MARINA 3 (CONFESIONES)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
El Jueves cuando me levante y después de desayunar y entrar en el baño me puse a mirar que ropa me llevaría para pasar el fin de semana por si tenía que ir al almacén de la boutique por algo, tener mis cosas en dos sitios distintos y tan distantes me fastidiaba mucho. Después de ver que no era necesario y terminar de arreglar mi cuarto, me acorde que necesitaba dinero, cuando abrí la caja donde lo guardaba no me podía creer, ya no sabía ni lo que tenia pero era una barbaridad, recordé la mañana que la Sra. Encarna me reclamaba el alquiler que no podía pagar y como antes de salir la abrí, había un billete de diez euros y algunas monedas de un euro que fueron las que me lleve porque con ellas pretendía comer ese día. Pensando como habían cambiado todo en poquísimos días, muy contenta tome lo que necesitaba, volví a esconder la caja en un lugar seguro, tome mi bolsa de playa y me fui del piso.
Cuando estaba bajando sonó el teléfono y era F.G, me llamaba para darme los buenos días desde el aeropuerto, hablamos un rato como siempre tan cariñoso y me repitió que a la vuelta me contaría muchas cosas que tenia pensada, con el deseo de que tuviera un buen viaje nos despedimos y quedo en que me llamaría a la vuelta.
A los pocos minutos volvió a sonar el teléfono y era Elena para invitarme a tomar algo y charlar un rato, su tono de voz no me parecía el de siempre así que me fui en dirección a la consulta para encontrarme con ella. Cuando vio que me aproximaba vino hacia mí, estaba preciosa con un vestido rosa palo cortito casi mini ceñido a la cintura que realzaba su figura delgada y esbelta, me di cuenta que no llevaba sujetador por la forma en que sus pechos, que aun que pequeños, el movimiento al caminar lo delataba.
Cuando nos sentamos en la cafetería me di cuenta que algo le pasaba y necesitaba hablar con alguien y me encantaba que fuera conmigo. Me conto que su amigo no podía venir por lo que le había propuesto vivir juntos porque así no podían seguir. Eso suponía dejarlo todo e irse a vivir a Granada, después de convencerlo para que se lo dejara pensar, ayer decidió que no se iba, lo llamo por teléfono y rompieron. Al ver resbalar una lagrima por su mejilla se me partió el corazón, me senté a su lado y al abrazarla rompió a llorar y yo con ella porque hice mío su dolor. Las gentes que había nos miraban y algunos sonreían hablando entre ellos, sin duda algún comentario que no tendría nada que ver con la realidad.
Entre sollozos me decía porque siempre es la mujer quien tiene que dejar todo para seguir al hombre. Se fue calmando y el desahogo del llanto la libero de la tristeza. Su carácter alegre y decidido hizo que a los pocos momentos nos partiéramos de risa cuando decía que total por unos cuantos polvos no le merecía la pena estar triste así que ya buscaría otro que la dejara bien folladita.
Durante un buen rato estuvimos riendo con los disparates que se nos ocurrían. Me puse seria y dije.
– Me gustaría fuéramos muy buenas amigas y poder contarnos las confidencias que solo se pueden hablar entre chicas porque solo las entendemos nosotras, no sabes lo que ha supuesto para mí me llamara para desahogarte contándome todo esto. Me miro dulcemente para decir.
– No me preguntes por qué te llame para comer juntas el otro día, fue un impulso repentino y te diré que cuando nos despedimos estuve mucho rato pensando en lo próxima que me sentía a ti y la afinidad tan grande que tenemos a pesar de la diferencia de edad, estoy segura que no será obstáculo para que seamos verdaderas amigas y que podamos confiar la una en la otra nuestras alegrías y las tristezas. Con la ternura que me has abrazado y ver tus lagrimas por verme llorar sin importarte la gente que nos miraba me han demostrado muchas cosas.
Al preguntarme si podíamos pasar juntas el fin de semana ya que había roto con su amante me dio rabia tener que decirle que tenía que trabajar acompañando a unos alemanes para visitar la zona, se sintió contrariada y le dije podríamos quedar por las tardes después de la consulta para charlar e ir donde nos apetezca, le gusto la idea y quedamos en vernos por la tarde.
El día que comimos al preguntarme si trabajaba le dije que acompañando extranjeros en visita turística por la costa contratada por un hotel, no le podía decir otra cosa.
Camino de la playa pensaba que Elena seria la amiga que necesitaba. Desde que termine el colegio no tengo una amiga cómo Adriana, mi compañera de apartamento, con la que conviví todos los años de internado, nos contábamos todas nuestras inquietudes y confidencias naciendo entre nosotras un amor muy hermoso y nuestras primeras experiencias sexuales.
Nunca olvidare las horas que pasábamos besando nuestros labios y la dulzura de las caricias hasta quedarnos dormidas muy juntitas, o como al sonar la obertura con la que nos despertaban nos levantábamos para deshacer la otra cama y no notaran nada al arreglar nuestro apartamento cuando entraran las chicas de la limpieza.
Me gustaría que entre Elena y yo hubiera una verdadera amistad, necesito mucho sentir afecto y cariño por alguien al igual que necesito que me corresponda de la misma forma, estaba dispuesta hacer lo imposible por conseguirlo y cuando llegara el momento contarle mí doble vida, si realmente me considera su amiga y me quiere pienso que lo entenderá y no será ningún obstáculo.
Estando en la playa me llamo Thea para confirmar que llegaban el viernes a última hora y me proponía quedarme en el hotel para pasar el resto del fin de semana desde el sábado, por supuesto acepte encantada, quedamos a las diez de la mañana para ir a la playa o a la piscina del hotel, según viéramos, antes de colgar me dijo que Elmar tenía una pequeña sorpresa para mí, rogué le diera las gracias y nos despedimos.
Cuando colgué pensé que de playa nada que a lo mas piscina y después a la cama a que me dejaran casi muerta como la vez anterior, pensando que tenía que darles todo lo que esperaban de mi como bien aconseja en las memorias si quiero llegar donde pretendo. Lo cierto es que me apetecía mucho estar con Elena pero este ya era mi trabajo. Me consolé pensando que lo pasaría bien con ellos, sobre todo con Thea, es tan dulce, cariñosa y a la vez tan apasionada y ardiente, además sé muy bien que le gusto muchísimo y no digamos a Elmar que se volvió loquito conmigo. Me alegraba pensar que venían solo para encontrarnos otra vez, eso era una buena señal para mí y para mis propositos.
Por la tarde después de estar en el piso y arreglarme disimulando con un poco de maquillaje mis rasgos adolescentes, me encontré con Elena y nos fuimos a una terraza muy bonita y animada cerca del mar donde por la tarde se reúne mucha gente. Ellas exhibiendo sus modelitos de firma y ellos sus coches de alta cilindrada que procuran poner visibles en el aparcamiento. Este tipo de gente me hace gracia por lo materialistas y superficiales que son.
Nos sentamos en un mesa y le saque la conversación de la ruptura con su amante para que se liberara hablando pero me di cuenta con alegría que lo tenía muy asumido. Me hablo de muchas cosas, entre ellas el divorcio de sus padres desde hacía muchos años, de la muerte de su madre hacía dos años a consecuencia del atropello por un conductor bebido que se salto un semáforo y lo que le afecto su perdida, más muchas cosas íntimas. Me estaba demostrando su confianza y me sentía muy bien.
