El Incubo del Internado 14
La Situación en el internado sigue volviéndose más erótica, mientras se acerca la fiesta, pero también se vuelve siniestra….
Advertencia: este relato es completamente Ficticio, no tiene nada de real y solo esta para entretener con una buena de dosis de morbo a todos los lectores que gusten…
Capítulo 14
Qué día fue el anterior, más frustrante que otra cosa, parte de mi quería continuar el juego con Giby y Angie, no quede satisfecho, también deseaba haber intentado suerte con la miss Holly, aquella preciosa mujer que era el delirio de muchos, pues su cuerpo entre lo voluptuoso, y lo estético, era una maldita obra de arte que tantos deseábamos sentir por fuera como por dentro, maldición. Entre calenturas adolecentes y oportunidades que no pude aprovechar como deseaba, seguido de mucho trabajo extra, fue un día que no querría recordar, apenas mandé el papeleo, el cual llevé con Kim, quien al menos con una sonrisa lo recibió y al leerlo se quedó satisfecha, el concurso de obscenidades se realizaría, para ese momento ya todo estaba listo, sólo debía verificar las cosas, así que este (miércoles) sería un día tranquilo, o eso esperaba, pronto me vi envuelto en situaciones aún más extraña, tenía que checar todo en las instalaciones, así que empecé con las áreas donde se juntaban los jóvenes, estos se veían ansiosos, era su último día de clases antes de las festividades, pero tenía que terminar mi trabajo para que ellos disfrutaran después, así iba. Al ir caminando notaba que me estaban vigilando, algo que no era nuevo, pensé en algún fantasma o el incubo, muy lejos de la realidad, seguí en lo mío hasta que acabe en las zonas estudiantiles, checaba los adornos, note los trabajos de jardín (plantaron flores nuevas) unas muy extrañas, cosas sencillas, pero sólo faltaba un detalle, revisar el área boscosa, antes dije que la escuela estaba sobre varias hectáreas de terreno, pues bien debo aclarar que las que no tenían nada construido se veían envueltas por una zona boscosa que fue separada del manchón forestal por una barda, no sé porque lo hicieron, pero le daba cierto toque al lugar que me gustaba, y aparte muchas parejitas se metían ahí para pasar el rato, ahora revisaba el área de la caza de objetos cuando me encontré con algo inesperado.
Un par de alumnas se daban placer entre ellas, siendo una imagen muy sugestiva, una pelinegra, con un cuerpo de escándalo, la otra rubia con una figura voluptuosa, se estaban besando apasionadamente, sus faldas cortas dejaban ver unas piernas increíbles entrelazándose, rozando sus intimidades, mientras se tocaban el busto intensamente, acariciaban sus vientres, pero con cierto ritmo cadencioso colocaban sus manos sobre sus muslos o se pasaban más arriba para volver a sentir sus respectivos senos, los cuales estaban por abrir gracias a la presión de su ropa, de hecho parecía que las camisas eran tallas menores a las que necesitaban, su beso era intenso, apenas se separaron un momento para tomar aire, mientras un pequeño hilo de saliva las mantenía unidas, antes de continuar, sin darme cuenta, sus tetas quedaron expuestas, la rubia no traía sostén, soltando sus enormes senos tan blancos y de pezón rosa, chocar contra los de la otra chica, quien si traía un elegante bra de color amarillo claro, eso molesto a la primera que se lo jaló, para que ambas sintieran perfectamente sus cuerpos, así sus aureolas se estimulaban entre sí, logrando que se endurecieran, y por un momento se quedaron tocándose sus bustos, pero como si estuvieran coordinadas se fueron bajando para alcanzar sus faldas, se acariciaron sus muslos, sólo por un rato, rayos, desde mi lugar las podía oler, era riquísimo, me quería meter a jugar, y si no me sacaba la verga para hacerme una paja es porque quería que fuera dentro de alguna, además que sabía que la doña estaba cerca, tal vez por eso me perdí cuando sus faldas subieron hasta revelar sus carnosas nalgas, tan grandes como redondas, lucían firmes, ambas en tangas que se comían parte de la tela, dando la ilusión de estar desnudas, manchando cierta zona deliciosa, pero la rubia tenía una azul fuerte que contrastaba con su piel, mientras la morena usaba una a juego con su sostén, amarillo claro muy fina, sus manos ya jugaban entre sí, con el borde de la tela, viendo cual pieza caía primero, incluso sus dedos se aferraban a sus culos, enterrándolos en esa suave carne que lucía brillosa por el sudor, era tan intenso que los besos ahora sofocaban los gemidos, y poco a poco las tangas que fueron cediendo, empapadas, pronto no faltó que sus manos se apoderaran de sus intimidades, masturbándose entre ellas, pero ahí mi visión quedó nublada por sus faldas, sólo podía imaginar todo por sus movimientos, que hacían ver como sus jugos saltaban hasta llegar al suelo, llenando el lugar con su aroma de hembra en celo, se acariciaron por unos momentos, pero después solo se sujetaron entre sí, estaban llegando al orgasmo y sin más se dejaron de besar para gemir al soltar sus corridas que mojaron tanto su manos hasta sus muslos, quedando en un estado de éxtasis con sus miradas perdidas, en eso decidí intervenir.
