Mi primer trio
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Nina.
Tengo 25 años y he sido bisexual desde la adolescencia, aunque siempre me ha gustado mas disfrutar del cuerpo de las mujeres y sobre todo de la suavidad de sus caricias. Aunque mis experiencias lesbicas eran muy intensas, aun tenia pendiente satisfacerme con dos chicas a la vez. Fantaseaba constantemente con las posiciones que podria probar, con tener dos lenguas femeninas recorriendo mis pezones al mismo tiempo, con cogerme a una de ellas mientras la otra se masturbaba.
Un dia me decidi a poner un anuncio en Internet en el que especificamente expresaba mi deseo por conocer a dos chicas lesbianas, con experiencia, de preferencia que conformaran una pareja estable en busca de aventuras. Recibi muchas respuestas de chicas solas que tenian la misma fantasia que yo, pero preferi no contestar a ninguna de ellas: sabia que encontraria lo que andaba buscando. Por fin un dia llego un mensaje prometedor: Raquel, una mujer joven, de 20 años, cuya pareja era su propia hermanita, Silvia, de 16. Desde el primer intercambio enviaron una foto de ambas en la playa y pude apreciar sus rasgos finos, se parecian pero no era obvio que fueran hermanas. El bikini de Silvia, la menor, dejaba traslucir unos pezoncitos duros, mientras que lo mas extraordinario de la figura de Raquel eran los generosos senos y una cintura envidiable. Yo tambien les mande mi foto, tengo buen cuerpo, delgado pero con busto grande y cintura. De hecho, el cuerpo de Raquel se parecia bastante al mio y eso me gustaba. Intercambiamos varios mensajes, a veces solo entre una de las hermanas y yo, a veces entre las tres, hasta que decidimos conocernos. Pensando en la juventud de Silvia acordamos que lo mejor era invitarlas a mi casa, durante un fin de semana en que mi entonces novio estaba fuera de la ciudad.
Llegaron puntuales, frescas y llenas de curiosidad. Yo habia estado humeda desde la mañana, habia pasado varias horas imaginandome las cosas que hariamos juntas. Sabia que Raquel tambien habia tenido experiencias con hombres, pero que lo que mas gozaba era el sexo oral. Por su parte, Silvia habia confesado que su mayor curiosidad era la penetracion anal. Como yo tenia mas experiencia que ellas decidi dirigir la accion, aunque no tenia intenciones de ser demasiado dominante. Les ofreci algo de tomar y la pequeña Silvia, castaña y con ojillos vivarachos, se me acerco juguetona:
-¿Tomar algo? Yo crei que habiamos venido a estar contigo, ¿no te gustamos?
-Claro que me gustan, tontita… ¿y yo, te gusto? ¿Quieres comerme?
La pregunta fue suficiente para que pusiera sus brazos alrededor de mi cintura:
-Eres muy bonita, ¿puedo tocarte?
No le respondi. Tome sus manos y las coloque encima de mis pezones, haciendola acariciarme con un movimiento circular. Raquel se acerco y me rodeo la cintura desde atras, recorrio mi espalda con algunas caricias, desprendio los cabellos de mi nuca y empezo a pasar su lengua caliente por mi piel.
-Mmmhhh, Raquel, me gusta tu lengua, quisiera sentirla, quiero que me mames toda.
Silvia desabrocho mi blusa y se dedico a terminar de desvestirme mientras su hermana, todavia parada detras de mi, pellizcaba y rozaba mis pezones. Cuando estuve totalmente desnuda les pedi que se quitaran todo, queria ver sus cuerpos. El vello pubico de Silvia era todavia fino, pero Raquel tenia una buena mata oscura. Le pedi que se agachara un poco y lo que vi me enardecio mas aun: pequeños rizos alrededor de su ano.
-Raquel, acuestate en el piso.
Obedecio sonriente. Me acoste encima de ella como si fuera a comermela yo tambien, pero lo que deseaba era tener mi propio culo al aire para entonces atraer a Silvia.
-Silvia, ven, te voy a dar algo rico, chupa mi culo apretadito.
Por un momento pense que Silvia no tendria mucha experiencia y que tal vez la intimidaria, pero vaya que me equivoque. Se acerco hambrienta a mi trasero, yo ya empezaba a jadear porque Raquel era muy buena mamadora y su lengua se movia con rapidez sobre mi clitoris. Entonces senti la boquita de Silvia, suave, caliente, mientras sus manos separaban mis nalgas. Empece a gozar de mi primer orgasmo de la tarde.
-Que ricas hermanitas, chupenme asi, quiero que sean mis putitas. Denme mas lengua, laman mi culo y mi clitoris, ah, que rico, si, si, si.
Me recupere enseguida y nos acostamos las tres un rato en el piso.
-Oye, Silvia, ¿estas segura de que quieres que tu colita deje de ser virgen?
-Si, cuando me masturbo a veces me meto un dedito y me gusta mucho.
-¿Y tu hermana nunca te lo ha hecho?
-Una vez, pero dice que se siente raro.
-Ay, Raquel, que tonta eres, ¿como raro?
-No se, me dio miedo.
-Bueno, a mi no me da miedo, al contrario, tengo ganas de desvirgar tu ojete, pero primero vamos a darle un poco de placer a tu hermana para que se suelte.