Yo también le hable de mis padres y de lo fría que había sido mi relación con ellos hasta el punto que estaba mejor interna que en casa porque al ser sus trabajos tan peculiares, mi madre modelo de alta costura y cuando se retiro de las pasarelas siguió vinculada a la alta costura lo que le obligaba a estar continuamente de viaje, o mi padre como ingeniero dedicado al diseño de automóviles de competición también estaba siempre de viaje por los circuitos de de los diferentes países, entre ensayos y carreras.
Los motivos de su divorcio nunca lo supe realmente y cuando me propuso mi madre volvernos al sur de Francia ya estaba trabajando en la agencia de traducciones y prefería quedarme aquí donde ya me encontraba muy a gusto y adaptada a la vida en España además entre nosotras no había prácticamente nada que nos uniera como madre e hija.
Entonces me dijo Elena – Ahora entiendo por qué eres tan madura y te veo tan segura, te has hecho a ti misma, me llamaste mucho la atención desde el primer momento.
Después empezó con su buen humor y nos divertíamos rechazando las continuas invitaciones que nos asediaban y me decía.
– Ves como no hay que preocuparse por perder un amante – ¿Y eso por qué?- No te das cuenta la cantidad de tíos que hay aquí locos por echarnos un polvo, podemos elegir a quien queramos para que nos coman el chocho, otra cosa es que sepan.
Me partía de risa con las cosas que decía y estaba encantada de estar con ella.
Picamos varias cosas muy ricas que nos pusieron y cuando la convencí para que me dejara pagar ya nos habían invitado por lo que tuvimos que estar un rato con los dos chicos que nos invitaron, Como era lógico trataban de ligar con nosotras dedicándonos infinidad de elogios tratando de conquistarnos, eran muy simpáticos y agradables pero bastante creídos y arrogantes, de todas formas pasamos un rato agradable con ellos y cuando la cosa subía de tono nos fuimos con el pretexto que era tarde y teníamos que trabajar al día siguiente.
Nos despedimos quedando en llamarnos al día siguiente para volver a vernos por la tarde cuando ella terminara.
En mi habitación recordaba la tarde tan agradable que había pasado con Elena y me daba cuenta que llegaríamos a ser intimas porque hay mucha afinidad entre las dos, como bien dice nuestras formas de pensar son muy parecidas. Me resultaba curioso que me vea como una chica muy madura y en cambio yo la veo a como si no existiera diferencia de edad entre las dos.
Me gusta mucho cuando hablas con ella te mira fijamente a los ojos, es muy segura de sí misma, sincera y con una gran bondad, por si fuera poco es bellísima y qué decir de su carácter tan alegre, espontaneo y divertido. Es una persona de la que tengo mucho que aprender.
En el espejo de la puerta del armario veía que ya estaba prácticamente en mi peso, mis aureolas y pezones ya no estaban pálidos y tenían el rosa vivo de siempre, mi culito estaba más gordito, muy redondito y firme. Estaba como loca de volver a encontrarme bien y una cosa que tenía que hacer sin falta es volver a mis clases de ballet que además de gustarme tanto me sirve para mantenerme flexible y en perfecta forma física y también buscar una academia o profesor que me diera clases de gramática española, para resolver las dudas que tengo con los tiempos de los verbos y corregir las faltas de ortografía.
Siguiendo los consejos de Elena me puse mi crema intima, antes de acostarme, en pecho y xixi, masajeando muy bien para que la piel la absorbiera completamente. Entre los masajes que me daba en el pecho y chochito mi mente voló y me puse muy excitada, notaba como los labios se habían inflamado por el masaje así que empecé acariciarme pero ya con otra intención y pensando en Elena tuve un orgasmo monumental y como siempre saboree de mis mojados dedos el aroma y el sabor del placer que tanto me gusta paladear después.
Cuando ya estaba medio adormilada pensé que se lo contaría cuando nos viéramos al día siguiente seguro que sería motivo de bromas y risas como siempre hace por cualquier cosa.
Al día siguiente y antes de ir para la playa fui a la escuela de ballet para volver a inscribirme y empezar desde el lunes próximo a primera hora, en principio con una hora de físico y barra para recuperarme y una vez recuperada pasar a la danza. Independientemente de la forma física que te proporciona el ballet te enseña que la expresión corporal natural sea bonita y delicada que haces sin pensar porque ya forma parte de ti. A Elena se le nota muy bien que ha hecho gimnasia rítmica, su recta y delicada forma de andar, posturas y los movimientos de brazos y manos lo demuetran, hay mucha similitud en ambas disciplinas.
Pase el día entre sol, baño y volviendo a leer algunos capítulos de las memorias de la que ya consideraba mi amiga, quería seguir sus consejos al pie de la letra para que el fin de semana fuera perfecto.
Después de arreglarme un poco me fui en busca de Elena para pasar el resto de la tarde juntas, con la temperatura tan buena que había, aparcamos al lado del paseo marítimo y estuvimos durante mucho rato caminando y hablando Ya estaba tranquila y tenia totalmente asumida la ruptura y no era necesario hablar más de eso porque como muy bien decía era agua pasada y ahora había que mirar al horizonte y entonces comenzó a decirme.
– Sabes me he pasado desde antes de los dieciocho años, que fue cuando comencé medicina, estudiando sin parar, creo que fui la segunda chica más joven en terminar la carrera de medicina después me fui a Estados Unidos para especializarme en cirugía ginecológica durante dos años en un hospital de Austin Texas.
A mi vuelta, por no querer irme de aquí, entre en la consulta de un ginecólogo amigo de mi madre, un poco como favor porque decía que las pacientes me verían tan joven que no les daría confianza. Estoy aburrida de ver xixis, curar infecciones, recetar antibióticos y anticonceptivos porque a interrumpir embarazos me niego y que los haga él si quiere.
Noto que me falta algo, tengo necesidad de hacer algo diferente sin importarme si es propio o no de una chica con un título universitario que se supone tiene que llevar una vida ordenada y centrada en su trabajo como médico, quiero hacer algo excitante, diferente y sentir la adrenalina correr por la emoción. Le pregunte.
– ¿No tienes una idea que te gustaría hacer para conseguir tu propósito? Me daba tristeza verla así y tras guardar unos instantes de silencio me dijo.
– Lo primero que tengo que hacer es tener mi propia consulta y aun que el momento no es el más apropósito para hacerlo yo me lo puedo permitir porque no tengo que vivir de la medicina. Por lo que le respondí.
– Pues chica entonces empieza por eso desde mañana, organiza tu propia consulta y depende de ti misma además imagino que te podrás llevar el historial de tus pacientes y comunicarles tu nueva dirección.
– En teoría no puedo hacer eso porque esos datos son confidenciales y le pertenecen a él pero yo siempre hago un borrador en un pent drive y después ya lo paso al ordenador así que los tengo todos. Y le dije para corresponder con sus confidencias.
– Cuando yo termine el colegio y aunque no muy convencida pensé continuar estudiando pero me surgió trabajar como traductora en una agencia y después en el hotel, me pagaban lo suficiente para mí y cuando se divorciaron mis padres decidí que emprendía mi vida sola, me costó trabajo porque estaba acostumbrada a no tenerme que preocupar de nada, tanto en el colegio como en mi casa lo tenía todo resuelto, era tener que aprender a valerme por mi misma y hacer cosas que nunca había hecho, al principio me costó pero después vi que no era tan complicado.
Esa misma sensación que tú tienes la he tenido yo, notaba que me faltaba algo, solo estaba centrada en mi trabajo que además me aburría pero siempre con una sensación de insatisfacción permanente pero prefería eso a la vida fácil viviendo con mi madre. Y continúe.
– Sabes ahora que las dos somos amigas y tenemos las mismas inquietudes entre las dos buscaremos y haremos todo lo que nos apetezca por disparatado que sea.
