La prófuga 2
El relato de lo que sucedió en el escondite de Alexandra con Luciana .
– Auxilio Auxilio me llevan me llevan! . – Grita Luciana al vacío mientras una persona encapuchada la sube a una camioneta de vidrios polarizados, le vendan los ojos para que no reconozca a nadie, mientras tanto por intercomunicador un hombre del grupo que la llevan habla. – La tenemos.
Esa camioneta llega a una casa en un campo a las afueras de la ciudad, donde nadie va, solitario con monte en todos lados, a Luciana la llevan hasta una oficina y le quitan la venda, lo que ve la sorprende.
– Déjanos solas. – Ordenó la señora.
Era la matrona, a quien días atrás había visto muy íntimamente.
– Hola, niña, te debes acordar de mí, te había advertido que nos íbamos a volver a ver, no es así?
– Si, señora, ehh creo que sí. – Respondió Luciana con nervios.
– Este es mi digamos, escondite, solo mi gente y yo sabemos cómo llegar acá, y tú en estos momentos estás bajo mi control, puedes decidir irte y aventurar para poder llegar a tu casa o te quedas conmigo a pasar el rato y después te llevo de vuelta…
Luciana, estaba con miedo Pero también con curiosidad de saber más de esa mujer, quien se mostraba más interesada que su propia madre, atinó a decir – me quedo.-
– Así me gusta! Ahora te voy a poner esta silla acá al lado mío, vamos a ver mis cámaras a ver qué está pasando en las habitaciones.
Luciana abría sus ojitos como si le fueran a echar gotas viendo al igual que la matrona, toda la actividad que estaba siendo grabada en cámaras y lo que veía era increíble, en una de las cámaras, por ejemplo se veía a una señora adinerada abusando de un niño, en otra un señor importante sometiendo a una niña, pero hubo algo que más le llamó la atención, en una de las cámaras, se veía una mujer, de cuerpo atlético, negra, sentada en la cama con sus piernas abiertas y una niña, más o menos de la edad de Luciana, blanquita, arrodillada y su cara metida entre las piernas de la mujer, estaba lamiendo su vagina, la mujer movía su pelvis, blanqueaba los ojos y en un momento agarraba la cabeza de la niña con sus manos y más la pegaba a su vagina, el sometimiento era total, Luciana la veía con mucha curiosidad, luego, cuando se dió vuelta, estaba la matrona ya desnuda, pasándose un dedo por su vagina, la niña parecía que iba a repetir su experiencia, así que, para no despertar la agresividad de la mujer, también se desnudó, la matrona la cargó en brazos hasta un sofá que tenía su oficina, la acostó y comenzó a besarla, la niña se dejó llevar, mientras la mujer en su locura, besaba sus labios, luego su cuello, después a sus tetillas a las que una a una, la mujer las comenzó a morder, Luciana comenzaba a hacer un breve quejido y a respirar pesado: – ayy señora, ayy ahh.
– Llámame Alexandra uhhmm lup lup.
La matrona seguía pasando su lengua por la cintura y el vientre de la niña, haciendo que ella respirara más pesado, luego abriendo sus piernitas seguía pasando sus labios hasta llegar a su vagina, la cual comenzó a chupar.
– uhhmm tan rica como la última vez, uhhmm slurp slurp.
– ahh ahh ayy ayy ahh me gusta me gusta.
La niña gemía de excitación al ser nuevamente poseída por una criminal, que en su mente ya se formó la idea de que estaba más pendiente de ella que su propia madre, no tenía en cuenta la magnitud de ello. Alexandra seguía chupando hasta que metió nuevamente un dedo en su vagina, fue de lleno y, aunque la niña gimió de dolor, rápidamente se adaptó y comenzó a gemir de placer, otra vez el dedo rápido y violento del dedo de la matrona, atacaba inmisericorde a la vagina de la niña Luciana, con la diferencia de que esta vez, la niña iba a sentir placer a cambio de dolor.
