Las mujeres Monroy preludio
Un fragmento del previo antes del relato anterior «las mujeres Monroy» y narra el inicio del romance entre Fercha y Camila..
Cómo cada sábado por la mañana la casa de los Barrera es un agetreo entre los hijos de Samantha, ella y Dan, todos trabajan juntos bien coordinados, hasta parece que son una familia y no los hijos de ella que se alistan para irse con su padre a pasar el fin de semana en casa de su padre.
Camila se nota agotada e incómoda, su inmadura vagina de casi 10 años no se alcanzó a recuperar con 8 horas de sueño de la exquisita y monumental cojida de la tarde anterior, además, la niña terca tiene metido el mini plug anal pese a las indicaciones de su madre.
Un desayuno continental cortesía de Dan para los 3 niños y su hermosa esposa, algo de conversación previa antes de la despedida, un poco de bromas, chistes e historias inocentes hasta las 9 am momento en qué el padre de los menores pasó a recogerlos.
Para sorpresa de todos, en el asiento del copiloto venía sentada Fercha, la lesbiana adolescente amante de Camila que se bajó del vehículo a saludar a la familia.
El padre de los niños Monroy no esperaba esto, Fercha no es mala, pero definitivamente no es así de sociable.
La chica saludo de mano cuando se presentó ante los Barrera.
Mucho gusto, soy Fernanda, encantada de conocerlos.
Dijo la chica extendiendo la mano y sonriendo a la pareja.
El placer es nuestro Fernanda, yo soy Samantha y este es mi esposo Dan.
Mucho gusto Fernanda.
Tras estrechar la mano con la pareja la chica rompió la formalidad diciendo «Pueden decirme Fercha».
Los gemelos Monroy se despidieron de su madre con un abrazo y sobando el abdomen de su madre despidiéndose de su futuro hermanastro.
La pareja se quedó sola, bien podían brincar a la acción, pero en lugar de eso se acomodaron en su sillón viendo cualquier cosa en la televisión acurrucados.
En el camino a casa los gemelos conversaban con su padre, en los asientos del fondo la pequeña Camila y Fercha tenían su propia conversación.
Te extrañe ¿A qué quieres jugar hoy?
Preguntó Fercha, la pregunta parecía inocente, una chica adolescente preguntándole a su amiga que aún es una niña sobre la actividad que realizarían esa tarde.
Nadie, ni Samanta o Alexa, la madre de Fercha, se imaginarán que Fercha le está preguntando por la actividad sexual que tendrían ese día y parte de la noche.
Durante toda la semana la chica fue víctima de las ancias de ver a su pequeña amante, ancias que causaban en Fercha un deseo tal que le costaba dormir, cuánto más cerca del estaba el viernes, más fuerte era el deseo.
El lunes un vaso de agua helada fue suficiente, el martes el vaso no bastó por lo que se dió un baño de agua fría para poder calmarse.
El miércoles la temperatura corporal no bajaba, sus dedos tocaban sus juveniles pechos, suaves gemidos amortiguados por el trozo de playera que mordía con fuerza.
Los erectos pezones coronan los firmes pechos liberando descargas de placer en el cuerpo de la chica, suaves pellizcos, algunos tirones, sutiles movimientos circulares, Fercha hizo gala de todos los movimientos aprendidos de su pequeña amante, técnicas que repitió hasta alcanzar el exquisito orgasmo.
No fue necesario explorar la humedad vagina, la chica quería evitar el estimulo en esa área en medida de lo posible.
El agua fría recorre su cuerpo borrando la evidencia de sudor y jugos vaginales, satisfecha, al menos por ahora, Fercha alcanzó un profundo sueño en minutos.
El miércoles por la tarde un mensaje de texto volvió loca a la enamorada adolescente.
Hola – Carita sonriente y un corazón – estoy pen san dó en tí, ya quiero que sea sábado para jugar – carita con la lengua de fuera y emoticón de chicas bailando –
Fernanda se derritió con ese mensaje, húmeda, ansiosa y enamorada la chica de 14 años mordía su lápiz esperando la hora de salir de clases.
