La extraña vida de Laura Reviere IV
Laura disfruta de los juegos con Paulina pese a la gran confusión que crece en su interior..
¿Amigas, novias o hermanas?
Pau y yo no volvimos a hacerlo en un tiempo. Luego de aquella experiencia fue como si hubiéramos tomado distancia, tiempo para aclarar nuestras ideas. Por un lado, no es que quisiera que fuéramos algo más, sería demasiado raro, más de lo que ya era aquella situación pero por el otro tampoco estaba tan segura si Pau pensaba igual. Tenía miedo de preguntar.
El lunes me levanté a mi clase de inglés a las 8. Pau ya estaba trabajando en medio de una reunión en su computadora. Llevaba una blusa rosa y un pants gris aguado, se había puesto sus lentes y se veía linda con ellos. Me pescó mirándola desde el sillón. Pau sonrió y me guiñó un ojo. No pude tomar la clase en paz, estuve mirando a Pau todo el tiempo. ¿Tensa? Quizás un poco, no quería seguir sintiendo esa apresante sensación así que decidí ir a molestarla un rato. Dejé la clase corriendo y fui hasta su silla y cubrí sus ojos con mis manos.
-¿Qué haces Lau? -dijo Pau entre risas
-Estoy aburrida -dije presionado mi nariz en su cabello.
-Estoy trabajando mujer, si no lo hago, no comemos.
Me senté en las piernas de Pau, estorbando su vista de la pantalla.
-¿Qué haces, Laura? Déjame ver jejeje -podía sentir las manos de mi hermana recorriendo un poco mis caderas, con curiosidad. Podía sentir sus pechos picandome la espalda.
-Tienes demasiadas bubis -le dije entre risas-, es difícil sentarse aquí -me acomode casi entre sus piernas.
-A mí me gustan más las tuyas -Pau puso sus manos en el teclado con un poco de esfuerzo.
-Ay ajá, ¿No que entre más grandes mejor?
-Son pesadas, hacen que la espalda me duela, no me dejan correr bien y tengo muchos problemas para encontrar brasieres de mi talla ¿Dónde está el beneficio? -Pau medio me amasó un pecho- las tuyas están mejor equilibradas aunque sean más pequeñas.
-Puede que tengas algo de razón -aparte las manos de Pau de mi.
-¿A ti te gustan las mujeres de pechos enormes? -pregunto Pau entré risas.
-A mi no me gustan las mujeres Paulina y si me gustarán -me giré incomoda mente a ver a mi hermana- supongo que elegirá algo intermedio entre una vaca y una tabla.
Las dos nos echamos a reír fuertemente. Nuestras risas nos pusieron más cómodas la una con la otra, tanto que yo dejé que Pau me acariciara los muslos y ella dejo que restregara mi espalda contra sus pezones los cuales se habían puesto extrañamente duros.
-¿Ya no tienes clases?
Negué con la cabeza.
-¿Y tú trabajo?
-Bueno como no puedo quitarte de encima de mí supongo que ya no haré nada hoy -Pau me abrazó por el abdomen- oye Lau ¿Quieres darte un baño?
-¿Un baño? ¿A esta hora? -arquee un poco las cejas- bueno no me bañé ayer.
-Podemos usar la tina, si quieres.
-¿Juntas? -pregunte tímidamente. Nos quedamos en silencio unos instantes, quizás barajando muestras opciones. No quería levantarme, la compañía de mi hermana se había vuelto más cómoda en los últimos días pero al parecer aún teníamos algunos problemas de vergüenza.
-Solo si tú quieres -dijo finalmente.
-No estaría mal -mi voz tembló un poco-, hace mucho que no usamos la tina, se podría cuartear si no le pones agua de vez en cuando.
-Iré a preparar el agua.
Me puse de pie y Pau se fue descalza al baño. Escuché el agua corriendo en la tina y me quedé sentada en la silla de Pau, mirando a mis pies cubiertos por mis medias. ¿Que haces Laura, qué estás haciendo? Se supone que no… Maldición. Creí que sería más sencillo…
-El agua estará en unos minutos ¿Querés meterme primero?
