Inquilina
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Magda.
La verdad de las cosas era que la vida se me estaba dando con dificultades, me habian despedido del trabajo por disminucion de mi productividad, decia el papel que firme. La verdad era que yo no habia accedido a las reiteradas sugerencias de Don Pablo a que yo lo acompañara a comer el dia sabado y luego a una agradable tarde de reposo en algun motel cercano y en el cual yo deberia demostrarle justamente mi productividad.
Realmente no tengo muy claro porque no accedi a la reiterada insinuacion de Don Pablo,el hombre era atractivo y yo no soy justamente una mujer de principios y bastante generosa en lucir mis atributos que por lo demas son bastante evidentes.
El asunto es que me vi sin un ingreso importante para mi sustento, de modo que decidi poner en arriendo el pequeño departamento con baño que esta asi como anexada a mi casa.
" Arriendo departamento a señorita sola", decia el aviso que publique en el diario
Estaba yo, ese domingo, en la mañana, aun en mi lecho, leyendo el periodico, cuando llamaron a la puerta. Por mera curiosidad me asome a la ventana de mi cuarto y desde alli observe a la mujer que tambien con periodico en mano accionaba el timbre.
Rapidamente me cubri con un delgada bata y accione el portero para que la mujer pudiese entrar. Al minuto la tenia frente a mi. Venia por el aviso de modo que le mostre el departamento y mientras ella lo examinaba yo me dedique a examinarla a ella. Deberia tener mas o menos la edad mia, 35, era morena suave con un cabello ligeramente castaño Vestia una falda ancha y larga que nada permitia deducir de sus piernas, pero una blusa tan ajustada que me dejo inquieta porque sus pezones se podian dimensionar sin dificultad alguna y vaya si eran insolentes. Estuvimos de acuerdo en el valor del arriendo y no se por que no cerre el trato de inmediato, sino que le dije que yo la llamaria.
Ella me contesto que estaria encantada que yo aceptara y luego se despidio de mi con un beso que horas mas tarde aun lo tenia adherido a mi mejilla.
Esa tarde de domingo no pude concentrarme en la pelicula que veia en la television y la imagen de la mujer me perseguia. Primero pense que la habia visto en alguna parte, luego que se parecia terriblemente a mi tia Luisa, a la que no veia desde hacia cinco años, luego que al parecer era una antigua compañera de colegio, pero nada de eso me resulto satisfactorio asi que debi admitir que era simplemente que la mujer de alguna manera me habia impactado.
Entonces, para darle un corte al asunto, marque su telefono para darle a conocer que me habia decidido arrendarle, pero el telefono llamo repetidas veces y nadie contesto. Me inquiete, porque durante el dia nadie mas habia acudido por el departamento. Me di cuenta que solamente tenia su numero de telefono y su nombre, Sandra.
A las dos horas estaba francamente inquieta y ya no pensaba tanto en la pieza sino en ella, recordaba que su voz me habia parecido muy suave pero firme, que se sonrojaba levemente al hablar y que al respirar sus pechos subian y bajaban con un movimiento inquietante, como si fueran de una consistencia elastica y que cuando camino hasta la puerta de mi casa taconeando en forma decidida, sus pezones marcaban el ritmo de sus pasos. Eso tambien me sucedia a mi a menudo y recorde que la sensacion era agradable, como seguramente lo seria para Sandra. Pense que la mujer seria una buena amiga, si lograbamos entendernos, a pesar que yo con las mujeres no me entendia muy bien.
Volvi a pensar en la forma como se vestia y deduje que deberia tener feas piernas y por eso usaba faldas largas. Mi experiencia me decia que las mujeres que tienes pechos hermosos generalmente tienen piernas feas, lo que no era mi caso puesto que yo estoy orgullosa de ambas cosas.
En estas reflexiones estaba cuando sono el telefono. Anhelante, corri a atenderlo, tenia la respiracion agitada y deseaba escuchar la voz de Sandra, pero al otro lado un varon pidio disculpas por equivocarse.
Decidi entonces volver a llamarla. Nerviosamente marque y ahora si su voz suave me contesto.