Seguimos paseando y comenzó con sus bromas correteando por el paseo una detrás de la otra. Las dos íbamos con vestidos minis y con un poquito de vuelo y en una de las vueltas que dio se le levanto el vestido y dejo al descubierto una parte de su redondito culete con unas lindas braguitas color tabaco claritas, las poca gente que había paseando, casi todas ya mayores, sonreían y nos dedicaban alguna frase divertida de ver nuestra alegría y de oírme decir repetidamente entre risas que se le habían visto las bragas.
Ya a mi lado de repente me levanta el vestido por detrás y me dijo.
– ¿No llevaras tenga? Y dando un respingo para separarme y se bajara el vestido le respondí como pude porque la risa no me dejaba hablar.
– Ni se me ocurre son feísimas y se meten en el xixi.
Un chico que venía en bicicleta que lo vería todo al pasar por nuestro lado dijo no se qué cosa de mi culo y le contesto alzando la voz.
– Este culito es mío y de nadie más.
Hacía mucho tiempo que no me dolía la tripa de tanto reírme y sin poder dar un paso casi a punto de hacerme pis.
Cada vez me gusta más su carácter y su forma de ser, lo mismo está hablando muy seria con una forma de hablar muy correcta que de repente hace algún comentario divertido sobre lo más inesperado y comienza a decir disparates. Estoy aprendiendo en pocos días más palabras divertidas que en todo el tiempo que llevo en España.
El viernes volvimos a encontrarnos por la tarde y nos fuimos a una terraza cercana al puerto deportivo para tomar algo antes de irnos a cenar. Una cosa que me gusta mucho es que no bebe nada con alcohol, como dice ella, con uno de sus disparates, bebe cerveza sin alcohol porque así mea como una vaca y es muy sano.
Cuando nos pusimos serias me dijo muy sonriente.
– Te he hecho caso y hoy le he dicho al jefe que me voy que si quería esperaba hasta encontrar un medico que me sustituyera y me respondió enfadado que me podía ir cuando quisiera, que si quería cuando terminara las citas que tenia me podía ir y volver el lunes por mi liquidación. Le di un achuchón y un beso y le dije
– Esta es mi chica, valiente y decidida, si le ha sentado mal que le digas que te vas, que se fastidie.
– Pues mira mejor para mí, el lunes me despido definitivamente y tranquilamente sin prisas organizo mi propia consulta cuando me apetezca.
Mientras me hablaba vi Alizée la directora de la agencia de chicas, acompañada por una mujer, pienso que de su edad más o menos también, guapísima y con un estilo bárbaro, con la intención de sentarse en una mesa de la terraza. Al verme se acerco a nuestra mesa para saludarme, le presente a Elena y me comento que ya había vuelto de Niza, sus ojos se clavaron en Elena, no me extrañaba porque como siempre estaba preciosa, con disimulo la miro de arriba abajo, después de decirme que me llamaría el martes para cenar nos despedimos y se fue para la mesa donde ya sentada la esperaba su amiga.
Cuando se alejo me comento Elena lo guapa y el estilazo tan femenino que tenia, me pregunto si me vería con ella por motivos de trabajo le respondí que si y mirando de reojos donde estaban sentadas me di muy bien cuenta que hablaban de nosotras, su amiga no nos quitaba ojo.
Continuamos hablando de su decisión de independizarse, la veía muy convencida y animada a emprender la nueva etapa pero sobre todo la veía muy contenta.
Comenzamos hablar de nuestras experiencias con los chicos y me pregunto.
– ¿Marina a ti te ha pasado alguna vez por la cabeza hacerlo con otra chica? Yo lo he pensado más de una vez pero solo eso. Le respondí.
– Sí Elena he tenido relación con otra chica, fue mi primera experiencia y mis primeros orgasmos, fue muy linda la experiencia.
Me miraba muy fijamente y entonces le dije que me alegraba surgiera este tema porque quería contarle unas cosas muy personales y como seria largo de contar prefería hacerlo con más calma y en otro lugar donde estemos a solas. Y le continué diciendo – No hace falta que te repita lo mucho que me gustaría fuéramos verdaderas amigas, son muchas las cosas que tenemos en común y para conseguir serlo no puede haber secretos que puedan dar una imagen diferente a la realidad y te quiero contar esas cosas para que tú decidas.
Me miraba con una ternura increíble, busco una de mis manos para acariciarla y acercándose me beso en la mejilla. Y dijo – Me encanta que seas así y pienses de esa forma, estoy segura que lo que me tienes que decir no impedirá nuestra amistad, que por cierto me tienes intrigada ya me podrías adelantar algo – Mejor en su momento es largo de contar. Respondí
Me dijo que el lunes temprano iría a despedirse de la consulta, me llamaría y hablaríamos en su casa o la mía, le dije que en mi casa no, que ya comprendería por qué y que mejor en la suya.
De lo que si le hable es de mi relación en el internado con Adriana, mi gran amiga. Mientras le contaba, con detalle, como surgió y como fue nuestra relación, me escuchaba sin pronunciar una palabra y cuando termine me dijo.
– Después de oírte la relación tan hermosa que tuviste con Adriana pienso que seguramente me gustaría probarlo contigo porque las veces que he pensado en eso me arrepentía al no tener una amiga en la que poder confiar una cosa tan delicada e intima. Continúo diciendo.
– ¿Te gustaría probáramos? Y le respondí.
– Elena eso es algo que tendría que surgir entre nosotras y sin pensar en probar a ver qué pasa.
– Tienes razón si no surge es mejor no forzar la situación.
Después hablamos de quedar para el lunes ya que yo tenía el fin de semana ocupado y me dijo que estaba impaciente y que pena que no pudiéramos pasar el fin de semana juntas. Nos fuimos a cenar y continuar hablando de nuestras cosas que cada vez eran mas intimas.
Cuando me llevaba al piso prácticamente no hablamos, estábamos pensativas y al llegar donde yo me quedaba al ir a despedirnos con un beso en la mejilla deslice mi boca hasta sus labios y dulcemente la bese. Se quedo quieta, tome si linda carita entre mis manos y la bese varias veces con besos cortitos pero muy tiernos. Cuando despegue mi cara y a punto de salir del coche tiro de mí, me abrazo y me dio un largo y delicioso beso.
Pensando en lo sucedido, aun tenía en los labios la sensación de nuestros besos. Su forma de ser en tan afín con la mía que tenía que hacer lo imposible para que fuera la persona en quien confiar. Nunca me cansare de repetir lo hermosa que es, no me extrañaba que en la terraza se quedara prendada de ella Alizeé.
Me gusta cuando estamos juntas como nos miran, su oscuro pelo contrasta con el mío tan rubio y claro, cuando alguien nos mira con descaro los comentarios de ella son para partirse. Estaba totalmente decidida a contar a Elena todo sobre mí y con todo detalle.
A la mañana siguiente me levante como siempre temprano, con una sensación de alegría muy grande y en cuanto oí que la Sra. Encarna andaba por la casa salí para desayunar con ella y le dije que esa noche no dormiría, que había quedado con una amiga en pasar el fin de semana juntas y dormiría en su casa.
Me prepare para el encuentro con mis amigos alemanes, me peine con coletas y un poco de brillo en los labios, saque del armario un vestido malva clarito ceñido al talle casi mini que termina con un poco de vuelo, son mis preferidos. Guarde en una bolsa de viaje lo necesario junto con ropa de más vestir y zapatos por si hacía falta. Me senté en un pequeño sillón y me concentre para meterme en la piel de la otra Marina que iba a pasar un fin de semana trabajado como escort.
