MEMORIAS LESBICAS 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
El problema era que ninguno me interesaba, como mencioné en mi relato anterior, en un tiempo decidí darle una oportunidad a los chicos, pero aquello no avanzó en ningún sentido, los hombres incluso me repugnaban, pero no era yo una castradora, me hice muy amiga de algunos buenos muchachos (incluido un gay, él no lo aceptaba pero yo sabía bien su verdad), sin embargo la mayoría se me acercaban con aires de galanes o buscando algo más que una amistad
No quiero cansar a los lectores contando lo duro que me las vi rehuyéndoles, un maestro incluso me hizo serias insinuaciones, y es que pese a todo, la homosexualidad aún era un tabú en esas épocas, la sociedad americana no estaba tan abierta a esos temas, al menos no como es en la actualidad, por lo que yo no podía hacer gala de mi lesbianismo tan descaradamente, acepté salir con algunos chicos o amigos solo para guardar las apariencias, pero esas citas no terminaban ni siquiera con un beso en las mejilla
Poco a poco, conforme fui creciendo me di cuenta que el tema de mi lesbianismo no era nada fácil de asimilar, tenía que andar con cuidado, el tema social empezó a ejercer presión en mí, no era para nada como viven su homosexualidad las lesbianas jóvenes de hoy en día, que lo hacen de manera abierta sin que les importe lo que hablen de ellas, y me di cuenta que seducir o tener sexo con otras chicas no sería nada sencillo
yo ya había probado las mieles del placer y necesitaba volver a vivir esa experiencia, necesitaba urgentemente de una
mujer, después de miss Emily, solo volví a acostarme con otras dos chicas, y eso fue después que cumplí los 13 años y aunque ese par de folladas no fueron del todo satisfactorias, reafirmaron de manera contundente mi lesbianismo, y me dieron una falsa sensación de confianza en mí misma, creía que sería sencillo llevar a mi cama a cuanta mujer yo deseara, pero a partir de ese par de experiencias, no volví a tener suerte, las chicas que fui conociendo paulatinamente simplemente no daban motivo para que yo pudiera hacer mi jugada, no hubo ninguna que me diera alguna esperanza u oportunidad
en la clase de gimnasia creía volverme loca, todas salían con sus diminutos shorts mostrando unos culitos bellísimos y unas tremendas piernas, pero yo tenía que disimular, afortunadamente en esa época mi escuela no tenía duchas, si no quien sabe que estupidez hubiera cometido, lo único que a veces podía hacer era correr a los baños y hacerme una rápida paja para bajar la calentura, en otras cuantas ocasiones (no muchas dadas las circunstancias) pude chupar y lamer rápidamente las bragas de algunas de ellas corriendo enormes riesgos de que me atraparan
y cuando cumplí los 16 años, todo empeoró, mis hormonas estaban a punto de explotar y los chicos no ayudaban, no faltaba el muchacho que cada semana me invitara a salir por lo que aquella, digamos "doble" vida me hizo las cosas más difíciles, afortunadamente mi promiscuidad me ayudó a no enamorarme de alguna amiga o compañera, como dije antes, en ese entonces las lesbianas no éramos tan abiertas ni aventadas como lo son hoy, teníamos que ser más discretas
todo hay que decirlo, mi falta de experiencia y madurez, y sobre todo la falta de algún apoyo, me hizo cometer errores y equivocar mis deseos e impulsos, y sobre todo con personas con las que quizá no debí acercarme pero bueno, todo fue parte de un aprendizaje, y no voy a negarlo, ese día estaba yo sumamente cachonda, o como algunos latinos lo definen, andaba urgida, ninguna caía en mis redes y yo no sabía que hacer, y como es normal en estos casos todo sucedió de manera casual y sin planearlo
Llegué a la biblioteca a hacer una investigación para una tarea, había quedado de verme con una compañera que me atraía hasta cierto punto, no era guapa pero como dije, mis opciones de conquista se habían ido acabando rápidamente, mi intención era quedarme con ella hasta tarde e intentar seducirla, pero a último momento me dejó plantada, aquello me frustró muchísimo pero igual tenía que realizar mi parte de la tarea, por lo que algo irritada me dispuse a hacer lo que tenía que hacer, que más daba, ya estaba ahí.
asi que me acerqué al mostrador de la recepcionista, la Sra.
