Mi hija de 10 años. segunda parte
En esta historia 100% real, narro la continuación de cuando encontré a mi hija de 10 años masturbándose. .
Mi hija de 10 años. Segunda parte
En esta historia 100% real, narro la continuación de cuando encontré a mi hija de 10 años masturbándose. Por nataliaorosco22
Mamá qué haces ahí?. NADA, SOLO ARREGLABA LAS PLANTAS, atine a decir, para luego agregar, en tono severo, ¿SABES? TENEMOS QUE HABLAR. La mire seria, y bajando su cara roja de vergüenza respondió en tono casi imperceptible; BUENO. Entré a su cuarto, un suave aroma a sexo perfumaba el ambiente, encontré a mi hija sentada en la cama, con las piernas cruzadas, cubriendo su hermoso y pequeño cuerpo solo con su salida de baño, y sentándome a tras de ella, comencé a peinarla con su cepillo de pelo, al tiempo que con voz suave comentaba, Mira, no te voy a retar, pero tenemos que hablar, de lo que hacías. Nos miramos en silencio, y después de lanzar un suspiro pregunte, dime desde cuando te masturbas?. No respondió, y con la cara llena de vergüenza bajó la mirada. Comenzó a llorar en silencio, las lágrimas recorrían sus mejillas hasta caer en la cama. Estaba intrigada, y por qué no admitirlo también algo caliente, así que, respire profundo, y en tono maternal comente, Mira entiendo que eres muy joven, y que a tu edad tengas la curiosidad por el sexo y tu cuerpo, te repito no estoy molesta, solo que no esperaba encontrarte a tu edad en una situación como esa. Levantó su cabeza y mirando al vacío, sin decir nada, se secó las lágrimas. Mis manos le levantaron su cabello, dejando al descubierto su pequeño y pálido cuello, lo miré y después de pasar inconscientemente mi lengua por mis labios, continúe, Lo comprendo todos en algún momento exploramos nuestros cuerpos. Mi hija giró su cabeza y mirándome a los ojos preguntó ¿LO QUE HAGO ESO ES MALO?. No para nada, te ayuda a conocer tu cuerpo, eso es algo natural, dije sin dejar de mirarla mientras dibujaba una sonrisa en mis labios. Haber, dime desde cuando te masturbas?, pregunte, dejando el cepillo en la mesa de luz, para luego acariciar sus hombros. Tomó coraje y desviando su mirada respondió, DESDE HACE CASI SEIS MESES. Ahh exclame abriendo los ojos, para luego preguntar casi de inmediato, ¿y cómo fue?. UN DIA EN LA ESCUELA HABLAMOS SOBRE EL SEXO, dijo avergonzada. No dije nada y sin interrumpirla me limité a escucharla. DESPUÉS DE SALIR DE CLASE ME FUI CON UNA COMPAÑERA AL BAÑO, ALLÍ ME DIJO QUE SE TOCABA CUANDO SUS PAPAS NO ESTABAN. DE REPENTE NOS QUEDAMOS SOLAS, Y ME ENSEÑÓ CÓMO SE TOCABA. Sigue, ¿qué más? dije con voz suave. UN DIA ME DIJO QUE AL PRINCIPIO SE METIA UN MARCADOR, Y QUE SENTÍA MUCHAS COSQUILLAS. Así que decidiste probar? comente, con mi entrepierna mojada. SI, AL PRINCIPIO SOLO ME TOCABA, LUEGO UN DIA CUANDO FUI A LA CASA DE NOELIA, ME METI EL MARCADOR, TENÍA MIEDO PERO NOELIA ME AYUDO, PRIMERO ME DOLIO Y SANGRE, PERO DESPUÉS SE SENTIA RICO. Ahh, bueno mira, si vas a seguir haciéndolo tienes que tener cuidado que tu padre y hermana no se enteren, entendiste que no se enteren, dije en tono marcial, para luego preguntar, ¿y juegas con tus dedos? Me miró sorprendida y en voz baja respondió, SI, CON MIS DEDOS O CON UN MARCADOR. Bien, en ese caso, tienes que tomar precauciones, primero tienes que tener siempre las uñas cortas y limpias, y si usas un marcador u otro objeto, debes tenerlo siempre limpio y solo para eso, entiendes dije sonriendo, mientras me miraba a los ojos. Me abrazó y después de besarme en la mejilla exclamó, GRACIAS POR SER TAN COMPRENSIVA. No hay problema, todos pasamos por eso, dije mientras sentía, mi sexo completamente mojado, y el calor de su cuerpo en el mío. Y te gusta? pregunté estúpidamente. SI, MUCHO, SIENTO QUE