Tome un taxi para que me llevara al hotel y cuando pregunte en recepción y di mi nombre ya le habían dado aviso de mi llegada. Cuando subía en el ascensor me sentía muy tranquila y sabiendo muy bien los motivos para los que había sido invitada.
Elmar abrió la puerta y nos saludamos como mucho afecto y enseguida aparición Thea que me dio un cariñoso abrazo, no esperaba un recibimiento tan afectuoso. La suite no era la misma esta era más grande y con dos habitaciones y dos baños pero con la misma y espectacular orientación frente al mar y amueblada de manera exquisita como la otra.
Nos sentamos en el sofá y enseguida las alavanzas que me dedicaron no tenían limite e incluso Thea me dijo lo bien que me sentaba haber ganado peso, me decía estar mucho más guapa.
Hablamos de los días de vacaciones con sus amigos. Me llamo la atención que desde el principio me hablaran en perfecto ingles, pensaba que no lo hablaban bien al menos eso me pareció la primera vez que hablamos.
Estábamos muy distendidos y muy animados hablando, son unas personas muy educadas y simpáticas, me encontraba muy bien con ellos y ya estaba muy relajada.
Entre los consejos que leí en las memorias, dice que la naturalidad de los primeros momentos del encuentro es fundamental, haciéndole ver que no estás allí solo para sexo, nunca comportarse como una prostituta vulgar con gestos obscenos o tocamientos para excitar a su cliente y la lleven a la cama. La verdadera escort tiene que ser una mujer que seduce primero por sus encantos, con conversación amena, exquisitos modales que demuestren su educación y cultura a la vez dejar ver un sutil aire de frivolidad, frescura y sensualidad que invite a su amante a seducirla para finalmente pedirle sexo. De esta forma siempre será considerada de forma muy diferente a la vez que deseada.
Después de estar un rato hablando Elmar se levanto y al volver me dio una caja cuadrada, con cierto tamaño, envuelta en un bonito papel de regalos que abrí con cuidado, envolvía una caja de piel con el escudo de Tag Heuer, de inmediato sabía que era un reloj y al abrir la caja había un cronógrafo de acero con esfera negra, brazalete cerrado de caucho, también negro, simulando el dibujo de un neumático, era el modelo carreras para chicas, la sorpresa fue mayúscula porque lo había visto en fotos y me encantaba, los relojes deportivos son los que más me gustan. Les di varios besos para agradecer tan estupendo regalo y Thea me dijo que el regalo había sido idea de Elmar, me abrace a él para hacerle mimitos a mi grandote y panzudito amigo que colme de besos loca de contenta por su regalo. Me puse mi bonito regalo y a pesar de graduar el brazalete a la menor medida seguía siendo muy grande para mi delgada muñeca, entonces me dijo él que en la joyería que había en la galería del hotel posiblemente me lo podrían ajustar a mi medida.
Mientras llevaba mis cosas a la otra habitación y guardar todo, Elmar se fue no sé dónde y salió de la suite. Cuando volví para sentarme al lado de Thea me tomo de una mano y me sentó en su regazo para abrazarme con ternura. Y me dijo.
– No sabes las ganas que tenia de volverte a ver eres una mujercita tan linda y dulce que soñaba con verte antes de irnos.
Bese su lindo rostro mientras su suave mano recorría mi muslo bajo el vestido y la metía bajo mis braguitas para acariciar una de mis nalgas, el contacto de su mano me producía mucha dulzura por lo delicada de la caricia.
Después de esos momentos tan tiernos de caricias y besos me pregunto.
– ¿No habrá tenido que dejar algo por estar con nosotros? – No para nada por eso te dije que me avisaras con un poco de tiempo, algunas veces me llama una amiga para que la ayude en su boutique en esta época abre los fines de semana. Cambio de tema y me pregunto – ¿Y no tienes encuentros de sexo con nadie más? Con esa pregunta quería saber si lo hacía de forma habitual.
Para esta respuesta tenía que ser muy buena mintiendo y sacar mis dotes de interpretación que en el colegio aprendí, me encontraba muy a gusto con ellos e incluso me gustaba tener sexo con los dos pero tenía que hacerlo de forma que no se notara que mentía. Y le respondí
– No Thea aquel día fuisteis para mí la única posibilidad que tenia para salir de un apuro y fue lo que me hizo vencer mi pudor pero después fue tan lindo y además me hicisteis disfrutar tanto que me alegre de estar con vosotros y por si fuera poco fuisteis tan generosos conmigo. – Para nosotros fue una sorpresa incluso pensamos que tenias bastante experiencia pero eso no nos importaba, tienes unos encantos fuera de lo común y por eso queríamos volverte a ver antes de irnos.
Comencé a entender porque se había ido Elmar, como siempre las mujeres somos más valientes para las decisiones importantes y sutiles para las preguntas que puedan resultar delicadas. Y continúo preguntándome.
– ¿Y no has encontrado por el momento trabajo? – Bueno me ha surgido la posibilidad de trabajar de traductora en una agencia que están a punto de abrir – Eso está muy bien para tí solo que ya no podremos verte más. Tenía que dar una respuesta convincente.
– No porque los trabajos de traducción los hare en casa y además trabaje donde trabaje siempre me tendréis porque me encuentro muy bien con vosotros y me habéis demostrado que soy mucho más que sexo para vosotros.
Decirle tantas mentiras y con tanta frialdad era para mí difícil pero mis intereses estaban por encima de todo. No niego que me gusta estar con ellos pero si querían tener sexo conmigo me tenían que corresponder pagando.
Me dio un beso en el rostro y pensé que seguramente me preguntaría cuanto quería por pasar el fin de semana. Si era cierto lo que pensaba ya tenía preparada la respuesta.
Por la forma en que me hablaba me di cuenta que era eso lo que quería preguntarme, le fui facilitando el camino, hasta que finalmente me pregunto.
– Queremos compensarte por estar con nosotros el fin de semana, sé que es difícil hablar de esto pero tú eres quien nos tiene que decir que estimas.
Siguiendo los consejos de las memorias de nunca hablar de cifras cuando surgiera esa pregunta, aconseja responder que lo dejaba a su criterio, yo añadí algo más.
– Después del regalo tan fantástico que me habéis hecho es más que suficiente y no quiero nada, me gusta mucho que seáis mis amigos y te repito que el regalo es más que suficiente.
– No pero eso es aparte, el reloj es un regalo personal de Elmar que te quería hacer, lo que pretendo es que me digas lo que consideras debemos darte y eso lo tienes que valorar tú como hiciste hace unos días – Aquello fue muy distinto no os conocía de nada y vuestra propuesta me daba la posibilidad de salir de un apuro ahora es diferente y no sé qué decirte porque ya te dije que no quiero nada más pero si insistes me das lo creas oportuno que estará bien.
Con esa respuesta pretendía que fueran ellos quienes decidieran y lo que me dieran fuera como un regalo por tener sexo conmigo. Estaba segura que me sorprenderían porque sé muy bien que encuentran en mí lo que les gusta.
Me di muy bien cuenta que mi respuesta le gusto mucho por la forma que durante un rato me estuvo besando, reconozco que yo lo disfrute con el mismo placer que ella. Cuando nuestros labios se separaron me dijo – Vamos a bajar para que ajusten el reloj a tu medida y me ayudes a elegir un regalo para una sobrina de tu edad, no te lleves la caja del reloj – Muy bien mami lo que tu digas. Me dio una palmada en el culete y riendo las dos salimos de la suite.
