua entre mi chocho y bebiendo todos mis jugos.
Tras haber tomado unas cuantas copas y hablar sobre la escapada, la empuje hacia la pista de baile, despues de todo me habia puesto super cachonda.
– Vamos a bailar Sara.
Esta vez paso ella delante, y pude contemplar por primera vez aquel bonito trasero balancearse ritmicamente de un lado a otro mientras caminaba. Llevaba puesto un pantalon vaquero que hacia resaltar su culito duro y apretado. No lo pude evitar y la cogi de la cintura apretandola hacia mi. Ella se giro y me dijo:
Pasa algo Miriam.
No, toma prueba esto.
La cogio y sin preguntar nada se metio el trozo de pastilla en la boca, yo hice lo mismo.
La musica sonaba cada vez mas fuerte, las luces empezaban a hacer unos guiños extraños y muy intensos, mi cabeza comenzaba a dar vueltas sin ningun rumbo y mi corazon se aceleraba. Creo que a ella le ocurria lo mismo, porque movia sus brazos y su cabeza de manera brusca haciendo que su pelo oscuro cayera sobre su cara mojada por el sudor. Su camisa empezaba a trasparentarse, pudiendose distinguir sus hermosos y enormes pezones. Me cogio de los hombros y empezo a bailar conmigo, quedando sus tetas a la altura de las mias que ya estaban durisimas. Se acerco a mi mejilla y su respiracion se hacia mas fuerte. Mis bragas estaban empapadas y ella solo hacia que juntarse mas a mi, sus muslos estaban junto a los mios, yo la acompañaba en sus movimientos. Al momento recosto su cabeza en mi hombro y acerco sus labios a mi cuello pude notar como me daba pequeños besos humedecidos por su lengua.
Le puse mi mano en su barbilla levantandola y le dije al oido:
– Sara acompañame al servicio, mientras le daba un suave mordisquito en el lobulo de su oreja.
Al llegar nos metimos corriendo en el primer baño que estaba abierto. Era un retrete de un metro cuadrado, pero lo suficientemente acogedor para llevar a cabo nuestras intenciones. Ella quedo delante de mi, contra la puerta, la cual me apresure a cerrar rapidamente con el pestillo. Comenzo a reirse pero no dijo nada, simplemente se acerco a mi boca y me dio un beso en los labios. Abri un poco mi boca y note la sensacion de como su lengua jugaba con la mia, nos besamos profundamente, un beso pasional, nuestra respiracion era jadeante, un momento interminable en el cual pude comprobar lo rica que estaba su saliva. Mis manos comenzaron a recorrer su cuerpo de arriba a abajo descubriendo sus curvas tan perfectas, la cogi por detras apretandola de sus nalgas fuertemente, mientras le mordia con delicadeza su pequeña lenguecita viperina. Ella introdujo su mano por dentro de mi pantalon y empezo a introducir su dedo por mi ano.
Te gusta Miriam.
Si, mucho. Uff!!!. Sigue, no pares.
Mis manos pasaron a la accion, acariciaba sus tetas con mucha ternura, sus pezones estaban a punto de estallar y procedi a levantarle la camiseta. Que maravilla. Tenia unos pezones muy bonitos, con una aureola perfectamente redonda. Los cogi con mis dedos y empece a pellizcarlos, ella estaba poseida por el placer que le estaba dando. Me lance a devorarle los pezones, sacando toda la lengua y mamando de ellos como si fuera un bebe. Ahora ella estaba metiendo su dedo mas rapido en mi culo y no podia dejar de gemir. Volvi a su boca caliente, y mezclamos otra vez nuestras lenguas, esta vez mas sueltas. De repente, llamaron a la puerta. No se porque nos pusimos nerviosas.
¿Que pasa?, Dijo Sara.
Abrid!! .Ya esta bien, llevais mas de un cuarto de hora ahi metidas. Aqui no se pueden tomar drogas.
Abrimos la puerta, y le dijimos que no estabamos tomando nada, simplemente que Sara estaba un poco indispuesta. El hombre se disculpo por haber interrumpido de esa forma tan brusca en el servicio de chicas, pero que habian ido a la barra a protestarle de que el baño estaba cerrado mucho tiempo y no salian de dentro. Decidimos irnos del local.
Cuando salimos, nos cogimos de la cintura muy complicemente y apoye mi cabeza sobre ella, mientras le decia:
Vamos a follar, Sara te necesito. Resople y le di un beso en la mejilla.
Nunca lo he hecho con una tia, pero me apetece estar contigo. Vamos a la playa.