Bien chicas, algo que decir, porque de lo contrario me acompañan a la dirección – decía con buen ánimo para no hacerlas sentir incomodas.
El nuevo guardia – dijo la morena tapándose los enormes pechos.
Te llamas, ¿Jay? Vamos no seas malo, o eres homofobo – decía la rubia cubriéndose de igual forma sus enormes pechos blancos.
Será Homofóbico, y no, pero esta es conducta inadecuada en el área estudiantil, de hecho están cercas del kínder, así que ustedes dirán, si antes digan que les deje acabar – advertí con claridad.
No esperé – dijo la morena tratando de mantener la calma.
¿Que espero? A la doña, ella está por venir, vigila la zona – señale con toda calma.
Eso las dejó heladas, la doña era muy severa en sus castigos, más con las chicas promiscuas, o eso decía ella, dejándolas en problemas, pero la rubia me dijo:
No nos vas a regañar por hacer esto entre nosotras, guardia – dijo la rubia tratando de cubrirse con su camisa.
No me importa mucho, pero tengo un trabajo y debo cumplirlo – le dije calmado mientras las veía vestirse un poco.
Bien, porque no somos “les”, más bien experimentamos, que le parece hacer un trato – decía la pelinegra con un poco de cuidado.
Mientras decían eso se estaban terminando de arreglar los uniformes, yo lucía serio, no quería verme fácil de manejar, ambas chicas estaban preciosas, con esos cuerpos sensuales que era imposible ignorar, además que los uniformes ayudaban a fantasear con poseerlas, no podía dejar perder una oportunidad así, pero en ese momento llegó su mayor temor:
Muchacho, que encontraste – dijo la Doña seria caminando lento pero seguro.
Un par que se estaba escapando de clase, y no imagina para que, doña – dije con un tono que me daba poder sobre ellas, las tenía en mis manos.
Ambas se quedaron frías, me miraban suplicantes para que no las revelara, ese era el momento que quería, les hice una seña para que esperaran y dije.
Estas 2 buscaban los tiquets que escondí, los del evento, ¿Cómo la ve? – dije salvándolas un poco.
¿Seguro? Porque serán las primeras – dijo dubitativa por un momento.
Pues las acabo de encontrar, así que sospecho que es eso – señalé un tanto inocente.
Y les dedique una mirada molesta, a lo cual ellas me siguieron el juego diciendo, casi agradeciendo mi apoyo a sus travesuras sexuales.
Vamos, es que si no los mejores premios se los van a llevar los hombres y luego nos van a chantajear con eso, así son ellos – dijo la Rubia empezando a coquetearme.
Doña no se enoje, es que los chicos luego quieren agarrar – dijo la morena haciéndose la inocente.
Pues menos mal, ahora me siguen, que la directora les dará un buen castigo por salirse de clases – dijo la doña, quien me miró con cara de no haberla engañado nada y quería una buena ofrenda por su silencio, pues sabía que con esto empezaría a cogerme a ese par.
Se llevó a ambas chicas, quienes siguieron a la vieja no sin antes me dijeron con los labios “gracias” pero sin voz, al tiempo que me mostraron sus tangas que estaban metidas en sus nalgas sin que la doña se diera cuanta (iban detrás de ella), después de eso me dispuse a seguir revisando la zona boscosa, para ver que más me encontraba, y vaya suerte la mía, que me topé con otra escena de infarto, a lo mucho 5 minutos después.
