mi linda Mari.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sonia69.
La lluvia caía sobre la ciudad, en las calles la gente buscaba donde cubrirse, el trafico se detenía como sucedía siempre que caía una lluvia fuerte…yo siempre trataba de ir en el lado de baja velocidad, mas cuando llovía, al cambiar el color del semáforo, la fila avanzo, en el carril de en medio un auto paso a alta velocidad, y de un movimiento brusco se paso al lado de alta velocidad, lo que mire me dejo fría e indignada…aquellos jovenzuelos del auto se apresuraron a acelerar, con el solo fin de mojar a una chica que se había quedado en el camellón central.
La chica, los miro alejarse, y para mala fortuna, otro auto del lado opuesto, igual paso y termino por mojarla por completo, me apresure a orillarme y espere a que lograra cruzar, baje la ventanilla y la llame, al estar frente a mi, le dije sin pensarlo.
-hola, que pena mira como te han dejado, sube, te acerco a donde vallas.
-pero, mojare el asiento, me da pena.
-vamos, no te preocupes, sube que pronto cambiara el semáforo.
-al subir, la mire con ternura, se trataba de una chica de otro país…sus ropas escurrían agua, nos presentamos y me dijo que estaba de paso, pues se dirigía a la ciudad de Mérida, pero la lluvia la había sorprendido.
Me llamo, Sonia, vivo a unas cuadras de aquí, me gustaría fueras a mi casa y mientras te das una ducha, la secadora se encargara de tu ropa… ¿Qué opinas?
-yo me llamo mari, y me gustaría aceptar, pero me da pena, por tu familia.
-vamos mari, no te preocupes por nada, vivo sola y soy una chica, no te pasara nada.
-reímos al unísono y solo avance sin perder el tiempo, al llegara a casa, me apresure a prender la calefacción, le indique donde estaba la regadera, y le dije que me pasara sus ropas para ponerlas a secar.
-cuando me extendió las ropas, no pude evitar mirarla, su monte de venus, perfectamente delineado, sus pezones rosados y erectos quizá por el frio, sin que se diera cuenta tome sus bragas y las aproxime a mi nariz, deleitándome con su olor, de hembra joven, hacia mucho tiempo que yo había decidido no involucrarme con otra chica, pero mi lado bi salió sin remedio.
-Fui a la recamara y tome una pequeña bata, de color rojo, transparente y demasiado corta, en ese momento decidí no dejar pasar la oportunidad de seducir a Mari, no me importaba condenarme.
-abrí la puerta de la ducha y le extendí la prenda al tiempo que le decía…Mari, ponte esto mientras esta lista tu ropa.
-tome asiento en la sala, mi rajita ya estaba mojada, sólo de pensar como lograr mi objetivo…la mire caminar recorriéndola con mi mirada de arriba abajo, se sentó con una naturalidad que me dejo sorprendida, cruzo las piernas y me dejo contemplar sus bellas piernas.
-gracias Sonia, por tu hospitalidad, no se como pagar el favor.
-yo si se, ¿me dejarías darte un masaje?
-¿un masaje? Pero…bueno si tu gustas hazlo.
-la habitación, ya estaba con una temperatura agradable, jale un sillón sin respaldo, que tenia para esas ocasiones, le pedí se quitara la bata, y se recostara sin negarse se recostó, mire cada centímetro de su cuerpo…batalle para calmar mi deseo de lanzarme y acariciarlo, tome el frasco de aceite y solté un poco en su pecho, mis manos empezaron a recorrer hacia abajo, con suavidad recorrí su piel, y al llegar a sus tetas…las tome una en cada mano, con suavidad las acaricie, dando unos ligeros pellizcos a sus pezones, sus gemidos me hicieron saber que las caricias, estaban haciendo efecto en Mari.
-deslice mis manos por su vientre y sin perder el tiempo las deslice a su vulva, acaricie su monte de venus, y no dejaba de aproximar mi dedo meñique, a su delicado clítoris, le pedí se diera la vuelta…obedeció y ahora puse aceite en su ano directamente, me apresure a dar masajes en circulo en sus nalgas, apretaba sus cachetes, me estaba poniendo a mil, con aquella chica…acaricie a mi antojo ese delicado cuerpo.
Como si leyera mi pensamiento elevo las nalgas y separo las piernas dejando en total libertad ese delicioso hoyito, no pude mas, me aproxime y hundí mi lengua en el, su cuerpo se estremecía a cada caricia de mi lengua, hice un esfuerzo para alcanzar sus tetas.
Sus gemidos aumentaron de intensidad, le pedí se diera la vuelta y se sentara a la orilla del sillón, antes de hundir mi lengua en su rajita, nos dimos un prolongado beso, cuando reinicie mi tarea, mi lengua entro con facilidad…por lo mojada que la tenia, ese sabor me volvió loca de placer, succione con fuerza y ella lanzo un fuerte gemido, al tiempo que se aferraba a mi cabello…soltó un torrente de leche, yo me apresure a tomar todo lo que podía.
Me aparte y mientras la dejaba descansar un poco, me despoje de mis ropas, tome un cono anal, lo embadurne de aceite y lo metí en su ano, con mucha delicadeza, cruce mis piernas por su cara y ahora ella mamaba mi rajita, mientras le metía un dildo en su rajita, en ese momento me di cuenta que Mari, era una chica, especial, sabia corresponder a las caricias.
Saque el dildo y ahora estábamos ambas chupando la raja de la otra. Fue un momento de fusión, esa sensación de placer sin límites…nos estaba llevando al clímax, en minutos terminamos ambas al unísono, la tome de la mano y nos fuimos a la recamara, pasamos la noche disfrutando de nuestros cuerpos…sin pudor, solo importándonos nosotras mismas.
Al siguiente día, después de tomar el desayuno, nos despedimos, como si nos conociéramos de mucho tiempo atrás…la lleve a la terminal de autobuses y nos despedimos…prometiendo que algún día nos encontraríamos nuevamente en algún lugar.
TE AMO…MARI…CUIDATE.
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