Excitación Ajena
Tania recorre el balneario y encuentra una chica que su exhibicionismo le producirá excitación ajena… les llevará a una gran fantasía..
Era un viernes, como premio por nuestra visita ruinas arqueológicas pasamos a un balneario en una excursión escolar. La mayoría del grupo nos dirigimos a la zona juvenil instalándonos a orillas de la alberca de olas cerca de los toboganes y otras atracciones. Tras un rato de diversión, fui a vestidores a buscar mi bronceador, pero de regreso equivoqué tomando por otra vereda y aunque podía volver, preferí explorar el parque acuático pues no lo conocía.
Era muy extenso con amplios jardines, áreas infantiles, familiares, restaurantes así como otros toboganes y atracciones que sólo funcionan en fin de semana, muy interesante para todos gustos y edades. Un poco escondida entre la arboleda, estaba una alberca solitaria con algunas parejas y media docena de chicos guapos lanzándose en clavados desde un trampolín. Dios, ¿Qué hacía yo en los toboganes si el paraíso de las chicas estaba aquí?. La respuesta me golpeó, uno de ellos que salió de la alberca corrió a los brazos y besos con otro. Esto no era el paraíso para las chicas sino el universo paralelo de los chicos gay… la alberca de los secretos.
Con decepción me retiraba de regreso a la zona juvenil cuando una chica desnuda pasó frente a mi hacia los camastros de esta alberca. El exhibicionismo era entonces la mayor de mis fantasías eróticas y me excitaba nudismo en un lugar público y prohibido. Era una sensación muy rara, morbo, excitación o admiración lo que me atrajo y me hizo seguirla caminando unos metros atrás. Entonces observé que en realidad ella casi no estaba totalmente desnuda, a espaldas un sólo cordón naranja salía de entre sus nalgas hasta el cuello dejando ver por completo su hermoso cuerpo con torneadas piernas, cadera no voluptuosa pero si con unas nalgas redonditas muy proporcionadas a su muy breve cintura y a su espalda con su cabello recogido en una coleta.
Se detuvo y acomodó su toalla en un camastro, por lo que yo me senté en otro como a seis de ella para verla. Subió un pie al camastro y comenzó a ponerse bronceador permitiéndome verla de perfil a detalle. El tirante de atrás se veía tenso como cuerda de guitarra y no había ni una cinta que uniera este tirante con el frente, nada, de costado completamente desnuda, desde sus piernas su trasero y espalda se delineaba una silueta muy sensual y por el frente su vientre plano apenas despegado del bañador y una sutil desnudez de la curva baja de sus bubis. Ella era delgada, estilizada, no era 90-60-90 pero con excelentes proporciones para su estatura como de 1.60 m.
Entonces volteó y pude verle de frente, unos tirantes delgados bajaban en “V” desde los hombros ensanchado y tapando sus pezones pero dejando desbordar sus bubis, que si bien eran tamaño B o C, se veían espectaculares; volvían los tirantes a ser delgados y continuaban bajando como si fuera un escote muy largo desde el cuello hasta el pubis que la tela apenas lo cubría, pero lo que era muy impresionante era esa desnudez total desde los hombros hasta los pies por ambos costados de su cuerpo. Ella caminó de frente con un andar candente luciendo su breve vestimenta y pasaría frente a mi camastro, por lo que me preparaba a admirar a detalle su amplia desnudez cuando pasara enfrente pero…
-Tania, ¿Me ayudas a ponerme bronceador en la espalda?- me quedé en shock uno segundos, ella sabía mi nombre… -Perdón, me pareces conocida, pero…- ella interrumpió -Soy Ana…Ana Karen, Ana la… la rara…- me quedé asombrada, ella siempre ha sido la compañera más gris del grupo, callada, introvertida, lentes de aumento, vestuario neutro, poco o nada de maquillaje, cabello suelto poco cuidado, su estilo es como si quisiera pasar inadvertida, y lo logra, de hecho no recordaba haberla visto en el autobús de la excursión, entonces contesté:
-Oh Ana, perdón por no reconocerte, nunca te había visto sin lentes ni con el cabello recogido…-
-Ni casi desnuda- interrumpió, las dos reímos… -prefiero que me llames Karen-
-Va Karen… Siéntate, te voy a poner el bronceador- le dije.
Se sentó, comencé a untárselo en la espalda, no podía creer, nunca me habían atraído las chicas pero ahora me excitaba tocarla, masajear sus caderas, espalda, hombros, entonces le dije:
-Te confieso algo… te veía desde que ibas llegando a esta alberca y me excitaste mucho-
-¿Te gusto?- ella preguntó mientras yo me sonrojaba y titubé al contestarle…
-No…bueno si… o sea te ves muy atractiva… pero no es que sea lesbiana… eh… tampoco tienen nada malo las lesbis… mira, has de cuenta como cuando alguien se equivoca en algo que da Pena Ajena, así me pasa contigo, te veo semi-desnuda y tú exhibicionismo da Excitación Ajena…- ella se carcajeó y comentó
– No bueno, excitación ajena…- seguimos carcajeando y dijo – oye, si te atreves, para que tengas tu excitación propia, vamos al vestidor, tengo guardados dos modelitos igual de atrevidos para que escojas y dejes mi excitación en paz-
-Ehhhh… upss… no sé si me voy a atrever a salir del closet del exhibicionismo–
–Closet del exhibicionismo, excitación ajena, no bueno, que ocurrencias las tuyas… vamos, anímate-
Riendo no se si de alegría o de nervios le di mi mano a la chica más sexy del balneario y nos fuimos a los vestidores. Iba emocionaba, excitaba y sentía mariposas en el estómago por esta chica.
