Herencias y maldiciones 12

Una saga que se acerca a su final.
Pasaron los días, y Sonia se había ganado enteramente la confianza de Adriana para cuidar a Julieta y no solo eso, eran mejores amigas, tanto así que a veces salían juntas con Julieta, Sonia se sentía muy bien con la compañía de ellas dos, iban al parque, al cine y de compras, con el paso de los días Sonia se estaba enamorando de Adriana, y no sabía cómo decírselo. En un fin de semana, la mamá de Adriana y abuela de Julieta, por el cumpleaños de la niña, decidió, con permiso de Adriana, llevarla a un día de campo, Adriana la dejó ir pero no pudo ir por sus turnos de enfermería. Sonia llamó a Adriana: – Hola Amiga como estás? – Bien amiga saliendo de turno y tú? – Aquí en casa arreglando mi habitación oye, Julieta está contigo? – No, está con mi mamá en su celebración de cumpleaños. – Ahhh yo no sabía. – Tranquila amiga no te preocupes pero pasa algo con la niña? – No, no pasa nada con ella, solo que quería hablar contigo pero solas las dos? – Estoy en casa más o menos en una hora, si quieres pasa por mi casa y hablamos. – Vale, allá estaré. Y se dió por terminada la conversación.

Hora y media después, Sonia llegó a la casa de Adriana, entraron y hablaron:

– Amiga, me preocupa esto, me extraña que quieras hablar conmigo me tienes en ascuas, por favor dime qué pasa. – Adri, lo que pasa es que hemos pasado mucho tiempo juntas y me ha gustado, solo que quiero confesarte que me he enamorado. – En serio amiga? Y quién es el afortunado? – En realidad afortunada. – Como así? Estás enamorada de una mujer? Te lo tenías bien guardado no picarona? Y puedo saber quién es? – Eres tu. – Que? Es en serio? No lo puedo creer, la verdad pensé que solo era yo quien estaba enamorada de ti, la verdad desde que te Vi, sentí algo que ni siquiera el papá de mi hija me hizo sentir. Es que….. -Shhh no digas más. Y el dedo índice de Sonia se posó en los labios de Adriana, Sonia, como atraída por la belleza de Adriana, se fue acercando y fue rozando sus labios con los de ella, empezó con un beso romántico y pasó a ser un beso apasionado, un beso con deseo y lujuria, tanta fue la lujuria que Adriana desnudó rápido a Sonia, dejando descubiertos sus senos, medianos pero que descubrían la excitación de la misma, Adriana de paso se desnudó, dejando al descubierto unos senos grandes, cintura normal, glúteos con algo de estrías, pero con una excitación enorme, Sonia admiraba el cuerpo desnudo de Adriana, quien llevada del deseo arrojó a Sonia a su cama y comenzó a pasar su lengua con lujuria, chupaba sus senos con ahínco, Sonia empezaba a gemir y morderse su labio, luego Adriana bajó y empezó a chupar con violencia su vagina y de paso empezó a meter un dedo y masturbarla, Sonia estaba enloquecida – Ohhh si dame dame Adri, dame más cómetela toda ohh ahhh ahhh ahhhaaa ahh ahhhhhhhhhh uhhhhmmm ahhhhhhhh ohhhhhhhhhhhhhhh me vengooooo. Sonia tuvo un orgasmo grande y quedó extasiada, luego Adriana se subió a la cama y dejó su vagina velluda y morena en la cara de Sonia, ella abrió su boca y empezó a chupar, Adriana empezó a gemir mientras movía su pelvis. – ohh si cómetela toda Sonia, esta vagina te quería a ti, ohh come vamos vamos, ahh ahhh ahhh ahhh uhhhmmm. Sonia chupaba y metía su lengua adentro de la vagina de Adriana hasta que ella tuvo una contracción y por ende un orgasmo, blancuzco y lechoso el cual Sonia bebió hasta dejar limpia la vagina de Adriana, luego las dos se recostaron y Sonia propuso: – Adriana, tu estás enamorada de mi y yo estoy enamorada de ti te pregunto quieres ser mi novia? – Claro que sí, mi amor, seremos novias y tengo que confesarte algo. – Dime. – Lo que pasa es que te amo, pero también siento deseos lujuriosos por mi hija Julieta, se que de pronto está mal pero quiero confesartelo por la confianza que te tengo. – La verdad, también tengo deseos con tu hija, es más, quisiera tener sexo con las dos. – Uhhmm eso lo podemos arreglar. Y en la conversación se quedaron dormidas hasta el día siguiente que llegaría Julieta a casa…