hola soy nacho pero voy a contarles una historia q yo mismo invente
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Nacho-KrK.
Fue tan extraño la manera en que sucedio todo…
Muchas veces, en las tardes aburridas de lluvia, en las mañanas en que te despiertas demasiado pronto, cuando necesito dibujar una sonrisa en mis labios, en esos momentos me pongo a recordar mi encuentro con esas dos mujeres que marcaron mi vida.
Andrea. La que me ayudo a abrir los ojos. La que me mostro que mi camino lo hago yo. La que me dio fuerzas para confiar en mi. La que hizo un hombre de mi, manteniendo mi espiritu de niño. La que me ilumina por el dia.
Laura. La que rompio mis barreras. La que poco a poco consiguio que mi corazon volviera a ser lo que fue. La que desperto mi ternura, que tenia ya olvidada en algun rincon de mi memoria. La que me ilumina por las noches.
Ellas me hicieron ver lo mejor que hay en mi. Me aceptaron tal como soy y por eso se ganaron todo mi amor. Son mis dos chicas. Digo mis, pero se que no me pertenecen. Desde que ellas se conocieron se cayeron bien. Pasamos muchos ratos juntos, nosotros tres o con mas compañia. Se hicieron buenas amigas.
Las conoci como todo lo que vale la pena en esta vida. De casualidad.
Primero conoci a Andrea. No se que le hizo fijarse en mi. Yo andaba como un caballo desbocado, sin saber que rumbo elegir. Ella supo escucharme. Ella supo ver mas dentro de mi que cualquier persona. Me desnudo en todos los aspectos, ya sea entre sus brazos o con nuestras largas charlas. Me animo a saber que camino elegir. Siempre dijo que yo le ayude tambien. No se en que. Supongo que ambos hicimos lo mismo el uno por el otro.
Y mas tarde conoci a Laura. Aparecio una noche. Ella siempre estuvo alli. Siempre me llamo la atencion, pero nunca pense que seria tanto para mi. Bajo su fragilidad, su aparente inocencia, escondia un corazon enorme, escondia un cariño extraordinario. Tenia algo que la hacia especial.
Habiamos quedado por mi cumpleaños. Decidi hacer una fiesta en mi casa, y ellas se ofrecieron a ayudarme. Llegaron a media tarde. Las dos iban preciosas.
– Hola Joaquim – dijo Andrea – ¡Felicidades mi niño!
– Hola pequeñin – agrego Laura con su maravillosa sonrisa – ¡Feliz cumpleaños!
Ambas me dieron un beso en las mejillas, una a cada lado. Yo las abrace bien fuerte, como les gusta que les abrace.
– ¿Que tal preciosas? Gracias por venir a echarme una mano, por que yo solo no seria capaz.
– Anda, vaya hombres hay hoy en dia… si es que no sabeis hacer nada sin nosotras – dijo Andrea dandome un pellizco en mi culo.
– ¡Ey, yo tambien quiero! – protesto Laura.
O sea que le di un pellizco en sus nalgas.
– ¡No! Yo a ti. – replico mientras me pellizcaba las mias
– Chicas, chicas, que tenemos mucho que hacer. ¡Y dejad mi culito en paz!
Riendo se dirigieron a la cocina. Empezaron a revolverlo todo, poniendo comida en platos, cocinando…
– No se como te las apañas tu solo. Suerte que hemos parado a comprar, que si no…
Me quede un rato observandolas. Las dos en movimiento. Laura con su precioso pelo, esos ojos, esa sonrisa, moviendo ese cuerpecito que volveria loco a cualquiera. Y Andrea, moviendose con una sensualidad que afloraba por cada poro de su piel.
Nunca tuve nada con ellas, pero las deseaba mucho. Las queria, y las deseaba.
– ¿Vaya, donde metiste el azucar, niño? – pregunto Andrea.
– Ups, se debio de acabar ayer. Tendre que ir a comprarlo.
– Deja, deja, ya voy yo. De paso traere algunas cosillas mas.
Le di dinero y las llaves del piso, para que pudiera entrar sin tener que llamar. Volvi a la cocina. Me acerque a Laura, fijandome en lo que hacia.
– ¿Me ayudas, pequeñin?
– Claro, vida. ¿Que quieres que haga?
Me miro, pero no como otras veces me habia mirado. Note en sus ojos una mirada diferente, como llena de deseo. Nos quedamos unos segundos asi, sin decir palabra. ¿O era yo quien la miraba con deseo? Desde que la conoci que me atrajo. Si bien alguna vez habiamos estado bromeando o divagando sobre la posibilidad de tener algo, nunca habia sucedido. Tal vez nunca fue el momento adecuado. Pero hoy senti algo especial que me impulso a acercarme mas a ella. La deseaba con todas mis fuerzas.
Giro la cabeza y volvio a lo que estaba haciendo.
– Esta lata, que no puedo abrirla…
La rodee con mis brazos. Mis manos sobre las suyas, sujetando la lata y asiendo la anilla para abrirla, mi cuerpo junto al suyo. Notando la suavidad de sus manos, el tacto de su pelo. Lentamente mis manos fueron ascendiendo por sus brazos, mi boca buscando su cuello. Note que su cuerpo se relajaba y se apoyaba plenamente en mi pecho. Mis labios besaron su piel, su cuello. La abrace bien fuerte, mientras ella me cogia las manos.