Karen rentó un vestidor individual cercano a esta zona que tenía puerta al jardín. Le permitía guardar sus cosas, vestirse y bañarse con más privacidad que los que usamos los vestidores generales de la zona juvenil. Entramos y buscó en su mochila los bañadores. El bañador que traía yo puesto era un bikini convencional con un estilo más que de vanidad o provocativo, del tipo deportivo como los que usan en voleibol playero, que sólo tomaba la forma de mi cuerpo delgado, que digamos es con proporciones agradables.
-Mira, este es un Slingshot casi igual al que traigo, pero de color amarillo y este otro un Sling-bikini morado, pruébate primero este para que veas la diferencia y luego el otro y decides-
-¿Slingshot? ¿Slingbikini?… que nombres-
Con su ayuda me lo puse el slingbikini, del cuello bajaban cordones hacia los pechos y unas piezas con forma de gota tapaban los pezones dejando desbordar los pechos, y al igual que el Slingshot seguían bajando los cordones en V hasta el pubis, donde una pieza con forma de gota cubría apenas la vagina estrechándose atrás como tanga, que al paso de las nalgas, se dividía en “V”en dos cordones que iban de la cintura en diagonal por los costados uniéndose con la tela con forma de gotas de los pechos, siendo muy pero muy poco lo que cubría con una desnudez casi total pero además con el trazo de los cordones super sexy.
-Wow… me siento encuerada…-
-Y si… casi… vamos afuera para verte mejor, aquí esta muy apretado-
-Uyy… no… me da pena…- ella puso cara de decepción por lo que contesté -bu…bueno… uy…- Salíamos mientras comenté -como quisiera un espejo para verme-
-mmm… no tengo… ya sé, te tomo una foto con el cel y te la enseño-
Eso se volvió en todo un juego erótico, las dos nos probamos todos los bañadores y salíamos al jardín a tomarnos fotos en diferente poses muy sexys… Al fin nos decidimos por los Slingshot naranja para ella y amarillo para mí, me prestó una toalla y nos regresamos corriendo a la alberca.
Nos lanzamos a nadar y ella dijo:
-La verdad estos bañadores no son muy buenos para nadar, apenas me muevo y se me salen los pezones-
-Pero no importa, son muy sexys… Oye, no los he visto en boutiques-
-Sólo por internet, aquí son muy persignados y no los traen, de hecho le pedí a una tía muy liberal, creo es bi, que me los comprara, porque si mis papás se enteran se infartan-
-Lo creo… a mí me dió taquicardia verte… -reímos e interrumpí -oye… ¿verdad o reto?…-
-Verdad-
-Hablando de tu tía Bi… ¿te gustan las chicas, eres Bi, Lesbiana o curiosa?-
-Digamos que… aun no sé, no me han dejado de gustar los chicos, pero los que me gustan son muy machos, patanes o gays, no me ha ido bien con ellos… me comencé a sentir atraída por las chicas desde hace un par de años, pero soy muy tímida… nunca me he atrevido a acercarme a una en plan de ligue, me es muy difícil distinguir si alguna es bi o les de las que no lo son, me da miedo que me rechacen y discriminen por intentarlo… mi lado lésbico aun es platónico… – la vi un poco down y entonces interrumpí…
– Ánimo Karen…. sigamos jugando … anda, pregunta – volteó sonriendo y pregunto
– ¿verdad o reto? –
– Verdad –
-¿Y a ti nunca te han gustado las mujeres o dado curiosidad de experimentar?-
-Sabes, si en las ruinas arqueológicas alguien me preguntaba esto, yo les hubiera respondido que no… hasta que te ví aquí-
Mirándonos a los ojos fuimos acercando nuestros rostros hasta besarnos, mientras, abajo del agua, nuestras manos dejaron de estar unidas comenzando a recorrer la piel de la otra, con estos bañadores no había nada que interrumpiera las caricias ni las sensaciones, las manos subían por los costados de nuestros cuerpos esculpiendo nuestras esbeltas siluetas, luego bajaban por espalda hasta las caderas, sólo apareció el cordón se metía entre las nalgas, pero en mi caso, ella siguió bajando su manos por mis nalgas hasta mis piernas.
Entonces ella me recordó que no estábamos desnudas del todo, se separó un poco viéndome a los ojos y me tocó la entrepierna con una de sus manos, luego con un toque muy sutil fue siguiendo la orilla externa de los tirantes en V con las yemas de sus dedos, recordándome que mis pechos desbordaban los tirantes, siguió su camino hasta el cuello y retornó su viaje ahora por el escote, y entonces también me recordó la facilidad con que los tirantes se sueltan liberando los pezones tomando mis bubis con sus manos. Mientras ella hacía esto yo también hice lo mismo pero además jalé su bañador y el mio en la entrepierna dejando nuestros sexos desnudos. Entrelazamos nuestras piernas y comenzamos a frotarnos provocando el roce de los pezones así como de las vaginas con las piernas mientras continuábamos besándonos. Sentí que apretó sus piernas a las mías al igual que su brazo rasguñándome la espalda, ella había alcanzado el orgasmo cuya excitación desató el mío un par de segundos después.
