Herencias y maldiciones 16
Es la historia de Nubia.
Narra Nubia
Terminó las vacaciones, y Valentina va a sus clases igual yo la llevo en mi van y aunque va adelante conmigo, ya no me causa tanta atracción como antes y ella afortunadamente es muy madura para entenderlo.
En mi rutina diaria yo voy al gimnasio y aquí es donde empieza mi otra historia, conozco a Lina, una mujer de mi misma edad, mona, sensual, bonita pero la verdad quien más me llama la atención es Lia, su hija, una niña de 9 años, blanquita, cabello mono, ojos verdes, y aunque tiene un pecho plano, tiene un bonito trasero, su mirada, es la de una niña muy inocente y verdaderamente me encanta, Lina, su madre es una importante comerciante, y, según lo que he llegado a conocer es muy sobreprotectora con su hija, ahora, a pesar de que no usaba los mismos aparatos que nosotras, Lia se veía hermosa con los movimientos que hacía en el gimnasio, yo me embobaba pero lograba distraerme haciendo la rutina y a veces hablando con Lina, de la cual me gané su confianza y finalmente logré estar con lía que pasó así:
Lina me llamó de urgencia diciéndome que debía viajar y no tenía con quién dejar a lía, y me pidió el favor de que si se la cuidaba por estos días, yo obviamente le dije que sí y hasta me ofrecí a llevarla al aeropuerto. Luego de eso, llevé a lía al colegio y me fuí a hacer mi jornada, estaba ansiosa, Valentina lo notó pero no preguntó nada, menos mal, y después de terminar mi jornada a medio día, recogí a lía y nos fuimos a la casa, almorzamos y mientras yo arreglaba unas cosas de la van, lía hacía sus tareas, al final de la tarde nos cambiamos para ir al gimnasio, yo andaba con un top rosado y un bicicletero gris, no llevaba brasier para más comodidad, lía llevaba un top verde limón ombliguero y un cachetero negro, me emocionaba ver ese culito redondito, yo me veía en el espejo del gimnasio y verme sudada y empitonada me gustaba. Al final de la rutina volvimos a casa, cenando algo suave, lía se bañó ( yo decidí no hacerlo para más morbo) y se puso una pijama rosadita. Luego en la cama nos pusimos a jugar a hacernos cosquillas y a la guerra de almohadas, buscaba algún pretexto para poderla manosear, pensé que iba a ser más difícil pero lo logré, en medio de los juegos y las sonrisas, empecé a acariciar su rostro, ese rostro inocente, ella se sonrojó así que yo seguí pasando mi mano por su cuello, su barriga y sus piernas, luego al llegar a la parte baja de la pijama empecé a acariciar sus piernas, lía me miró fijamente y preguntó: – que vas a hacer Nubia? – Lía, lo que vamos a hacer te va a gustar tanto que vas a querer más. – Ok. – Luego, procedí a quitarle su pijama, estaba en calzoncitos, me incliné hacia su pecho y empecé a chuparle sus teticas, sabía bien la nena, luego le manoseaba la nalga, de pronto la niña empezó a respirar más fuerte, después le quité su calzoncito, veía una vaginita hermosa, virginal, labios pequeñitos pero para mí era apetitosa, pasaba mi lengua por su vientre y bajé a su vagina, mi lengua era más grande que ella, así que empecé a lamer por sus labios, al lograrlos abrir escuché un ay, entre queja y gemido, luego mientras mi dedo masajeaba si vagina, me dirigí a su boca y la empecé a besar, su aliento se sentía tibio, lía se entregaba a lo que yo quisiera hacerle, luego, al mojar mi dedo con su saliva, y volverle a besar la boca, cuidadosamente fui metiendo un dedo, la niña empezó a quejarse, pero mi boca ahogaba su queja, lo dejé ahí quieto mientras se adaptaba, cuando lo hizo, empecé a moverlo, la niña cambiaba sus quejidos por gemidos, me sentía emocionada, ella me miraba con su mirada inocente gimiendo, luego la puse en 4 y lubrique un dedo de mi otra mano, le hice morder una almohada y miré el anito de ella, estaba