-Ah no, mejor entra primero Pau, yo tengo algunas cosas que hacer y así ¿Te llevo la toalla?
Pau solo asintió con una sonrisa y se fue directamente al baño.
Vamos Laura, solo cálmate, es un baño es tu hermana, pensé mientras iba a mi cuarto a desvestirme ¿Lo hicieron no? Cruzamos la línea entonces… ¿Por qué me siento tan nerviosa? ¿Que es este cosquilleo que me da cuando…? Me llevo algo de tiempo sacarme la ropa, me enredé una toalla y me fui al baño sin hacer apenas ruido. El interior del baño estaba completamente lleno de vapor, la mampara de acrílico de la tina estaba toda cubierta de vapor. Parece que exageró con el agua caliente…, pensé. El aire llevan auna suave fragancia de canela.
Me quite la toalla y deslice la puerta de la tina muy despacio. Mi hermana estaba metida en el agua caliente hasta el pecho con el cabello recogido en una cola de caballo y los brazos en los bordes de la tina. Tenía una expresión pacífica, casi parecía dormir. Me recogí el cabello con una liga y metí cuidadosamente ambos pies al agua. Nuestro peso sacó parte del líquido por el borde de la tina cuando me senté completamente y estiré un poco las piernas.
Pau abrió los ojos cuando sintió el agua golpearle el cuello. Acomode las piernas lo mejor que pude más no pude evitar quedar enredada con mi hermana.
-¿Está muy caliente? -pregunto Pau.
-No, está bien supongo- mis piernas empujaron a Pau un poco hacia atrás-, quizás solo la tina es un poco pequeña.
-Si te acomodas mejor, cabemos perfectamente -Pau estiró los brazos hacia mi- ¿Por qué no vienes aquí? Así nuestros pies mirarán hacia el mismo lado y no estaremos pateando a nadie. Me moví torpemente en el agua hasta que pude sentarme entre las piernas de Pau, sentí sus pezones rozarme la espalda y sus brazos rodearme por el vientre.
-¿Ves? Es perfecta para las dos -Pau metió su nariz en mi cabello- tu cabello huele bien, no necesitas bañarte al parecer.
-Claro que si -dije lnzandole un poco de agua a la cara. La suave piel de Pau me puso un poco nerviosa pero el agua tibia y el abrazo terminaron por relajarme completamente-, creo que deberíamos ponernos el jabón antes de que se enfríe el…
-Besame Lau -mi hermana acercó sus labios a los míos con delicadeza-, solo hazlo, por favor.
-¿En serio quieres un beso? -acaricie su mejilla con ternura y acepte sus labios, primero con timidez, quería volver a tomarle sabor a su piel y luego a su saliva. Dejé que Pau deslizara su lengua dentro de mi boca, que me robará el aliento y se bebiera mi saliva. El agua de repente nos pareció más caliente de lo normal.
-Quiero que me comas -Pau salió del agua y se sentó en el borde de la tina-, ven Lau, aquí tienes, es solo para ti- Pau estaba cachonda, abrió su vagina con sus dedos dejándome ver el rosa de su flor y algunos pocos bellos oscuros. Se veía suave y de textura carnosa y no podía dejar de mirarla.
-¿No quieres? -Pau saco un poco la cadera, ofreciéndo su vagina a mi boca- ¿Te supo rico la otra vez no?
Solo acercarme me dió otra probada del olor de mi hermana, su sexo húmedo, mojado a canela y agridulce de sus jugos. Hundí mi lengua profundo en su vagina, justo al centro e hice un remolino en su interior. Pau resopló y se aferró a mi cabello con fuerza. Los jugos de mi hermana mancharon mis mejillas, tenía sed de esa hermosa y sensual fuente. Bebí, lamí y chupe todo lo que pude alcanzar.
