LA RUSA ME PROVOCO MI PRIMER SQIRT
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por mimadaa.
Hacía apenas un par de días que había llegado a India, estaba padeciendo fuertemente del dichoso “jet lag” la famosa descompensación que te da al viajar a través de diferentes zonas horarias, pues teníamos ni más ni menos que 13 horas de diferencia con México.
De verdad me sentía mal, así también mi amiga y socia con quien viaje, ella decidió quedarse a dormir en la casa de huéspedes del ashram en que nos internamos en Pune, en realidad ni decidió, ni siquiera pudo recobrar el sentido, estaba sumergida en un sueño profundo, mientras yo bastante aletargada salí de la habitación.
Nos hospedábamos en el tercer piso, así que, aunque normalmente me gusta hacerlo, esta vez no pretendía bajar así las escaleras.
Tarde en encontrar el elevador entre los laberintos pasillos, por fin apareció frente a mí y mejor aún, abriéndose.
Recuerdo que 4 tipos con túnica larga y una chica estaban adentro, yo titubee porque veía el espacio lleno, hasta que uno de ellos, el más alto y debo decir con un cuerpo atlético maravilloso y unos ojos azules para perderse en ellos, me dijo – “Come on cute” – obviamente no pude más que subir ante aquel ánimo.
El elevador tardaba un poco en cerrar y mientras yo pretendía tomar un sitio, pero era tan pequeño que donde me pusiera, un hombre me quedaba atrás.
Ellos comenzaron a reírse de forma descarada, la chica, Irina supe que se llamaba porque así le gritaron cuando todos avanzaban y ella caminaba lentamente volteándome ver.
Vapul el recepcionista de la casa de huéspedes me preguntaba en inglés si los rusos me habían incomodado, le dije que no, que todo bien.
Pero bueno, por lo menos ya supe que son rusos.
Entré a la meditación nocturna, en los aposentos del maestro, pero siendo honesta el sueño estaba acabando conmigo y con muchísima pena me levante y salí, comencé a caminar por los pasillos, era tan grande el lugar que me perdí, de hecho la meditación terminó 5 minutos después lo supe porque vi pasar algunos compañeros.
Mejor aún, seguí mi camino entre los árboles para poder por finir a tirarme a mi habitación.
– No puede ser – dije mientras vi abrirse en elevador –que suerte la mía – otra vez los rusos subiendo a su habitación, pero tenían oprimido el piso tres el mismo al que yo iba y según lo que había visto, ellos venían de algún piso más arriba.
Otra vez las sonrisas burlonas y hasta un tanto enfermizas se dibujaron en sus caras, hasta en la de ella, éramos tantos que como he dicho antes, para donde me acomodara uno me quedaba de espaldas, esta vez fue Alek, el más alto, el atlético, el líder natural de ese grupito.
Por fin llegamos al piso tres, yo avancé hacia mi habitación y los vi venir de forma muy normal caminando detrás de mí, sin ninguna prisa, yo avancé y abrí la habitación y de pronto los vi parados de nuevo detrás, pensé quizás que me estaba equivocando, riéndose como estúpidos lujuriosos pero eso era muy común en aquel ashram, se dice que por el trabajo que se hace siempre andas excitado.
Finalmente me caía de sueño y al meter la tarjeta electrónica el verde apareció y la puerta se abrió, en ese breve instante los vi abalanzarse sobre mí y todo tipo de imágenes pasaron por mi mente, pero no pude reaccionar.
El tal Alek, así decía su gaffette, me sujeto de espaldas y me tapó la boca.
Mientras todos se reían en el pasillo, incluyendo a ella, Irina.
Tenía la esperanza de que mi amiga pudiese gritar pero cuando voltée a ver hacía las camas la suya estaba vacía, yo pataleaba verdaderamente aterrada, desesperada, no sabía que hacer y entre más atemorizada me veían, más disfrutaban y se excitaban.
Pensé en todas las porquerías que querrían hacerme, en como me lastimarían, en que quizás después de ser violada por esos cuatros tipos tendría que ser llevada a un hospital y todo lo que soñé hacer en aquel lugar, mi viaje, todo sería una tragedia.
En medio de las risas y miradas de loco que tenían, los cuatro comenzaron a arrancarme literal la ropa, me decía – Buena perra – en inglés y se carcajeaban, de pronto me vi totalmente desnuda y al voltear alrededor, los tres pinches rusos ya se la habían sacado y se la estiraban como locos, como si jamás hubieran visto a una mujer, empecé a sentir el bulto detrás mío del dichoso Alek, debía medir por lo menos 1.95, era enorme y su verga ni se diga, sentía un paquete enorme, estaba horrorizada, de verdad sentía que me destrozarían, pero debo decir que aún con todo eso mi cuerpo reaccionaba a aquella vergota que se me embarraba en la espalda, sí, debo decir que estaba muy muy mojada.
El tipo me tiró en la cama y me dijo también en inglés – Cállate puta, sólo te estamos dando la divertida, tú sabías bien a dónde venías.
