La curiosidad en la antigua Roma
Claudina entra a un sitio de mujeres en la calle acquariana y descubre algo que nunca pensó descubrir.
Roma año 30 dc. Gobernaba El emperador tiberio Julio Cesar, cultura libertina en cuanto a la sexualidad se refiere, esta historia se desarrolla en una calle, la acquariana, una calle donde los sitios de prostitución y de reuniones sexuales eran lo más común y eso debía su fama, una niña, llamada claudina, hija de un soldado romano viudo que estaba en el frente y había quedado al cuidado de su tía, una mujer descuidada que se la pasaba en los juegos de gladiadores, claudina tenía 12 años, una niña muy linda, cabello negro, piel blanca, llevaba una túnica blanca con líneas doradas muy bella, andaba sola por la ciudad y había escuchado de la calle acquariana y decidió ir a averiguar por curiosidad, cuando llego a la calle era de noche y estaba muy lejos de la casa así que siguio caminando, hasta que vio una posada donde había una reunión de señoras, a claudina le pareció extraño y se escabullo y entró, lo que no sabía es que ahí era un burdel solo para mujeres, una de ellas, la signora, una mujer de 35 años, encargada y dueña del sitio se percató de la presencia de la niña y vio en ella su oportunidad de negocio, habló con ella y la convenció de dejarla quedar pero que debía hacer lo que ella dijera, a lo que la niña no tuvo remedio que aceptar. En la reunión, las otras señoras, clientas del burdel, eran esposas de patricios, soldados, en fin la clase alta romana y utilizaban estos sitios mientras sus maridos estaban en sus asuntos para dar rienda suelta a sus fantasías, dos de ellas, anastasia y minerva, de 36 y 34 años respectivamente, y que tenían un deseo sexual salvaje por las niñas, querían una, la signora pasaba por un problema debido a la escasez de niñas normal en el sector.
-sólo tengo una niña. – oferto la signora. – O la ponemos en subasta entre ustedes o la comparten entre las dos pero eso sí vale 16 monedas de oro.
-Aceptamos compartir. Contestaron las señoras al unísono.
Anastasia era una mujer de 36 años, esposa de un senador Patricio, uno de los más influyentes en Roma, mujer pelirroja, piel blanca, senos medianos, vestía una túnica roja brillante que resaltaba con su cabello y tenía un gran trasero, por su parte Minerva, de 34 era la esposa de un comandante de legiones que estaba de conquista en las tierras galias, así que estaba mucho tiempo sola, era una mujer de cabello negro, alta piel blanca, senos grandes y vestía una túnica dorada, tenía un trasero genial. Llevaron a claudina a la habitación, cerraron con pasador y anastasia ordenó:-Quitate la túnica. A lo que la niña accedió y apenas mostró su cuerpito desnudo, con unos senos que apenas empezaban a salir y una vaginita rosadita y estrecha, despertó el morbo de las dos mujeres quienes se abalanzaron sobre ella para hacerla de cada una, anastasia le besaba el cuello y los senos, mientras minerva le besaba el ombligo y empezaba a chupar la vagina, anastasia bajaba y a mansalva le metió un dedo en el ano a claudina, al principio le dolió y se quería separar, pero minerva le agarro el cabello y la mantuvo dominada mientras anastasia le hacía vaivén con el dedo en el ano, minerva con la otra mano empezo a meterle un dedo en su vagina, a lo que la niña también pego un grito que casi llora, cuando se acostumbro a un dedo en el ano y otro en la vagina, las señoras empezaron a masturbarla, claudina dejó de gritar de dolor para empezar a gemir por el placer que estaba sintiendo, hasta que sintió un orgasmo, luego las mujeres se quitaron sus túnicas quedando totalmente desnudas, ellas se sentaron y en la mitad colocaron a la niña y la obligaron a chupar los senos de cada una, la niña empezó con los de minerva, ya que eran los más grandes, los chupaba y sentía una sensación extraña que le agradaba, luego chupo los de anastasia, después se pusieron de pie las dos mujeres, hicieron arrodillar a la niña: – Empieza a chupar nuestros pies. – Ordeno minerva. Claudina se agachó y empezó besando los pies de anastasia y después a los de minerva, luego con minerva fue subiendo lamiendo hasta que estuvo con su cara frente a la vagina con bastante vello de minerva, tenía un olor agriado ya que hacía días que no se había lavado, claudina no quería acercarse de la repulsión que tenía pero minerva le cogio la cabeza y a la fuerza la fue metiendo en su vagina, la niña empezó a sacar la lengua y al principio no se sentía bien con el sabor de la vagina pero se fue acostumbrando y empezó a lamer primero y después chupar la vagina peluda de minerva, ella sentía esa boquita y la miraba hacia abajo y gemia de la excitacion, luego se contorsionaba metiendo más la cabeza de la niña en su vagina y se movía tan rápido y tan fuerte que se vino en un orgasmo, líquido blancuzco mezclado con sudor salía de la vagina de minerva y se lo tomaba claudina, luego la retiró y quedó con la cara manchada de corrida de minerva, anastasia ordeno:-Ahora debes chuparme el ano, a lo que la niña empezó a meter la lengua, totalmente incomoda por el sabor que tenía pero le tocaba hacerlo así que fue lamiendo el ano de anastasia, peludo y sudado, así que la niña lamia y eso excito a anastasia quien se empezaba a mover, luego paró, hizo acostar boca arriba a claudina, después anastasia se subió y puso su vagina peluda roja y sudada encima de la cara de la niña, que empezó a lamer y le gustaba más, anastasia enloquecia gimiendo, minerva mientras tanto cruzó sus piernas con la niña y hacen tijeras, anastasia se sigue contoneando y acelera a un ritmo tal que en un momento se le vino también en la cara blanco que sí unto cara y cuerpo ya que anastasia no tenía sexo. Después de terminar dejaron a la niña untada de corridas y las señoras se fueron. Al otro día claudina se limpio, fue a la casa y se prometió no pasar por la calle acquariana.
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