En el gimnasio 4
Último relato de esta serie que sucede en un gimnasio.
Este último relato lo narra Melinda la dueña del gimnasio.
Me llamo Melinda, soy una ex campeona nacional de CrossFit, tengo 35 años, tengo cabello negro, ojos café, piel morena, mi cuerpo es torneado debido a la actividad física de mi competencia profesional, brazos fuertes, senos medianos, cintura plana y glúteos fuertes y grandes, no alardeo de mi forma física, me gusta ayudar a las personas a llevar habitos saludables, por eso cree este gimnasio, es mi vida y lo construí también para poder tener una fuente de ingreso al retirarme de mi vida competitiva.
Mi rutina está entre dictar clases en las mañanas y encargarme de todos los aspectos administrativos, me ayuda mi asistente Helena quien es la que se encarga de las admisiones, recaudar las cuotas y cobrar las mensualidades morosas.
Tengo muy pocas visitas, y casi no tengo vida social pero hablo mucho con mi mejor amiga Cristina, quien está divorciada y tiene una niña de 8 años llamada Isabel, una niña muy linda de cabello rubio, ojos azules, cuerpito muy lindo y piel blanca muy suave. Me hice también amiga de isa (le digo así de cariño) ya que es una nena muy sociable y como tengo una muy bella amistad con Cris pues isa y yo nos tenemos un cariño especial.
Un día, de los tantos que tengo yo en el gimnasio, Cristina me llegó de sorpresa en la oficina:
– Hola amiga cómo estás?
– Amiga y ese milagro a qué se debe esta visita, hoooola Isa como estás?
– Hola Meli bien gracias y tú?
– Bien bien pero cuéntenme a que debo el honor de que me visiten en mi trabajo?
– Amiga, lo que pasa es que tengo que viajar ahora a resolver un asunto delicado y no puedo llevar a isa entonces era para ver si tú me la cuidas mientras vuelvo, trato de no demorarme mucho a lo sumo la otra semana vuelvo.
– Amiga no te preocupes, tú sabes que Isa está bien conmigo y pues una compañía me caería muy bien, ve tranquila que queda en buenas manos.
– Amiga, muchas gracias, te debo una.
Y Cris salió Rauda por la puerta, en ese momento, mientras hacia mis cuentas, isa se quedaba observando mi oficina, miraba mis trofeos y diplomas y me comenzó a hablar:
– Meli tienes muchos trofeos y diplomas acá, tu los conseguiste haciendo ejercicio?
– Claro isa, todo eso ha Sido de las competencias a las que he ido y he ganado, es más me encanta mantenerme saludable.
Ya terminaba el día, los instructores salían y el gimnasio quedaba solo, yo era la que salía tarde para verificar que los equipos y aparatos estuvieran en orden, esta vez, isa me acompañaba y preguntaba:
– Meli, tu entrenas con estas cosas?
– Si isa, claro que sí, yo entreno con ellos pero también ayudo a la gente a qué se vea y se sienta bien.
– Meli la verdad esas cosas son buenas porque te ves muy bonita.
Las últimas palabras de isa me pasaron unos escalofríos e increíblemente me empecé a mojar, no podía creer lo que esa chiquilla me hizo sentir.
– Pues la verdad isa, tu también estás muy linda, de grande vas a ser tan linda como tu mami.
– Meli, esos brazos tuyos son fuertes puedo tocarlos? – Claro que sí.
Inocentemente Isa me empezó a tocar mi brazo derecho, fuerte por cierto, yo estaba excitada de ver a la nena tocando y haciendo presión en mi brazo con su manita. Inexplicablemente, con mi otra mano fui tocándole su hermoso cabello, ella me miraba sonrojada, luego ella vio mis piernas y preguntó: – Meli, tus piernas están también bonitas puedo tocarlas? – Más bien te propongo algo, vamos a jugar un juego, pero este queda entre las dos, no le vas a comentar nada ni a tu mamá ni a nadie vale? – Si señora. – Entonces vamos a la oficina.
