El reencuentro.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hemos terminado de cenar.
Me ha contado todo lo habido y por haber de su viaje, de sus familiares.
Yo, le he contado en qué he invertido mi tiempo.
Vamos a pasear por el paseo de la playa antes de volver al apartamento.
Dadas de la mano, me dice que porqué no bajamos a la playa, que le apetece tocar con los pies el mar.
Como niñas pequeñas comenzamos a correr la una tras la otra, a lanzarnos arena, a mojarnos.
Está todo oscuro, nos vemos gracias a la luz de la luna llena que vigila la noche.
Entre risas, empujones, revolcones, etcétera, acabé tumbada encima de ella.
Le miré a los ojos, la besé como nunca antes le había besado, con pasión, con ganas.
Comencé a darle besos por el cuello, posándome en su oreja, haciéndole sentir como mi respiración se acelera, susurrándole que le echaba de menos.
Me gira colocándose ella encima, se deshace de mi camisa.
Me besa, siento miles de cosquillas en mi interior.
Me muerde, me muerde la oreja erizando mi piel.
Le digo que no aguantaba más sin sentir su cuerpo.
Me deshago de su camisa.
La vuelvo a girar quedando yo encima de ella.
Le quito su sujetador, la miro y sonrío al bajar a sus senos.
Empiezo a jugar con ellos, con mi lengua en ellos.
Comienza a sentir como se eleva mi temperatura, como empiezo a poner esas caras que tanto le gusta que ponga.
Mis gemidos comienzan a salir a su exterior.
Me dice con su respiración entrecortada que tenía muchas ganas de sentirme así, que tenía muchas ganas de hacerme el amor.
Me deshago de su pantalón y del mío al mismo tiempo.
Me gira y me deja de espaldas a ella, comenzando a acariciarme desde atrás, como sabe que me gusta.
Me toca el culo, susurrando un "cuánto lo echaba de menos".
No aguanto más, estoy totalmente lubricada.
Le digo que necesito que me toque, sentirle en mi sexo de una vez.
Me pone boca arriba y baja.
Baja a mi sexo, a jugar con su lengua en él.
Inevitablemente comienzo a mover mi cintura, a gritar de placer.
Le agarro del pelo, le araño.
En cuestión de minutos le digo que me penetre como sólo ella sabe hacerlo, que necesito sentir sus dedos dentro de mí.
Y así lo hace.
Me coloca a cuatro, y comienza a penetrarme, le pido que despacio, pero no tardo en pedirle que me de duro.
Grito, gimo.
Disfruto muchísimo teniéndola en mi interior.
Le agarro de nuevo de su cabello, y sin poder evitarlo le tiro de una forma en la cuál ella sabe perfectamente que voy a llegar al orgasmo.
Tiemblo, he llegado a él.
Me he corrido.
La pongo a ella de pie encima de mí, estando yo tumbada, quedando su sexo justo encima de mi boca.
Comienzo a jugar con mi lengua en él, permitiendo que todo su flujo caiga en mi boca.
Me encanta su sabor.
Le digo que se deje caer desde donde está, quedando con medio cuerpo suyo sobre medio cuerpo mío.
Me encanta tener su culo enfrente de mí.
Comienzo a penetrarle con más ganas que nunca.
La giro para que pueda agarrarme del pelo, y así lo hace mientras le penetro.
Me muerde y me duele, pero realmente, me pone muchísimo que lo haga.
Cuando la siento más lubricada que nunca, vuelvo a bajar a su sexo y vuelvo a disfrutar de él.
A la vez que juego con mi lengua en este, comienzo a penetrarle hasta que no puedo más y caemos tumbadas en la arena, abrazadas y observando las estrellas.
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