Preston, para pedirle un libro en específico, cuando de pronto y por alguna razón (imagino que fue por la calentura y frustración que ya traía anteriormente) me fijé detenidamente en sus tetas, eran enormes y aun se mantenían firmes, carajo ¿por qué nunca antes las había notado? la sra.
Preston era prácticamente una anciana, la típica bibliotecaria (las caricaturas de hoy prácticamente las han estereotipado) y no es por casualidad, así era la Sra.
Preston, bajita, de pelo corto y canoso, con unas gruesas gafas que ajustaba a su cuello con un llamativo cordón, no era regordeta de la cara pero su trasero era grande en comparación a su complexión, y jamás en mi vida me había fijado en ella de esa manera, su piel arrugada era muy blanca y tenía unos ojos azules bellísimos, se notaba que en algún momento de su juventud había sido atractiva, sus labios eran gruesos y sensuales, pero la horrible papada que le colgaba terminaba de arruinar el cuadro completo
¿qué me ocurría? era una vieja por Dios, ¿tan necesitada estaba yo? tal vez, porque necesitaba verle las tetas de nuevo solo para comprobar que no me lo estaba imaginando, después de un par de discretas miradas, confirmé que sus senos de verdad eran grandes y redondos, y pese a su edad aún se mantenían respetablemente erectos, podía notarlos a través de su blusa verde con cuello de tortuga, pero la Sra.
se mantenía a lo suyo sin prestarme la menor atención, siempre había sido muy amable y atenta con todo el mundo, no era para nada amargada y hasta ese momento me había parecido la vieja más aburrida del mundo, ¡que equivocada estaba!
como ya era normal en esas épocas, la biblioteca estaba casi vacía, solo estaban un par de personas por ahí que ya no recuerdo, me encontré con la mirada de la sra en un par de ocasiones, solo me sonreía y continuaba a lo suyo ignorándome por completo, de pronto tuve un inesperado impulso, me dije: "qué diablos", quizá estaba equivocando mi estrategia, pero estaba tan necesitada de sexo que fue lo único que se me ocurrió, así que esperé a que se acercara la hora de cerrar, para ese momento ya no había nadie en la biblioteca además de mí y la sra.
Preston (luego supe que su nombre era Margaret), así que, como lo esperaba se acercó a mí y en un tono dulce me dijo:
– Hola cariño, ya es hora de cerrar, dime ¿encontraste lo que buscabas?-
-yo… en realidad no sra.
–
-es una pena amor, pero puedes venir mañana, sabes que cualquier estudiante dedicado es bienvenido aquí.
–
No creía lo que yo estaba haciendo, ¿flirtear con una senil? me sentí patética, pero aquella posibilidad despertó mucho mi curiosidad:
– escuche.
sra.
no tengo nada que hacer en casa y me aburro mucho, ¿hay problema en que me quede aquí a ayudarle? quiero decir si usted está de acuerdo.
–
La anciana me miró gratamente sorprendida, no esperaba tan "inusitado" interés de una joven en su trabajo:
-oh.
esto es.
muy raro.
a nadie le interesa la biblioteca.
–
-bueno.
yo no soy nadie sra.
soy Magali.
–
-Oh si cariño lo siento.
es que esto es muy inusual.
pero no es necesario linda.
digo, una chica tan linda y joven como tu tendrá mejores cosas que hacer que pasarse la tarde con una vieja como yo.
no sé.
salir con sus amigas o con el novio quizá.
además no tengo dinero para pagarte-
Sonreí condescendiente, aquello iba mejor de lo que supuse:
-No tengo novio señora.