Era ella.-
Le dije que habia decidido arrendarle a lo que me contesto que estaba feliz porque el departamento le habia encantado y luego agrego.
– Y tambien me encantaste tu Magda, pienso que si tu quieres quizas seamos buenas amigas.-
No supe que contestar. Estaba muda, de modo que solamente atine a preguntarle cuando se vendria y me dijo que lo haria al dia siguiente.
Luego que corte el telefono debi admitir que algo me habia pasado, que algo estaba cambiando y que de alguna manera me sentia diferente, pero gratamente diferente, que le estaba encontrando otro sentido al tiempo, que veia mi casa diferente y que ya no me importaba nada haber perdido mi trabajo. Pero lo unico nuevo que habia aparecido en mi vida ese dia era justamente Sandra de modo que no me hice mas problemas y admiti que la chica me era agradable, que tenia muchos deseos que ocupara el departamento y que nos hicieramos amigas.
Soy una mujer bien realista, eminentemente practica , que ha luchado en su vida para conseguir lo que tiene y que anda de acuerdo a los tiempos. No tengo tendencia a la reflexion sino mas bien a los impulsos.
Esa noche, antes de dormir, al departamento que desde mañana ser de Sandra, y le di los ultimos toques, porque queria que a ella le gustara y luego decidi meterme en la ducha antes de acostarme.
Me desnude y la sensacion de mi desnudez, que tanto me gusta, me saludo como siempre al desprenderme de mi ropa intima, solamente que esta vez mis pechos me parecieron mas erectos que de costumbre y el aroma que sube desde mi entrepiernas, me parecio mas intenso.
Bajo la ducha jabonaba mis tetas con deleite y de inmediato vinieron a mi mente las de Sandra, pense que serian como las mias pero morenas. Me di cuenta que yo casi no tenia aureolas rodeando los pezones y que seguramente ella tendria unas oscuras y grandes. Recorde algunas fotografias en las revistas. Senti un cosquilleo y pude ver que mis pezones se habian dilatado en forma muy elocuente. Los toque y estaban duros. El agua corria ahora por mis muslos formando remolinos en mi sexo ,empapando mis vellos, y pense como seria Sandra y si su calzones se levantarian como se levantan los mios por efecto de mi mata de vellos.
Esta ducha era placentera, muy placentera y cerrando los ojos me deje llevar por una ensoñacion imposible.
El dia siguiente no estuve en casa y cuando regrese tarde en la noche me di cuenta que ya Sandra se habia instalado en su nueva residencia. Al poco rato sono mi telefono y era Sandra que me decia que ya estaba instalada pero muy cansada, que queria que cenaramos juntas al dia siguiente y que me esperaria en la noche.
El dia siguiente fue un dia extraño, estuve inquieta en mi trabajo, me fui temprano y pase por la peluqueria, pedi un peinado distinto, no el de siempre, me sentia diferente. Al final me mire y quede complacida.
Ya en mi cuarto quise arreglarme de manera especial para la cena con Sandra, seleccione cuidadosamente todo lo que vestiria, empece por ponerme unos amorosos calzones blancos. Me cubrian apenas, mi mata de vellos se podia adivinar facilmente, me conmovi al ponermelos, lo mismo me sucedio cuando me puse el fino sosten, tenia la clara sensacion de estar arreglandome para Sandra y en el fondo era asi, no lo podia negar. Vesti mi delgada bata azul y luego de perfumarme suavemente, sali al jardin para caminar los veinte metros que me separaban del pequeño departamento de Sandra. Me disponia a llamar cuando escuche su voz desde el interior diciendome que entrara que la puerta estaba sin llave.
Entre y volvi a escuchar su voz que me decia que la esperara por favor, que estaba un poco atrasada. Era evidente que su voz llegaba desde la ducha cuya puerta abierta me permitia captar la sombra difusa de su perfil tras la cortina.
Si ya estaba rara por lo que me estaba sucediendo con Sandra, la situacion descrita me altero completamente. Le dije que estaba bien, que esperaria sin problemas y me derummbe en un sillon llena de los mas extraños latidos distribuidos por mi cuerpo entero.
Junte mis muslos para poder contenerlos en parte y note que estaban humedos.