Descansó en mi hombro un rato mientras seguimos abrazadas un par de minutos y entonces rompí el silencio…
-Uff… si así estuvo la Verdad… ¿como va a estar el reto?-
-Cierto… tu reto es que Salgas del Closet del Exhibicionismo, vayamos a la zona juvenil vestidas así y andemos ahí con normalidad, alberca de olas, toboganes, rio salvaje-
-Uy…no inventes… ay hijoles… no me atrevo… que nervios… –
-Anda… hazlo por mi…- poniendo cara de niña caprichosa
-eeeeh… bueno vamos… –
Reacomodamos nuestros Slingshots, lentes oscuros, recogimos nuestras cosas e hicimos nuestro recorrido.
Cómo era de esperarse atraíamos las miradas tanto de hombres como mujeres, los más común era verles con rostro de asombro, pues nadie se imaginaba encontrarse a un par de chicas con tan exóticos bañadores. Muchas personas que se hacían indiferentes, algunas por timidez, otras por «respeto a nuestra privacidad», envidia en muchas chicas y seguro que muchos hombres que se voltaeaban para evitar enojos de sus esposas o novias… pero un así todos y todas volteaban a vernos aunque sea de reojo.
Llegamos a instalarnos cerca de la alberca de olas en unos camastros con suficiente sol y que estuvieran muy a la vista de todos. Pusimos nuestras toallas en un par de camastros y comenzamos a untarnos bronceador una a la otra de manera muy sexy, primero ella se puso de espaldas a mi pero de perfil a la alberca, que a la vista de los demás, se vería como se arqueaba para atrás de forma que se alcanzara a ver el cordón trasero tenso y despegado de la espalda exponiendo al mismo por el frente la silueta de sus bubis. Comencé a ponerle desde los hombros recorriendo su espalda hasta sus caderas, nalgas y piernas, regresando mi recorrido por ambos costados de su cuerpo deteniéndome con gusto en la protuberancia de sus bubis que salían del bañador, ella volteó, tomo mis manos y las dirigió a su largo y amplio escote que va desde los hombros hasta el pubis para que le untara bronceador, mientras ella hacía lo mismo, estando yo de frente, acariciaba la piel de mis bubis a ambos lados de los tirantes que tapaban mis pezones, los costados de mi cuerpo, piernas, nalgas y espalda terminando un beso y sensual abrazo. Mi piel se enchinaba, mi vagina se mojaba y mordiéndome ligeramente mis labios contuve las ganas de hacer el amor con ella…
-Karen, me pusiste a mil… me urge distraerme en algo o no respondo…-
-A mi también, tomemos un refresco y luego tiremos la adrenalina en los toboganes-
Entonces anduvimos la zona juvenil, corríamos de la mano cual novias, subíamos y bajábamos de los toboganes, y por supuesto que los que más nos gustaban eran aquellos en los que podíamos bajar abrazadas, donde mañosamente metíamos los brazos por abajo de los tirantes sujetándonos de los pechos de la que iba al frente. Muchas veces tuvimos que acomodar los tirantes pues era muy común que algún travieso pezón se saliera de su lugar, siempre terminábamos besándonos. No faltaron chicos, también chicas, que se nos acercaban para pedirnos selfies… cuando los chicos nos tiraban onda les decíamos que eramos lesbianas y se iban. Una chica que se acercó por una selfie comentó…
-Me encantan se ven hermosas con estos bañadores, ¿Dónde los consiguieron?-
-Por internet, porque en las boutiques de aquí no los venden- respondió Karen
-Me imaginé… ¿son de ambiente o bugas?- me quedé con cara de What pero Karen respondió…
-Aun no sabemos, a penas ahora estamos experimentando-
-oh… debut… mejor las dejo para que ustedes tomen solas su destino, hacen muy bonita pareja-
-Gracias…- contestamos las dos… unos pasos después le comenté a Karen:
-¿Cómo es eso de si somos de ambiente o buga?-
-Buga les llaman los del ambiente lesbico-gay-trans a los heterosexuales…-
-Ah ok… ¿oye soy yo o tu también lo notaste?… ¿nos tiró anzuelo para ver si ligaba con nosotras? ¿o me equivoco?-
-Yo también sentí eso, sabes, una chica de ambiente como ella claro que sabe que estos bañadores los venden sólo por internet-
-Cierto… pero me encanta que traemos pegue, pero sólo soy tuya Amor-
Sonreímos, nos dimos un besito y continuamos nuestro paseo. Estábamos tan entretenidas en nuestra fantasía lesbi-exhibicionista que se nos olvidó que veníamos con el grupo escolar cuando nos encontramos a una compañera…
-¿Tania?…wow wow Tania… ¿donde conseguiste este bañador tan tan exótico? tu traías otro… te fuiste a vestidores, tardas y regresas tan tan… bueno, se les ve casi todo… muy sexys, de envidia-
-Lo trajo mi… mi… mi n- titubé pero Karen me salvó…-
-Amiga… somos amigas de clase de natación en un deportivo- entonces la compañera volteando a ver a Karen se presentó…
-Va… soy Miranda, compañera de Tania… oye, pero, te me haces conocida… ¿vas también en la escuela?- Karen me apretó la mano para que le siguiera la corriente…
-Si, soy Karen, estaba revalidando algunas materias pero a partir del lunes me incorporo a su grupo-
-Va, bienvenida… vamos con los demás, cuando las vean los chicos se van a volver locos- haciendo una ademán con la mano como de penes erectando.
