Mi Hermana Me Volvio Lesbiana
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Lewisporn.
Todo ocurrió un día que estaban haciendo remodelaciones a nuestra casa, el cuarto de mi hermana estaba en obra así que la habían mandado a dormir a mi cuarto, le dije yo podría dormir en el suelo de mientras si le incomodaba dormir conmigo pero me digo que estaba bien, además que mi cama era amplia y no habría problema por el espacio. Mi hermana es muy parecida físicamente a mí, solo que ella es más delgada y el cuerpo un poco más fino, con menos senos que yo pero una gran cintura con forma bastante envidiable, el cabello de ella es ondulado y más largo, es decir muy linda mi hermana, se llama Ivette y tiene 23 años.
La primera noche todo pasó muy normal, ella durmió de su lado y yo el mío y, por razones que aun no comprendía, yo estaba nerviosa pero hice caso omiso de eso. En la mañana noté como mi hermana despertaba, yo ya estaba despierta y la miraba con un ojo abierto sin que ella lo notase, se levantó y se quitó la cobija, acto seguido se quitó el camisón para dormir rebelando sus pequeños pero hermosos senos, noté que usaba una pequeña tanga también bastante ajustada y sexy, tomó una toalla y salió de mi habitación.
Como si ella siguiera allí (aunque ya no lo estaba, solo me quede con esa sensación de que me vigilaban) deslicé lentamente mi mano metiéndola en mi tanga para tocar mi vagina la cual estaba muy mojada. No lo podía creer me había excitado mi propia hermana, me sentía en shock y mareada, no sabía que pensar. Tal vez me atraían algunas mujeres y se me hacían bellas, pero jamás me había excitado ninguna y mucho menos mi hermana, estaba empezando a dudar de mi orientación.
Mis dudas y confusiones pronto se transformaron en sueño y me volví a quedar dormida, cuando desperté mi hermana se había ido a trabajar al igual que mi padre y mi madre, como yo estaba de vacaciones en la escuela podía quedarme ahí todo el día, así que comencé a hacer mis quehaceres pero por más que me distraía mi mente regresaba a la delgada figura de Ivette en tanga frente a mi… Y mi tortura fue peor cuando recordé que esa noche dormiríamos juntas de nuevo.
Como pude paspe el resto del día distrayéndome con lo que pude y llegó la noche, mientras mis padres veían la televisión en su cuarto mientras lo leía en la sala, frente a mí en el comedor mi hermana en vestida de short y una pequeña blusa sin mangas cenaba un plato de cereal. Yo estaba que me volvía loca, mi mirada se desviaba a cada rato hacia ella, y automáticamente mi mente la desnudaba con la mirada incluso le perdí el hilo a mi lectura varias veces y tuve que retroceder incluso algunas hojas, ella lo notó y comentó.
-Estas bastante distraída ¿verdad? – dijo sonriendo dulcemente.
-Pues….pues no mucho – balbuceé – En realidad creo que solo tengo sueño.
-En ese caso vámonos a dormir – dijo terminando su cena, guardó todo rápidamente y se fue a las escaleras – Te veo en el cuarto.
No supe si era yo o su voz parecía provocadora, como incitándome o en realidad no sé, mi mente estaba muy confusa ya. Por un momento no supe que hacer, incluso pensé quedarme ahí en el sillón a dormir, pero recordé que, por la obra, había un agujero en la pared y entraba una gran corriente de aire, me daría mucho frio en la madrugada, así que me arme de valor y me levanté para dirigirme a las escaleras y luego a mi cuarto.
Al abrir la puerta estaba todo a oscuras, creí que mi hermana ya estaba dormida asi que no prendí la luz, me senté en la cama, ella estaba del lado de la pared, me quité mis tenis y me dispuse a acostarme, pero la voz de mi hermana me hizo detenerme en seco.
-¿No te cambiaras? – me dijo, yo aun estaba vestida de mezclilla y por pensar tantas cosas había olvidado ponerme mi pijama.
-Ah es que no quería molestarte con la luz – me excusé – Creí que ya te habías dormido.