–
-Por favor llámame Margaret o Maggie como prefieras.
–
-De acuerdo.
no tengo novio Maggie, mis amigas tienen mejores intereses que yo y no le estoy pidiendo dinero, de verdad, solo quiero pasar el rato haciendo algo útil.
–
-ok.
si eso quieres.
déjame cerrar la puerta.
–
Nos sentamos en una mesa cerca de la recepción y me puso a etiquetar libros, aquello era tedioso y aburrido como la mierda pero yo estaba ahí por algo y no me iba a ir sin ello, ocasionalmente Maggie se levantaba y acomodaba un par de libros y regresaba a continuar con el etiquetado, mientras lo hacíamos la conversación transcurría normal y banal, me preguntó cosas de mi vida y ella me contó algunas cosas increíblemente aburridas de la suya, dios ¿qué estaba haciendo? ¿ligándome a betty white? finalmente comprendí que el asunto no avanzaba y no tenía para cuando terminar, no iba a pasar el resto del día etiquetando libros, tenía mejores cosas que hacer, así que empecé a reconducir la conversación hacia el tema que me interesaba: el sexual
Empecé a hacerle ciertas preguntas específicas y hacerle comentarios velados intentando sopesar el terreno, necesitaba saber cuanto antes si Maggie era lesbiana o si había alguna posibilidad sexual, y como no queriendo, el jueguito me puso más caliente aun, pero si la sra Preston no mostraba ningún interés o no intentaba seguirme el juego, no perdería mas el tiempo, me despediría y me marcharía de ahí cuanto antes
el primer indicio de que todo iba bien fue que me confesó que nunca se había casado, el segundo indicio fue que nunca dejó de preguntarme cosas personales, como si yo tenía novio, o si había algún muchacho que me gustara o cosas por estilo, así que hacerla caer en mis redes no fue problema, la anciana de hecho sí era lesbiana pero nunca esperó lo que le estaba pasando, se mostró cohibida y sorprendida al principio, yo diría que se sintió bastante incómoda y avergonzada, tuve problemas para hacerle entender que no me importaba su edad y que no me estaba burlando de ella, solo estaba sumamente caliente y necesitaba un coño a la de ya
Todo empezó cuando decidí dejarme de juegos y la atraje a mis brazos besándola en la boca, fue arriesgado porque si yo estaba equivocada y Maggie resultaba no ser lesbiana y me rechazaba podía traerme serios problemas y sobre todo, se haría de conocimiento público mi condición de lesbiana, pero como dije antes, yo tenía buen radar para detectar personas homosexuales y obviamente Maggie no me rechazó cuando la besé, suspiré aliviada, al fin, contacto humano otra vez
Pero Maggie se mantenía confundida en esos instantes, no acababa de entender lo que yo pretendía, así que me preguntó varias veces durante el acto si yo estaba segura de lo que estaba haciendo y por qué con ella, la verdad no tenía ganas de dar explicaciones, solo quería follar y ya ¿que eso era tan difícil de entender? el caso es que no fue sencillo, su aliento no le olía mal pero su dentadura postiza me dio bastante asco, recordé que en ocasiones anteriores la había visto quitárselo y volvérselo a poner, así que traté de evitar los besos, la verdad es que Maggie resultó ser una buena amante, bastante ágil para su edad y sobre todo muy proactiva, me sorprendió su iniciativa y energía, me mamó la coña con bastante destreza, la veterana sabía lo que hacía, me metió los dedos hasta que me arrancó un primer orgasmo, después se dedicó a trabajarme el culo hasta que me sacó un segundo orgasmo, después vino lo difícil, era mi turno y Maggie se despojó de su ropa, su cuerpo era lamentable, sus tetas estaban más aguadas de lo que yo había supuesto, pero igual eran enormes así que empecé chupándole sus enormes y renegridos pezones, parecían pasas de tan arrugados y marchitos que estaban, su vientre estaba tan pellejudo que ocultaba su vagina por completo y su cuerpo estaba acribillado de arrugas, verrugas y colgajos, su piel era sorprendentemente pálida, el tiempo puede ser terrible e implacable con el cuerpo de la mujer
me armé de valor y me lancé sobre su coño, éste era aún peor, su vagina estaba tan dilatada y deteriorada que sus labios externos literalmente le colgaban, no fue para nada placentero, pero el morbo que traía arrastrando desde hacía mucho tiempo me facilitaron las cosas, lo lamí con desesperación mientras me masturbaba, Maggie se dio cuenta y me colocó en una posición nueva para mi hasta ese entonces, aunque ya la había visto antes, era la primera vez que yo hacía un 69, caray.