ME DESARMO, dijo más tranquila. Me levanté y cuando estaba por salir de su cuarto escuche su pregunta, ¿VOS LO HAS HECHO?. La mire a los ojos, y sin saber que decir, intenté salir, pero una nueva pregunta me detuvo, LO HAS HECHO?, ME AYUDARIAS?. Mmm, ¿Como, me preguntas eso?, exclamé sorprendida. MI COMPAÑERA ME CONTÓ QUE DESPUÉS DE DESCUBRIR A SU MAMA TOCARSE, LE INSISTIÓ TANTO QUE A VECES JUEGA CON ELLA Y SU JUGUETE. Quee? tu amiga y su mama se tocan? exclame sorprendida.SI A VECES, dijo en tono inocente, mientras me miraba a los ojos. Tragué saliva, e intentando disimular mi calentura, pregunte ¿Y quien es esa compañera?. ES NOELIA, respondió mientras sus dedos jugaban con la tira de la salida de baño. Quieres decir que Noelia y Marcela (así se llama su mama).. Exclame con los ojos abiertos como platos. SI, MAMI, ME AYUDAS? volvió a preguntar. No respondí solo salí de su cuarto, para encerrarme en el mío. El domingo pasó, al día siguiente, a la mañana, antes de ir a dar clases a la universidad, pase por mi ginecóloga, amiga y amante, para contarle lo sucedido. Después de escuchar atentamente preguntó, ¿dime te calentaste?. No respondí. Para luego continuar, mira, Yo nunca te conté pero mi padre me inició a los 7 años, y tuve mi primer lesbo con mi tía a los 8, con ella aprendí mucho y la pasaba muy bien, lo que quiero decir es, ¿Por qué no?. Qué mejor que la familia, y en este caso tú, para guiarla en esa experiencia de exploración. Es tu hija te está pidiendo ayuda, no está mal, o prefieres que otra la ayude?. Seguía sin saber qué responder y mirándole a los ojos, exclame !como podría es mi hija. Nati mi consejo es que le ayudes, además no me respondiste ¿te calentaste?, comentó mi ginecóloga. Si dije incomoda. Bien, ahora es esperar la oportunidad, ya que la primera pasó, así que tienes que esperar un poco ¿entiendes? dijo acariciando mi mejilla. Y si no le gusta? pregunté ingenua. No te aflijas le va a gustar, comentó, Mónica (así se llama mi ginecóloga) sonriendo. ¿Tú dices? pregunte aún más ingenua. Si recuerda que lo sexual se hereda, además yo conozco lo caliente que eres, comentó riendo. Pero es mi hija, volví a comentar. Mira eso no impidió que te calentaras, ¿verdad?, te aconsejo q no la persigas, dale su espacio, si lo haces, yo que si lo harás solo tienes que esperar otra oportunidad, y recuerda hija de loba, lobita, sentenció mientras se ponía su bata. Bueno me voy y lo voy a pensar dije saliendo del consultorio. Ya habían pasado casi dos o tres semanas, cuando mi marido me dijo que el jueves tenía que irse al campo por razones de trabajo. Yo que estaba tapada de trabajo fruncí el ceño, y exclamé, Bueno que vamos a hacer. Mi marido que es muy comprensivo comentó, Podemos mandar a las chicas a la casa de mis padres. No, no Renee tiene prueba de ingles así que tiene que estudiar, podría ser solo a la beba (así le decimos a más chica), dije poniéndome de rodillas mientras le bajaba los pantalones, para comenzar a chuparle su pija, estaba en esa faena cuando de repente comprendí, voy a quedarme sola con mi hija por unos tres días, pensé, los planetas se habían alineado. Al día siguiente, ya con mi marido de viaje, y después de retirar a las chicas a la escuela, fuimos a comer a los de mi suegro, para emprender el camino de regreso solo con mi hija mayor como a las 16 horas. Mientras manejaba miraba a mi hija de reojo, su cabello trigueño sujeto con una cola de caballo caía sobre su espalda, su falda verde a cuadritos estaba media subida dejándome ver parte de sus blancas y delgadas piernas. Me detuve en un semáforo, donde pregunte ¿Estas bien?. SI, ¿PORQUE?, exclamó con voz suave. Cómo estás callada, comente sin darle importancia, al tiempo que pensaba no la voy a forzar