La chica Monroy IV
El virgo de Fernanda es tomado por Camila..
El amor se respira en la habitación de Fernanda, la chica de 14 años está lista para entregarle la virginidad a su ahora novia.
Fernanda sabe mucho de sexo, no tiene experiencia, pero ha leído, en ese campo se lleva a Camila, por mucho.
La lesbiana adolescente sabe que su cuerpo va a responder a los estímulos vaginales internos, dedos, objetos o un pene.
Sin tener nadie con quién conversar o compartir lo que siente la chica a recurrido a diálogos internos.
Hablemos un poco de Fernanda, la chica es inteligente, perspicaz, la relación de sus padres, los psicólogos abogados y jueces la hicieron madurar. Su abuelo era un amante de la filosofía, la chica heredo eso de él.
Un secreto que nadie dice o habla es que la madre de Fernanda no tiene mamá porque «falleció» siendo ella muy jóven. La familia de abuela tiene vergüenza de admitir que los dejó por una mujer, de ahí saco la chica sus gustos.
Nadie está seguro si un homosexual nace o se hace, tal vez nacen y se necesita un estímulo para desencadenar esa conducta.
Hasta hace poco Fernanda estaba indecisa, le gustaban los chicos, pero se mojaba con las chicas.
Acostada en su habitación, desnuda, abrazada a su amante de 9 años, Fernanda está más que segura de su sexualidad.
Nuestra co-protagonista recogió el cinturón con pene integrado, Camila aguarda de pie en la cama con las piernas abiertas.
Si tierna vagina brilla con los jugos, Fernanda aprovecha para darle un beso jugueton que saca risas pícaras de la niña.
Degusta los jugos en su boca con los ojos cerrados, respira profundamente como capturando todo lo vivido, se deja llevar presa de sus sentimientos hasta que unas cálidas y suaves manos acarician su rostro trayendole de vuelta a la realidad.
Sonriendo continúa con la operación, sujeta la parte larga con firmeza, sabe que en unos momentos su pequeña amante va a empujar ese extremo con sus caderas para reclamar su virginidad.
Con la otra mano separa los tiernos labios vaginales y procede a jugar la punta en la entrada. Camila, totalmente excitada respira agitada con todo lo que está sintiendo.
Fernanda empujó el extremo más corto, vacilando con sus movimientos estimula la empapada vulvita, la caverna vaginal se va expandiendo sin problemas albergando el modesto consolador en su interior.
Sin esfuerzo, con todo el amor del mundo, así avanzó Fernanda hasta el fondo. Si esperar demasiado la chica ajusto el arnés al cuerpo de su amante. Satisfecha con lo que ve, una niña de 9 años con un pene falso listo para desvigarla, Fernanda tomó a Camila del rostro para darle un profundo beso en la condición de virgen.
- Este fue nuestro último beso siendo yo virgen, ahora me acostaré, abriré mis piernas y te permitiré penetrarme con esto, arrebatando mi virginidad, después de esto, estaremos en igualdad de condiciones… Por favor, se amable.
Acto seguido Fernanda se acostó sobre el lecho amatorio, se abrió de piernas, separó sus labios vaginales e invitó a Camila a hacer lo suyo.
Camila tuvo un flashaso del recuerdo del día que Dan la desvirgó, recordó lo doloroso del momento, si bien fué un breve instante y terminó disfrutando el encuentro, la niña no quiere que su amante sufra.
El pene falso no es tan grande y grueso como el pene de Dan, Fernanda está lubricada de sobra y aunque está nerviosa, lo desea, su excitada vulva inchada con la sangre que bombea su corazón se dilata como diciéndole «Bienvenida»,
Fernanda tiene 14 años, si bien no es un adulto, su vagina es más grande que la de ella.
Si bien Fernanda tiene todo a su favor para pasar un buen rato, la delicalesa, paciencia y amor dedicado por Camila hicieron de la experiencia lo más memorable para la memoria de las chicas.
Camila sujeta la base del dildo por los labios vaginales, al hacer esto ambas chicas son estimuladas, la pequeña descubrió de esa forma que el dildo es una sola pieza, si se mueve un extremo, se mueve el otro estimulando a ambas chicas.
Recorriendo lo largo de la vagina el dildo se va impregnado de jugos, su interior que reboza escurre mojando todo.
Un poco de presión empuja la punta que perfora lentamente la vagina separando los labios vaginales, ambas chicas pueden sentirlo, suspiran juntas, no es su pene, pero Camila puede sentir la escualidad resistencia del virgo que cede ante la invasión.
La niña tiene bien clavadas las rodillas en la cama, sus manos a cada lado de su presa, tiene el control total del avance y procederá observando el rostro de su amanda.
Fernanda tiene una cara de sorpresa, no le duele, pero es una sensación extraña, placentera, pero extraña.
Camila aguarda pacientemente, mueve su cadera con discreción dándose placer, las jóvenes amantes se miran fijamente a los ojos.