Trate de pensar en otra cosa, pero el sonido del agua de la ducha se me habia metido en medio de mis pensamientos y lo dominaban todo.
Imaginaba y casi podria decir que veia el agua corriendo por sus pechos, invadiendo su sexo, mojando sus pelos pubianos, entrando en sus aberturas, corriendo por sus muslos y me la imagine jabonandose con deleite y tuve que sujetarme para no correr al cuarto de baño. No lo podia hacer, pero si podia imaginarla ahi a cuatro metros de mi.
Si. Yo le jabonaria, le diria " amor mio dejame acariciarte, dejame entregarte estos pensamientos que me matan, me tienes hirviendo, te adueñaste de mis sensaciones y a cada momento te tengo mas incrustada en mi.
" Amor, mirame como me invaden mis rios intimos,, que quieres que haga si mis calzones estan empapados, si mis pezones estan por reventar mi sosten, y me lengua se desespera por recorrerte, por mamarte, por introducirse en tus rincones secretos "
Estos pensamientoscomo visitantes extraños e insolentes me tenian quemandome. Mi sexo se habia hecho independiente y ya no podia contener sus latidos y tuve que llevar una mano alli , primero para constatar que mis labios estaban terriblemente separados, que mi sexo era una fuente de liquido caliente y luego tuve que tomarlo con ambas manos y apretarlo fuerte y alli entre mis dedos sentir como palpitaba y en ese momento me tumbe en el sillon para apretarme con todo el cuerpo mientras dos o tres dedos de mi mano me buscaban muy dentro para darme cuenta que mientras mas adentro mas hervia.
Senti detenerse el agua de la ducha y volvi a mi posicion normal en el sillon mientras mi entrepiernas parecia desgarrarse entero.
Al momento Sandra, apenas cubierta por una pequeña toalla, aparecio en la puerta del baño. Tenia las piernas mas perfectas que yo hubiese visto y uno de sus tetas perfectas salia a un costado.
Mi interior se desgarro. Senti abrirse mi sexo como una almeja gigante y un rio caliente y denso brotaba de mi interior invadiendo sin piedad mis calzones mis vellos y mis muslos en un orgasmo gloriosamente novedoso e intenso.
Sandra me miro asustada.
_ ¿Te sientes bien Magda? Tienes la cara muy roja- me pregunto.
Yo casi no podia hablar, rendida por la violencia del orgasmo.
-Estoy muy bien- querida- nunca he estado mejor- Pude murmurar.
Sandra entro a su cuarto a vestirse sin hacer otro comentario.
Yo desde ese momento era definitivamente otra persona.
La relacion con Sandra se me estaba arrancando de entre las manos y lo mas desconcertante era que ella no se habia dado por aludida en absoluto y en ningun momento mostraba señal alguna de darse cuenta de los efectos que estaba ocasionando en mi. Se comportaba como una mujer absolutamente normal, muy alegre muy delicada y muy femenina con una naturalidad que no hacia sino provocar en mi una atraccion que ya no sabia como controlar.
Me decia que se sentia estupenda con mi amistad y queria cuidarla, al mismo tiempo que me hacia depositaria de las intimidades femeninas que todas las mujeres compartimos. Me mostraba sus cosmeticos, sus trajes y su ropa intima lo que a mi me descolocaba absolutamente.
Una tarde me llamo para decirme que tenia que salir, pero dejaria la puerta de su departamento sin llave porque vendrian a reparar unas cortinas y que por favor yo supervigilara ese trabajo.
Fue la oportunidad que yo estaba esperando para estar sola en su departamento.
Apenas unos minutos habian transcurrido de su salida cuando yo estaba en su cuarto embriagada por el perfume de Sandra que empapaba todos los rincones.
Caminaba con mucho cuidado, como un ladron en busca de escondidos tesoros. Todo estaba en orden perfecto. Pase mi mano abierta sobre el lecho impecablemente ordenado y la suavidad del cobertor azul me ocasiono un leve temblor en el pecho.
Varias noches no habia podido entrar en el sueño pensando como podria yo tener a Sandra en ese lecho y mi mente afiebrada habia construido mil fantasias quemantes.