-Deja pasamos por nuestras toallas y vamos- conteste y mientras se iba Miranda le comenté a Karen -La verdad no me interesa ir a parar los penes de los compañeros, prefiero erectar tus pezones… mejor vámonos a nuestra alberca de los secretos…-
Caminábamos de regreso cuando le comenté a Karen…
-Me encantó la experiencia, al principio tenía miedo al morbo y la envidia, pero me adapté a que fuéramos el centro de miradas y fantasías, mostrar parte de las bubis de manera distinta a los tradicionales escotes, los pezones traviesos que se asomaban, las selfies, hasta que una chica se nos acercara tirando onda, me gustó mucho andar así casi desnuda en medio de todos pero creció aun más descubrir al mismo tiempo mi lesbianismo al ir con mi chica de la mano… me siento complacida y aun muy excitada… Oye… por cierto, me debes tu reto-
-¿mi reto?-
-Si, tu reto, no te hagas la que no… mmm… ya sé, yo ya experimenté el exhibicionismo y me encantó… tu ya encontraste a la chica, ahora te toca dejar el lesbianismo platónico atrás. El reto es que salgamos del balneario, así en Sligshot, hacia uno de los hoteles que están cerca de la entrada del Balneario y que pidas una habitación para nosotras… necesito me bajes esta excitación… –
-Eeeeh… pero ya casi es hora de irnos….-
-No es cierto… es buena hora, aun faltan tres horas para el regreso…
-Uy… este… que fuerte… ay… no sé… me da miedo…-
-¿Miedo?… yo tenía miedo de ponerme el Slingshot, miedo de salir del vestidor con él, me animaste y salí, me retaste a ir a la zona juvenil y fuimos… ¿de que tienes miedo?-
-Me da miedo que no me guste o que no te guste… o que lo hagamos y luego sintamos culpa o vergüenza, que no volvamos a poder ni ser amigas- ella sollozaba e incluso una lágrima rodó por su mejilla.
-Hey, mirame a los ojos… estuvimos desnudas juntas en el vestidor, hicimos el amor en la alberca de los secretos, caminamos semidesnudas por todo el balneario y no sentimos ni culpa ni vergüenza ¿o tu si?… tranquila, no te voy a abandonar… –
La alegría regresó a Karen, me sonrió, besó.
-Ok… Vamos- Entonces con un jalón de mano me indicó que corriéramos a recoger nuestras pertenencias.
Nos veíamos muy sexys con mochila de tirantes en las espaldas desnudas encima del cordón que corría de cuello al culo, pasamos el estacionamiento y llegamos a un hotel…
-¿En que les puedo ayudar?- dijo la encargada.
-Vas Karen…- susurré
-Me da pena… nunca he pedido una habitación- susurró y entonces fui yo quien negoció…
-Hola… necesitamos una habitación-
-¿Doble?- preguntó la encargada
-Si… las dos juntas-
-Por eso, con dos camas individuales- me sonrojé y miré a Karen que se veía más nerviosa aun… pero la encargada entendió… -Oh claro… matrimonial, para pareja… estos son los costos- mostrando un folleto del mostrador con el menú de servicios.
Comenzamos a hacer cuentas al juntar nuestro dinero y susurrando dijo Karen…
-Apenas nos alcanza para la matrimonial… olvidate de la pizza-
-Pues si… pero ya hace hambre…Oye, si le digo que sólo es un rato…-
-No… que pena… mejor ya vámonos y luego vemos-
-No amor… es la primera vez, debe ser ahora, luego vamos a estar dándole vueltas y nada… mejor le pregunto si en la individual podemos estar las dos, que sólo es un ratitito-
-No, tampoco… vámonos –
Entonces la encargada interrumpió…
-¿Algún problema chicas?
-Mejor vámonos – me susurró Karen
-Mire… apenas nos alcanza para la matrimonial… pero vamos a estar sólo un ratito… ¿Cree que nos podría dar un descuento o permitir estar las dos en una individual?…. es solo un par de horas… porfis – Karen me apretaba y jalaba la mano.
-¿Son universitarias?-
-Eh…¿Si?-
-Ternuritas… mmm… tienen suerte chicas de negociar con la dueña, soy un poco alcahueta. Por ser estudiantes y su primera vez… que nos visitan en este hotel, les voy dar la Suite Panorámica al costo de habitación individual, sólo a ustedes no lo vayan a twittear ni nada… esperen- tomó el teléfono, habló con alguien y continuó – listo… ya les envié de cortesía unas bebidas que ya estarán en la habitación cuando suban y algo de comer se los pasan a dejar en 20 minutos… si están ocupadas les dejan afuera en la puerta el carrito de servicio para que lo tomen cuando puedan… esta es la llave, las mandaría con un botones pero creo prefieren privacidad, suban al 3er piso, no hay pierde, es la única ahí- nos dio la llave de la habitación y tomando de la cadera a Karen, por debajo del tensor del Slingshot por la espalda, subimos buscar la suite.
Al llegar a la puerta de la suite dije a Karen…
-Ahora sí… ¿Estás lista?- sonriendo respondió
– Bésame…-
Tomadas de las manos nos acercamos suavemente como en película, fue un beso hermoso, suave, retiramos nuestros rostros para vernos, me sonrió de una forma muy tierna, nos mirábamos fijamente a los ojos cuando una lágrima corrió por su mejilla…
-Gracias por luchar por mi sueño…- aún con los ojos fijos en los de ella, mis las manos le recordaron la desnudez con estos bañandores recorriendo sutilmente su silueta con la yema de los dedos electrizado cada célula de su piel, mientras en su rostro dejo la ternura y se dibujo placer tornándose a pasión, me asaltó con un beso intenso, las mochilas cayeron al piso, mientras sus manos y brazos sin sutileza alguna, apresaron mi cuerpo contra el suyo, se adueñaron de mi espalda y de toda la desnudez que encontraba a su paso, lo que me provocaba que la tomara con la misma pasión mientras alternábamos besos, mordidas y roses desde la boca hasta el cuello… entonces…
-Uy… perdón… pasen señoritas- de la puerta salió la camarera interrumpiendo nuestro amasiato…
-Ufff… mejor entremos…-dije, tome nuestras mochilas del suelo y pasamos a la suite.