Una tímida sonrisa se esboza en el rostro de Fernanda, esa es la luz verde, un suave vaiben de Camila les causa placer a ambas, el latex estimula a ambas chicas, cumple su propósito dándoles placer, dulces gemidos invitan a la niña a empujar un par de milímetros cada que avanza.
El dildo de 14 centímetros que cualquier mujer de metería de una y sin problemas avanza con lentitud en la caverna esponjosa y virgen.
El interior se expande sin problemas, el himen cedió y ninguna de las dos se dió cuenta, poco a poco el dildo va entrando estimulando a ambas chicas.
La sensación es nueva para ambas, el factor psicológico juega un papel importante, la transferencia de calor, el roce piel con el piel, el intercambio de fluidos, la mezcla de los mismos.
Camila está convencida que Fernanda tiene un pene, lo tiene adentro y le da placer, Fernanda esta convencida que Camila tiene un pene, la está desvirgando y está feliz de saber que le dió su virgo a ella.
Un jadeo con el rostro desencajado marcó el final del viaje, las chicas están unidas, el pene llegó hasta el fondo, Camila se detuvo de forma súbita al saber lo que había pasado, pero el dildo y Fernanda tenían un último as bajó la manga, pero antes de jugar su última mano, las chicas se besaron apasionadamente.
No era un beso experto, pero cualquiera que fuera testigo podría sentir el amor que existe entre las chicas. Las lenguas se enfrentan de forma despiadada, la saliva fluye en ambas direcciones, gemidos ahogados, caricias furtivas, el sistema nervioso preceptor de energía mecánica se satura con tantos estímulos que viajan atraves de la piel.
El calor descontrola el termostato de las chicas que arden como una tarde de verano en el desierto.
Unidas por un pene falso el placer fluye en todas direcciones, no pueden parar de tocarse, el beso está lejos de terminar.
Cuando uno piensa en sexo lo primero que se le viene a la mente es la penetración, muchas personas olvidan que el órgano sexual más grande del cuerpo es la piel.
Las chicas son extremadamente receptivas a las caricias de su contraparte, con el tiempo descubrieron que podían replicar el placer con otras personas, pero lo que sienten cuando están juntas es único y especial.
En eso estaban las pequeñas amantes cuando el cuerpo de Camila se resbaló causando que el dildo empujara el interior de Fernanda.
Un gemido de placer mezclado con sorpresa escapó de su garganta dando el banderazo de salida a la faena preliminar de la noche.
Acostada sobre Fercha, Camila replicó los suaves movimientos de Dan en su primera vez, motivada por la respuesta la chica agregó de su cosecha agregando un movimiento circular.
Fernanda metió la mano entre ambas, sujetó el dildo, presionó algo y de pronto comenzó a vibrar.
Descargas de energía pura recorrían el cuerpo de ambas, las desarmó por completo y por algunos minutos el dildo hizo todo el trabajo.
Abrazadas las chicas no dejaban de besarse, la vibración seguía un patrón y avispada como ella sola Camila lo entendió.
Algunos minutos después de que el dildo arrancara con su trabajo Camila volvió a tomar el control siguiendo el patrón similar a una montaña rusa, cuando la vibración se intensificaba la niña empujaba hacia adentro, cuando cedía salía del interior.
El movimiento de cadera de Camila era como el movimiento de traslación de la tierra, cuando la vibración era menos intensa se alejaba, cuando la vibración volvía empujaba. Por su parte la vibración era el movimiento de rotación, mandando la vibración de un extremo a otro estimulando a las chicas.
Fernanda se aferró a Camila trenzado sus piernas en la cintura, Camila dominó la técnica proporcionando placer en ambas direcciones, unidas como un solo ente de placer las chicas continuaron con su entrega hasta que alcanzaron un fuerte y feliz orgasmo que las golpeó con fuerza desbaratando el ritmo de Camila que se limitó a disfrutar de su clímax abrazada a su amada mientras se besan por todo lados de forma descontrolada.
Bendecidas son las mujeres y su forma de experimentar un orgasmo, la vibración siguió prolongando el placer, arrancando espasmos, las chicas agotadas y entumidas, incapaces de apagar el aparato, seguían gimiendo entre besos hasta que se agotó la batería.
Por suerte para Fernanda, Camila es ligera, su entrenado y firme cuerpo puede con su peso sin problemas, la chica se niega a liberar a su amante a quien aprisiona por la cintura con sus piernas y abraza con fuerza por la espalda.
Camila respira aspirando el aroma de la habitación, huele a sexo y a Fernanda, ese dulce aroma adolescente, un cúmulo de hormonas apestoso para el adulto promedio, pero que resulta exquisito para la pequeña y uno que otro pervertido.
Fernanda y Camila están felices y enamoradas, la virginidad de Fercha fue consumada, pese a no tener un pene, Camila fue quién la tomó, ambas se sienten muy felices por eso.
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