Con mucho cuidado abri la puerta de su closet y extendi la mano entre sus vestidos perfectamente ordenados, y acaricie su talle y meti mis manos bajo sus faldones como si imaginariamente recorriera sus muslos que nunca habia tocado. Abri los cajones para sumergirme en la suavidad de su ropa intima acariciandola con mis manos que estaban temblorosas por el deseo que estallaba en mi. Entonces la idea aparecio en mi mente quemante con una claridad que era imperativa.
Volvi hasta la puerta de entrada del pequeño departamento, le puse doble llave y cerre completamente las cortinas que esperaban para ser reparadas. Una luz algo difusa le dio al cuarto un extraño ambiente que aumento mi inquietante excitacion.
Entonces con mucha lentitud, disfrutando cada paso comence a desnudarme.
Frente al gran espejo del dormitorio de Sandra me despoje de mi vestido verde que deje caer con ceremonia sobre la alfombra Contemple mi figura impudica cubierta por los pequeños calzones y mi sosten ceñido.
Estaba mas delgada, habia bajado de peso, yo lo sabia porque desde la llegada de Sandra mi apetito habia disminuido notablemente. Debia reconocer que estaba mas hermosa.
Me desnude completamente. Al deslizar mis calzones por los muslos mi olor de mujer en celo se apodero de mi olfato completando el cumulo de estimulos eroticos cuyo unico referente real era la figura perturbadora de Sandra en mi mente.
Asi desnuda, camine por la habitacion, moviendome voluptuosamente, ofreciendole mi cuerpo, todas mis formas a esa mujer ausente cuya presencia embriagadora me envolvia en mis evocaciones. Frente al espejo vi mi imagen desnuda como la mas deseable de las mujeres y me imagine que era Sandra quien me miraba desde alli Comence por acariciarme los pechos, endurecidos por el deseo, redondeados por la pasion y aprisione mis pezones entre mis dedos humedecidos por mi saliva, con tal violencia que se tornaron aun mas duros y mas largos. Apretaba con fuerza, porque de alguna manera deseaba producirme dolor, quizas el dolor de la consumacion imposible de la posesion de Sandra.
Me acaricie entonces los muslos, meti mis manos entre ellos y aprete las piernas con fuerza, como retendria sus muslos si ella algun dia me los brindara.
Mi cuerpo entero ardia en un deseo que yo estaba llevando al paroxismo. Senti correr mis humedeces entre mis piernas cuando mis muslos se rozaron al caminar hasta el sillon sobre el cual descansaba su fino camison de noche. Lo tome en mis manos, absorbi su aroma y lentamente lo vesti sintiendo el contacto de la tela fina como si fuera su piel deseada. Me senti abrazada por Sandra y acariciada por su contacto. Me tendi suavemente sobre su lecho acariciandome el cuerpo entero por sobre esa prenda excitante y mis pechos mis muslos y mis nalgas supieron de esas caricias con ese camison complice suave y tierno.
Mi sexo latia desesperado mientras yo me revolvia en el lecho de Sandra abrazada por el deseo incontenible de poseerla y trate de calmarlo, de sujetar el torrente de palpitaciones que emergian desde mi interior. Mi mano se poso con fuerza tratando de sentir el calor de ese volcan pronto a estallar. La fina tela se interponia entre mis dedos y la entrada de mi tubo vaginal quemante y entonces meditadamente hice presion, toda la presion que emergia desde el recuerdo invasor de la figura de Sandra. Mi mano me penetro una vez, dos veces, muchas veces, con dos, con tres o cuatro dedos dentro de mi , dentro de Sandra y la tela de su camison se fue empapando de mi liquido denso y suave y viscoso en entre y sali y me recorri y me conoci como nunca me habia conocido porque la tenia en mi. A Sandra, estaba identificada con ella y tenia su amor en medio de mi gran abertura, que ahora generaba una contraccion que se apoderaba de mi cuerpo entero que se revolvia sobre el lecho de Sandra mientras mi mano terminaba de describir la inmensidad interna de mi sexo feliz.