me faltaba mucho por aprender, la vagina de Maggie sabía raro, no era desagradable pero era un sabor agrio que no reconocí, el coño de Maggie se inundó tanto que parecía tener una fuga, me pidió que le chupara el culo pero me negué rotundamente, yo ya estaba satisfecha, para mí era punto final, había obtenido lo que quería y ya no había nada mas alla de eso, pero para alguien como Maggie aquello había significado mucho más, en medio de la vorágine de pasión, en un par de ocasiones Maggie me gritó que me amaba, lo atribuí a la pasión del momento y no le di importancia pero Maggie si se la dio, nos besamos largo rato, yo no deseaba hacerlo pero eso parecía importante para Maggie y la dejé hacer, y aquello se hubiera prolongado otra hora mas de no ser porque simulando prisas, le dije a Maggie que ya se hacía tarde y que tenía que regresar a casa, ella lo entendió y también se vistió precipitadamente:
-Nunca esperé que tu fueras.
que yo.
tu sabes.
que tu y yo.
–
-vamos Maggie, no me digas que te sorprende.
–
-La verdad si, yo te veía cuando llegabas con tus amigas, me parecías la más bella y ardiente de todas.
pero nunca imaginé que yo te gustara.
–
No supe que decirle, la verdad no me gustaba, de hecho me repugnaba ¿cómo explicarle que lo hice por desesperación sin herirla? opté por no decirle nada, me hizo prometerle que la visitaría de nuevo y me despedí, sabía que ella no diría nada así que por ese lado estuve tranquila, y yo por mi parte no volví a la biblioteca casi en un mes, cuando regresé fui a saludar a Maggie, estaba molesta y se portó hosca y cortante conmigo, ¿que le sucedía a la vieja loca? estaba molesta por que no la había visitado en todo ese tiempo, traté de disculparme y le prometí hacer cualquier cosa para compensárselo, ni tarda ni perezosa, la mañosa vieja me contó que había una amiga suya que quería conocerme y ella se moría por presentarnos, así que me citó en su casa para días después, ahí "charlaríamos" juntas ella, su amiga y yo
Me sentí inquieta e intrigada al mismo tiempo, ¿a qué amiga se refería y por qué quería conocerme? ¿le habría contado lo nuestro? a pesar de mi marcado lesbianismo yo era bastante ingenua en muchas cosas, así que llegada la fecha acudí a la cita, Maggie me recibió muy amable, me ofreció te y galletas, su amiga estaba por llegar.
después de un rato, llamaron a la puerta, era la famosa amiga, era también una mujer vieja, elegante pero sumamente acabada, era alta y muy delgada, casi esquelética, a pesar de todo tenía un porte intimidante
Maggie nos presentó, la mujer dijo llamarse Rachel y también era abiertamente lesbiana y no lo simuló un instante, tomó mi mano y la besó:
-así que es esta la criatura de la que me has hablado, es una delicia.
que rico bocado.