Apenas avance unos metros cuando note un movimiento distante, la zona era algo irregular, así que podía moverme sin que se dieran cuenta de mí, que bueno que estudie en escuela militar, llegué hasta un lugar más oculto, ahí estaba una chica de piel morenita muy hermosa, de facciones finísimas, estaba sola, quizá esperaba a alguien, pero este o esta se tardaba y ella comenzó a atender su necesidad por sí sola, había puesto su suéter para sentarse, no quería que el pasto le molestara, apenas tenía un poco de busto, pero su cuerpo se veía delicioso, creo que estaría en secundaria, aún así sus piernas eran finas y muy esbeltas, el cabello le llegaba a media espalda, estaba sumergida en sus placeres, no me notó llegar, se tocaba su intimidad, dejándome ver un pequeño calzón negro tan pequeño que dudo mucho que pudiera ocultar su vulva gorda y jugosa, sus dedos sobresalían por los lados, notándose como los de en medio entraban en su gruta, al principio era un movimiento suave, exploraba su cuerpo buscando un ritmo, pero conforme el tiempo iba pasando, sus movimientos se fueron haciendo más rápidos, tenían cierto ardor, no eran tan salvajes, se notaba que quería durar lo más posible, su otra mano jugaba con el resto de su cuerpo, acariciándolo, pasando desde sus piernas hasta su pecho, abriendo sus botones, pero en vez de solo acariciarlos, ensalivo un poco la punta de sus dedos para comenzarse a pellizcar ella misma, así empezó a emitir unos suspiros muy leves, además unas gotas de sudor empezaron a recorrer su frente, se perdía en sus gustos, por mi parte vigilaba los alrededores, sólo un poco, no quería que la descubrieran, en ese momento comenzó a agitarse más, no podía evitar sus gemidos por más tiempo y su mano se mojaba, sus piernas se empezaba a poner rígidas, parecía que se iba a correr, ese era el momento que deseaba, así que tomé la distancia lo suficiente y rompí una rama, asustándola e interrumpiendo su placer, así sería más sencillo hacer algunas travesuras…
¿Quién está ahí? – dije con voz fuerte.
La chiquilla se levantó desarreglada dejándome ver todo, mientras yo me regresaba al lugar a donde estaba cuando la espiaba, no sabía que decirme, así que continúe.
¿Qué haces aquí? Todavía no terminan las clases, estabas haciendo cosas indebidas verdad, se te nota – la mire de cuerpo completo, que linda era.
No, usted es el nuevo guardia verdad, yo estaba dormida – decía la chica tratando de engañarme.
No me mientas, si vine porque escuche algo raro, ahora vamos a ver que te dice la directora – dije tratando de imponerme.
La chica se puso en blanco, y en eso la tomé del hombro para llevármela cuando ella misma se me abrazo y dijo:
Espere guardia, si estaba haciendo cosas, pero no me lleve con la directora, plis – me suplico.
Ni loco, me encanta este trabajo, no me voy a arriesgar a perderlo – señalé muy serio.
No le pasara nada por dejarme huir, si lo hace luego yo… – decía la chica sin saber que ofrecer.
Luego tu ¿qué? Vamos rápido que luego viene la doña – le dije astuto.
Luego yo se lo compensó como usted desee – dijo finalmente la niña haciéndome arder.
Algo en el rostro de la niña cambio, se veía un deseo muy ardiente, eso quería, la vi con cara de pocos amigos, no quería ser obvio, pero le dije:
Está bien, pero vete de aquí, porque luego viene la doña por donde vine y si te atrapa no hay quien te salve, luego arreglamos cuentas – le advertí tomando el control.
Ella al oírme se sonrió algo ruborizada y se fue rápido, aun me quedó el olor de su cuerpo mientras corría, pero luego me desquitaría, esa bendita escuela maldita me dejaba hacer este tipo de cosas con tanta facilidad que daba gusto, podría coger con quien quisiera siempre y cuando pasara por alto las cosas sobrenaturales. Así que continúe buscando un poco más, no tardé en ver como detrás de unos arbustos estaba un muchachito haciéndose una paja, pero en eso me di cuenta de la cercanía de la doña, y me fui a verla.
¿Qué paso? No encontraste nada – dijo la señora a secas.
