La terraza del hotel parisino
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Espineta.
La terraza del hotel parisino.
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Como hacía muy buen tiempo estaba en mí terraza, tumbada desnuda.
Allí tomando el sol, se asoma a mi terraza otra mujer y me saluda en francés.
Yo le contesto en el poco francés que se pero ella enseguida me indica que sabe hablar español, ya que ella viene mucho a España a pasar los veranos en la costa brava con su marido.
Me parece estupendo y veo que tambien está tomando el sol desnuda en su terraza.
Me indica que es muy saludable tomar el sol en pelotas ya que le dá un buen aporte de vitaminas y que va muy bien para que su cuerpo conserve el moreno que coje en la costa en sus vacaciones.
Tambien me dijo que tenía un cuerpo muy bien cuidado y dorado por el sol.
Así con frases intranscendentes pasamos varios dias.
Hasta que Carola, que así se llama, me invita a tomar una copa en su habitación y tumbarnos juntas en su terraza a tomar el sol.
Yo acepté la invitación y me fuí a su aposento.
Allí en su terraza, tumbada en la tumbona indolentemente y, tomando un refresco de naranja con algo de wisky, ella me susurra al oido si me apetece que me de crema solar por el cuerpo y después se la extenderé yo por el suyo.
Comienza a extender la crema suave y escurridiza por los hombros, después por la espalda, en el culo, los muslos y la pantorrillas.
Una vez terminado me doy la vuelta y lentamente me embadurna las tetas, despacito, despacito, me frota sucesivamente los pezones, me los aprieta y me los soba y se me van poniendo duros como piedras al tiempo que me los comienza a chupar con sus labios carnosos mientras me mira sonriendo.
Me ofrece su boca sensual y sin ningun pudor nos besamos durante un rato apasionadamente.
Carol tenia cara de lujuria de vicio y a mí puso cachondísima.
Mientras le magreo su lindo culito.
La lamo de abajo arriba y al llegar a sus pezones me los meto en la boca y los chupo con placer mientras ella con sus dedos juega con mi rajita que ya va estando totalmente húmeda.
Ella lo nota y en ese momento bajando su cabeza.
Abriendome bien los labios mayores introduce su larga lengua en mí sexo, sus movimientos y lametones me arrancan gemidos de placer, me enloquecen y me calientan como nunca he sentido.
Mi excitación llega al máximo y tengo un orgasmo maravilloso.
Despues ella, bien abierta de piernas, me pone su caliente chocho en la boca pidiendo con ojos de golfa que le coma su bien depilado coño, se lo lamo con placer y dulzura, se lo lamo sin parar saboreando sus calientes jugos y mi lengua penetrándole en la vagina buscando el abultado clítoris.
Carola se estremece de placer y me pide que siga, que siga, que no pare.
Se lo lamo de abajo hacia arriba y con la ayuda de los dedos se lo abro bien para que sienta toda mí boca dentro mientras con mis manos la aprieto hacia mí para profundizar mas aun.
Al momento, entre gemidos de placer, se corre como nunca lo había hecho.
Despues, las dos abrimos bien las piernas y comenzamos a comernos mutuamente nuestros sexos.
Nuestros gemidos se hacen al unísono y al poco rato tenemos un orgasmo maravilloso.
Ella sigue con su golosa boca chupando y lamiendo mi caliente sexo y me corrí otras dos veces mas.
Después, durante varios dias seguimos disfrutando de nuestros encuentros amoroso mi amiga Carola y yo en ese París maravilloso.
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