si se da se da. Llegamos, ella se bajó casi de inmediato, dejándome sola con mis pensamientos y calentura, en el auto. No lo voy a negar, desde esa vez que la encontré, me había masturbado dos o tres veces imaginando como sería el sabor de tierna su paloma. Me baje, ya adentro la encontré haciendo los deberes, un suspiro se escapó de mis labios, para luego comentar, Estoy en mi estudio si necesitas algo me avisas. BUENO MAMI, dijo mirándome a los ojos. La tarde pasó, cenamos, ya había terminado de lavar los platos cuando mi hija con sus ojos fijos en los míos, y con una mirada que no comprendí, me dice, MAMI ME VOY A DORMIR. Bueno que descanses, yo también ya me voy a dormir, respondí sonriendo. La casa estaba en silencio, ya habían pasado casi dos horas, cuando de repente escuchó, un leve gemido entrecortado, que salía de su pieza; comprendí lo que estaba haciendo, me levanté y llena de excitación y nerviosismo me dirigí descalza a su cuarto, la puerta que no estaba cerrada del todo dejaba escapar un hilo de luz sobre el oscuro pasillo, la abrí con mucho cuidado, y entré en silencio, mi hija que tenía los ojos cerrados, no se había percatado de mi presencia. Allí estaba ella de frente a la ventana, con su camisón levantado hasta la cintura, cabalgando sobre su almohada, la mire, mi sexo comenzó a humedecerse, la lámpara de su mesa de luz iluminaba su sensual cuerpo, una palpable carga sexual inundaba el ambiente. Las manos de mi hija apretaban firmemente la almohada, al tiempo que un gemido se escapaba de sus pequeños labios. Tome coraje, y con la garganta seca pregunte ¿Te ayudo?. Mi hija, se dio vuelta y mirándome sorprendida, con el rostro colorado (no sé si de excitación o de vergüenza) exclamó, BUUENO. Me acerqué y sentándome en la cama detrás de ella, puse mis manos en sus pequeños hombros. Comencé a masajearlos, la sentía tensa, Tranquila, relájate, dije. ES QUE ME DA VERGÜENZA, comentó en voz baja. Hsss, tranquila, haz lo tuyo, solo déjame ayudarte, yo no estoy aquí, comente masajeando con mis dedos sus hombros y nuca. Lentamente comenzó a soltarse, frotando de atrás hacia adelante su sexo, con lánguidos movimientos, al tiempo que sentía su respiración entrecortada. Mis labios se acercaron a su oído, para luego murmurar; Tranquila, disfruta, solo déjate llevar. Mis manos que habían dejado de recorrer sus hombros, se deslizaron por debajo del camisón, y centrándose en su espalda, comenzaron a recorrerla a lo largo de su columna hasta llegar un poco más abajo de la comisura de sus nalgas. Los movimientos de mi hija se hicieron más largos, dejando un poco más de espacio, entre sus nalgas y la almohada, que mis dedos aprovecharon para deslizarse por la comisura de sus nalgas, para luego llegar a su pequeño y tierno ano. Mi hija al sentir la yema de mis dedos sobre su esfínter, no se inmuto al contrario inclinó su torso hacia adelante, dejando más espacio para mis caricias. Después de unos minutos retire mi mano, y tomando su camisón por la cintura lo tire para arriba para sacárselo lenta muy lentamente, dejando a mi hija completamente desnuda. Mire su cuerpo, una ola de excitación recorrió mi entrepierna, la yema de mis dedos volvieron a recorrer su espalda, blanca, pequeña. Mi hija temblaba, con su respiración entrecortada escapando de su virginal boca, acerque mis labios a su piel para besar cada centímetro de su espalda, al tiempo que la pequeña exclamaba un inaudible, AHH AYY,MAAAAMMM, al sentir como mi dedo índice volvía a rozar circularmente su esfínter, mientras los dedos de mi mano izquierda acariciaba sus pequeños, suaves y endurecidos pezones. De repente la pequeña aceleró sus movimientos, pero yo con mis labios en su nuca exclame Tranquila, no hay prisa, despacio, muévete