Al ir hacia la playa, cuando no pasaba nadie por la calle bajaba mi mano y la metia en el bolsillo de su pantalon y apretaba fuerte su culo, sentia mis bragas calientes y me moria de ganas por acariciar su cuerpo desnudo. Ella solo hacia que reirse y mirarme con cara de lujuria. Una vez en la playa pudimos distinguir un puesto de hamacas y sombrillas, y alli nos dirigimos.
Sara se quito el pantalon, llevaba unas braguitas rosas que mostraban su frondosa mata de pelo pubico. A continuacion se quito su camiseta blanca y me mostro por segunda vez sus tetas perfectas. Me ayudo a desvestirme con mucha delicadeza, primero la camisa, luego el pantalon. Estaba bastante nerviosa por el espectaculo que contemplaba al ver mi cuerpo casi desnudo. Sus manos empezaron a desabrocharme el sujetador, nunca jamas habia notada una sensacion tan grande de liberacion, manoseaba mis tetas cerrando y abriendo las manos. La abrace y nos dimos un fuerte beso. Poco despues la tumbe boca-abajo en la hamaca, y me sente sobre su espalda, mis bragas estaban muy mojadas y ella solo hacia que decirme:
Me gustas mucho, Miriam. Follame. Gemia desesperadamente.
Vas a saber lo que es una buena corrida. Sera el mejor orgasmo de tu vida. Le dije.
Empece a darle besitos desde su cuello bajando por la espalda hasta que llegue a sus nalgas, con mis manos aparte sus bragas y separe sus gluteos, para poder chupar mejor la parte trasera de su almeja que ya estaba chorreando, hundi mi cara y meti mi lengua, empece a lamerla muy despacio, estaba jugando con ella y eso me gustaba. Empezo a correrse, y bebi de sus jugos. Ella se dio la vuelta y mientras me besaba, esta vez con mucha ternura, me bajo las bragas. Me tumbe sobre ella, acariciando suavemente mi cuerpo con el suyo. Mis pezones eran dos rocas. Me abrace a sus tetas y le comi los pezones, tambien muy erectos. Mientras sus piernas me envolvian y sentia su caliente coño a la altura de mi ombligo. Sara empezo a moverse apretando su conejito contra mi piel. Lleve mi mano hasta su coño. Acariciaba con pequeños circulos la parte externa de su chocho. A continuacion sin avisarla, le introduje el dedo dentro de su vagina, se deslizaba suavemente porque estaba chorrosisima, acelere el movimiento y ella gritaba, por su vulva se precipito un rio de liquido, que queria beber de nuevo.
Miriam, dejame a probar a mi. Me dijo.
Esta vez se puso, ella encima de mi. Separe mis piernas tanto como pude, para ofrecerle toda mi intimidad, queria que lamiera, y bebiera todas mis secreciones, que sintiera mi esencia en su boca. Rodeo mis piernas con sus manos y acerco su lengua directamente sobre mis labios menores, moviendola de arriba a abajo. Con sus dedos me abrio la concha para poder encontrarse con mi clitoris que mordisqueaba muy despacio. Yo acompañaba sus lametazos con movimientos ritmicos de mi pelvis.
– Sara, que bien lo haces..cariño ,no paress!!.note como me estaba corriendo.
– Te gusta zorrita, abre mas las piernas. Me dijo.
Asi lo hice, y metio su lengua en mi raja cada vez mas rapido. Cuando acabo de saborearme, me di la vuelta y me puse de costado, abriendo lentamente las piernas, ella se acerco y fue acoplando las suyas hasta que nuestros coños estuvieron juntos. Era increible con la zona mas caliente de mi cuerpo estaba sintiendo su fluido como emanaba de su potorro. Ella apretaba su clitoris contra mis labios, empezamos a movernos muy despacito hasta que el roce se hizo intenso. Me estaba impregnando de su liquido y ella del mio, mis labios vaginales se abrian y mi chocho se encontraba con el suyo, de tal manera que nuestros flujos se mezclaron de forma apasionada. Se cogio de mis manos y empezamos a tirar la una de la otra, nuestras conchas se fundieron, nuestra respiracion era frenetica. Las dos nos corrimos casi al mismo tiempo. El orgasmo fue indescriptible. Duro una eternidad, (que no queria que acabara nunca). Bajamos la intensidad de nuestros movimientos, nuestros cuerpos empezaron a separarse. Ella se incorporo hasta la altura de mi cara, suspiro y me dio golosamente un morreo.
Ha sido maravilloso. Lo necesitaba.
Nunca, podre olvidar esta noche, Sara. He follado contigo como nunca lo habia hecho con nadie.
Estaba amaneciendo, la cogi de la cintura y nos fuimos a bañar, mientras a lo lejos se veian las primeras personas que aparecian por la playa despues de una noche de fiesta, para empezar a hacer lo que nosotras ya habiamos hecho "pegar un buen polvo".
Autor: Anonimo
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!