-No, sigo despierta – me dijo – Vamos cámbiate que no te moleste que esté yo aquí.
-No no, para nada me molestas – dije, pero ya no supe que decir, asi que me levanté y tome mi el pantalón de pijama de uno de los cajones y dispuse a salir, cuando ella me detuvo de nuevo con su voz
-Cámbiate aquí – me dijo casi casi como una orden – Somos hermanas, no pasa nada.
-Ok – fue todo lo que pude decir, me quité mi pantalón de mezclilla y me puse el del pijama, ella me miraba con un ojo abierto (justo como yo la había espiado a ella) Y eso fue todo, no me atreví a quitarme mi blusa frente a ella, el pantalón no fue tanto porque me cubría con la misma blusa que me quedaba algo larga (normalmente uso esas blusas cuando no voy a la escuela o no salgo)
Apagué la luz y me acosté guardando la distancia más larga que pude, creía que pronto mi mente empezaría a dar vueltas y me obligaría a tocarla y a hacerle quien sabe que cosas más, pero no fue así el sueño me invadió de repente y me quedé dormida casi de inmediato. En contraste, toda mi energía sexual se descargó en el sueño que tuve, soñé, como era de esperarse, con Ivette, soñé que la despojaba de sus ropas salvajemente y comenzaba a lamer sus pequeños senos, chupando sus pezones lentamente y mordisqueándolos, luego me sentaba en su cara y ella lamía toda mi vagina y jugueteaba con mi clítoris mientras yo tenía un orgasmo tremendo….
Desperté…miré por la ventana y ya había luz, eran las 10 de la mañana, antes de poder reaccionar sentí mi tanga súper empapada en jugos vaginales, me levanté y corrí a no de mis cajones buscando otra, me despojé de la que tenía y me dispuse a ponerme la nueva cuando mi hermana apareció frente a mí en la puerta. Me miró de cara a pies y me sonrió.
-Así que tuviste sueños locos – me dijo – ¡No parabas de gemir!
-Estemm yo… – no sabía que decir, instintivamente me vestí, sentí claramente que su mirada se desviaba hacia abajo….
-No digas nada, hermanita – me dijo mientras se acercaba a mí, yo no sabía qué hacer ¿Acaso seguía soñando?
-¿No fuiste a trabajar? – pregunté reaccionando y retrocediendo un poco
-Es sábado – dijo ella un poco mas indiferente – Entro más tarde y salgo temprano
Yo solo asentí tomé una toalla y corrí al baño, cerré la puerta con seguro y me metí a la regadera, no me pude contener mas y comencé a masturbarme, con una mano masajeaba mi vagina y con la otra mis senos y mis pezones lo cuales estaban ya muy duros, mientras que mi mente estaba en el sueño que había tenido, en Ivette viéndome mientras me ponía mi tanga, mientras se acercaba y trataba de tocarme…
Y tuve un pequeño orgasmo mientras el agua caliente de la regadera recorría mi cuerpo.
Cuando salí, mi hermana ya se había ido, me vestí y fui a desayunar con mis papas, los cuales me comentaron que en unas horas se irían a un evento y no llegarían hasta tarde.
Así que unas horas después estaba sola en la casa, me distraje como pude pero esta vez me fue casi imposible, mi mente regresaba a mi sueño que tuve que cada vez le agregaba mas detalles y mas poses…
Acostada en mi cama me desnudé y comencé a masturbarme de nuevo pensando en lo maravilloso que sería tener la lengua de mi hermanita entre mis piernas, seguía tocándome con mis manos mis grandes senos y deseaba que los mordisqueara mi hermosa hermana y los lamiera…
No podía aguantar más, me levanté mi me dispuse a ir al baño, en realidad no sabía porque, pero cuando me levanté ahí estaba, como si mi deseo se hubiera cumplido mi hermana con una sexy falda y un top me miraba desde el marco de la puerta, una de sus manos tocaba su sexo por encima de su falda.