Sólo nos vamos a divertir un rato – y se carcajeo en mi oído, se sentó al costado izquierdo de la cama por si yo pretendía hacer cualquier cosa para pedir auxilio inmediatamente amagarme.
De pronto vi acercarse a los otros tres y sabía que estaba perdida, que probablemente hasta moriría desangrada, pero sólo se acercaron, mientras el Alek ese se sacó su enorme pito, blanco casi transparente, pero grueso nunca vi uno tan ancho, tan brutal, lo tenía tan grande que yo de verdad no podía creerlo, incluso no podía quitarle la vista de encima.
Pero sentí una mano sujetándome el brazo derecho y pensé – ya comenzaron- pero en realidad el toque que sentí fue muy ligero, hasta sensual y al voltear vi a Irina, totalmente desnuda.
Literalmente una Diosa de tez blanca, enormes ojos verdes profundos y con larguísimas pestañas, boca grande carnosa y roja, cabello café marrón muy largo, era una tipa espectacular.
Sus tetas enormes y bien firmes, cintura pequeña y totalmente depilada, así que se le veía todo.
Subió una pierna a la cama y la abrió frente a mi enseñándome su panocha escurriendo, voltee a verla a la cara y estaba atacada de risa y muy excitada, es más desesperada.
Sin esperar más se acostó a un lado mío, se puso de costado y se metió tota mi chiche en la boca y la mamo como toda una experta, me la succionaba de una manera que estaba revolcándome en la cama de dolor, pero de un dolor rico, morboso y así se pasó a la otra.
La sensación de esos labios enormes era exquisita, yo estaba toda contrariada, lo estaba disfrutando, sí como una pinche puta que no puede negar la cruz de su parroquia.
Estaba tan desesperada que sin ningún preámbulo me abrió las piernas y le lanzó una mirada a Alek quien a su vez vio a otro de sus estúpidos amigos quien se acercó de inmediato y cada uno abrieron una de mis piernas casi a reventar, me estaba rompiendo de en medio, era fuerte el dolor, pero cuando sentí esos enormes labios metiéndose en mi panocha y salir escurriendo batidos de mis jugos no pude más, simplemente me deje y sentí.
La perra esa era una experta, me mamó como si bestia hambrienta, me metía la lengua, me succionaba el clítoris y luego comenzó a lamerme en círculos mientras me metía tres dedos al mismo tiempo.
Que sensación tan exquisita, jamás había sentido nada igual, tan delicado, puerco, pervertido, fuerte y delicado a la vez.
Me mamo todo los líquidos que tenía, se embarró la cara, el cabello y los pechos con mis jugos, se reía como una demente, parecía loca, tenía una cara de desquiciada que me daba más morbo y me escurría más, yo no sabía que me pasaba, sentía que las entrañas se me iban a salir del placer que me estaba provocando.
Metía y sacaba los dedos salvajemente, me estaba cogiendo como si fuera yo una inche puta que recogió en la calle y que no se sacia con nada y me seguía mamando cada vez más fuerte y rápido
.
Voltée en medio de esa locura a ver a los cuatro pendejos esos, que se estaban jalando sus pitotes bien rico, mientras la cabrona loca me sacaba hasta los ovarios con esa boca de mamadora que tenía, de pronto vi como uno de ellos no pudo más y embarró toda la orilla de la cama con su leche, pero inmediatamente se incorporó después y se puso a dedearle la panocha a Irina, más que dedearle parecía que la estaba lijando con toda la palma de la mano y ella gemía como la gata caliente que era, así le gustaba que la trataran y con todo y eso nunca dejó de mamarme mientras los otros seguían jalándosela, incluso el que la estaba tocando volvió a jalarse con la otra mano de tan caliente que se puso de ver.
De pronto sentí una succión que me llegó hasta el cerebro y no pude más revolcándome como marrana en el lodo, atascada de jugos y del semen que había dejado el ruso en la cama, explote, parecía epiléptica con los enormes espasmos que me vinieron y la gran sorpresa fue que por primera vez mi panocha parecía manguera, nunca lo vi ni lo sentí antes, me salían chorros y la perra de Irina se batía en ellos con esa risa de loca, mientras venían los espasmos demenciales que me provocó, veía imágenes borrosas de los rusos vaciando su leche en todo el piso y la cama.
Lo loco fue que sin ningún tipo de miramiento la vieja pervertida esta se levantó y salió corriendo así encuerada como andaba, los perros estos recogieron las túnicas y salieron apresurados también, el Alek antes de salir me dio una cachetada muy fuerte y se atacó de risa, me pasó la mano por la panocha que aún me palpitaba y se fue riéndose como demente.
Yo estaba totalmente desorientada y hasta mareada entre el sueño y el orgasmo descomunal que acababa de tener y sólo atiné a irme al baño a limpiarme, porque estaba echa una porquería atascada de todo tipo de líquidos y al llegar a la regadera, vi a mi amiga ahí dormida en la tina, simplemente la dejaron ahí y cerraron la puerta, seguramente su bienvenida se la darán después.
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