Después de muchos años de casados, descubrí que mi mujer es lesbiana…
Son cosas de las que se escucha hablar y no se creen, llevo más de treinta años de casado, y a pesar de ello, nunca se me ocurrió tan siquiera llegar a pensar que mi mujer me fuera a ser infiel, y mucho menos que fuera lesbiana..
Evelyn a pesar de sus cincuenta años, mantiene un escultural cuerpo, en gran parte porque se sabe cuidar muy bien y en parte porque hace un par de años se hizo un conjunto de cirugías plásticas en Brasil.
Cirugías que no me salieron nada baratas, pero que yo en esos momentos pensaba que bien valieron cada dólar que invertí. Ya que, aunque en el rostro tan solo se hizo pequeños arreglos, en el resto de su cuerpo hicieron maravillas, cuando finalmente regresó a casa, parecía y aun parece tener el cuerpo de una joven.
Aparte de eso, Evelyn también mantiene un amplio círculo de amistades, todas ellas mujeres, grupo al que yo me refería a ella en tono de broma como la reina y su corte, debido a que mi mujer siempre es la presidenta, de la mayoría de sus comités y además es la que para todo toma las decisiones, entre ellas.
Un buen día llegué a casa, mucho más temprano que de costumbre debido a que debí dejar mi auto en el taller y en lugar de irme a la oficina decidí regresar a casa.
Cuál no sería mi sorpresa cuando me encontré en nuestra piscina a unas cuantas amigas de mi mujer, tomando sol, cosa que de por si no era rara, lo que si era raro y me llamó bastante la atención fue que todas se encontraban completamente desnudas, por lo que, para no pasar por un vulgar ligón o mirón, procuré no ser visto, entrando rápida y directamente al despacho que mantengo en casa.
Por lo visto ni mi mujer, ni sus amigas se percataron de mi presencia en casa, mientras que yo de manera bien discreta, ocasionalmente me asomaba por la ventana del despacho que da a la piscina y para serles franco me deleitaba, viendo los hermosos cuerpos tomando sol, hasta que me di cuenta de que par de esas mujeres, se encontraban haciendo algo más que tomar el sol.
Con asombro vi como esas dos amigas de mi esposa, se besaban y acariciaban sin vergüenza alguna frente al resto de sus amigas, a las demás eso parecía no importarles, lo que esas dos hicieran, así que de los besos y caricias una de ellas se dedicó a mamar el coño de la otra salvajemente.
Para mí fue tanta la impresión que de lo excitado que me encontraba, me comencé a masturbar mientras las observaba por la persiana de mi despacho, llegando al punto que a los pocos momentos me vine entre mis dedos, pero casi sin poder creer lo que estaba viendo.
Yo me limpie y hasta llegué a pensar que eso sería una situación aislada, pero me equivoqué al rato otras tres mujeres comenzaron a tener relaciones, como si fuera la cosa más normal del mundo. Yo me mantenía extasiado viéndolas, cuando me doy cuenta de que mi mujer llegó al área de la piscina, acompañada de un par de jovencitas.
Casi de inmediato las tres se han quitado las batas que cubrían sus desnudos y hermosos cuerpos, y sin más ni más se sentaron en la gran tumbona que se encuentra en la piscina. Evelyn se recostó y separando sus piernas en cosa de segundos las otras dos chicas comenzaron a besarla por todas partes, una finalmente se centró en el coño de mi mujer mientras que la otra, la o se deleitaba entre lamiendo y mamando los oscuros pezones de Evelyn.
A pesar de estar viéndolo con mis propios ojos, como esas dos chicas acariciaban todo el cuerpo de mi mujer, no lo podía creer, Evelyn por su parte disfrutaba intensamente de todo aquello que sus dos acompañantes le hacían, a los pocos metros de donde me encontraba, podía ver claramente como la lengua de una de ellas, se introducía febrilmente dentro del coño de mi mujer, y como el cuerpo de ella respondía ante las constantes profundas lamidas que le daban.
Evelyn ponía sus ojos en blanco, todo su cuerpo vibraba de placer, a medida que sus amigas lamían o chupaban partes de su cuerpo, sus gemidos los podía escuchar claramente, y las cosas que ella les decía a esas chicas, aun estando escondido en mi despacho, me hacían sentir vergüenza y tremenda excitación.
Era tal mi excitación que por los momentos no reparé en lo que eso significaba realmente, hasta que Evelyn, cuando una cuarta mujer igualmente hermosa y completamente desnuda se acercó al trio, después de un soberano beso entre mi mujer y la recién llegada, la recién llegada colocó su coño directamente sobre el rostro de mi esposa, y sin demora alguna Evelyn se dedicó a mamarlo como si en ello le fuera la vida.
Fue en ese instante que realmente caí en cuenta de lo que sucedía, aunque nosotros manteníamos ocasionalmente relaciones sexuales, jamás ni nunca la había visto tan y tan excitada y satisfecha, me di cuenta de que todo lo que hacía conmigo en la cama, lo estaba haciendo por compromiso, al verla con sus amigas pude observar lo mucho que disfrutaba todo lo que estaba sucediendo.
Su manera de mirarlas y agarrar a las otras chicas, la forma en que se besaban y los profundos gemidos, gritos, risas y suspiros que todas daban al ser tocadas íntimamente. Me convencieron sin lugar a duda, de que mi mujer era lesbiana.
Hoy en día aun no sé cómo actuar, si me he dado cuenta de muchas situaciones, las que antes pasaba por alto. Ocasionalmente he tenido la oportunidad de encontrarla, teniendo relaciones con algunas de sus amigas, mientras que yo me he limitado únicamente a observarlas, sin que se den cuenta de mi presencia.
Yo le regalaría un viaje. En el interino del mismo haría colocar cámaras en cada rincón de la casa. Grabaría todo y cuando tuviera suficientes pruebas, le pediría el divorcio, Sopena de que reclamé algo, haría públicas las imágenes.