Holaaa! Yo también deseo que sea Sábado para jugar a las muñecas, hojear revistas y ver alguna película de amor juntas.
Todo eran mensajes en clave, cada una a su forma, sin planearlo, simplemente hablando como dos chicas que son un par de hermanastras que se llevan bien.
Lo que Camila quiso decir con su emoticón de lengua es que quiere comerle la almeja y que le coman la almejita, con las chicas bailando quiso decir que deseaba frotar sus genitales.
Lo que Fercha quiso decir con ‘jugar a las muñecas’ es tocar sus cuerpos, cuando dijo hojear revistas se refiere a buscar en internet tomas relacionados al sexo y con ver peliculas románticas se refiere a pornografía.
Curiosamente, ambas chicas entendieron exactamente eso – emoticones de chicas abrazándose -.
Esa tarde Fercha llegó a casa, hizo su tarea, se dió una ducha de agua fría, comió con su familia apenas picoteando su plato, jugó un rato videojuegos con los gemelos perdiendo una y otra vez, bromearon otro poco siendo ella la víctima de las bromas, su cabeza no coordinaba, todos sus pensamientos estaban orientados a Camila, en lo bien que se la pasan juntas, lo mucho que aprende y cuánto la quiere.
En la escala del 1 al 10 ¿Cuántas veces piensas en esa persona especial?
Así decía la última pregunta del «test» del amor que venía en su revista para chicas mensual.
Sumando los puntos, dividiendo, obtuve 93 puntos, a ver… «Hay no amiga, tú no lo quieres, tú estás perdidamente enamorada, al borde de la locura, eres un caso perdido, que no te sorprenda si tus amigas lo notan y te comen viva, consejo, busca señales, ¡Tal vez sea recíproco!»
¡Aaaaaaaah! Gritó la emocionada Fercha mordiendo la almohada de la emoción, la chica es inteligente, pero sigue siendo una adolescente que se alimenta del romance, ella y Camila son las únicas que conocen su orientación sexual, confía ciegamente en su pequeña amante sin saber que en unos años las cosas serán un tanto distintas, placenteras, pero distintas.
Ese miércoles Fernanda no pudo evitarlo y jugó con su vulva, una mano estimula sus pechos y la otra explora los puntos claves de su genitalia, sus dedos se introducen tocando los lugares correctos, el pequeño clítoris es asediado, la chica suda y se retuerce de placer en su cama, todos sus pensamientos están enfocados en su pequeña amante de 9 años, casi 10.
Repite su nombre como un susurro – Camila – desea intensamente que los dedos fueran los de ella y no los suyos, quiere besar sus dos pares de labios, beber sus jugos, sentir su calor, mezclar el sudor de sus cuerpos, Fercha se masturba en la intimidad de su recámara con pasión dedicándole a su pequeña amante ese momento llegando a un dulce orgasmo autopropiciado cargado de amor.
La chica no sabe que esa semana su amante fue desvirgada y posteriormente follada con energía por su padrastro, ella no sabe que su madre le dió el consentimiento, ignora que la pequeña la sorprenderá con un plug anal, es agena a los deseos de Camila de encontrar un amante para ella, uno que tenga un pene más a su medida y que no tenga que compartir con su madre, Fernanda piensa que Camila es suya, y lo es, lo será siempre, pero para eso deberá seguir el ritmo de su amante, esto involucra compartirla con algunos hombres y entregar su propio virgo.
Si bien es cierto que la pequeña de 9 tiene sentimientos por la adolescente de 14, ella está en un proceso diferente, avanza a pasos agigantados en el campo de lo sexual, la niña piensa en su placer, es solo una niña.
Apenas comienza a entender la empatía y a considerar el espacio de los demás, pero una cosa es respetar a tu madre y otra respetar a tu nueva hermanastra, el camino de la joven pareja será algo tormentoso para Fercha, pues ella nunca pensó terminar involucrada de esa forma con otras personas.
Al terminar su sesión de autoexploración, la adolescente repitió los pasos de la noche anterior, una ducha de agua fría y a dormir plácidamente.