Desde que salimos me tomo de la mano y así me llevo todo el tiempo, podíamos pasar por madre e hija perfectamente. Al salir del ascensor vimos a Elmar sentado en un sofá leyendo el periódico que al vernos se levanto y vino hacia nosotras. Se confirmaron mis sospechas de los motivos por los que se fue, era para dejarnos hablar solas.
En la galería comercial del hotel las tiendas que había eran de primerísimas marcas y la joyería para el nivel de personas que se alojaban en él. Enseguida nos atendió una chica muy bien vestida, Thea primero dijo que quería comprar un regalo para una chica, señalándome, le dijo de mi edad, y que había pensado en una pulsera, cuando la chica trajo una bandeja forrada de terciopelo con varias pulseras le pregunto si podían ajustar de medida el brazalete de un reloj, al enseñárselo dijo que sin problemas, un Sr. me tomo medidas y se lo llevo, me puse loca de contenta de poderlo estrenar ese mismo día.
Cuando nos pusimos a ver las pulseras me dijo – ¿Por qué no eliges tú la que creas le pueda gustar? – Bueno pero igual tenemos gustos diferente, a mi me gusta más la plata que el oro y a lo mejor a ella no. Entonces la chica dijo. – La plata es mas propia para una chica de su edad, es mas juvenil y tenemos unas preciosas que seguro le encantaran. Trajo varias y entre ellas un brazalete anchito con turquesas ovaladas todas iguales de tamaño y color engarzadas en el contorno, en el cierre una cadenita de seguridad de la que pendía una turquesa chiquita con forma de lagrima, era una preciosidad, me la puso para ver como quedaba, pesaba bastante y lucia muy bien en mi muñeca y dijo la chica – Le queda perfecta además las turquesas hacen juego con el color de los ojos. Dijo Thea – ¿Te gusta más que las pulseras? – Si para mi gusto es más bonito que las pulseras yo creo que le gustara mucho. Le dijo que se la quedaba. Por un momento pensé que era para mí pero cuando pidió le trajera papel y lápiz para dejar una nota entre el envoltorio y el estuche ya pensé que no y reconozco que un poco contrariada porque me encantaba.
Trajeron mi reloj ya ajustado, me quedaba perfecto y me aconsejo el Sr que lo enjuagara en agua del grifo después del mojarlo en el mar así el brazalete de caucho no se estropearía nunca. Nos fuimos y decidimos subir a cambiarnos para ir a la playa, nos quedaríamos en el chiringuito que el hotel tiene en frente, en el trayecto hasta el ascensor volví a dar a Elmar las gracias con un beso por el regalo tan fabuloso y bonito que me había hecho.
Ya con nuestros trajes de baño y bien embadurnadas de protección solar nos tumbamos en las cómodas hamacas. Al poco tiempo Elmar decidió ir a darse un baño y al momento salí detrás de él pero a mitad de camino a la orilla me quemaban los pies de forma espantosa, vino rápidamente, me tomo en brazos y corriendo para el agua porque también iba descalzo.
Sin pensarlo nos metimos en el mar y empezamos a jugar, con el agua por la cintura me levantaba y me lanzaba con tal facilidad y fuerza que salía disparada por el aire y caía como podía. Al vernos Thea también vino. Tria una cámara de fotos y le pidió me volviera a lanzar por el aire, en uno de esos lanzamientos el sujetador de bikini desapareció y cuando saque la cabeza del agua Elmar se lo estaba poniendo al cuello con un ataque de risa que nos dio a los tres. Me abrace a él con mis piernas abrazando su cintura y presionando su dura pancita contra la mía y le hice muchos mimos, Thea no paraba de hacernos fotos y me dijo sin dejar de dispara la cámara
– No te lo pongas estás preciosa con los pechitos tan blanquitos descubiertos. Dejo la cámara y antes de meterse en el agua se quito el sujetador, sus hermosos y duros pechos que a pesar de su tamaño se mantenían firmes y turgentes, me abrace a ella jugando y el contacto de sus pechos con los míos me supieron a besos. De vuelta a nuestras hamacas éramos un poco la atracción de los que tumbados estaban medio adormilados por el aburrimiento y fuimos la novedad que los distrajo con nuestros alegres juegos.
Subimos a la suite para ducharnos, ya cambiados bajamos a comer al jardín del hotel donde nos pusieron cosa muy ricas y el hambre que teníamos era tremenda. Una señora al levantarse de la mesa para irse, se acerco a nosotros y en alemán se dirigió a ellos y les dijo – Que hija tan hermosa tienen. Me acaricio la cara al despedirse y le di las gracias por su amabilidad. Nos miramos sorprendido cuando se fue y poniendo voz de niña les dije – Claro es que mis papis son muy lindos por eso yo también lo soy. Reimos un rato y nos levantamos de la mesa.
En el ascensor Thea abrazada a Elmar le decía – Tienes ojitos de sueño, seguro que antes quieres que te dejemos muy relajadito y duermas como un bebe. Me encantaba ver el trato tan cariñoso que tienen las miradas de complicidad que se dedican continuamente. En ese momento pensé: Marina comienza el espectáculo, ya te toca.
Entre en el baño para cepillar mis dientes y muy concentrada me prepare mentalmente. Al salir estaba ya Thea desnuda abrazándolo y besando sus labios, al verlos me quite la ropa y me uní a ellos, me apetecía mucho tener sexo. Los tres nos besábamos sin ningún orden y el deseo nos fue invadiendo, mientras yo lo besaba ella comenzó a acariciar su pene y a mamarlo muy despacio. Al ver su grueso pene entrando y saliendo de su boca baje para que me dejara participar, tenía que abrir mucho la boca para que su rosado y enorme glande entrara sin hacerle daño con los dientes pero me encantaba tener ese gigante de babitas dulzonas dentro de mi boca que con mi lengua trataba de acariciar. Con su pene entre nuestras bocas al unísono movíamos la cabeza para que se deslizara entre nuestros labios, sus fuertes gemidos lo estremecían. Siguió tumbado y Thea se puso sobre él apoyada en sus rodillas, descanso sobre sus brazos hundiendo la espalda, me expuso en primer plano su rosado y húmedo sexo que bese y lamí con mucho deseo. El recto pene de Elmar rozaba mi cara, lo tome y tras chuparlo lo guie hasta la entrada de la vagina, al notarlo fue bajando hasta que desapareció dentro de ella y muy despacio se comenzó a mover. Le acaricie sus grandes y proporcionadas nalgas, moje mis dedos en mis abundantes flujos y acaricie su anito presionando el dedo como en un intento de metérselo, los gemidos salían de sus gargantas, mi excitación era enorme y me acariciaba el chochito viendo como era penetrada una y otra vez, ante el espectáculo tan grandioso que veía mi deseo por tenerla dentro era tremendo. La abrace por detrás y con una de mis manos pellizcaba sus pezones y con la otra busque su clítoris para acariciarlo. Su respiración aumento de ritmo y los continuos gemidos anunciaban el momento supremo, sin dejar de pellizcar sus duros pezones y acariciar su clítoris un fuerte orgasmo la estremeció, la abrace todo lo fuerte que pude con su espalda contra mi pecho notando el temblor de su cuerpo pleno de placer.
Cuando se separo Elmar tiro de unos de mis brazos tumbándome boca arriba sobre la cama, de rodillas a mi lado vi que se iba a poner un condón, le dije que no era necesario, se puso sobre mí y la mano de Thea coloco su pene en mi chochito y despacio me fue penetrando. Notaba como las paredes de mi vagina se dilataban para abrazarlo. Sus lentos movimientos me trasmitían millones de sensaciones, me sentía completamente llena, lo abrace con fuerza para que su dura pancita aplastara mi vientre. Sentía su pene recorrerme por dentro, la lengua de Thea recorrían mis muslos que hacían que mis sentidos enloquecieran aun mas.