Sí, pero una se me escapó por culpa de otro – le acerté a decir.
Oh, ya veo, explícate – dijo la doña no muy convencida.
Es que encontré a un estúdiate pero me descubrió cuando le fui a agarrar, y huyó, la seguí pero en eso noté a otro y se me escapo – me inventé aquello.
Torpe, bueno y el ¿otro? – dijo un poco más calmada
Detrás del arbusto – señalé con toda calma.
Y la doña fue a paso seguro, sin hacer ruido, nunca la vi tan molesta, el muchacho apenas terminaba de correrse cuando llegó la vieja, que al verlo le grito hasta groserías que yo no conocía, lo jaló de las orejas, me dijo que siguiera buscando, lo que hice, al cabo de un rato, agarré a otros listillos que buscaban los tiquets, a 2 parejitas, una se salvó suplicando piedad además que era “amigo”, la otra me amenazó con correrme, la doña ahí me alcanzó otra vez y estos chillaron, después hallé algunos niños traviesos pensando maldades, nada relevante, pero al final, lo más alejado que pude ir antes de llegar al muro, fue cuando me topé con una imagen tan excitante como aterradora.
Estaba cercas del muro de hecho había una pila de escombros, ramas y demás cosas, nadie se acercaría ahí, o eso pensé, oí unos ruidos por lo que fui a revisar, me moví con sigilo llegando bajo un tronco, ahí pude ver a una de las niñas de primaria, de las más chicas, que jugaba con un niño que nunca había visto antes, el no parecía hablar pero ella que decía muchas cosas:
-Vámonos a otra parte, aquí está muy feo – y parecía escuchar una respuesta.
-Está bien, pero sólo un ratito, que parece que saldrán animales que pican – agregó asustada.
-Bien ya voy, pero tú me cuidas – dijo la niña inocente.
En eso, ante mi sorpresa la niña comenzó a sacarse la camisa botón por botón hasta que cayó, debajo tenía una playerita de tirantes muy chiquita que se levantó hasta dejar al desnudo su torso, me fije bien en la chiquilla, era realmente linda, blanquita, con pezones rosita, no muy alta, quizás de 6 o 7 años, su cara con una sonrisa traviesa, cabello castaño con coletas y moños blancos, ojos azules, de esas niñas que llaman la atención por lo hermosas que son, de aspecto puro y sin embargo mostraba su pecho plano a otro niño que comenzó a tocarle los pesoncitos, con la punta del dedo “dibujándole” círculos en el vientre, ella sonreía, mientras este se mantenía haciéndole eso, le acariciaba alrededor del ombligo al tiempo que le sobaba el busto, no sé cuánto duraron, pero lentamente la niña se ponía roja, como si pudiera sentir placer por ese toque, de hecho comenzaba a respirar entrecortado, pero en ese momento dijo con cierta vocecilla:
Qué lindo se siente – y cerraba los ojitos mordiéndose el labio.
Sí, me gusta, sigue así – seguía diciendo la niña perdida en el placer.
Hacerme sentir más bonito ¿cómo? – preguntó la menor – está bien, hazlo…
No sé qué se tramaba el niño, pero lo sospechaba, vi como este se separó un poco, dejándome ver mejor a la niña ansiosa, ella cerró sus ojos y se dejó llevar, en ese momento su falda cayó al piso, y al notarlo quiso levantarla, se veía apenada, pero no miraba, algo parecía mantenerla de pie, e incluso alzó sus manos.
Oye no seas brusco – pidió la chiquilla al extraño mocoso.
