Locura de pasión
Una amiga con un número envidiable de parejas sexuales femeninas para los hombres, nos cuenta lo que hizo con su pareja más joven. Se cambian nombres por discreción.
Hola, mi nombre es Andrea, vivo en Bogotá, soy trabajadora social en un hospital en el centro de la ciudad, vivo en un barrio clase media a 1 hora de mi trabajo en Transmilenio, mi trabajo es a medio turno, y en las tardes hago trabajos de asesoría en mi apartamento, me alcanza para mis gastos y vivo relativamente bien. Soy una mujer de 1,65 de estatura, piel morena, delgada senos no tan grandes, cabello tinturado de verde, ojos café nariz algo respingada, no me veo tan atractiva, pero de vez en cuando levanto algún suspiro a mis 32 años mi espíritu libertino ha sido preponderante en mi vida y en mi tema sexual ni se diga, soy lesbiana y feminista declarada, mi primera experiencia fue en mi fiesta de 15, donde una amiga de mi mamá me sedujo y me quitó mi virginidad, he estado hasta con 2 mujeres al mismo tiempo, nada mejor que sentir el aliento de una mujer en la cama.
Enseguida mío, vive una nena que me gusta muchísimo, ella hizo que yo alcanzara un nivel más alto de perversión, ella, Luciana la llamaré, tiene 12 años, es vecinita mía desde hace 3 meses, tiempo que me dediqué a ganarme su confianza aprovechando que concordamos en la llegada a nuestras casas, ella desde su colegio y yo desde el hospital. Nuestro barrio es muy tranquilo y mantiene solo, ya que todos los vecinos trabajan y regresan hasta en la noche, la mamá de Luciana no es la excepción, por eso ella está también sola en las tardes, describiendo a Luciana, es una niña de cabello rojizo, ojos verdes, mirada inocente, ya tenía brackets debido a un problema en una de sus muelas, delgadita, tetillas todavía, pero con unas piernas hermosas y un glúteo apenas para su edad. Había comentado antes que soy feminista, algunos días en las tardes me reúno con mis compañeras de lucha para coordinar las distintas actividades y demás. Lo que pasó con Luciana fue un 8 de marzo, a la niña le dieron el día libre, y ya a punto de salir, ella me vió y me preguntó: – Hola Andrea cómo estás para donde vas? – Hola Luciana, voy con mis compañeras a la protesta en el parque, no sé si quieras ir. – Pues claro, yo no quiero estar sola. – Ok.
Salimos las dos, tomamos Transmilenio al parque donde llegamos a dónde mis compañeras, nos organizamos y nos hicimos en el parque y comenzamos a protestar, todas mis compañeras se quitaron sus blusas, dejando sus senos al descubierto, logré ver a Luciana mirando en shock esa cantidad de tetas al aire, yo sonreí, luego de terminado el evento íbamos calladas en el Transmilenio hasta nuestras casas hasta que nos bajamos del sistema y entramos al barrio: – porque se desnudaron así? – preguntó Luciana. – Es una forma de protestar de nosotros contra la injusticia y la violencia que ejercen sobre nosotras. – Ahh pero estaban bonitas todas y grandes cuando yo crezca estarán así de grandes? – Si claro Luciana claro que sí, oye, si quieres puedes pasar a mi casa, no está bien que estés sola. – Está bien. Entramos a la casa y ella quedó parada en la sala. – Siéntate en libertad y haz lo que quieras. Luego, en un plan que se me acaba de ocurrir, me desnudo completamente en presencia de Luciana, ella, me miraba con sorpresa mayúscula, sus ojos verdes se abrieron como si le fuera a echar gotas y quedó con la boca abierta, ver mis tetas con aureola café y con un pitón grande y mi vagina sin depilarmela, por ideología no lo hago para rebelarme antes los estereotipos, un vello negro que cubre toda mi zona v. – Luciana, no te preocupes ven aquí y siéntete libre, la niña, hipnotizada por mis movimientos y mi desnudez, también se desnudó, dejándome ver una vagina rosadita, pequeña y tierna, y sus tetillas, todo símbolo de una infancia que iba a marchitar, para hacer de Luciana una más de mis parejas, al verla tuve una gran excitación, me acerqué a ella y tomándola de la mano la llevé a mi cama, ahí la acosté y comencé a besar su cuello, ella seguía mirándome con sorpresa, pero al agitarse su respiración entendí que le estaba gustando, con mi lengua recorría su cuello, sus tetillas, su barriguita, su ombligo y me detuve en sus labios vaginales, comencé a olerlos, era una belleza, olían a infantil inocencia, con mis manos abrí sus piernitas y pasé mi lengua por alrededor de los labios, Luciana comenzó a respingar, así que entré al ruedo y metí mi lengua entre su vagina :- Ayy Andrea, jajaja me gusta, ahh ahh jajajaja. La niña disfrutaba de mi lengua y yo disfrutaba de su vagina, ya en breve Luciana gemía como gata en celo – Ahhh ahhh ayy me encanta Andrea ahh. – Ahh pero que puta me saliste Luciana te voy a dar lengua hasta dejarte exhausta uhhmm. Ese concierto de gemidos era hermoso, y yo ya sin pudor ni medida, lamía y chupaba esa virginal vagina con una alevosía como si hace mucho tiempo no hubiera comido una, es que esta es especial así que tenía que devorarmela y está demás decir que Luciana lo disfrutaba tanto así que se contrajo, logrando tener su primer orgasmo, el cual me bebi todo, luego me subí a su boca y comencé a besarla con mucha lujuria, Luciana trataba de llevarme el ritmo pero así y todo me encantó porque afirme que era virgen y yo era su primera mujer. Luego, la hice levantar de la cama y en el suelo de la habitación la hice arrodillar, su mirada inocente y su sonrisa bella con sus brackets daba señal de sumisión, tomé una de sus manos y le hice tocar mi selva, ella, admirada, sobaba con cierta torpeza, digna de su inexperiencia pero aún así me excitaba y me mojaba, luego al estar a punto de explotar, acerqué mi vagina a su cara, de primera entendió lo que tenia que hacer ya que yo se lo hice, así que primero sacó su lengua y comenzó a lamer, miraba hacia abajo, era espectacular, lamia mi vagina con vellos y todo, la degustaba como si fuera un helado, después, la acosté nuevamente boca arriba y me subí yo arrodillada colocando mi vagina a la altura de su cara, de nuevo Luciana lamía mi vagina, labque gemía era yo : – Ohh como te gusta mi vagina, ohh si ahí. Mientras le decía eso, cruzaba mirada con ella, ver la cara de Luciana mirandome a los ojos mientras me comía mi vagina velluda, me excitó mucho más y movía más rápido mi pelvis, ella chupaba con vellos y todo, sabía que mi vagina era su premio – Ohh ahh chupa puta chupa, esta cuca es tuya ah ahh haha
Tuve mi orgasmo, lo sentí copioso, sentí que se me iba la vida hasta que finalmente me desgonce, me aparté de la cara de Luciana, no podía creer lo que estaba viendo, sus labios y su mejilla, untada de líquido blanco que salió de mi corrida y un vello mío que se le enredó entre un bracket suyo, ella jugaba con su lengua con ese vello en el bracket. Al llegar la noche, me despedí de Luciana ya que su mamá estaba a punto de llegar, luego días después, yo entregaría a Luciana al placer desenfrenado de algunas de mis compañeras de movimiento.
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