Me acoste boca arriba y le pedi a Raquel que se montara en mi cara. Queria darle una buena mamada:
-Voy a sacar toda mi lengua para que la montes, no voy a moverme nada, quiero ver como balanceas tus caderas encima de mi cara. Mientras vas a sentir la lengua resbalosa de Silvia correr por tu espalda.
Asi lo hicimos. La cuevita de Raquel tenia un sabor y un aroma dulces, y ella sabia moverse. Yo la anime apoyando mis manos en sus caderas mientras estas se mecian hacia delante y hacia atras. Silvia le daba lengüetazos en la nuca y la espalda, intercalados con frases entrecortadas:
-Muevete… ¿esta rica la lengüita? Yo tambien quiero probarla… vente ya, vente… ¿te meto un dedo?
-Ah… ahhhhh…–gemia Raquel.
Cuando senti que ya estaba bien excitada empece a mover mi lengua dentro de ella, mordisquee su clitoris y lo succione rapidamente. Se tenso entera y supe que no tardaba en venirse, asi que volvi a lamerla con mas ganas, levante la vista hacia sus maravillosos melones y goce viendo como se los acariciaba ella sola.
Silvia ya no aguantaba la excitacion, habia estado masturbandose a ratos y ya estaba que ardia.
-Por favor, comanme a mi, cojanme, yo tambien quiero sentir.
-Si, pequeña, para ti tengo algo especial y Raquel me va a ayudar…
Me puse un dildo de buen tamaño, no muy grande porque no queria hacerle daño. Raquel se excito bastante, supongo que nunca habia visto a una mujer con uno de estos artefactos.
-¿Te gusta, Raquel? ¿Alguna vez has chupado uno de verdad? Apuesto a que eres buena… enseñame, ven, arrodillate y mamala para tu hermana… mojala bien, asi…
Se agacho y se la metio completa en la boca. Entonces le pedi a Silvia que se acercara y mordi suavemente sus pezones, la bese en la boca y deguste el sabor de su saliva. Me encantan las chicas jovenes y mientras la hermana mayor estaba feliz chupando el pene artificial aproveche para saborearla. Temblaba y se dejaba querer. Le acaricie la vulva hasta encontrar su pepita, le meti dos dedos en la vagina, remoje el pulgar en sus propios jugos y me concentre en su clitoris. Empezo a jadear:
-Si, si, rico, mas, dame mas…
-Esperate ricura, tu viniste a sentir algo especial…
La coloque sobre codos y rodillas, con las piernas bien separadas. Estaba nerviosa, asi que tuve que pedirle que se ocupara en otra cosa para distraerla.
-Comete el coño de Raquel, nena linda, quiero ver tu lengua encima de ella…
Raquel se acosto frente a la cara de su hermana, separo los labios y se ofrecio a ella. Me agache para degustar su culo, algo peludito, aunque no tanto como el de Raquel. La acaricie con mi lengua y senti como gozaba. Entonces introduje el consolador en su cueva y senti que enseguida lo apretaba y lo aceptaba, al tiempo que ponia mas empeño en chupar a su hermana. Lo mantuve adentro un rato y empece a meterlo y a sacarlo, lentamente. Recogi un poco de los jugos que ya desbordaban y meti el dedo meñique en su trasero. Me di cuenta de que estaba demasiado tensa. Como Raquel ya se habia venido en aquella boca deliciosa le pedi que cambiara de posicion y que chupara los senos de Silvia, todavia en cuatro. Al ver que la hermanita volvia a disfrutar y a jadear se me ocurrio hacer el juego mas divertido:
-Asi es, cachorrita, a gozar… ¿te gusta?
-Ah… se siente rico ese dedito.
-Ahora te voy a meter dos y te va a gustar mucho mas.
Introduje dos dedos y senti como instintivamente los apretaba. Todavia tenia el dildo metido hasta el fondo de la vagina:
-Cogeme fuerte…
-No, preciosa, lo vas a coger tu solita, tambien quiero que cojas mis deditos en tu culo. ¡Muevete!
Apoyada en los codos y las rodillas empezo a balancearse hacia atras y hacia delante, mientras su hermana la sostenia y le chupaba los pechos. La membrana de su culo meciendose entre mis dedos me producia una sensacion increible. Entonces supe que estaba lista para el siguiente paso. Despues de varias arremetidas saque el consolador y lo coloque a la entrada de su agujero mas pequeño. El hecho de que su ano fuera virgen me excitaba mucho y empece a hablarle mientras lo introducia poco a poco:
-Ahora si vas a disfrutar como la buena putita que eres, Silvia…
-Si, si… damelo, damelo hasta adentro…
Como no responder a ese pedido. Se lo meti de un solo golpe y la escuche jadear con gemidos entrecortados.
-Raquel, comele el coño, le vamos a dar la mejor cogida.
Raquel se deslizo por debajo del cuerpo de su hermana y empezo a lamerla. Silvia respondio y tomo un ritmo increible, a cada lengüetazo en su clitoris correspondia un movimiento de falo en su trasero.
-Ah… me vengo, me vengo… ahhhhh…
Asi transcurrio nuestro primer encuentro, ya les contare de los que siguieron
Autor: Nina(ninochka_levis@hotmail.com)
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