Ya en la oficina empezamos le dije: – el juego es que yo te dejo tocar una parte de mi cuerpo pero tú me dejas tocar una tuya vale? – Si. – Entonces como ya me tocaste un brazo me toca a mi. Dicho esto le empece a acariciar el cabello, después siguiendo el juego ella me tocó la pierna, luego yo le toque y masajee su espalda, estaba excitada y le dije: – sabes isa, este juego se juega mejor sin ropa que te parece si nos quitamos la ropa vale? -Si Meli. Y dicho esto, Isa se quitó un vestido de color verde, sus sandalias y unos calzoncitos rosaditos, al estar completamente desnuda y al verle sus teticas incipientes y una vaginita rosadita virginal, me excité mucho más y me empecé a desnudar, me quité el top mostrando unos pechos morenos y empitonada de la excitación, luego al quitarme la licra y el hilo mostraba mi vagina velluda y brillante de lo mojada, casi no me quedaba tiempo para depilarme, la niña al verme desnuda quedó boquiabierta y me preguntó: -Porque tienes pelos ahí y yo no? – amor, lo que pasa es que tú estás pequeña pero cuando crezcas también te va a salir pelo ahí. Luego la traje hacia mi y la senté en mis piernas, le empecé a besar su espalda, su cuello, manoseaba sus senitos, su ombligo, abrí sus piernitas y mientras hacía eso yo besaba su boquita, isa empezaba a respirar pesadamente, luego empecé a masajear sus labios vaginales con mi dedo, ella miraba asustada y preguntó:- Me va a doler Meli? – Al principio te va a doler un poquito pero después lo vas a disfrutar y querer más. – Entonces sigue Meli. Y yo sin dudarlo le metí el primer dedo en la vagina de isa, al principio soltó un grito de dolor, pero con la otra mano iba masajeandole la cintura y besaba su cuello, se empezó a calmar para pasar a emitir gemidos, logré lubricarla y empecé el bombeo de dedo, ella se excitaba y gemía y en ese momento le metí un segundo dedo, ya la dedeaba con más fuerza :- Me encanta Meli dame más dame más Meli me estoy meando Meli ahh ahhh ahhhhhhhhhhhhhh jaaaaaa.
Isa había tenido su orgasmo, se sentía en la gloria tener en mis dedos su primer orgasmo, me los llevé a mi boca y los saboreé. -Meli, eso se puede tomar? – Si claro quieres? – Si claro. Dicho esto, baje a isa de mi escritorio, abrí las piernas y le dije: – agáchate y chupa, de aquí puedes beber. La niña sin dudarlo me hizo caso y empezó a pasar su lengüita por mi vagina peluda, untada de sudor y jugos vaginales ya que en todo el día no me había duchado, al principio, isa hacía una carita como de asco, pero después le empezó a gustar, yo cogí su cabeza y la pegué más a mi vagina, ella con sus ojitos azules miraba a mi cara, yo la veía, formandosele un bigote con los pelos de mi vagina y me encendí, movía mi pelvis al ritmo de la chupada de la niña, estaba loca de un placer que me estaba dando una niña de 8 años que es la hija de mi mejor amiga, gemía locamente :- ohh si niña hermosa, sigue chupando así como vas, me encanta, ohh si ohhh si ohhh ahhh ahhh ahhh ahhhh ahhhhhhhh jaaaaaaaa. Tuve mi orgasmo, isa estaba pegada a mi vagina succionando quizás hasta mi alma, cuando se despegó y la dejo limpia, su carita tenía mancha blanca, ahí me di cuenta de mi orgasmo, hace mucho tiempo no tenía sexo y esta niña me hizo la mujer más feliz. – Está rico Meli, me encantó el juguito que tomé de ahí quisiera tomar más. – Tranquila isa, ya tendrás más pero por ahora debemos irnos a dormir porque mañana también tengo que trabajar.
Después nos fuimos a casa a dormir, en mi mente estaba sintiéndome culpable, pero quería aprovechar que Isa quería más de mi y lo tendría, pero eso será otra historia.
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