– Ahh ahh auuhhmmmmmm ahh ahh me gusta Alexandra me gusta.
– Como te volviste de perra! Te gusta que te culie con mi dedo, que zorra por eso te voy a dar más duro.
– Ahh ahh ahh si si si ahh ahh.
La dedeada de la matrona cada vez era más rápida y fuerte, ya no tenía pudor ni recelo de nada, la niña ya gemía y movía su pelvis hasta tal punto que se contrajo y en un par de temblores llegó a su orgasmo, la niña sudaba, blanqueaba sus ojos, le temblaban las piernas mientras tenía todavía ese dedo dentro de su vagina, luego la matrona, sacó su dedo de una y rápido, sonando la vagina de Luciana como si se descorchara una botella de champaña.
La niña bajaba la velocidad de respiración, se estaba recuperando de su orgasmo, la matrona posee nuevamente a besarla, pasa su dedo untado de corrida de Luciana tanto por su boca como por la boca de la niña, la niña correspondía el beso de la matrona, luego ella, se subió un poquito dejándole sus tetas a la altura de la boca de Luciana quien, en su instinto no dudó en comenzar a chuparlas, la matrona comenzaba a respirar pesado y a gemir:
– Ahh niña puta, como le gustan mis tetas, ahh eres tan zorra y boca sucia ahh ahhh.
Luego Alexandra hizo arrodillar a la niña, y, poniéndole su culo en la cara, la niña comenzó a lamer sus nalgas, luego, la mujer con sus manos abrió sus nalgas, dejando su hoyo anal al alcance de la niña quien, ya sin dudarlo comenzó a lamer, realmente le gustaba, la niña agarraba sus muslos para no dejar que ese culo se le fuera.
– Ahh ahh si ve lo sabía, tu ibas a ser una chupa culos profesional, que perra eres ahh ahh, prrrrr.
Sonó un pedo, la matrona sin querer se había pedorreado en la cara de la niña quien, a pesar del olor, siguió chupando el ano de la mujer con gran gusto, pareciera que no quisiera nada más en el mundo. Después de un rato, Alexandra hacía acostar nuevamente a Luciana en el sofá, la matrona colocándose de rodillas y pasando hacia arriba, colocaba su velluda vagina sobre la cara de la niña, asegurando la pose de la reina, luego, la niña comenzó a pasar su lengua por esa selva vaginal, la matrona seguía respirando pesado, gimiendo y moviendo su pelvis.
– ahh ahh ahh si puta si chupame la chocha que eso es lo que más le gusta si como le quedó gustando mis jugos vaginales, te los voy a dar ahh ahh.
La pelvis de Alexandra se movía cada vez más rápido mientras la boca de Luciana chupaba y succionaba su vagina, cada vez era más rápido.
– Ahh ahh ah ah me vengo me vengo ah ah uh uhhhmmm aaaaaaaaahhhhh.
Alexandra tuvo su orgasmo, copioso por cierto, se veía regarse por la comisura de los labios de Luciana, quien se estaba tomando todos los jugos de la matrona, la mujer, miraba hacia abajo contemplando una obra máxima de su humillación a una niña, haciendo que ella se tome todos los jugos vaginales de una mujer adulta.
Luego, Alexandra se acostó al lado de Luciana, la comenzó a acariciar, a consentir con cariño, un cariño que Luciana nunca recibía de su madre, por eso, la niña correspondió el abrazo, y se quedó dormida.
Luego de alistarla, la matrona ordenó llevar a la niña pero dejarla cerca a su casa.
Con el paso de los días, la niña sentía una especie de dependencia a la matrona, y ese era una de sus dificultades, ya que Luciana sufría bullying de parte de una de sus compañeras, Alexandra se enteró, y en su mente retorcida no iba a dejar pasar por alto ese tema, así que en la próxima historia, si lo permiten narrare lo que pasó con la bully de Luciana y la medida que tomó la matrona…..
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