-Oh Tania… esto esta hermoso- dijo Karen y corrió cruzando la suite hasta la terraza que estaba pasando los ventanales del fondo. Veía moverse sus redonditas nalgas y piernas desnudas desbordando sensualidad… entonces me gritó…
-Ven amor… ven…-
-Con un poco de más paciencia, cerré la suite y entré observando a detalle el lugar, perfecto para nuestro primer lésbico. Cruzando al centro, de un lado la cocineta y una sala Lounge Style que se integraba a la terraza con una zona apergolada, por el otro la cama King Size desde donde se dominaba la vista a un jaccuzi interno, la sala y la terraza…
En la terraza del lado izquierdo estaba una zona apergolada con una estancia construída con jardineras, hamaca, asientos y una cama balinesa, del otro lado una pequeña alberca y al fondo el mirador franqueado por una jardinera con barandal, donde estaba Karen observando el paisaje, me gritó…
-Anda… ven ya…mira… se alcanza ver todo el balneario…-
Camine hacia allá, pero más me inquietaba Karen con su estilizada desnudez, con sólo ese tirante que iniciaba entre sus nalgas y pasaba tenso despegado de la espalda curveada hasta el cuello sin nada de tela ni cordones por los costados hasta los tirantes que sutilmente cubrían sus pezones quedando despegados del abdomen y que se anidaba en su pelvis, esa misma desnudez que horas antes me había seducido y llevado a ella… Me acerqué por detrás de Karen tomándola de la pelvis con mis manos acercando sus nalgas a la mía. Deslicé mis manos hacia arriba alojándolas entre los tirantes del frente y su abdomen hasta adueñarme de sus pechos tijereteando sus pezones con mis dedos… entonces le dije muy suave al oído….
-Tenía tantas ganas de hacer esto frente a la gente de la alberca de olas mientras te ponía el bronceador-
Cruzé mi mano izquierda hasta su pecho derecho por debajo de los tirantes delanteros abrazándola, mientras mi mano derecha la deslicé por debajo de la tela acariciando su pubis y luego su clítoris, ella gemía arqueándose hacia atrás frotándose con mi cuerpo provocando que mis pezones salieran de los tirantes y rozaran con su espalda alimentando aun más nuestra excitación.
-Imagina… alguien desde el balneario pudiera vernos mientras te acaricio… mientras hacemos el amor…-
Karen continuó entregada en mi abrazo, a mis caricias en pechos y sexo, al roce de mis pezones en su espalda, al frotamiento de sus nalgas con mi pelvis, a mis alternados besos y mordidas entre sus labios, cuello, orejas y nuca. No tardó mucho en sentir como se tensaban los músculos de sus piernas y espalda con su hermoso rostro que mostraba el placer del orgasmo.
Descansó un rato arqueada hacia atrás recargada en mi hombro, luego se incorporó liberándose de mis brazos, pero tomó una de mis manos y me jaló a la alberca… Nos metimos y sentamos en una plataforma que sirve como asiento y que deja medio torso abajo del agua, fue entonces que encontramos una hielera con coolers que dejó la camarera, tomó la suya y me entregó una con la que brindamos…
-Por nosotras…- chocamos botellas y bebimos.
-Muy buena idea este reto, de haber sabido nos salíamos de hace mucho rato- dijo Karen
-Creo era el momento, la experiencia lesbi-exibicionista también fue excelente, me encendió…- mientras platicábamos jugaba con su cabello, le tocaba su hombro y ella sonreía mientras bebía de su cooler, entonces comenté…-Sabes este lugar está perfecto para nuestro primer lésbico, me hubiera encantado que mi primera vez hubiera sido en un lugar así, no fue nada espectacular en la recámara de mi novio de entonces… ¿como fue tu primera vez?-
-Hermoso… conocí a una chica en un balneario y aun no termina…-
Su comentario me enterneció, jalé a Karen al centro de la alberca y comenzamos a bailar, sin música con el ritmo que nuestros cuerpos proponían. Nos besámos mientras nuestras manos acariciaban y esculpían nuestros cuerpos por la espalda y costados aprovechando la gran desnudez que nos deja los bañadores, besándonos en boca, mejillas, cuello, orejas. Los estremecimientos liberaron con facilidad nuestros pechos de los tirantes que frotabamos rozando los pezones entre ambas. Jale la tela sobre su pubis desnudando su vagina y ella hizo lo mismo, entrelazamos nuestras piernas mientras nos sumergíamos frotando las vaginas con las pierna de la otra mientras continuábamos besándonos en la boca, barbilla, cuello, alcanzando el orgasmo las dos con poca diferencia de tiempo entre ambas.