–
sin pedirme permiso, lamió mi muñeca y parte de mi antebrazo, me sentí muy incómoda por el atrevimiento de la vieja horrible, pero extrañamente también me sentí muy confortada, era la 1er vez que estaba abiertamente y sin prejuicios con personas de mi misma condición (aún era muy joven para los clubes y bares), no tenía nada que temer ni que esconder con ellas, nos fuimos al sofá y Rachel y Maggie se sentaron cada una a mi lado muy juntas a mi como si yo fuese un sándwich, nuevamente me sentí algo incómoda y sofocada pero yo sabía lo que venía, Rachel tomó unos sorbos de la taza de te y sin preámbulos comenzó a besarme, intenté resistirme pero Maggie comenzó a besarme y lamerme el cuello, aquello se sintió jodidamente bien y me dejé llevar, empezaron a desnudarme y me hicieron como les vino en gana, obviamente era la 1era vez que sentía dos bocas distintas succionándome las tetas, casi no me daban respiro, cuando una terminaba de besarme, la otra se apoderaba inmediatamente de mi boca, parecían coordinadas en sus movimientos, como si ya lo hubiesen hecho anteriormente, casi muero de placer cuando ambas me metieron sus lenguas en mis oídos al mismo tiempo, fue una sensación enloquecedora pero nada se comparó cuando el par de viejas me trabajaron mis partes privadas, una de ellas (no se quién y no me importa) se posesionó de mi coño, y la otra metía su lengua en mi ano dándome placer en los dos frentes, no supe más de mí, solo cerré los ojos mientras mis putas hacían lo suyo, creo que intercambiaban las posiciones, el caso es que no recuerdo mucho a partir de ese instante, recuerdo vagamente que me hicieron hacer cosas increíbles, pasé casi una hora lamiéndoles sus anos y vaginas una y otra vez, solo podia escuchar mis propios gemidos, me tomaban de los cabellos y me obligaban a mamarles lo que ellas quisieran como si fuera yo su esclava, me usaron cual vil objeto de placer, al final me acostaron sobre el suelo y las dos orinaron sobre mí, una lo hizo en mi rostro (creo que fue Rachel pero no recuerdo bien) y la otra sobre mis tetas
así concluyó mi primer trío con ese par de vejestorios, no fue para nada decepcionante debo decir, me enseñó un nuevo mundo placentero y un mar de posibilidades, al regresar a casa me sentía sumamente confundida, me sentía sucia y usada pero al mismo tiempo increíblemente satisfecha, lo mío eran las folladas y el sexo sucio, no estaba yo hecha para sentimientos ni romances, pero de momento, sentí que esa fuerte experiencia había sido demasiado hasta para mi, necesitaba desacelerar las cosas e ir paso a paso, y un trío no volvió a repetirse en mi vida sino hasta mucho tiempo después, no quiero alargar este episodio en mi vida pero solo puedo adelantarles que terminó en un intento de asesinato.
en resumen, Rachel supo llegarme y me convirtió en su puta oficial dejando de lado por completo a Maggie, obviamente, la vieja Rachel se encaprichó conmigo y ya no le pareció buena idea compartirme, no necesitó de mucho para convencerme que olvidara a Maggie y fuera exclusivamente de ella (su billetera fue un poderoso aliciente), terminé follando con esa arpía muchas veces más (y si, todas por dinero y ropa) cuando Maggie lo supo no se lo tomó muy bien y acudió a reclamarle a su ex-amiga, discutieron, yo no fui testigo de todo aquello pero Maggie atacó e hirió a Rachel con un cuchillo, Rachel levantó cargos, hubo orden de restricción, en fin.
muy intenso ese episodio,
pero honestamente, no eran ancianas lo que yo buscaba, aunque al parecer era lo que yo más atraía, en realidad no importaba, casi después de un año de relación con Rachel, la maldita bruja se aburrió de mi y me cambió por otra joven, no me dolió ni me importó, yo estaba para jóvenes mujeres y bellas y no para ancianas decrépitas
en otra ocasión relataré lo que sucedió con alguien muy cercano, muchas gracias a todas y a todos por su atención
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