No supe si le dio respuesta, pero vi como la niña parecía ser besada con lengua, ella se retorció en un principio, pero en poco tiempo pareció aceptar eso y muy ruborizada se dejaba manejar, lo más extraño es que el niño no se le acercaba, eso me olía al incubo, más cuando el calzoncito de la niña con dibujos infantiles fue bajando lentamente, quedando sólo con las calcetas y zapatos, viéndola bien, a pesar de ser tan pequeña, estaba muy linda, pues aunque le faltaran tetas, su pancita era pequeña, sus muslos y nalgas se veían muy sensuales, con formas muy femeninas, su piel suave, además en esa extraña situación, había un toque de morbo que no me permitía dejar de mirar o intervenir, parecía que la estaban besando, sus manos arriba seguían alzadas, el niño en eso bajó su cabeza, comenzando a meter su lengua, o eso imagina, en la pequeña gruta de la chiquilla, quien se retorica más, no supe si le gustaba o qué, pues solo alcanzaba a escuchar unos leves quejidos, porque sus piernas se quedaron abiertas, que imagen, parecía que el chiquillo jugaba con su intimidad porque sus manos comenzaron a tocarle las caderas para tenerla quieta, mientras jugaba en su pubis, o en ocasiones le agarraba las nalguitas, en eso un pequeño gemido pareció emitir, la miré mejor, al tiempo movía sus pezones como si los estirara, un hilillo de saliva salía de su boquita, pero en eso se quejó, dando la impresión de que el niño hurgaba más profundo en su intimidad, de hecho no parecía que estuviera besando a alguien, por el contrario, era más bien como si le estuvieran metiendo un miembro en la boca, sus movimientos eran extraños, ya no eran los de antes, ahí note que el niño ya no estaba, peor aún, unas manos espectrales sujetaban sus bracitos, ella era sacudida de forma viciosa, luego me di cuenta que era como si la penetraran por todos sus hoyitos, no sé cuánto estuvo ahí, la pequeña era sacudida como si estuviera teniendo sexo real, pero finalmente aquello que la usaba se terminó por “correr”, fue tan duro que hasta un leve quejido alcancé a oírla dar, terminando en el suelo, finalmente sentí como si pudiera moverme así que fui a verla, ella estaba hecha un desastre, pero en cuanto la sujeté me miro y me dijo:
Quiero más, todavía no me siento bien – me suplicó la nena.
Cegado por el deseo, comencé a tocar su puntito de placer, ella gimió un poco, se veía a gusto, por un momento quise quitar la mano, pero no me dejó, me sujeto con su manita, le fui masajeando con lentos movimientos circulares, tocándoles sólo con las yemas, la chiquilla estaba fuera de sí, como si estuviera en un trance, estuve acariciándoles hasta que finalmente se orinó en mis dedos, ella sonrió y se quedó dormida, después de ello, la limpie, vestí y me la llevé a la escuela, la doña me preguntó por ella, pero lo importante fue dejarla a salvo en la enfermería, después con la vieja la llevé a la cafetería para contarle la situación que vi. La mujer no dio crédito, pero me creyó, y me dijo que lo mejor sería estar pendientes porque algo estaba por suceder, le di la razón, no supimos más que hacer así que cerramos el tema, por otra parte me salió caro el chistecito de las 2 chicas, porque en esa salida tuve que pagar y prácticamente la anciana se comió un pastel sola y se llevó otro para su casa, pero que eran 2 postres si después tendría a un par de “biscochos” en mis manos, o eso pensé, al volver a la escuela vi que las clases estaban por terminar, así que sólo me restaba vigilar, en la zona de preparatoria vi a la morena que supe se llamaba Michelle y a la rubia que era Drew, luego al pasar por la secundaria me topé con Ari, la morochita hermosa, esta me saludo juguetona, luego fui a ver qué pasaba con la nena de primaria, así que fui a la enfermería donde me encontré a la directora, al parecer esta era amiga de su hija, y se había perdido, que bien por mí, quedé como un héroe, pero la verdad es que no hice nada más que mirar cómo era violada por un ¿fantasmas? Como sea, esto era algo extraño, pero no tenía mucho que hacer más que disfrutar de la compañía de Kim, después de ello no pasó mucho, aunque me quedé con el pendiente de la niña quien supe después se llamaba Eve, mientras que la niña de la directora es Laila, seguí con mi trabajo, arreglé algunas cosas, no fue nada espectacular, revisé los videos de seguridad, en donde me topé con la imagen de ese niño, captando otra imagen donde este pequeño demonio se violaba a la maestra Amber, fue algo más gracioso que erótico, también vi como jugaban las niñas en sus cuartos con las cámaras espías, pero tampoco tenía mucho interés ahí por culpa del trabajo, si acaso saqué más videos paranormales que mandé a la revista por lo que me pagaron una buena suma, hasta les envié una imagen del niño fantasma que valió la pena, la verdad estaba algo cansado, al final, me fui a recostar un poco más temprano que de costumbre, mañana estaba seguro que sería un día muy pesado.
