Mariposa… mariposa…
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Zaida.
Esa mujer es la esposa del mejor amigo y compañero de trabajo de mi esposo y solemos reunirnos los fines de semana para compartir asados o cenas o tragos.
Ninguno de los esposo sabe de nuestra bisexualidad (porque es algo muy nuestro y ellos no lo entenderían) y creemos que no sospechan de nosotras cuando les decimos que nos vamos a un spa, cuando en realidad vamos a unos de los pocos hoteles por hora donde aceptan dos personas del mimso sexo.
El tema es que hace unos meses asistimos ambas a una reunión de "tuppersex" y adquirimos algunos adminículos para jugar entre nosotras. Uno de estos elementos es un "butterfly", que, traducido, es una especie de mariposa de cuerpo mas o menos grande y que se coloca debajo de la tanga y entonces este cuerpo queda justo entre los labios de la vagina. Las alas sirven para sostenerlo bien en su lugar u quedan debajo de la tanga tanbién. Este tiene unas pilas peqeñas (como la de los relojes) y vibra a gusto y voluntad acciondo por control remoto.
Otro juguete que compramos son las bolas chinas, con la diferencia de que las puedes usar con o sin vibro y llevarlas dentro cada vez que se te ocurra.
Sucede que hace unas dos semanas decidimos salir los dos matrimonios a cenar y la idea era luego ir a bailar.
Cuando entramos al restaurante mi amiga me invitó a ir al baño y luego de hacer todo lo que una hace en ese lugar me comentó casi al oido que había traido el butterfly y si quería usarlo debajo de la bikini que llevaba, que a ella le ponía muy caliente de sólo saber eso. Le comenté que podía hacerlo si a ella le daba placer saberlo, pero que de ninguna forma iba a usar el vibro.
Ella accedió, me lo dió, lo coloqué en su lugar, lo ajusté con la ropa interior, bajé el vestido, me dió el control remoto y salimos hacia la mesa donde ya habían servido un buen vino blanco.
No voy a decirles que no sentí cierta humedad cuando salimos y me senté en la mesa, sabiendo que ella y yo conocíamos nuestros puntos débiles y que nadie alrededor se imaginaba que cada vez que me cruzaba de piernas los labios de mi vagina se abrían y mi clítoris recibía el cariño de esa mariposita…
Comimos y bebimos (bastante) y cuando empezamos a charlar de cosas banales siento en mi conchita que algo extraño me estimula… era la mariposa que vibraba… me pregunté cómo?… la miré a ella y allí entendí todo… el control remoto que me había dado era de la puerta del garaje y la muy malvada tenía el cotrol del butterfly que yo llevaba "puesto". Se sonreía con una carita que solo yo se lo que significa… calentura… amor… deseo… placer, etc.
El tema es que yo estaba al lado de mi esposo y ella no dejaba de hacer vibrar mi clítoris… traté de no desesperarme… me fué casi imposible… tuve dos orgasmos y pienso que ambos hombre no se percataron de eso… les puedo asegurar que fue maravilloso desear a esa mujer, verla con su cara de inocente y cambiar la cadencia de vibración como sólo ella sabía que era capazde hacerme llegar al orgasmo.
Cuando fuimos al baño tratamos de dejar que las pocas mujeres que había se fueran… la metí sin hacer mucho esfuerzo en un privado y cerré la puerta.
Le subí la falda, le bajé la tanga y le sorbí su sexo hasta que me dejos dos veces sus jugos en la boca.
Nuevamente salimos a la mesa… fuimos a bailar… y cuando llegamos a casa tuve sexo desenfrenado con mi esposo a quién dejé exhausto y yo quedé destruida.
Zaida
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!