Fui notando como de un momento a otro seria invadida por el placer y cuando su pene se inflamo para eyacular un fuerte orgasmo me estremeció y en el momento más intenso su esperma me inundo alargando mi delicioso orgasmo, abrace fuertemente su pene con mi vagina y Elmar movía la cabeza de un lado a otro como un desesperado entre bufidos y encloquecido de placer.
Cuando me la saco se tumbo a mi lado y al mirarlo me beso con dulzura. Thea después de lamer y mamar su pene me abrió las piernas para lamer y chupar mi chochito que al relajarlo le fui dando el semen que tenia dentro. Lo pasaba a su boca y lo tragaba como si fuera un manjar entre exclamaciones de gusto.
Salimos de la habitación y las dos desnudas nos sentamos en el amplio sofá, me abrace a ella mientras me decía muchas lindas cosas que acalle al besar sus labios y pude saborear la acidez del semen mezclado con su saliva. Durante mucho rato nos besamos y despegue mi boca de la suya para buscar sus pezones, mamarlos y notar como crecían hasta ponerse duros y grandes, me encantaba chuparlos, pronto sus gemidos aumentaron y fui bajando para lamer y besar su inundado sexo aspirarando su aroma. Recorrí cada pliegue y cada rincón al notar con mi lengua su durito clítoris lo lamí muy despacio hasta hacerla temblar de placer con el roce de mi blandita lengua.
De rodillas entre sus piernas moje mi mano con el flujo que resbalaba por mis muslos mezclado con los restos de esperma que aun me salía, muy despacio con todos mis dedos unidos los fui introduciendo en su vagina que se dilataba para lentamente meter mi mano y sentir su abrazo, por la vez anterior sabia que le gustaba mucho tener mi mano dentro.
Con pausados movimientos entraba y salía de su vagina, se retorcía de placer con la respiración entrecortada por los gemidos. Me trasmitía su placer en mi mano con continuas contracciones. Al verla disfrutando de forma tan intensa la expresión de su cara era bellísima. Por la forma en que contraia su vagina me hacía ver que estaba cercana a explotar de placer.
El instante supremo no se hizo espera, casi un grito se le escapo de la garganta cuando un fuerte orgasmo la invadió dejándola sin fuerzas. Cerró las piernas con mi mano atrapada dentro, notaba muy bien como latía su vagina alargándole mucho más el placer por tenerla dentro.
Se fue relajando y despacio fui sacando mi mano que al liberar los nudillos gimió sobre saltada.
Me gustaba mucho comprobar que yo le hacía sentir tanto placer, después de lamer su sexo y saborear sus dulces juguitos, cerré sus piernas, me senté en su regazo para besarla y tuviera el sabor de su placer, acariciar su carita, mirar sus azules ojos y decirle muchas palabras tiernas. Abrazadas besábamos nuestros labios y una de sus manos acariciaba mis pechos deslizando la palma de su mano sobre mis pezones que enseguida respondieron a las caricias.
Cuando noto que mi deseo aumentaba me levanto de su regazo y sentándome en el filo del sofá se sentón entre mis piernas levantadas y muy abiertas durante largo rato beso mi chochito entre exclamaciones que me gustaban mucho me dijera.
Se recreaba con su lengua recorriéndolo en todas las direcciones. La excitación que me provocaba era difícil de soportar. Me incorpore para traerla hacia mí y besar sus labios mojados de mi deseo.
Puso mis pies sobre sus hombros y comenzó a succionar mi clítoris a intervalos, cada vez que lo hacía me parecían notar que se inflamaba y crecía por la succión, lo sentía muy bien entre sus labios, la sensibilidad al roce con los labios me hacían enloquecer Introdujo uno de sus dedos y comenzó a presionar la parte superior de la entrada de mi vagina con lentos movimientos en circulo a la vez que deslizaba mi clítoris entre sus labios y acariciarlo con la lengua.
Un fortísimo orgasmo me estremeció de forma tan grande que no sabía si estaba sintiendo un larguísimo orgasmos o muchos seguidos, perdí la noción de mi ser, temblaba entre convulsiones que a pesar de separar su boca los orgasmos se encadenaban uno tras otro. En cada espasmo de placer un poquito de pis se me escaba sin poderlo controlar, sin separar su carita dejaba que mi pis la mojara los labios y resbalara por su pecho, frotandolos para mojarlos.
Cuando me calmaba un poco me lo volvía hacer volviéndome loca sin poder controlar mis convulsiones que hacían que saltara del sofá sin ningún control, la intensidad del placer era tan grande que sentía me desmallaría de un momento a otro. Inundada de lagrimas le suplique ya no mas, no sabía qué era lo que recorría mi cuerpo de pies a cabeza pero sabía que estaba a punto del desmallo por sentir un placer tan brutal.
Ya más repuesta pero temblorosa me sentó de nuevo en su regazo y entre sus brazos me fui calmando, mi piel estaba mucho más sensible a las caricias que me daba y el bello se me erizaba con el más mínimo roce de sus manos.
Le pedí disculpas por no haber podido controlar el pis que se me escapo pero me dijo que había sido un lindo y muy delicioso regalo.
En sus brazos, rendida me quede dormida envuelta en el delicado aroma a sexo de nuestros impregnados cuerpos.
Me desperté al notar unos suaves golpecitos en mi culete, estaba tumbada sola en el sofá, no me di cuenta cuando ella se levanto, me sentía muy bien y con la sensación de mucho placer por todo mi cuerpo, después de darme muchos besos y decirme muchas cosas lindas me fui a la ducha.
Termine la ducha con agua fría, me reconforto y me dejo como nueva me sentía muy bien y mientras me daba mi hidratante me entro curiosidad por ver mi clítoris que estaba normal pero todo mi sexo con un color rosa mucho más intenso.
El resto de la tarde lo pasamos dando un paseo por los alrededores del hotel o sentados en el jardín y a eso de las ocho subimos para ponernos elegantones e irnos a un restaurante cercano a cenar.
Esa noche como si de una disputa se tratara entre dos niños por un juguete pase por las manos de los dos totalmente entregada a sus caprichos, Elmar, me follo de todas las formas que le apeteció pero en especial una me encantaba, era con las piernas estiradas cerradas alzaba mi culito y resbalaba su imponente pene entre mis nalgas, al llegar a la altura del anito me la hundía ligeramente como si me la fuera a meter, era muy rico sentir la puntita dilatándolo un poquito, continuaba bajando y a la altura de la vagina de un empujón me metía su enorme glande. El dolor por la dilatación brusca me enloquecía mientras Thea sentada delante de mí, en el cabecero de la cama, con sus piernas dobladas y muy abiertas yo le lamia su jugoso y perfumado chochito sin dejar de gemir entre orgasmos que mi lengua le provocaba al lamer su clítoris. A él le encantaba lo abrazara con mis piernas por la cintura y lo rodeara con mis brazos por el cuello y de pie me la metía entera con sus dos manos en mis nalgas me subía y bajaba clavándome sobre su duro pene. En esa postura nos corrimos los dos con un orgasmo descomunal que hizo perdiera fuerzas en sus piernas cayendo de espaldas sobre la cama y yo sobre él sentada sobre su pelvis con el tiempo justo de abrir mis piernas para que no callera sobre ellas. Si el tamaño de su pene hubiera sido proporcionado al grosor me la habría sacado por el ombligo.
