La Ventana
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por aslex.
"Eres entera machorra" me dijo mi hermana mientras elevaba su pecho con la mano para que yo pudiera chupárselo más cómodamente. Estábamos acostadas en su cama, "además, hay muchas chicas allá afuera, búscate una linda".
Le dije con las manos que no me gustaba ninguna, solo ella. Sonrió condescendiente; pues mi mano sobre su cintura y comencé a acariciarla por sobre la falda hacia su cadera "eres muy hermosa, podrías conseguirte al chico que quieras" continuó.
Me erguí y la mire a los ojos mientras le decía con lenguaje de las manos que los chicos no tienen pechos, ni vagina y después pues mis manos en su rostro y se lo acaricié con la mayor ternura posible mientras le decía con mi expresión que nadie, nadie tenía un rostro tan bello.
Ella entendía mi lenguaje más que cualquier otra persona, a veces solo bastaba un ligero movimiento del músculo más ínfimo de mi cara para que supiera lo que estaba pensando. Su rostro, bajo la caricia d mis manos, se mostró complacido y cerró los ojos para disfrutar "me gusta lo que me haces chica, eres muy tierna, pero no dejo de pensar que somos hermanas y… eso está mal chica"
Le puse el dedo en la boca para que se callara, la besé en los labios y luego su rostro. Ella me correspondió como siempre lo hace, aunque mostrara al principio escrúpulos. Separó los brazos cuando le deslicé el sujetador para dejar al descubierto sus dos pechos. Los miré extasiada un buen rato antes de arremeter.
Luego de un par de minutos un golpe de una piedrilla en el vidrio de la ventana anunció que Joaquín, el novio de mi hermana, estaba llamándole. Ella abrió los ojos y comenzó a acomodarse la blusa, yo me alejé un poco para no estorbarle y para evitar que me mirara fastidiada como siempre que aparece su novio en escena. No me importaba su actitud tornadiza, con tal de que me dejara seguir disfrutando de vez en cuando de su cuerpo. Ella se levantó y se dirigió a la ventana "hola mi amor" le gritó ella y comenzaron un dialogo que indicaba que iba a continuar un buen rato; a ella no le importaba hacer aquello a veces, platicar con las personas desde la distancia aunque todo mundo se enterara de los detalles, quizá lo hacía inconscientemente para dar a entender que si a mí me faltaba la voz, a ella le sobraba por la dos.
Me fui acercando a ella en cuatro patas lo más silenciosamente posible, luego le levanté la falda lentamente y acerqué mi cara a su culo. Ella volteó momentáneamente y me dio un ligero empujón con su pierna. Yo no hice caso, seguí aspirando entre sus nalgas y luego comencé a bajarle las bragas sin despegar mi cara de su cuerpo. Ella se resistía aunque evitaba moverse demasiado para que su novio no lo notara. Las bragas cayeron al piso y mi lengua se introdujo entre sus nalgas, estaba deliciosa como siempre; le acariciaba desde sus tobillos hacia arriba mientras mi lengua entraba más profundamente hasta alcanzar su culito caliente.
Ya no pudo resistirse, sus caderas se movieron hacia mí para permitirme hurgar con más comodidad y sus piernas se separaron un poco lo que me ayudó a poner mis dedos en su concha. Cuando uno de ellos se introdujo entre sus labios percibí que estaba húmeda lo que me animó a metérselo sin preámbulos. Ella inclinó su cuerpo cuando sintió la invasión, y además separó las piernas un poco más lo que me decidió a dar el siguiente paso: agacharme, girar el cuerpo y meter mi cara entre sus muslos.
Era muy incomodo ya que tenía que echar mi cabeza hacia atrás totalmente, pero era increíblemente delicioso ya que estaba probando la miel de su vagina y lo hacía mientras ella platicaba con su novio y con el agregado de que ella lo estaba disfrutado ya que giraba sus caderas lentamente presionando sobre mi boca.
Me apliqué a darle placer lo mejor que pude moviendo mi lengua en todas direcciones; ya no escuchaba claramente lo que se decían, y temía que la charla se terminara o que ella se fuera por fin con él, por lo tanto le lamí con fuerza y con rapidez: Mi hermana disfrutaba mis lengüetazos, el calor de mi boca y mi saliva chorreante ya que me apretaba por momentos con sus muslos. Yo entendía que ella estaba haciendo un esfuerzo supremo por no delatarse, aunque abrió aún más las piernas lo que ocasionó que me fuera extremadamente difícil alcanzar su coño; la desesperación me hizo contorsionarme para poder acercar mi lengua, para luego que ella, quizá en un acto reflejo o simplemente para molestarme, elevara sus caderas casi al punto que me hacía imposible alcanzarla. De pronto su cuerpo bajó y yo aproveche para rodear sus nalgas con mis brazos y ya no permitirle alejarse.
Me colgué de su cuerpo mientras mi lengua la atacaba desesperadamente, ella bajaba y subía sus caderas y a veces las giraba, ya podía escuchar un poco mejor lo que hablaban y definitivamente mi hermana le daba largas a la charla para lo cual decía absolutamente puras estupideces, lo que desconcertaba un poco a su novio, "no me hagas caso" dijo ella en cierto momento, "es que… me estaba acordando que a lo mejor salimos con papá y mamá, a ver, deja me acuerdo, ah no, hasta mañana, pero como quiera voy a preguntar, pero mamá se está bañando" Despegó su pierna izquierda del piso, la elevó doblándola y luego la usó para aprisionar mi cabeza, luego giro la parte de arriba de su cuerpo hacía dentro de la habitación, ¡mamá! gritó mientras sus caderas me sacudían la cabeza, "¡¿vamos a salir?!" Aprovechó para poner su mano por detrás de mi cabeza y empujarla hacia ella.
Se quedó así por unos segundos, mirando estúpidamente la pared opuesta de la habitación mientras tenía su orgasmo.
Me apretaba con su pierna y con su mano y movía su cadera casi como si estuviera teniendo una especie de espasmo o ataque epiléptico aunque de alguna forma pudo evitar que la parte alta de su cuerpo se moviera demasiado. Me quiso ganar la risa pero me contuve ya que seguía lamiendo y chupando para que su clímax no quedara incompleto.
Momentos después giró de nuevo hacía la ventana, me empujo con su pierna para que me alejara y le dijo su novio: ¿sabes qué? si voy contigo, no quiero ir con mi tía hoy, bajo ya
Yo estaba sentada en el piso, apoyándome en mi mano izquierda y con las piernas dobladas, el pelo enmarañado y relamiéndome las boca, ella me miró torciendo la boca, abriendo los ojos y sonriendo con las más hermosa sonrisa reprobatoria, "cabrona" me dijo mientras se ponía las bragas y se acomodaba la falda, "me hiciste que me chorreara" yo la miraba satisfecha, casi con sorna y los ojos semicerrados, me alacié el cabello y luego le dije con señas: "te gusto, mucho"
No me contestó, aunque sonreía aún, volteó a mirarse al espejo, y cuando ya se iba se agachó frente a mí, me tomó de la barbilla, me dio un beso en la boca y luego dijo "boba, te espero esta noche"
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