Nuevamente tenía un sueño lucido, no sé cómo pero a mitad del campo, en el bosquecillo de la escuela me encontraba tirado y desnudo, vi a mi alrededor sorprendido, el lugar estaba lleno de neblina, aunque no hacía frio, bueno era una ensoñación a fin de cuentas, pronto sentí como unos pasos sonaron a mi alrededor, llegando frente a mi 2 figuras encapotadas, no podía levantarme, sin embargo no parecían que estuvieran por atacarme, de hecho se colocaron sobre mi miembro y comenzaron la soltar su saliva la cual me empapó completamente, no veía quienes eran, pero sabía que debían ser niñas, porque no median más del 1.20, o eso calculaba, así mi miembro se alzó como pocas veces, la tenía completamente rígida, a lo cual las encapotadas comenzaron a lamerme, solo me basto sentir la punta de sus lenguas, para que mi cuerpo se estremeciera como si una descarga eléctrica lo recorriera, ellas estaban metidas en su labor, chupando y besando mi barra, pero cuando iba a correrme se detuvieron, luego una se paró y se alzó la toga que usaba, dejándome ver solo un culito moreno, el cual deposito sobre mi cara, obligándolo a darle placer, y claro que lo hice, le hurgue todo lo que pude con mi lengua como si quisiera penetrarlo con la misma, logrando que se empapara en cuestión de instantes, mientras gemía deliciosamente, no alcanzaba a ver nada, pero las sensaciones eran tan intensas, y estaba por venir lo mejor, algo que a últimas fechas se había hecho normal, mi barra estaba entrando a un cuerpo, tan caliente y estrecho, como me encendía, mis manos se movieron por voluntad propia para tomar a la cría, enterrándola de un golpe, ella grito de placer, sintiéndome hasta el tope, así estuvo unos segundos hasta que se movió por sí misma, penetrándose ella misma, sus movimientos eran algo torpes, pero tan placenteros, nuestras partes se entrelazaban tan rico, un ritmo suculento, sin poderlo evitar clave mis dedos en su culito, mientras que la otra al sentir como mi lengua también se movía por voluntad a causa de la excitación, le transmitió ese gusto, clavándome sus deditos en el pecho, restregando su vulva en mi boca, apretándome la cara con sus muslos, que eran tan suaves, olían tan bien, eso ultimo me llamó la atención, pero continúe con el placer, mi juego bucal no tardó en hacer gemir a la niña de forma acelerada, logrando que se corriera en breve, casi ahogándome en el acto, mientras que mi verga también se prendía para inundar a la otra, quien dio un quejido, apretándome aún más, que sensación tan buena, increíble, y jadeaba porque sentía que me hacía falta el aire, pero en ese momento vi, como las niñas cambiaban de lugar, siendo a la que penetré la que ahora me ofrecía su coño para saborearlo, mientras que la otra se enterraba mi estaca, volviendo todo a empezar una vez más, aquello me tenía al límite, así que embravecido comencé a metérsela con fuerza, logrando agitar ese pequeño cuerpo, mientras miraba a la otra, le chupaba su botoncito, se retorcía entre gemidos, se tocaba sus inexistentes tetitas, y me apretaba con sus piernas, sintiendo su carne caliente como su olor a frutillas, pero en ese momento me di cuenta de algo, ya no estaba en el exterior de la escuela, había vuelto a mi celda, todo estaba oscuro, cuando el sueño se volvió realidad, seguía comiéndome ese tierno coñito, pero no alcanzaba a ver de quien era, sus jugos salían y sentía que ya los había probado, también su voz a través de los gemidos los reconocía, al igual que de los de la otra niña, quien se movía frenética en mis caderas, haciendo un ruido algo chistoso, pues aparte nuestra piel se pegaba a causa del sudor, al final no me importó, así que continúe hasta correrme una vez más, logrando sacarle un gemido que trato de callarse, la niña entre mis labios también se vino encima de mí mientras jadeaba cansada, ambas se recostaron sobre mí, restregando sus cuerpitos como último acto erótico antes de perderme, en la mañana averiguaría bien quienes era, así que dormí con ambas criaturas sobre mi.
Perdón pero demasiado largo. Si es una novela prefiero leer todo junto y no estar buscando los capítulos que no se encuentran.
Excitante y erotico