Instantes despues estaba de pie junto al lecho en que habia poseido su recuerdo y extendi con mucho cuidado sobre la cama su camison adorado que lucia en su centro una gran mancha liquida desde la cual emanaba ese olor perturbador que aun ahora dos dias despues me sigue acompañando porque no quiero evitarlo.
Despues de la tarde en que la pasion me invadio en el cuarto de Sandra , lejos de calmarse, mi inquietud logro alcanzar niveles casi paranoicos. Me apostaba tras las cortinas de mi habitacion para verla llegar , me excitaba a niveles molestos al verla caminar, mi frecuencia cardiaca aumentaba al hablar con ella y en las noches no podia conciliar el sueño si no me masturbaba con su recuerdo.
Una tarde fui hasta su cuarto para convencerla que me dejase hacerle un peinado, que yo estaba convencida, que le haria lucir aun mas hermosa de lo que yo la veia.
Eso fue para mi un verdadero encuentro sensual. Ella habia lavado su cabellera y con el pelo suelto y seco, y el cuerpo cubierto unicamente por una fina camisa , tomo asiento en la silla que yo le ofreciera frente al gran espejo de su dormitorio.
Yo me situe tras ella con la satisfaccion que me embargaba de saber que, al menos durante una hora la tendria para mi . Ella estaba muy alegre y yo ardiendo y nerviosa.
Por un momento miramos una revista en la cual una hermosa mujer lucia el peinado que yo pretendia reconstruir en el cabello de Sandra . Sus muestras de entusiasmo, demostrado por leves caricias alentadoras en mis mejillas , me estremecieron y me dieron animo para presionarla suavemente acomodandola en la silla, tomandola por la cintura y por primera vez tuve mis manos en contacto con la curva de sus caderas, redondeadas y firmes pudiendo incluso tocar el borde superior del diminuto calzon, que era lo unico, que vestia bajo la tenue camisa.
Sandra se quedo tranquila y se dispuso a entregarse a mi pericia de peinadora , cosa de la cual yo habia logrado convencerla.
Su cabellera era extremadamente suave, y el deslizarla entre mis dedos me ocasionaba un placer superficial que se transmitia a todo el resto de mi piel que me recordaba el roce cautivante de su camisa de noche alli en su cama.
Mientras trataba de dar una forma nueva al cabello de Sandra varias veces debi tomar su rostro para acomodarlo a las necesidades del diseño. Nunca habia tocado su cara y esta sensacion me embriagaba a tal punto que sentia palpitar fuertemente mi corazon y mis magnificos pechos se agitaban bajo mi blusa tenue muy cerca de su cuello.
Se habia apoderado de mi una agitacion creciente, porque nunca la habia tenido tan cerca como ahora y ella parecia entregarse pasivamente a mis maniobras, Mis piernas temblaban suavemente y mis rodillas tendian a doblarse.
De vez en cuando le decia algunas palabras relativas a sus preferencias sobre peinados y cosmeticos, pero casi no escuchaba lo que me respondia pues mi mente completa estaba invadida de un deseo de aproximacion a ese cuerpo que me habia hechizado y no sabia como contenerme.
Yo interpretaba su pasividad como una muestra de aceptacion..
Desde mi posicion podia ver sus pechos exuberantes y ese canal central que destacaba sus formas , atraia mi vista con tal fuerza que no lo podia evitar..
En un momento le pregunte si no estaba cansada de mantener su cabeza erguida durante tanto tiempo y sin esperar su respuesta, quise aplicarle un suave masaje en sus hombros desnudos. Ella no me hablo pero suspiro con suavidad cuando inicie el masaje y su rostro reflejado en el espejo me indicaba que de alguna manera estaba sintiendo placer. Seguramente era un placer suave y diafano, nada comparable con el goce arrebatador que me estaba embargando como consecuencia de tener su piel en mis manos. Era como si en esa zona de contacto entre mis dedos y su piel se estuviese generando una forma de energia diabolica que me recorria entera y que me hacia superar todo tipo de temores e inhibiciones porque estaba segura que esta vez no la dejaria ir.