Yo no pude contener mis deseos y me acerqué y comencé a besarla salvajemente, como en mi sueño comencé a desprenderla de su ropa, primero su top y luego dejando su sexy brasier negro a un lado, ella me tocaba con euforia mi espalda luego bajo sus manos a mi trasero, luego me separé un poco y baje mis manos a su falda quitándosela de un tirón, dejándola en su diminuta tanga, ella bajó su rostro hacia mis senos y comenzó a lamerlos salvajemente justo como lo había deseado hace algunos minutos, me sentí en el cielo.
Ivette mordisqueaba y lamia mis senos y mis pezones, jugaba con ellos mientras lentamente nos dirigíamos a mi cama, me sentó empujándome levemente y se agachó mientras me abría las piernas, enseguida metió su lengua a mi vagina y yo empecé a gemir como loca, ella jugaba con mi clítoris con su lengua y luego lo chupaba todo, yo sentía una sensación indescriptible, electrizantes olas de placer recorrieron mi cuerpo mientras ella metía y sacaba su lengua.
-Me encantan tus gemidos – me dijo – Es justo como gemías anoche y yo me masturbaba a tu lado ¿Era acaso que soñabas conmigo?
-¡SI! –grité entre mis gemidos, que cada vez eran más intensos – SOÑE ESTO, TODO ESTO Y MUCHO MAS
-Ahora vez como tus sueños se quedan cortos, hermanita – dicho esto subió de nuevo a mi cara empujándome hacia atrás recostándome, comenzó a besarme con más pasión que nunca mientras entre su saliva probaba mis propios jugos vaginales, era un sabor delicioso, limpie su lengua y su boca completamente de mis jugos mientras ella con su mano me masturbaba y no la otra jugueteaba con mis senos. Yo estaba que no aguantaba, su mano apretaba cada vez mas fuerte contra mis senos y su otra mano entraba cada vez más en mi sexo. Cuando estuve segura que ya no había rastro de mis jugos en su boca me separé un poco y me volteé poniéndome en cuatro patas colocando mi trasero en su cara de ella.
-Tu boca ya no sabe a mis jugos ¿No quieres más?
-Me encantaría – me dijo mientras comenzó de nuevo a lamerme mi clítoris y a jugar con su lengua dentro de un vagina, yo con mi mano derecha me tocaba mis senos y mis pezones que no podían estar más duros, estaba cada vez más agitada y gimiendo más fuerte y más fuerte, pero cuando sentí dos de sus dedos (empapados en lo que serian mis jugos o los de ella, no lo sé) en mi ano un terrible orgasmo liberó más jugos vaginales sobre la boca de Ivette inundándola, ella los tragó con placer mientras lamiendo todo mi cuerpo llegó de nuevo a mi rostro y me besó de nuevo.
La besé con gusto y un poco más calmada, pero ella seguía agitada y con una actitud un tanto salvaje así que decidí calmarla un poco, comencé lamiendo su cuello, chupándolo salvajemente, succionando, creándole varios moretones, y con cada uno ella soltaba un leve gemido. Mientras tanto mis manos entretenían sus senos, más pequeños que los míos que pronto atrajeron mi lengua y comencé a lamer, sentí entre mis dientes como sus pezones de endurecían más y más, hasta que llegaron a un punto que no podían hacerse más duros fue cuando empecé a mordisquearlos y mientras mi mano bajó a su tanga (empapada en jugos) y comencé a frotar su sexo por fuera, mis dedos se mojaron también y los llevé a mi boca y saboreé sus jugos.
-Rico – dije mientras ella soltaba otro gemido un poco más fuerte, seguí comiéndome sus senos mientras mi manó volvía abajo a llenarse de sus jugos, luego volvía a mi boca a limpiar mi mano, no pude contenerme más a su sabor y decidí probarlos directamente así que fui bajando por su vientre mientras ella se recostaba y cuando llegué a su ombligo ella arqueó todo su cuerpo en una oleada de placer, una de mis manos seguía aferrada a sus senos y la otra a los míos, me di cuenta me mi vagina quería de nuevo una lengua ahí metida, pero debía esperar, mi hermanita tenía que gozar primero.
