Me volví su mujer y eso me gusta
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me llamo Laura, soy Bacterióloga, tengo 26 años, siempre me han gustado los hombres, pero desde que tuve mi primera experiencia lésbica considero que soy bisexual.
Soy Colombiana, de la Costa, al igual que Milena, la chica con quien estoy manteniendo una relación.
Ella tiene 28 años.
Me vine a la ciudad de Bogotá por oportunidades laborales y después de varios meses de espera conseguí trabajo en una clínica, me quedaba pesado trasladarme desde el sector donde actualmente vivía hasta la zona donde está la clínica ubicada, así que una noche después de salir de mi turno pegué en los alrededores avisos, donde solicitaba un apartaestudio o un arriendo de habitación y dejé mi número de celular, dentro de la misma clina comencé a preguntarle a las enfermeras y personal administrativo y fue el vigilante que me dijo que la chica de Radiología le había dicho que estaba buscando alguien para compartir los gastos, que la localizará en el turno del día siguiente y hablara con ella.
Al día siguiente pude en un espacio bajar rápidamente hasta su dependencia y pregunté quién era la de radiología, cuando la vi, que hermosa, me presenté, le dije mucho gusto soy Laura, una de las Bacteriólogas, ella me dijo mucho gusto, soy Milena, fue tan breve en decirle que me había enterado que ella rentaba una habitación, pero como no me podía ausentar de mi lugar de trabajo por mucho tiempo le dije, dame tu número y conversamos bien, me dio el número y subí a seguir en lo mío, comencé a escribirle y le dije que estaba necesitando mudarme porque la clínica me quedaba muy lejos y más cuando me tocaba salir a las 10:00 de la noche, ella me dijo que el apartamento era de la familia y que buscaba con quien compartir los gastos de servicios más que todo porque prácticamente se pasaba el día en el trabajo y no podía ofrecer alimentación, no vi problema en eso, ya que me había dicho que sólo quedaba a 5 cuadras de la clínica y así ahorraba en transporte un poco.
Sólo le pregunté que si debía darle un anticipo y que cuando me podía mudar, así que concretamos que para el último fin de semana del mes y coincidencialmente no tenía turnos en el día ese fin de semana,asi que se vino la fecha, me he mudado, es muy poco lo que los primeros días lográbamos hablar, cuando ella llegaba yo iba saliendo, lo que si trataba era de dejarle de comer, hubo una semana en la que ambas teníamos turnos de 6:00 am a 2:00 pm, y en las tardes después de descansar un poco empezamos a charlar, y conocernos mejor, yo soy de la ciudad de Santa Marta y ella es la ciudad de Montería como dije al comienzo del relato somos Colombianas.
Y ahí poco a poco ya fuimos generando cierta confianza en las dos, a mi me mandaban de mi casa comida costeña, a ella le llegaba igual, teníamos oportunidad a veces en la semana de cocinar y comer saludablemente comida costeña, así pasaron alrededor de 4 meses, de ella logré saber que estuvo a punto de casarse y el novio que tenía había embarazado a una chica de 16 años y todo se le vino a bajo, yo si tenía mi novio pero seguía en la costa, hablábamos por celular o vídeo llamadas.
Un fin de semana que ninguna de las dos estábamos sujetas a la disponibilidad de turnos en la clínica decidimos ir a una discoteca donde sólo íbamos a escuchar música de la costa y la mayoría de las personas que la frecuentan son costeñas y costeños, tomamos hasta casi perder la noción del tiempo por una borrachera y ya a eso de las 3 de la madrugada pedimos un taxi hasta el apartamento y si recuerdo que entramos cantando un vallenato, y nos tiramos en el sofá de la sala a reír, no se como terminamos fundidas en un beso que nos opacó la risa y la bulla que teníamos, porque al separar nuestros labios todo fue un silencio absoluto, sólo le dije, disculpame y cuando me estaba parando del sofá, ella me agarró de la mano y sólo dijo, no fuiste tú, fui yo, me gustas Laura, de escuchar eso creo que se me bajaron los tragos que tenía, aunque si ella estaba más tomada que yo, mi respuesta anterior eso fue, ven mañana hablamos, vamos a descansar, la ayudé a subir, no supe de nada más, hasta la mañana, que desperté a las 10:00 y me di un baño y preparé de desayunar.
Me asomé en su habitación y vi que estaba despierta, pensé que me iba a acompañar para no comer sola, pero tardaba en salir y decidi subir nuevamente a ver si era que no tenía hambre, o que pasaba, toqué la puerta y le pedí permiso de entrar, no quería ni darme la cara, sólo me dijo que no se sentía bien, pensé que era guayabo, de verdad no me acordaba de lo que habia pasado o no le di importancia, entonces decidí subir con el desayuno y más que el jugo le iba a sentar bien.
Mientras desayunabamos le pregunté que si que tenía, si era necesario ir a la clínica o prefería un energizantes, y fue entonces que me dijo que se sentía mal por lo que había pasado cuando llegamos al apartamento, y que la disculpara por lo que hizo y me dijo, sólo le dije, desayuna tranquila que igual me gustó.
No dijo nada y no volví a decir nada, es que de hecho no sabía si lo que había dicho era verdad o sólo por hacerla sentir bien, sólo lo dije, sin medir las consecuencias que podía traer el comentario.
Y así terminó el fin de semana, vino la rutina de trabajo, durante dos semanas nunca coincidimos en turnos, ella los tenía por la mañana y yo tuve una semana de turno de 10:00 pm a 6:00 am, me dedicaba a dormir casi todo el día, pero cuando las cosas tienen que pasar pasan y nadie las puede evitar,en esa semana que ella salía a las 2:00 pm de turno llegó al apartamento y yo estaba dormida, a veces dormía hasta 10 hrs, y a casi 4 de la tarde entró a mi habitación a despertarme y me dio un beso muy tierno, no fue en la boca.