-Uff.. aquí nos quedamos la vez anterior en la otra alberca- comentó Karen
-Cierto… como en las series de TV… este fue el recuento del capitulo anterior- Reímos…
Tomándome de las nalgas me levantó un poco dejando mis pechos a la altura de su rostro tomando uno de los pezones con la boca succionando, luego con ligeras mordiditas y roses sutiles con la lengua. Apenas rozando con la lengua, fue dibujando el camino al otro pecho, al otro pezón, dándole el mismo trato que al otro. Ahora fui yo quién tomé sus pechos entre mis manos, me agaché, bese y lenguetié un pezón, me excitaba mucho lo erecto que estaba, que era más grande que los de los chicos pero sobretodo que coronaba el sensual pecho de una mujer, mi mujer. Tomé luego el otro pecho al principio con ternura y luego con pasión. La dos paradas al centro de la alberca con el agua a la cintura, bailábamos frotando pechos y pezones. En esa danza erótica los bañadores deslizaron con facilidad quedando desnudas.
La tomé de la mano, salimos de la alberca hacia el apergolado, recostando suavemente a Karen en la cama balinesa, quedando yo sobre ella besándonos en la boca mientras frotabamos nuestras bubis, rozabamos los pezones y el pubis de una contra la otra.
Tomándome de la cintura me jaló dejando mis bubis sobre su rostro, comenzó con uno de los pezones rozándolo muy sutilmente con la punta de la lengua, luego lo rodeó con los labios y nuevamante la lengua lo tocaba apenas, entonces sus labios se fueron cerrando y comenzo a succionarlo, con mas fuerza volvió a lamerlo con movimientos circulares y tomarlo con sus labios, con su húmeda lengua dibujó con saliva el camino hasta el otro pezón que recibió el mismo trato, luego alternaba entre ellos a su antojo y mi placer.
Retomamos los besos y mordidas en labios, en el cuello, gimiéndonos suavemente en el oído y metiendo la lengua ocacionalmente para acrecentar la excitación de la otra mientras nuestros cuerpos danzaban un vaivén de frotamientos y escalofríos.
Ahora fui yo quién me adueñé de sus bubis disfrutando su sensuales curvas y el surco entre ellas, alternando de un pezón a otro, alternando lamidas a succiones y mordidas a la vez que mis manos esculpían con caricias la silueta de su cuerpo. Luego, con la punta de mi lengua fui dibujando la mitad de su cuerpo con saliva desde el esternón pasando por su abdomen, por su ombligo… Su pubis desnudo sin bello tenía dibujado el límite bronceado, donde la muy breve piel clara que dejó el bañador al centro, me señalaba el camino de mi lengua a su placer.
Mientras recorría el camino con mi lengua quedé con las rodillas en el piso con el culo al aire fuera del colchón de la balinesa pero recargada adentro con mi abdomen, bubis y antebrazos con mi cabeza hundida entre sus piernas, concentrada en sentir con mi lengua el surco abajo de su pubis sutilmente abultado por su clítoris excitado pidiendo ser tocado con cariño. Lo estimulé primero con la punta de la lengua y luego succione con mis labios, después con mi lengua recorrí lo demás de su vulva disfrutando su olor y el sabor suavemente salado y amargo de su jugos lúbricos que me excitó intensamente, el sabor prohibido a mis prejuicios donde jamás hubiera olido y mucho menos saboreado alguno de mis dedos después de tocarme mi vagina, el sabor prohibido para las chicas comunes, el sabor prohibido de dos chicas haciendo el amor, el sabor prohibido y jamas antes saboreado del sexo virgen de mi amada Karen.
Continué comiendo el sexo de Karen, estimulando su clítoris y vagina mientras disfrutaba su sabor, a su vez, con toque muy sutil de las yemas de mis dedos recorría el dibujo de bronceado desde su pubis por el abdomen masajeando con esmero sus bubis jugando con sus ya erectos pezones. Cuando sentía que Karen iba alcanzando el climax bajaba la intensidad de mis caricias dejándola descansar unos segundos y volvía a retomar la intensidad de mis caricias, intentando alargar su sufrimiento aumentando cada vez más su placer hasta que explotó en un intenso orgasmo aprisionando con fuerza mi cabeza entre sus muslos mientras arqueaba su espalda y apretaba mis manos con las suyas sobre sus pechos. Por fin terminó, descansó un par de minutos quedando yo con mi cabeza recostada sobre su pubis disfrutando del aroma de su sexo recién complacido.
Ella se incorporó quedando sentada en la orilla de la balinesa y yo de rodillas frente a ella, sonreía con ojos chipeantes. Viéndome a los ojos me dijo…
-Uff… wow… gracias… me hiciste sentir la vida-
Viéndonos a los ojos nos acercamos nuevamente y nos volvimos a besar, suave, tierno, separábamos las bocas para vernos a los ojos como si nos preguntáramos si este momento era real y con la misma mirada nos respondíamos que si. De los besos tiernos surgieron los roces en la mejilla, mordidas en cuello, gemidos al oído… su manos tomaban una de mis bubis que se llevó a la boca para jugar con su pezón erecto, nuevos besos, roses, bubis, tomándome de la cintura hace que me pare mientras sus besos recorren mi abdomen, ombligo, vientre viéndome ocasionalmente a los ojos con una mirada pícara, sonrisa maliciosa, me atrapa con sus manos por la cadera contra su rostro, apoderándose de mi sexo con su lengua y toda la boca hábilmente. Presumiría que aprendió bien de su mi, pero siento más que era su instinto y esa misma reacción afrodisíaca que experimente del sabor prohibido, de la superación de prejuicios, del aceptar el gusto por otra mujer…
Las sensación de los roces estimulantes de su lengua con mi clítoris y vulva se unía con la imagen de su bello rostro a veces pícaro a veces tierno, con su mirada inquisitoria con la que intentaba adivinar lo que estaba sintiendo y lo que estaba pensando, también me excitaba el recordar que es su primera vez que tiene a una mujer en su boca y que yo era esa mujer, recordar la intensidad de su orgasmo reciente, y que yo estaba en mi iniciación a los placeres lésbicos, me llevaron a un intenso orgasmo que hacía temblar mis piernas mientras los escalofríos se extendían por todo mi cuerpo.