Bajé lamiendo todo su cuerpecito hasta llegar a su tanga, que mas mojada no podía estar (¿o tal vez si?) la lamí por afuera y ella gimió terriblemente, sus gemidos eran menos escandalosos que los míos pero aun así se oía que gozaba, la lamí con mas fuerza y cada vez mas rápido, sus jugos eran deliciosos mucho mejores que los míos, así que le quité la tanga para probarlos aún más directamente y ella gimió más fuerte, y aun mas fuerte cuando encontré su clítoris y comencé a devorarlo mientras su gemidos iban en aumento más jugo salía de esa hermosa cavidad. Cuando me di cuenta yo ya tenía una mano en mi vagina y me masturbaba mientras le comía su sexo a mi hermanita. Sentí curiosidad y saqué mi mano para metérsela a ella, mientras seguía lamiendo pude probar mis jugos combinados con los de ella, fue algo delicioso que me puso al cien otra vez aunque sin darme cuenta mi manó la penetró demasiado y ella gritó dejando fluir un orgasmo en mi boca, lo cual me prendió aun más, yo estaba excitadísima otra vez, pero pensaba que mi hermana no quería continuar. Obviamente me equivocaba
-Bésame – dijo y yo obedecí como una autómata
La besé salvajemente de nuevo mientras ella tocaba mi trasero y yo el de ella, nos fundimos ah las dos acostadas una sobre la otra (yo arriba) en un largo beso apasionado, cuando terminó me levanté un poco para poder verla, ella me dio a los ojos y me sonrió pícaramente, su sonrisa daba un claro mensaje "quiero más"
Acerqué mis senos a su boca para que los lamiera, una vez que jugó con ellos y los empapó en su saliva hice yo lo mismo con sus pequeños pero muy firmes senos, ya que estaban llenos de saliva los juntamos y los frotamos, mis senos y los de ella, mis pezones y los de ella tocándose y moviéndose arriba y abajo era una sensación que me invadió de placer, era algo que no se puede describir con palabras. Luego nuestros movimientos se hicieron más bruscos y sentí como sus piernas se abrían para atraparme con ellas, pronto sentí su cálido sexo pegado al mío y como empezaba a frotarlo contra el mío también, era otra sensación indescriptible, era delicioso.
Nos seguimos besando mientras frotábamos nuestros exquisitos cuerpos uno contra el otro provocando mas gemidos en mi hermana sofocados por mis besos, pero pronto mi lujuria me exigía más, mi sexo demandaba una lengua ahí dentro y no había ninguna, así que me levante y justo como en mi sueño me senté en su cara y ella sin pensarlo comenzó a lamerme, mientras vi como sus manos iban a su sexo para masturbarse, como pude la detuve mi me lancé hacia su sexo y comencé a devorarlo, quedamos en posición de 69, las dos lamiamos nuestros sexos mutuamente probando nuestro sabor, gimiendo cada vez mas contantemente hasta que las dos dejamos salir otro orgasmo, justo al mismo tiempo. Fue relajador y al mismo tiempo pude descargar toda mi lujuria y mi energía sexual, me sentí aliviada. Bueno casi toda…ella comenzó a lamerme de nuevo pero solo para limpiar mis propios jugos, así que hice lo mismo, luego nos acostamos y nos fundimos en un gran beso.
-Te amo, hermanita – me dijo entre besos. Le respondí que yo también y nos seguimos besando desnudas con nuestros cuerpos entrelazados, nuestros besos fueron interrumpidos por el teléfono, mi hermana se apresuró t a ir a contestar, yo me quedé tendida en la cama, maravillada todavía.
Regreso unos minutos después, aun desnuda se quedó viéndome y sonriéndome desde la puerta.
-¿Qué? – le dije
-Nada, es que eres tan hermosa – me dijo
-Haha – me reí – Ya dime quién era.
-Era papá – dijo acercándome dándome otro largo beso en los labios, al término agregó – No podrán llegar hoy…así que tendremos toda la noche…
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