bien fruncido y metí también mi dedo, la queja se perdió con la almohada pero cuando ya ví que se acostumbró a los dos invasores, empecé a mover los dedos, follaba a lía por su vagina y su ano y lo hacía con velocidad en los movimientos, la niña gemía y yo para más morbo, puse mi pie en su cabeza para terminar de someterla, fue una doble masturbación salvaje sin piedad hasta que ella contrajo su pelvis, había tenido su primer orgasmo, luego saqué los dos dedos de sus agujeros y se acostó. Se veía cansada pero no la quise dejar dormir porque tenía que darme placer a mí, así que procedí a besarla, y mientras lo hacía me fui quitando mi top, lía abrió sus ojitos al ver mi pecho sudado pero más mis imponentes tetas, la cual no dude un segundo y se las pegué en su boquita, ella abrió y empezó a chupar las, con mi sudor y todo, me daba morbo ver esa carita inocente chupando mis tetas, luego de un rato la hice levantar y sentar en mi sofá, luego le empecé a hacer un baile sensual mientras me quitaba el bicicletero, tenía una tanga color rojo intenso, la cual resaltaba mi figura, lía seguía mirándome de manera inocente, me fui acercando a ella y quitándome sensualmente mi tanga, se la metí en su boca, luego jale su cabeza y la obligue a oler mi vagina, que tenía más bellos, y estaba mojada de sudor y líquidos, lía me miraba con algo de repulsión pero también con esa inocencia, le saqué la tanga de su boca, y aproveché el momento en que tenía la boca abierta y le puse mi vagina peluda, se la retiré y luego le pedí que sacara su lengua, ella al hacerlo, volví y acerqué mi vagina y ella lamió mis vellos, luego me di vuelta y le puse mi cola en su cara, con una mano abrí mi culo y con la otra iba guiando su cabeza hacia mi amor, ella se quejaba pero al yo dominarla, se rindió y decidió empezarlo a lamer, esa misma sensación con Valentina la tenía ahora con lía humillandola obligándola a lamer mi ano, la niña lamía como si fuera una paleta, cada lametazo me excitaba más, luego decidí sentarme, hice arrodillar a lía, tomé su cabeza nuevamente y la fuí acercando a mi vagina, ella abrió su boquita y sacó su lengüita y empezó a lamer mi bosque, empujé un poquito más su cabeza y empezó a mirarme, su mirada inocente mientras mi vagina estaba en su boca, mi matorral cubría todo, era un espectáculo que más me encendía, movía mi pelvis y más tenía la cabeza de lía agarrada a mi vagina, subí mis piernas en su espalda, acentuando mi dominio sobre ella, yo sudaba y ese sudor ella se lo tomaba, llegó el momento en que gemía más fuerte y movía mi pelvis más rápido – ohh si sigue chupando, no pares, ahhh ahhh. – gemía mientras miraba a lía me encendía más y gemía hasta que sentí que algo salió de mi, como torrente, mientras salía sujeté la cabeza de lía, tuve mi orgasmo y después descansé. Luego de mi orgasmo, contemplé a lía, la pequeña a quien ya hice mujer, tenía su cabello desordenado, con rastros de sudor en su cuerpo, tenía líquido de mi corrida en su boca, nariz y mejillas y en sus labios tenía dos vellos púbicos que se me cayeron, aún así ella seguía con su mirada inocente, decidí guardar este recuerdo y le tomé una foto. – Estuviste hermosa lía pero debes prometerme algo. – Dime Nubia. – No le vas a contar esto a nadie ni siquiera a tu mamá vale? – si. En ese momento le dije – Tienes sed? – Si claro. – Abre la boca. La niña al abrir la boca arrodillada me acomodé y me hice pis, le hice lluvia dorada, ella se asqueo al principio, pero con la sed que tenía se lo tomó y quedó con su carita mojada.
Luego nos bañamos juntas y nos fuimos a dormir. A partir de ahí y hasta las navidades estuve con lía y en diciembre volví a estar con Valentina pero eso será otra historia..
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