despacio. La niña obedeció, y mirándome a los ojos con su boca entreabierta, fue deteniendo su vaivén hasta hacerlos casi imperceptibles. Me senté detrás de ella, apoyando mi espalda en la cabecera de la cama, dejando a mi hija entre mis piernas abiertas, tiernamente recline su espalda sobre mi pecho, mis manos bajaban y subían lentamente por su pequeño cuerpo, la mano derecha de mi hija se deslizo hacia su inmaculado sexo y metiéndose su dedo índice intento masturbarse. Pero yo tomando su mano, exclamé, No hoy no, al tiempo que metía su dedo en mi boca, fue entonces que el dulce sabor, de su sexo invadió mi lengua. Después de chupárselo dos o tres veces, pose su dedo sobre su clítoris, y sin decir nada comencé a enseñarle cómo tocar su pequeño y blanco botoncito. Su cabeza se inclinó hacia atrás, el aroma de su pelo me excito aún más, la yema de mis dedos comenzaron a bajar por sus inexistentes pechos, su vientre hasta llegar a los labios de su paloma, para luego volver a subirlas y bajarlas lentamente, al tiempo que mi hija seguía jugando con su clítoris. Pasaron como diez minutos, para oír un gemido entrecortado se escapaba de los labios entreabiertos de mi hija, al tiempo que sentía como la carne de su entrepierna se estremecía, contrayendo involuntariamente sus músculos vaginales. Sus pequeños y rosados pezones estaban duros, mi hija comenzó a frotar sus pies sobre la cama, comprendí estaba por llegar a su clímax, de repente al grito de un agónico AHHH, AHHH, MAAAMM, AHHHH, dejó escapar su infantil fluido mojando su rosado cubre cama, mientras su cuerpo temblaba y se sacudía como un pez fuera del agua. Bese su cabello, y con mis labios pegados a su oído pregunté; ¿Te gustó?. SII, ESO NO LO CONOCÍA, dijo con voz entrecortada. Me alegra que te haya gustado, porque hay mucho más para que aprendas, exclame mientras pasaba mi mano por su transpirado vientre. Mi hija, giró su cabeza y mirándome en silencio con una sonrisa en su rostro, acercó sus labios, para darme un pequeño e inocente beso. Los latidos de su corazón junto a su respiración se iban normalizando. En silencio apoyé mi espalda en el respaldo de la cama. Mi hija seguía entre mis piernas, con su torso apoyado sobre mi cuerpo, la abracé, y con voz suave pregunte, Pequeña, ¿que más hacen tu amiga y su mama?. NOE ME DIJO QUE LE MASAJEA EL CUERPO, respondió tímidamente. Ahh, exclamé; Dime estás cansada, pregunte con mi mano izquierda acariciando su vientre. NO, dijo entrelazando sus dedos con los míos. Con mi mente nublada y mi cuerpo ardiendo de excitación, estire mi mano derecha y tomando de su mesa de luz, un pote de aceite para bebes, le deje caer unos chorros sobre su torso y vientre, para luego comenzar a masajearla con ambas manos. Lentamente mis dedos recorrían su piel, desde sus inexistentes pechos hasta su ingle. Pasaron unos cuantos minutos cuando noté que su respiración comenzaba a agitarse, mis manos comenzaron a bajar un poco más, hasta meterse en la parte interna de sus muslos a tan solo milímetros de su pálida paloma. Mi hija abrió un poco más sus piernas, dejando su sexo al descubierto, tímidamente las yemas de mis pulgares comenzaron a rozar su clítoris. AHHH, MMM, gimió la pequeña, mientras levantaba un poco sus caderas, al tiempo que yo sin importarme nada le abría con mis dedos sus pequeños labios vaginales, para rozarle circularmente con mi dedo índice la entrada de su caliente cuevita, al tiempo que mi mano izquierda jugaba con sus rosados pezones. AYYY, AHHH, gimió al sentir como uno de mis dedos se deslizaban en su interior; para luego sacarlo y llevarlo a mi boca, donde deguste disimuladamente el embriagante sabor de su sexo. Mi rostro que se había metido entre sus cabellos, llegó hasta su blanco y