Al terminar me relajé, me senté de cuclillas recostando mi cabeza en su regazo. Ella acariciaba mi cabeza peinando mi cabello con entrelazando de su dedos. Después de unos minutos de recibir sus tiernas caricias, me levanté, me senté comentándole…
-Wow… que bien me aprendiste…-
-Aprendo rápido y puedo presumir que hasta superé a la maestra-
-Lo dudo… tendríamos que hacerlo al mismo tiempo para ver quien hace venirse antes a la otra-
-Uy… mmm… wow… que rico… sin duda lo intentamos… oye… tengo sed, voy por unos coolers de la hielera…-
Me recargué en el respaldo de la balinesa a descasar, entonces Karen regresó entregándome una botella pero tenía una sonrisa pícara como si tramara algo…
-¿Qué?…
-Nada…
-¿Qué?
No me di cuenta de que había agitado la botella y con el gas de la bebida, me asaltó salpicándome por todo mi cuerpo desnudo como si fuera champage, agité mi botella para defenderme salpicándola también, hasta que se nos acabó el liquido. Nuestro desnudo frenesí se convirtió en una lucha cuerpo a cuerpo por el dominio que llevamos de regreso al colchón de la cama balinesa donde me dejé vencer cayendo en el colchón.
Se encimó friccionando sus bubis con las mías, besos en boca, mordidas en cuello, gemidos al oído mientras nuestras piernas se entrelazaban rosando el sexo de la otra. Al sentir su humedad en mi muslo sentí un fuerte impulso que me llevó a dominar a Karen dejándola con la espalda en el colchón, levanté una de sus piernas a mi hombro y me enlacé a ella rozando su sexo con el mío compartiendo nuestras humedades que ahora se unían en una sola. Me excitaba sentirla mientras observaba sus pechos danzar nuestro ritmo, ver nuestros vientres firmes por la fuerza que poníamos para frotarnos intensamente, también me excitaba su rostro que reflejaba como se acumulaba placer en su cuerpo. Su pierna que tenía en mi hombro se tensó, no sé si era porque alcanzó el orgasmo pero sentirlo me hizo explotar con el mío, fue realmente muy húmedo, el más intenso de mi vida hasta entonces que provoco abandonarme cayendo en el colchón, desentrelazamos nuestras piernas quedando por algunos minutos las dos acostadas boca arriba en un sílencio en el que sólo se oían, el viento, nuestra respiración y el latido de nuestro corazones… Karen interrumpió…
-Si me preguntan ¿Cómo fue mi primera vez que digo?… ¿al aire libre o bajo techo?-
-Yo digo que al aire libre, se ve el cielo-
-Pero está este techo de vigas…- refiriéndose a la pérgola…
-Si… pero hay más espacio abierto que vigas…además… ¿quien te va a preguntar?-
-Mi tía… llegando le voy a contar todo… con lujo de detalles…-
-No… que pena… no… que va a pensar de mi…-
-Pudiera pensar… en que necesite nos preste la recámara de visitas en su depar cuando necesitemos…-
-Buen punto… puedes contarle-
-Por cierto… ya ves, te gané, le gané a mi maestra-
-No… tu te veniste primero-
-Quizás… pero tu te chorreaste… prueba de que lo hice mejor-
-¿De verdad me chorrié?-
-Si de verdad… mira- Ella se puso de lado y me mostró su vientre muy mojado del que pude ver como escurrió una gota. Lo toqué y olí mis dedos, volví a tocar su vientre recorriendo hasta su sexo, estaba muy húmedo, me acerque y el olor de su cuerpo me excitaba y me llevó a acercar mi olfato a su vientre donde el olor me causó más excitación. Levanté su pierna y metí mi cabeza entre ellas, comencé a oler y saborear nuestras mieles lúbricas en el cuerpo de ella. Fue entonces Karen también se entrelazó conmigo de la misma manera recostadas de lado en posición de 69 en el que al mismo tiempo comíamos nuestros sexos con el mismo dominio de una en la otra, en un diálogo en el que con roces de la lengua y labios pedíamos la estimulación que necesitábamos y a su vez brindábamos el placer en la otra, unidas en un capullo donde iban y venían los climax y orgasmos dando vueltas entre una a la otra. Después de varias rondas de gritos, gemidos y placer, cansadas pero satisfechas, abandonamos nuestros cuerpos de nuevo recostadas con espaldas sobre el colchón dejando ahora al viento acariciara suavemente nuestro descanso…
-¿Quieres comer?- interrumpió Karen después de varios minutos de relax.
-mmm… si… claro que me hundo a comerte otra vez-
-No tonta, alimentos… tengo hambre y ya debe estar el servicio fuera…-
-Cierto…- corrí desnuda por la suite encontrando el carrito de servicio afuera, cerré la puerta y lo llevé a la terraza.