Ya casi no tocaba su cabello y me habia concentrado absolutamente en el masaje cuya extension estaba prolongando mas alla de lo necesario. Por otro lado mis manos avanzaban poco a poco por su espalda y tambien por su escote. En un par de oportunidades avance osadamente hacia la parte superior de sus pechos y pude notar su consistencia. Sandra tenia unos pechos que eran la mezcla perfecta de consistencia y suavidad y esa sensacion me traicionaba de tal manera que estaba a punto de perder el control. Por otro lado mis pechos inflamados de deseo ya no se contenian en mi estrecho sujetador de modo que sin que Sandra lo notara, realice con pericia los movimientos necesarios para desprendermelo.
Volvi entonces al peinado. Aun no habian transcurrido diez minutos y ahora, como producto de mis maniobras de peinado toque con mis pechos varias veces la cabeza de Sandra. Mis pechos en cierta forma estaban ocultos por su cabeza de modo que no podia verme en el espejo. De esta forma pude crear varias formas de movimientos que aparecian como casuales pero que en realidad eran plenamente meditados por mi.
Pasaba mis tetas alternativamente por su cabeza mientras le arreglaba el cabello, presionaba con una de ellas sobre una de sus orejas, o apretaba su cabeza con ambas manos entre mis masas calidas y latientes. Ella se dejaba hacer y a veces entonaba suavemente la melodia de una cancion de moda. En uno de eso instantes volvi al masaje y ahora avance con cuidado hacia sus pechos sin llegar a englobarlos completamente para volver luego al cabello como en una forma de avance meditado, observando siempre con cuidado sus reacciones.
Tenia que ser a asi porque nunca le hice a Sandra insinuacion alguna acerca de lo que me estaba pasando con ella..
Su cuello me parecia delicioso y ensimismada por esa suavidad fue que daba mayor presion a mis masajes y fue en ese momento cuando Sandra levanto lentamente su mano derecha y yo me quede quieta, porque presenti que ella detendria mi mano causante de ese masaje insolente, pero no fue asi. La mano derecha de Sandra paso por sobre su hombro y comenzo a rozar con suavidad pero sin equivocos mi teta izquierda por sobre mi blusa.
Ella me estaba acariciando francamente.
Lo que senti en ese momento es dificil de describir. Ella estaba respondiendo en forma espontanea a mis maniobras con una caricia franca, que si bien no tenia la audacia de mis masajes, era una señal inequivoca que deseaba un acercamiento fisico conmigo, que habia entrado en un terreno de comunicacion erotica que era el mundo en que yo me habia sumergido desde dias , desde que habia llegado.
Me sentia desfallecer, pero al mismo tiempo queria controlarme porque no podia destruir por impulso la maravilla de su respuesta .
Asi continue con el masaje como le estaba haciendo, pero ahora abandone francamente su cabello y mis dos manos avanzaron hacia sus pechos. Ni toda mi imaginacion afiebrada de mis noches de masturbacion pensando en su cuerpo, igualaban a la sensacion arrolladora de tener en mis manos esos pechos divinos. Sus pezones recibieron mis caricias con una presencia grande y dura que era una muestra fehaciente de una excitacion en pleno desarrollo. Fui abriendo su blusa con pausa, ahora queria demorarme lo suficiente en cada movimiento, de modo que cuando abri el ultimo boton y esas maravillas quedaron libres para mi, la tension en mi cuerpo estaba a punto de estallar.
Sandra dejo de acariciar mi teta izquierda y tirando de mi brazo me hizo salir para llevarme frente a ella y con una diligencia que me parecio extraña desabrocho mi falda y me dejo con mis pequeños calzones y de pie. Entonces separe las piernas y me sente a horcajadas sobre sus muslos , me desprendi de la blusa y me abrace a Sandra que se movio lo preciso para que nuestras tetas buscaran su acomodo en medio de unas sensaciones tactiles que retumban con eco repetido en mi vientre. Por primera vez nos miramos a los ojos y ella debe haber visto en los mios la misma pasion incontenible que reflejaban los suyos.
Busque su boca entreabierta y nos fundimos en nuestro primer beso , una hoguera llena de promesas , unas suavidades infinitas, unas lenguas locas, tan locas como nuestras manos que se buscaban por toda la superficie de nuestros cuerpos.
Fue el inicio de una dicha arrolladora y diferente.
Autor: Magda
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