fino cuello, que mis labios besaron tímidamente, AYY, MMM, AAAMM, dijo mi hija abriendo casi por completo sus piernas, al sentir como mis dedos volvían a jugar con su paloma. Después de unos minutos, la recosté en la cama, yo me ubique a su lado, y tomando el fibron que descansaba sobre la mesa de luz, lo puse en su mano, la niña lo tomó, para luego introducírselo en su sexo. Yo que estaba súper caliente, y sin importarme las consecuencias, bese lentamente su cuello, pechos y vientre, mi lengua se deslizó por su ingle, hasta llegar a su clítoris, que comencé a lamer suave muy suavemente, al tiempo que mi hija se masturbaba con su improvisado juguete. El dulce aroma de su sexo embriagaba mis sentidos, sin decir nada retire el invasor de la entrepierna de mi hija, con ojos obscenos mire su paloma húmeda por sus fluidos vaginales, no me aguante, y sin dudarlo más, introduje mi lengua en sus tiernos, blancos, caliente y limpios pliegues de su vagina. Su sabor, dulce casi como miel, invadió mis papilas gustativas. Lentamente mi lengua con su vasta experiencia acumulada comenzó a recorrer, por dentro y por fuera, cada centímetro de su sexo, haciéndola gemir de placer, los minutos pasaron, y mi hija que había comenzado a mover sus caderas al ritmo de mis lengüetazos me tomo por los cabellos y lanzando un entrecortado gemido, AHHH, AYYY, AHHH, MMAAAA, lleno mi boca con sus infantiles fluidos, que yo bebí sin desperdiciar ni una sola gota. Me recosté a su lado, la mire, solo su respiración agitada rompía el silencio de la habitación. ¿Estás bien? pregunte con voz suave. SI, MUY BIEN, dijo mientras me miraba sonriente. Le devolví la sonrisa y después de besarle los labios pregunte ¿Nos damos una ducha, para refrescarnos?. BUENO, respondió. Nos fuimos al baño, mi hija se metió en la ducha, no podía dejar de mirarla, como lavaba su pequeño, blanco y desnudo cuerpo; me quite el baby doll, quedando desnuda frente a mi hija, ella me miró y sin quitarme la vista de encima exclamó, TAMPOCO TIENES VELLOS!!!. Mmm, No, ¿Quien más no tiene vellos?, pregunte mirándola a los ojos. Pensó un momento para después responder, NOELIA, ME DIJO QUE SU MAMÁ TAMPOCO TIENE. Ahh, exclamé, sin haberle creído, al tiempo que metiendome en la ducha, pensaba, si mi hija ya lo había hecho, con una mujer, ella en este último tiempo la frecuentaba mucho la casa de su amiga, y hasta se quedó a dormir una o dos veces en su casa. Bien, espero que les haya gustado, como les dije esta historia es 100% real. Posteriormente les contaré otra aventura con mi hija, y un encuentro que tuvimos con su amiga y su mama. Saludos nataliaorosco22.
Super caliente mas siendo tan vivido y real, besos gracias por compartir.
tu historia me deja con mas ganas de seguir leyendote. espero puedas pronto enviar una nueva lectura!
Que rico relato!!! Sigue por favor!!
Excelente relato Natalia, mi esposa y mi hija tuvieron algo parecido, espero no tardes en publicar los otros relatos un saludo
hola Miguel 1981, timmy16775, Lucho_42 y Vuamos. me alegro que les haya gustado,me gustaría recordarles que todo lo que narro son hechos verídicos de mi vida.
Esto es para Vuamos, me gustaría saber mas sobre lo que tuvieron tu esposa y tu hija. cuando fue que edad tenían, etc.
Estan riquísimos tus comentarios, ojalá lo que yo viví con mi tío hubiera sido asi de excitante en lugar de lo desagradable que viví.
es excelente una delicia de escena! seguire leyéndote
Me encharqué toda y eso que soy más de chupar y coger nenes. A un conocido le calientan las nenas y se la cogería muy lindo, a mi esto me antojó ponerla pancita arriba en una mesa y chuparle toda la vulva, sobre que a esa edad me da super ternura y la comería a besos igual que a un chiquito, le saque leche o no