-Más rápido, rápido Lau, hazme venir -Pau perdió el control de su boca, gemía y casi gritó cuando mis dedos pellizcaron su clítoris. Pau se apretó un pezón con fuerza y movía sus caderas contra mi boca. Lamí sus labios y metí un dedo en su vagina que estaba increíblemente resbalosa y caliente, sentía que mis dedos se derretirían.
-!Laura, bébetelo todo¡ -Pau se vino son avisarme, su cuerpo se contrajo con fuerza y pego mi cara a su vagina con violencia. Un líquido más espeso y dulce salió y me cayó en la lengua que aún estaba insertada en mi caliente hermana mayor. Pau lanzó un gemido y se resbaló del filo de la tina, la atrapé muy a duras penas. Abracé a Pau durante unos minutos, use mi lengua para comerme todo lo que pude de sus jugos y lo demás me lo limpie en el agua de la tina.
-¿Estás bien?
-Si -dijo Pau con poca fuerza-, solo debo descansar un poco, la chupas muy bien hermanita ¿Quien te enseñó?
-Callate no digas eso -empuje un poco a Pau hacia el otro lado de la tina.
-Perdona -Pau enjuagó su entrepierna y volvió a su relajada posición en la tina- ¿Tú también quieres uno?
-No me… llama mucho la atención el oral -respire profundo- lo hago por qué parece gustarte, eso es todo.
-¿Entonces que te gusta? -Pau me acarició una pierna con sus pies- ¿Te gusta lamer pies o algo así?
-Que puerca eres -la aventé agua a los ojos a Pau y está se cubrió con el brazo- tengo gustos normales.
-¿Cómo las chicas y el incesto?
-Que pendeja eres a veces Paulina -me alaje completamente de ella-, sabes me cuesta mucho trabajo estar… solo déjame tranquila.
-No te pongas así Laurita, mejor dime ¿Qué es lo que te gusta? -Pau comenzó a ponerme agua tibia en los hombros, no te gusta que te la chupen entonces ¿Qué será…?
-Bueno creo que cuando usas los dedos es cuánto más… me gusta, supongo -dije con un poco de timidez.
-Ah ya veo te gusta el fingering.
-¿El que? -nunca en la vida había escuchado esa palabra. Pau se rió un poco de mi y me puso agua en la cabeza.
-Osea que te gusta que te metan los dedos -Pau me hizo cosquillas en un costado
-Si, un poco.
-¿Has usado dildos alguna vez?
-Creo que no… jamás me ha llamado la atención ¿Tu si?
-Si, es divertido ¿Te has metido cosas?
-Pues solo una vez, una única vez -sentía la cara roja de la Novergüenza-, un cepillo.
-Mira nada más, la callada y lista Laura Reviere es toda una pervertida -Pau me enjabono el cabello y me enjuagó rápidamente- ¿Te gustaría usar un dildo? Tengo uno que te puedo prestar.
-Pero es tuyo, no quisiera que…
-Vamos no es la gran cosa, puedes usarlo con confianza, solo limpiarlo después -Pau dejo salir una suave risilla mientras se ponía shampoo en el cabello.
-Pau ¿Quisieras usarlo conmigo?
Pau se quedó paralizada, quizás no esperaba algo así y muchos menos viniendo de mi-, me da curiosidad y no quiero hacerlo sola.
-Claro que si mi amor -Pau se estiró y me plantó un tierno beso en los labios-, búscame en mi cuarto cuando vayamos a dormír, te vas a divertir. Pau terminó de bañarse y salió con la toalla alrededor del cuerpo-, no vayas a quedarte dormida allí dentro -Pau despareció del baño entre risas.
Me quedé muy confundida durante el resto del día, al final de todo eso, había logrado que nuevamente Pau me hablara con cariño, que encendiera con sus palabras esa pequeña chispa que se había iniciado en nuestro primer encuentro. De una u otra forma, considere la posibilidad de estar enamorada de mi hermana mayor, de sus formas y gustos. Me quedé en el agua hasta que se puso insoportablemente fría y me fui directamente a mi habitación. Tenía mucho que pensar antes de esa noche.
Fin de la parte IV
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