Se giro, nos quedamos mirando a los ojos. Me acerque mas a ella y la bese. Por fin pude probar el sabor de sus labios. Nuestras lenguas se conocieron por primera vez, y no querian parar de saludarse. Note sus manos en mi espalda, acariciandomela de arriba a abajo.
No se cuanto tiempo estuvimos asi, pero otras manos acariciandome me despertaron de esta situacion de ensueño.
– Por fin te decidiste, mi niño. – Era Andrea. Debio entrar sin que la oyeramos.
Me quede mirandola, extrañado.
– Este va a ser tu regalo de cumpleaños. Nunca lo olvidaras.
Y me beso. Y mientras Andrea me besaba, Laura siguio acariciandome la espalda. Me quede como congelado. No entendia que estaba ocurriendo. Me separe de Andrea y las mire. Ellas me sonreian y se dirigian miradas llenas de complicidad.
Ahora entendia por que se ofrecieron a venir a mi casa a ayudarme, antes de que llegaran todos los invitados. ¿Que podia hacer en esa situacion? Ambas me gustaban, las deseaba, pero nunca pense que pudiera ocurrir y menos con las dos a la vez.
– Disfruta de esto, pequeñin – me susurro dulcemente al oido Laura.
Se me acercaron las dos. Andrea siguio besandome mientras Laura empezo a desabrocharme los pantalones haciendo Andrea lo mismo con mi camisa. Me quede desnudo frente a ellas. Sus manos rozaban toda mi piel, sus labios acariciaban los mios. Saque mi lengua y note como las suyas jugaban con la mia. Empece a despojarlas de su ropa, poco a poco. Descubrir sus pieles, sus senos, sus nalgas. Me faltaban manos para poder acariciarlas. Laura se arrodillo y cogio mi miembro con sus manos. Acariciaba mis testiculos y, timidamente, empezo a lamer mi polla, dandole suaves lametones a mi glande. Aunque su timidez duro poco y metiendose toda mi ereccion en su boca, la lamio avidamente.
Mientras, mi boca corria con fervor por los pechos de Andrea. Mordisqueando sus pezones duros, asiendo sus pechos con mis manos. Las caricias de la lengua de Laura sobre mi miembro dieron el fruto que ella deseaba. Me corri en su boca, llenandola de mi leche caliente. Me miro a los ojos, disfrutando de ello.
– Espero que esto no acabe aqui – protesto Andrea – Yo tambien quiero…
Con lo excitado que estaba yo creia que podria aguantar las veces que hiciera falta, y mas cuando Andrea paso a ocuparse de mi polla, ya flacida, dandole lamidas y besos a lo largo del tronco.
Laura se tumbo en el suelo, abriendo sus piernas.
– Ven, mi coño necesita de ti…
Me tumbe, y mientras Andrea seguia ocupandose de mi polla, yo me deleite con la humedad de Laura. Lami sus labios vaginales, mi lengua jugo con su clitoris, mientras ella suspiraba y jadeaba cada vez mas. Con mis manos levante sus caderas y mi lengua pudo acceder a su ano. Lo lami, lo folle con mi lengua, mientras se masturbaba, llenandome la cara de sus fluidos, de su miel. La dulzura de la lengua de Andrea revivio mi miembro y cuando alcanzo una buena ereccion, lo guio hasta su caverna de placer. Poco a poco fue introduciendoselo, mientras mis manos, mis dedos jugaban en el coño de Laura.
Los gemidos, los suspiros llenaron la estancia. Alli estaba yo, disfrutando de ellas, ellas disfrutando de mi. Luego se intercambiaron las posiciones. Andrea dejo que me ocupara de su coño, mientras Laura disfrutaba de mi polla dentro de ella.
– Follame pequeñin – dijo entre gemidos Laura, no se si ordenando o pidiendo.
– Venga mi niño, haz que me corra – decia Andrea, en el mismo tono.
Nuestros gemidos fueron subiendo, vaticinando un triple orgasmo, pero que el fondo era uno solo, el de los tres unidos en una espiral de placer.
Cuando terminamos, nos quedamos los tres abrazados, acariciandonos dulcemente, dandonos besos, cruzando miradas. Compartimos algo que nunca pense que podriamos compartir, y era muy feliz con ellas.
Nos vestimos para reanudar nuestras tareas, los invitados estaban a punto de llegar.
– ¡¡¡Hola!!! – era la voz de Jonathan. No me acordaba que hacia un par de semanas le deje las llaves de mi piso por que me ayudo con la mudanza de unos muebles, y quedamos que me las devolveria cuando viniera a la fiesta, al no coincidir estos dias. – ¿Que tal estais? ¿Soy el primero? Entonces aun no me he perdido nada.
– No, Jonathan, no te has perdido nada – dijo Andrea, con la cabeza girada a Laura y a mi, giñandonos un ojo.
Realmente fue mi mejor fiesta y regalo de cumpleaños.
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Solo los locos se aventuran donde los angeles temen pisar.
bueno esta historia la cree cuando una tarde se me ocurrio mirar a mi tia q es lebiana y la vi con su amiga monica…. nacho_exp@hotmail.com
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