Mi primer orgasmo.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Un día, me invitó a bailar… Ella ya me había comentado que le gustaban las chicas, lo cual a mi no me molestaba para nada. Salimos a un bar con unos amigos de ella. Me arreglé muy bien, me puse un vestido corto y una chaqueta. En el fondo quería conquistarla. Cuando llegamos ella saludó a varias chicas, se notaba que ella iba frecuentemente a ese lugar. Pedimos unos tragos, y empezamos a bailar. Habían chicos guapos, pero todos gay. Sara me sacó a bailar, al principio estaba un poco tensa pero a medida que tomaba mi trago me fui desinhibiendo un poco más. Ella baila muy bien, se movía delicioso, y me tocaba de una forma imponente. Estabamos bailando reggaeton, ella me dio la vuelta de tal forma que yo le diera la espalda, se me acerco al oido y me dijo:
– Espero no te moleste lo que te voy a decir, me gustas mucho.
Yo solo reí nerviosa, no sabia que decir, ella también me gustaba.
Me giré, me acerque poco a poco a su rostro. Tardamos un poco en decidirnos, pero finalmente nos besamos. Besaba muy rico, movía la lengua de manera delicada. Duramos besándonos casi toda una canción. Me mordía los labios,suavemente, luego delineaba mi sonrisa con su lengua. Yo le sostenía el rostro, pero ella si me tocaba la cabeza, la espalda, algunas veces me tocaba la cola, lo cuál me excitaba. Cuando paramos de besarnos, nos miramos y nos reímos. Le dije al oido:
-No sabia que besaras tan rico.
Sara respondió: – tenía ganas de besarte desde hace mucho.
Bailamos, nos besamos y tocamos gran parte de la noche. Yo estaba muy emocionada, y aunque sus besos y caricias me habían hecho humedecer, no pensaba tener sexo esa noche con ella, sin embargo ya habíamos planeado irnos a dormir a la casa de uno de sus amigos.
Cuando salimos del bar, nos fuimos a la casa del amigo. Entramos sin hacer mucho ruido pues la familia de él dormía. Nos dijo que durmieramos en su cuarto y el en el sofá de la sala. Cuando cerró la puerta, sara empezó a quitarse los zapatos, luego las medias y el pantalon. Cuando vi que se estaba quitando el pantalon, me puse muy tensa, el corazón me latía a mil, realmente no sabía si estaba preparada. Ella me miró y se rió, me dijo
-no seas boba, que no te voy a hacer nada, es que no puedo dormir con patalones.
De cierto modo eso me tranquilizó, pero en el fondo yo si quería tener sexo con ella.
Yo me quité los zapatos y las pantimedias. Nos acostamos, dandonos la espalda y sin tocarnos. Me giré boca arriba, y puse mi mano muy cerca a ella, pero sin tocarla. Ella se giró boca arriba también y empezó a acariciar mi mano. Se giró mirandome… Si dejar de tocar mi mano… Empezó a subir su mano por mi brazo, yo me giré poco a poco. Y sin pensarlo mucho, empecé a besarla. Ella empezó a tocarme la cara, el cuello y lentamente fue bajando hasta llegar a mis senos. Cuando tocó mis senos, yo empecé a besarla de una manera más rápida. Yo también empecé a tocar sus senos. Me encantó la sensación de tener sus senos en mis manos y pellizcar sus pezones. Yo empecé a bajar timidamente mi mano por su espalda. Le acariciaba la cola y luego volvía a subir mi mano. Duramos así unos minutos hasta que ella se puso sobre mi. Yo quedé boca arriba, ella puso una de sus piernas en medio de las mías y empezo a besarme. Yo por instinto, empecé a moverme, rozando mi feminidad contra su pierna. No decíamos una sola palabra.
Yo le quite la camisa, ella quedo en brazier y en tangas. Yo creo que ella no quería sentir que se estaba sobrepasando, por eso no intentaba quitarme la ropa. Sin embargo yo empecé a quitarme el vestido. No llevaba brazier, y realmente me hubiera gustado llevar uno, pues en cuanto me quité el vestido quedé casi desnuda. Ella me beso y luego empezó a besarme el cuello. poco a poco fue bajando hasta llegar a mis pechos. Con una mano sostenia uno y el otro me lo iba chupando. Los pezones se me pusieron duros. Luego bajo su mano y sobre mis tangas me tocó. Al sentir lo húmeda que estaba, rompió el silencio diciéndome:
-Me encantas mujer! .
Entonces, bajó poco a poco, pasando su lengua por cada lugar. Eso me puso la piel de gallina. Cuando llego a mi pubis, me bajó las tangas y las botó… empezó a besar mis muslos, lo cuál me ponía mas ansiosa y excitada… Cuando puso su lengua humeada y caliente en mi vagina yo empecé a mover mi pelvis. Ella separó con sus manos mis labios, y empez´a mover su lengua dentro. La movía de una manera magistral. Mi respiración empezó a entrecortarse y me salían pequeños gemidos. Luego de rosar mi clitoris con su lengua, bajó un poco y empezó a introducir su lengua en mi vagina. Casi penetrandome. Woow, se sentía muy bien. Yo me movía. Yo quería que me penetrara un poco más, por lo que de manera inconsciente la tome de la cabeza y la empujé un poco.
Ella sacaba y metía su lengua. Cuando tenia su lengua al fondo antes de sacarla succionaba un poco y eso me excitaba mucho más. Luego metió un dedo, sin dejar de lamer mi vagina. Lo movía rápido dentro de mi, luego metió el otro. Yo empecé a temblar, me recorria un escalofrio en la espalda, y empecé a gemir un poco más… Sus dos dedos dentro de mi eran un objeto de placer para mi, no quería que parara, pero quería que me penetrara mas a fondo. Dejo de lamer mi clitoris y con su pulgar comenzó a hacer circulitos sobre él, sin dejar de mover sus dos dedos dentro de mi. De repente empecé a sentir la sensación mas extraña pero más placentera que había sentido hasta entonces. Le pedí que parara porque sentía que iba a orinarme, pero ella no paro hasta que depronto estalló algo en mí… Quise gritar de placer, pero no podía .. Sentí como mi vagina se humedeció más y aprisionó sus dos dedos dentro de mi. En ese momento ella paró. Subió besando mi abodomen, mis senos, hasta llegar a mi boca. Me encantó besarla, la abracé muy fuerte y esperé hasta retomar mi respiración.
Ella seguía en brazier y en tangas. Yo quería hacer lo mismo pero no tenía mucha idea, entonces no hice nada… De pronto ella se quitó sus tangas, me abrio las piernas, se puso sobre mí. Puso en contacto las dos vaginas. Senti sus vellos cortos rosando mi clitoris. Empezó a moverse haciendo que mi humendad se confudiera con la de ella. Eso se sentía muy bien. Yo me movía a su ritmo, realmente sincronizamos muy bien. Pasamos así unos minutos hasta que ella se quito, se puso boca arriba y empezó a masturbarse sola. Yo quería ayudarla pero no sabia que hacer, y me daba algo de pena. Sin embargo, le dije:
– quiero ayudarte.
Ella tomo mi mano, la acomodo en un parte y me indicó como moverla. Estaba muy humeda. Senti por primera vez su vellocidad en mis manos. Ella se movía hasta que se quedó quieta, y mis manos se llenaron de sus ser. Eso me excitó mucho. Me miró me besó suavemente y luego tomó mi mano y la chupo. Nunca antes había disfrutado el verdadero sexo. Dormimos abrazadas… Y bueno, desde ese día somos novias.
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