Elmar me follo hasta quedar sin fuerzas, dejándome llena de esperma que rebozaba de mi vagina empapando la tolla que pusimos sobre la cama. Gozo de mi todo lo que quiso hasta no poder más y haciéndome gozar a mí hasta límites insospechados.
Casi sin tenerse de pie se fue a dormir a la otra habitación. A solas las dos nos fuimos calmando y regresando del estado de lujuria y desenfreno en la que, minutos antes, estábamos como tres fieras dispuestas a devorarse.
La calma nos envolvió y dejo paso a la ternura y el amor que solo una mujer puede dar a otra entre interminables besos y delicadas caricias, endulzando los sentidos con el perfume de nuestra piel.
Quería hacerle a Thea lo que ella me hizo esa tarde enloqueciéndome de placer, le pedí me enseñara, me fue guiando como poner los labios para succionar solo el clítoris y donde presionar y mover en pequeños círculos mi dedo a la entrada de la vagina, después de varios intentos conseguí notar como crecía entre las pausadas succiones, notaba en mis labios su durita textura y moviendo mi cabeza como si mamara un pequeñito pene a la vez que mi dedo presionaba y acariciaba la entrada de su vagina. Cuando acompase ambas cosas Thea no dejaba de gemir y despacio la fui llevando hasta que todo su cuerpo temblaba entre convulsiones de placer, al separar mis labios sus convulsiones continuaban entre gemidos, yo sabía que los orgasmos la seguían invadiendo haciéndola enloquecer aun sin tocarla. Desconozco que ocurre pero los orgasmos son demoledores haciendo que tiembles sin ningún control como si de un ataque epiléptico se tratara provocado por los continuos orgasmos.
Calmadas y exhaustas continuábamos besando nuestros sexos aspirando los aromas de nuestra esencia de mujer como si una extraña atracción impidiera separa los labios y dejar de sentir su perfume.
En sus brazos, rendida por el dulce cansancio de haber sentido tanto placer, entre las caricias y dulzuras que Thea me hacía y decía muy bajito me quede dormida acurrucada en su pecho.
A la mañana siguiente se levantaron antes que yo, me dejaron dormir más tiempo consciente de la paliza que me habían dado. Unas dulces caricias me fueron sacando del sueño. Elmar sentado a mi lado me acariciaba y miraba muy sonriente, me incorpore, me abrace a su cuello y lo bese con dulzura. Thea entro con un carrito con zumos y muchas cosas ricas, la bese y cuando me fui a poner una camiseta larga me pidió quedarme desnudita, me sentía un poco avergonzada de verlos mirarme fijamente estando desnuda sin pronunciar una palabra. A pesar de todo comí con mucha hambre notando mi lengua muy cansada y casi dolorida por el esfuerzo del día anterior. Después de mi té con limón calentito, como todas las mañanas, mi tripa reclamaba ir al baño.
La ducha e hidratar todo mi cuerpo me dejo nueva pero mi xixi estaba dolorido e inflamado lo notaba hinchado entre las piernas, en vez de estar rosa estaba rojo e irritado, igual tenía los pezones y un pequeño roce me molestaba. La cremita y un masajito me alivio mucho, me vestí con unos shorts de algodón cortitos turquesa claritos y un top a juego antes de salir una última mirada al espejo pera decir entre dientes: estoy destrozada pero como me ha gustado.
Me senté con ellos en el salón y Thea me dijo – ¿Que tienes pensado hacer te quieres ir o prefieres quedarte a comer con nosotros? Haz lo que tú quieras con total confianza. Respondí
– Yo prefiero comer con vosotros porque ¿a qué hora os vais para el aeropuerto? – Tenemos que salir del hotel a las cinco – Pues me gustaría pasar hasta esa hora con vosotros salvo que queráis hacer otra cosa – No ni mucho menos nos encanta estar contigo y nos acompañe hasta que nos vayamos – Que bien, me gusta tanto estar con vosotros. Me apachucho contra su pecho y decidimos darnos un chapuzón antes de comer.
Nos dimos un baño en la piscina, comimos temprano en la terraza y nos fuimos para la suite.
Después de una ducha nos sentamos hablar tranquilamente los tres, vi con alivio que estaban muy tranquilos y cuando se pusieron a prepara su equipaje y yo a guardar mis cosas, al terminar los ayude con las suyas. Con todo ya preparado nos sentamos de nuevo.
Elmar me dio un sobre cerrado con el membrete del hotel y le repetí que no era necesario que con su regalo era más que suficiente. Yo de esa forma demostraba mi gratitud y abría la puerta al futuro, insistió, tome el sobre y antes de guardarlo les di varios besos para darles las gracias, guarde el sobre en mi bolso de mano y me dijo – Marina para nosotros sería una gran satisfacción poderte ayudar en lo que sea y por favor no te de verguenza llamarnos para pedirnos cualquier cosa que necesites. Volví a dar las gracias y respondí – Bueno si eso sucede yo os llamo porque sé que lo hacéis de corazón y espero que nuestra amistad continúe por mucho tiempo – Eso ni lo dudes eres un ser increíble que la fortuna nos ha permitido conocer, eres muy especial por nosotros. Los bese nuevamente y me correspondieron con mucha ternura.
Cuando faltaba una hora para la partida nos dimos nuestros correos personales y Thea me dijo que en algunas ocasiones venia a Madrid por temas de trabajo y que le gustaría la acompañara en algunas reuniones para que le tradujera comentarios que hacen en español que pueden ser importantes para ella y que eso sería considerado como trabajo para su empresa. Le conteste que por supuesto. Cuando llego la hora nos despedimos definitivamente, notando en la despedida el afecto que sentían por mí.
En el ascensor pensé en irme dando un paseo pero ya en la calle por la hora que era hacia todavía calor, preferí tomar un taxi, además me di cuenta que no podía dar un paso.
Cuando entre en el piso la Sra. Encarna no estaba así que me fui a mi cuarto, lo primero que hice fue sacar mis cosas de la bolsa de viaje, cuando solo quedaba por sacar el estuche del reloj vi el estuche con el envoltorio de la joyería del hotel, no me lo podía creer, era el brazalete que sin saberlo ni decirme nada guardo en algún momento en mi bolsa, lo bien que fingió diciendo que era para una sobrina de mi edad y que yo la ayudara a decidir, a pesar que por un momento en la joyería pensé que era para mí supo confundirme. Con cuidado lo desenvolví porque sabía que había una nota y al leerla ponía: Con todo mi cariño para mi hermosa muñeca. Thea.
Me quede perpleja y como no encantada porque el brazalete no podía ser más bonito. Tome el teléfono para mandarle un mensaje pero me acorde que en mi bolso de mano estaba el sobre. Lo abrí y la sorpresa fue de infarto, ¿Cómo era posible tanto?
Me pregunte una y otra vez como después de regalarme el reloj y el brazalete me daban una cantidad tan grande. Del valor del reloj tenía una idea aproximada ya que lo vi en una revista como novedad de la marca, en cambio del brazalete no tenía ni idea porque además pago con tarjeta pero sin duda por la joyería que era tenía que ser muy elevado sin duda es un modelo exclusivo o casi. A pesar de todo me podía hacer una idea cuanto les había supuesto el fin de semana conmigo y la verdad me sentía muy bien me valoraran tanto y me di cuenta que los consejos que leí en las memorias eran ciertos así que ya no tenía duda de seguirlos al pie de la letra.
Nerviosa tome el teléfono y le mande un mensaje con mil palabras de cariño y agradecimiento para los dos y diciéndole que los llamaría al día siguiente para directamente darle las gracias. A los pocos minutos me contesto que ella me llamaría.