Jueves, Fercha es una chica activa, las practicas de tenis fueron intensas, su instructor noto la agresividad de la chica que jugaba de forma intensa demandando un esfuerzo extra del hombre.
Fernanda es una chica bien parecida, femenina, pero algo ruda. Los chicos salivan por ella, más de uno la ha invitado a salir pero ella declina las invitaciones de todos.
Su instructor de tenis, un hombre de 35 años, se la come con la mirada, pese a su morbo, es un hombre decente que jamás intentaría nada con una menor, pero nos sirve para contextualizar la belleza de Fernanda.
Tras la ruda sesión de tenis la chica fue a correr y lo hizo hasta reventar sus piernas, ella sabía que si no hacía eso terminaría masturbándose de forma frenética esa noche, su propósito era terminar rendida.
A las 8 de la noche ambas chicas conversan por teléfono, es una inocente plática de chicas pero Camila nota apagada a Fernanda.
Y cómo no lo estaría, tras varios días masturbándose sus horas de sueño se han recordado, si a eso le sumamos el ejercicio de hoy, Fernanda está agotada, adolorida, somnolienta y a punto de caer dormida, esa noche Fernanda le dió algo en que pensar a Camila.
¿Qué tienes Fercho, te sientes mal?
No, solo estoy cansada, hoy jugué tenis y después corrí hasta no poder más.
Eso suena como mu ú cho ejercicio.
Lo es – dijo Fernanda riendo cautivada por ese cantado de palabras de Camila –
¿Y por qué haces tanto ejercicio? Ya estás bien fla á ca.
Ja ja ja, porque me gusta, pero hoy hubo un motivo extra, quería estar bien cansada para dormir rápido en la noche.
Juuuuu, ya es noche y sigues des pí é r ta, además ¿Por qué te querías dormir rápido? ¿No querías hablar conmigo?
Un breve silencio en la línea le borró la sonrisa a ambas chicas, Camila, acostumbrada a tener una rápida respuesta de todos se sentía impaciente, la respiración de ambas chicas llenaba la línea de sonido hasta que Fernanda rompió el silencio.
Desde el lunes me he tocado o masturbado pensando en tí, en lo que hacemos, en lo que siento… Sé que somos jóvenes, tú eres una niña aún, pero… Creo que te amo.
Camila, a sus 9 años, nunca había escuchado esas palabras de alguien que no fuera su familia y más recientemente su padrastro Dan.
Ella sabe que las personas que intiman es porque se aman, al menos así es en la mayoría de los casos, su pequeño corazoncito comenzó a latir con fuerza y su cerebro liberó oxitocina, serotonina, dopamina, noradrenalina, feniletilamina y un puñado de endorfinas, su pequeño estómago se revolvió y una sensación extraña la invadió.
Yo, yo te quiero mucho y quiero verte el sábado para jugar y platicar de esto.
Con eso las chicas terminaron la llamada, no era lo que esperaba pero Fernanda durmió con una sonrisa abrazada a su almohada pensando que tal vez sus sentimientos sean recíprocos, aunque de una forma más infantil.
Camila por su parte sentía un malestar en su pancita, estaba emocionada y feliz, no entendía bien porque, pero parecía como su mariposas volarán en su panza.
A la niña le costó conciliar el sueño, cierra los ojos y ve a Fernanda, sonríe para sí, se ruboriza, abraza con fuerza su almohada y piensa en todas las cosas ricas que hará con Fercha el sábado.
El viernes Camila fue cojida por dar llenando su pequeña almejita de semen y colmandola de orgasmos que la dejaron exahusta, ese mismo día el dedo pulgar de Dan se aventuró en el culito de la niña, la relleno de semen y un plug anal sello su canal como castigo.
Por su parte, Fernanda se concentró en controlar sus emociones e impulsos, usando como guía artículos de revistas e información de Internet la adolescente práctico la meditación logrando controlar su deseo.
Mientras una trata de crecer espiritualmente, la otra recibe la cojida de su vida, así son los polos opuestos de esta tierna y creciente relación.
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