-Te vez muy sexy desnuda llevando el carrito… cuando sea rica te voy a contratar como mi mucama…-
-Sólo si vas a ser la patrona que me seduce y me esclaviza como su sirvienta sexual-
-Claro, cuando ibas para allá de espaldas vi que tienes muy buen curriculum…- dijo Karen refiriendose a mis nalgas
-Tonta… por cierto… ganó la maestra-
-No es cierto…-
Entre risas y comentarios de nuestra tonta discusión así como de lo bien que la estabamos pasando comimos los bocadillos y bebidas que venían. Luego dentro de la suite conseguí unas frazadas y nos descansamos un rato en la balinesa.
Nos bañarnos juntas enjabonándonos una a la otra, luego frotando nuestros pechos y entrelazando nuestras piernas mientras nos besábamos alcanzamos un orgasmo, que aunque hubiéramos querido más acción, sólo tuvimos ese casual rapidín pues tiempo ya era muy corto, que apenas nos alcanzó para vestirnos muy rápidamente… Mi floreciente Karen se volvió a disfrazar de Ana, la chica gris del grupo… pero ahora delataba su alegría sus ojos chispeantes.
Antes de cerrar la suite la volteamos a ver con mucha melancolía…
-Mira… algo de nosotros quedó ahí, siempre te recordaremos…. gracias- comenté
-Y volveremos los más pronto que podamos…- agregó Karen
Bajamos y nos despedimos de la dueña…
-Muchas gracias, fueron muy hermosas sus atenciones, la pasamos lindísimo… la recomendamos por Trip, claro sin lo del descuento- comenté
-Gracias chicas… que duren juntas por años, vengan a visitarnos-
Dejamos la llave y hasta nos despedimos de beso en mejilla. Corrimos al estacionamiento del balneario, aunque fuimos casi de las últimas en abordar el autobús alcanzamos un par de los asientos juntos casi hasta adelante.
-Que suerte que quedamos juntas- comentó Karen
-Uf… por poco y no… pudieron tocarnos alguno de los borrachos-
-Y sí… pasate a la ventanilla para que te recargues…-
-Sigue tu, para que vayas más cómoda- respondí
-No es por eso, es porque quiero recargarme en ti, que me abraces-
Comenzó el viaje de regreso, mientras en los lugares de atrás la palomilla iba cantando y tomando, adelante el profe de guardia la hacía de “copiloto” platicando con el chofer. En los asientos alrededor de nosotras iban durmiendo, nadie se dió cuenta que a veces besaba a Karen en la frente, no satisfecha de haberla tenido completamente desnuda a mi disposición y en un espacio privado sólo para nosotras, comencé a besarle y lamerle el cuello, las orejas, mis manos encontraron la manera de filtrarse hasta tocar su pechos y pezones. Ella gemía mucho alcanzó una chamarra para taparse en parte, permitiéndome hurgar entre sus piernas y masturbarla hasta venirse. Ella intentó también tocarme pero la postura no lo facilitaba
-Tranquila amor, complaciéndote me siento muy bien… relax amor…-
Ahora si nos quedamos satisfechas y dormidas hasta llegar a la ciudad. Desperté cuando el autobús aun circulaba minutos antes de llegar a la escuela, desperté a Karen susurrando suave a su oído y con caricias.
-Despierta Amor… ya vamos llegando-
-¿No es un sueño verdad?-
-No… ¿van a venir por ti?-
-Si, mi tia cool, tengo tanto que contarle… ¿y tu?-
-Viene mis papás, y no les voy contar nada… ¿nos vemos mañana o el domingo?-
-No creo, voy a estar muy ocupada el fin… pero nos wasapeamos y nos vemos el lunes en la escuela-
Por fin llegamos, antes de que encendieran las luces nos despedimos con el último beso del día, bajamos y cada quién tomó su camino volteándonos a ver hasta no vernos más.
El lunes llegué al salón de clases buscando a Ana Karen, aun no se encuentra. Me siento en mi pupitre y en eso aparece hermosa por la puerta, cambió los lentes por unos que enaltecían su rostro, una maquillaje muy tenue, sutil, cabello lacio suelto con nuevo corte a los hombros y con un vestido primaveral de tela suelta con tirantes y falda corta a media pierna…
-Tania- me saludó de lejos agitando la mano y con pasos muy segura se dirigió hasta mi lugar. Se oía murmullos diciendo que era la chica nueva en el grupo, la del bañador extraño en la excursión… Mientras, estaba yo muy nerviosa pero alegre de verla, me levante sin moverme de mi lugar quedando de frente cuando llegó.
-Hola…¿como ves mi nuevo look?… ¿te gusto?- dijo mirándome a los ojos…
-Sin duda…- sin importarme nada alrededor acerqué mis labios a los suyos en un beso. Murmullos y chiflidos no se hicieron esperar al ver a dos chicas besándose. Cerrando los ojos la abracé recordando los roces con su piel que tuvimos el viernes y así quedamos unos segundos hasta que llegó la maestra…
-Silencio jóvenes, buenos días clase, vamos a iniciar- en eso mientras me soltaba Karen me susurró al oído…
-No traigo ropa interior…-
Eso me encendio, ella estaba desnuda cubierta ligeramente por una delgada tela… Como el viernes en el balneario, nuevamente la casi desnudez del cuerpo de Karen me tenía muy encendida gozando de excitación ajena y ella lo sabía… Para todos Karen era la chica nueva del salón, la del bañador atrevido de la excursión, la chica lesbi que acababa de besar a otra chica… mi chica… nadie supo que ella era Ana, Ana la rara, la chica gris cuya ausencia pasaría desapercibida por siempre, que sólo en mi secreto se quedó.
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