Ordene todo en el armario y desnuda me tumbe en la cama, el roce de la ropa me molestaba solo llevaba puesto mi bonito reloj y el preciosos brazalete, no dejaba de tocarlos y mirarlos con detenimiento, leí las instrucciones de mantenimiento del reloj y vi que en el estuche había un tubito con un liquido aceitoso para una o dos veces al año poner en el brazalete de caucho, también vi que tenía que cumplimentar con mis datos la garantía que tenía que mandar o entregar en un vendedor oficial Tag Heuer. Me sentía muy feliz y contenta por tener tan generosos amigos.
Tuve la intención de encender mi pequeño portátil para escribir en mi diario todo las cosas que desde los nueve años escribo cada día pero me sentía cansada, temía no reflejarlo con detalles y como me gusta además quería darle otro enfoque diferente, quería que fuera muy detallado y más real, así tener la posibilidad, cuando pasen los años, poder leer y recodar el cambio tan radical que di a mi vida el veintisiete de Mayo del 2.012 con la grabación como protagonista de un video porno y como al volver a leer las memorias de la que ya es mi maestra, decidirme a seguir sus pasos para ser como ella una autentica escort.
Tumbada en mi cama es cuando me di cuenta que estaba agotada, tenía el xixi inflamado, los pezones irritados, la lengua insensible y los labios casi ni me los podía tocar. Con un poco de pudor recordaba la noche anterior, nunca imagine que la lujuria se apoderara de mí hasta el extremo de perder totalmente el control entregándome sin ningún pudor para que hicieran conmigo lo que quisieran a cambio placer. Verme en ese estado de lujurioso deseo provocaba aun más sus instintos primarios para utilizarme en satisfacer sus deseos. Lo mismo era penetrada que al instante siguiente enloquecida le pedía la pusiera en mi boca porque deseaba mamarla mientras Thea lamia, chupaba y mordía mi sexo, el dolor de sus incontrolados mordiscos aumentaba mas mi deseo y el placer.
No sé en cuantas posturas me ponía para poder ver y no perder detalle como Elmar me penetraba o Thea me lamia. La que más me gustaba era con los pies tras la nuca dejándoles mi sexo y anito totalmente expuestos para sus caprichos, así podía ver con todo detalle cómo Elmar me la hundía sin compasión o la lengua de Thea lamer mi ano y chupar mi clítoris inundándolo del esperma que ella tomaba de mi vagina cuando me la sacaba después de eyacular. Ahora me doy cuenta que en el estado de ceguera que estaba no hubiera puesto objeción si me hubiera querido penetrar el ano, habría sido fatal, creo que me hubiera partido en dos, por suerte no fue así.
Recordaba que hasta que grabe el video nunca un hombre me hizo gozar de la forma que lo hizo Erik consiguiendo que perdiera la noción de estar siendo grabada. Hasta ese día llevaba muchos meses sin sexo y sin masturbarme, era muy raro que lo hiciera e incluso había veces que no llegaba al placer y lo dejaba por no considerarlo apropiado en una mujer como yo. En cambio ahora mi apetito sexual se ha despertado y cualquier recuerdo es suficiente para que mi mano acaricie mi sexo hasta sentir placer, en muchas ocasiones más de una vez, lo cierto que el despertar a mi sexualidad hace que me sienta más mujer y mucho más feliz, ni yo misma me reconozco, no sabía que dentro de mí hubiera tato deseo de sexo.
Con esos pensamientos me quede dormida con la sensación de estar flotando dentro de una nube de placer que envolvía todo mi cuerpo.
Como hora y media después me desperté me sentó muy bien haber dormido ese rato.
Me acorde de Elena y tome el teléfono para llamarla y hablar un rato, al ver que era yo con su dulzura de siempre me dijo – ¿Hola corazón como estas, que tal con los guiris? Así se les llama aquí a los extranjeros. Respondí – Muerta me han dado una buena paliza, ¿Y tú que has hecho? – Pues mira me lo he tomado muy tranquilo, el sábado salí con una amiga, medico también, después de volver de la playa y hoy he estado en la playa hasta hace poco – bueno te los has tomado tranquilo e imagino que abras estado pensando en tu nueva consulta – Si un poco pero te eche de menos, nos entendemos tan bien que me gusta mucho estemos juntas
– Si es verdad además nos reímos tanto. Y me pregunto – ¿Quieres que baya a por ti y tomemos algo? – Elena estoy muerta y seguro que no aguantaría mucho, prefiero acostarme muy pronto – Te entiendo entonces quedamos mañana, yo quiero ir a primera hora a la consulta y en cuanto termine, pienso será sobre las once, te llamo, te voy a buscar y nos venimos a casa y me cuentas que no he parado de pensar que sería lo que me tienes que decir, malvada que me tienes muy intrigada. – Si mejor, así hablamos y pasamos el día juntas.
Nos despedimos hasta el día siguiente.
Colgué y pensé en las cosas que tenía que hacer, primero hablar con Elena, el martes cenar con Alizeé y cuando regresara de su viaje hablar con F.G y saber también qué era eso tan importante que me quiere decir.
Oí cerrar la puerta de entrada, era la Sra. Encarna que regresaba, me puse una camiseta larga y salí a saludarla, la vi muy bien arreglada y guapa pero sobre todo muy contenta, me dio dos besos muy cariñosos y me invito a cenar con ella. Después de ayudarla a ordenar la mesa me despedí por estar cansada, antes le dije que al día siguiente me levantaría más temprano porque tenía clases de ballet y yo me prepararía mi te y a la vuelta desayunaría.
Esa noche después de ponerme una buena cantidad de crema y un buen masaje en el xixi y los pezones me acosté no me dio tiempo a pensar en nada, aun estaba invadida por la sensación de placer de unas horas antes y me acorde de Elena cuando dice que lo que más le gusta en el mundo es que la dejen muy bien folladita, yo pensaba lo mismo que ella. Con esa placidez me quede dormida profundamente.
Muy temprano me desperté, ya me encontraba repuesta del cansancio y los efectos reparadores de la cremita íntima habían hecho su efecto. Mí estado de ánimo rebozaba de satisfacción. Después de tomar el te entre en el baño para dejar mi tripa en orden y con un ligero lavadito de cara tome mis cosas y me fui para mi clase con la ilusión de poder al fin volver. Volví a echar de menos mi bici así que a paso ligero calentaría mis piernas. Me di una buena sección de barras con algunas molestias por lo ajustado del maillot en mi xixi que aun estaba un poco resentido pero vi con satisfacción que me encontraba muy en forma aun después de tres meses sin hacer nada.
De vuelta en el piso después de ducharme, la Sra. Encarna se sentó a mi lado mientras desayunaba, continuaba muy contenta, al preguntarle por los motivos de su alegría me respondió muy sonriente.
– Hija mía ayer mi corazón ha vuelto a despertar gracias a un amigo con el que salgo hace algún tiempo, me dijo que le gustaría nos fuéramos conociendo de forma más intima y cuando me acompaño al portal de la casa nos besamos durante bastante tiempo, me siento otra mujer. Me abracé a ella para demostrarle mi alegría y desearle todo lo mejor, esa ilusión no la haría sentirse tan sola.
Como a las diez treinta me llamo Elena, había terminado antes de lo previsto y quedamos que me pasaba a buscar e irnos a su casa. Mientras la esperaba me note un poco nerviosa por si todo lo que le contara la decepcionaba y cambiara el concepto que de mi tenia.
Lo que sucedió después, lo publicare cuando lo traduzca al español.
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