Pero se sintió rico, me dijo, levantate que se te hace tarde para irte, ya casi son las 4 de la tarde además hice comida y te va a encantar.
Cepille mis dientes y bajé a la cocina para comer con ella y después bañarme, que sorpresa tan rica encontrar en la mesa la comida que más te gusta y con ese sabor casi de tu hogar, hizo unas deliciosas pastas con pollo, pimentón y maíz, esa es mi debilidad y estaban tan ricas, que una vez terminada de comer le di un abrazo y me atreví a besarla en la boca, diciéndole, gracias amor, estaban demasiado ricas, creo que eso la llenó de confianza y me abrazó y dijo: soy tan feliz de que estés acá conmigo.
Nos miramos y seguimos besándonos, esas cosquillas tan ricas que sentía en mi cuerpo y ese latir tan rápido de mi corazón me estaban delatando con ella, me rendí ante sus besos y sus caricias, por primera vez en mi vida otra mujer acariciaba mi cuerpo, tocaba mis senos por debajo de mi pijama,me envolvía en sus brazos mientras me besaba, me dejé llevar hasta su habitación y me desnudó completamente, yo estaba tan excitada que no sabía que decir ni que hacer, eran casi las 5 de la tarde y yo debía salir a las 5:30 para el trabajo, pero no me importaba, sentía tanto deseo de ella, que nos metimos juntas a la ducha, jugó con el jabón y mi cuerpo, chupaba mis senos y eso me estaba enloqueciendo, recorría mi abdomen con su lengua mientras de la regadera caía agua, metía su lengua en mi ombligo, yo no sabía dónde estaba, sólo soltaba suaves gemidos de placer, ella lavó mi vagina, sentir ahí sus manos era maravilloso, rozaba levemente mi clitoris, estaba con el corazón acelerado, salimos del baño y nos tiramos en su cama y nos metimos debajo de las cobijas, hacia demasiado frío, ahí comenzó nuevamente a besarme con ternura, a recorrer cada centímetro de mi cuerpo con sus dedos, me sentía en la gloria, tenia mas de 8 meses de no tener sexo, comenzó a chupar mis pezones con tanta delicadeza, disfrutaba de cada caricia que ella me estaba dando, lentamente bajó hasta mi vagina, creanme que sentir la punta de su lengua caliente ahi dejado por primera vez hizo que tuviese un orgasmo sin aún sentir sus movimientos, pero ella siguió, agarró mis manos y se metió entre mis piernas y comenzó a darme la mejor dosis de sexo oral que podía estar recibiendo en mis 10 años de vida sexual activa, yo me movía tan rico con cada chupada que ella me daba, con cada metida de sus dedos en mi vagina, con cada movimiento de su lengua.
Yo gemía como puta, le pedía que siguiera, que no parará, estaba a punto de tener mi orgasmo, apreté su cabeza duro con mis piernas cuando sentí que estaba por correrme y se lo dije con mi voz entre cortada, me vengo amor, me vengo, uffff que rico, y le di todos mis jugos vaginales y se los tomó, fue lo mas maravilloso que pudo pasarme ese día, quedamos un rato acostadas en la cama riéndonos de lo que había pasado, me dijo, anda ve, lavate y vistete que se te hace tarde para ir al trabajo y no quiero que a mi mujer la regañen por eso, volvimos a reír con eso que dijo, me vestí rápidamente cuando salí de mi habitación ya la encontré vestida y esperando para acompañarme a coger el bus, y antes de salir a la calle nos dimos un beso en la boca.
Esa noche a mi turno llegué muy sonriente, hablamos por whatsapp casi hasta las 11 de la noche, me preguntaba que si me había gustado le dije que me había encantado, cuando me dio las buenas noches me pidió que la pensara toda la madrugada, eso me tenía con una sonrisa de adolescente.
Al dia siguiente cuando llegué al apartamento ella no estaba, pero cuando ella llegó de trabajar se entró a mi habitación y se metió en mi cama y me despertó con un rico beso, me dijo que me extrañaba.
Me sentía rara,sentia algo así como cuando tienes tu primer amor.
Ambas rogábamos que se acaba la semana para ya no tener turnos de noche, me pidió que ya no durmiera en mi habitación sino en la de ella cuando llegara del trabajo, no se por qué carajo estaba tan sumisa a todo lo que me decía, me estaba tratando como a una reina.
Cuando teníamos turnos juntas me mandaba chocolate a la oficina.
Comenzamos a dormir juntas y es tan maravilloso, hacer el amor con ella antes de dormir me relaja.
Hacerle sexo oral me gusta, aunque al principio me daban ganas de vomitar, pero ahora es uno de los mejores placeres de mi vida, lo mejor es cuando hacemos el 69.
Si, dormimos juntas, vivimos juntas, dejé a mi novio, le dije que eso a distancia no me gustaba, que no tenía vacaciones y eso verse un solo fin de semana al año no lo quería.
En el trabajo sólo somos compañeras de apartamento, pero en la cama somos más que eso.
Compramos un pene con arnés, es la mejor experiencia que estoy viviendo desde el año pasado.
Ella dice que yo soy su mujer y cuando le escucho decir eso me encanta.
Me siento protegida.
Vamos a bares gay y bailamos juntas, tenemos una vida de pareja muy bonita.
La verdad, creo que me enamoré.
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