MI PRIMERA VEZ… DESVIRGADA POR MI TÍA, QUE LUJO
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me coloqué una falda tan chiquita que al subirme al carro se subió mostrando mucho e mi cuerpo que ya estaba bien formadito, lo cual lo hice adrede y solo para ir calentando el momento, haciendo ver que no me importaba en lo más mínimo, total estaba con mi tía, ella se dio cuenta de aquello y noté que no me sacaba los ojos de encima, me empezó a preguntar si tenía novio, si ya había tenido relaciones sexuales, a ella también se le notaba el deseo de gozarme entonces me dijo que tenía unas piernas lindas, y siguió con conduciendo bastante rápido con ganas de llegar a nuestro destino muy rápido, y entonces me comenzó a acariciar la cabeza eso me comenzó a gustar, me acariciaba mi mejilla, después su mano bajó hasta la palanca de cambio de velocidades y su mano se posó en mi pierna y me comenzó a acariciar, instintivamente abrí un poco mis piernas dándole señal que me gustaban sus caricias, ella pregunta:
– ¿Te gusta? – y solo le di una leve sonrisa de aceptación.
Entonces parque su carro en lugar tranquilo y siguió su jueguito metiendo su mano entre mis piernas y llegó fácilmente a mi calzoncito, ella sintió esto y pone una cara como de alegría al saber que yo correspondía a sus caricias, metió un dedo por debajo del elástico de mi calzón y se tropezó con mi húmeda rajita, apartó a un lado mi calzón y quedó libre y a su disposición, al sentir sus dedos yo me flexioné mi cuerpo hacia delante, encontró mi clítoris y me lo masajeó suavemente, se apresuró a que llegáramos a su casa y al entrar me agarra por la cintura y me acerca a su cuerpo, empieza a acariciarme el culo por encima de la falda, la sube y mete su mano, como mi tanga era solamente un hilo que entraba entre mis nalgas, no tuvo problemas para encontrar mi ano rápidamente, nos metemos a la casa y en la sala nos tumbamos en un sillón grande, me comienza a sacar mi top y mis pechos firmes quedan frente a ella, empieza a besarlos, a chuparlos, a pellizcarlos con sus labios, me estaba poniendo a mil, ella me susurra suavemente.
Pero tan excitantemente eres linda bebé, siempre tuve ganas de hacer esto contigo. Me vuelves loca. Que tetitas lindas tiene mi bebé…- a lo cual yo le respondí son todas tuyas tía…
Seguía chupando mis tetas, me sentía tan caliente, mientras me masajeaba las tetas con los labios con sus manos me sacó la falda quedándome solo con mi tanguita blanca.
Sus labios empezaron a bajar por mi vientre y llegaron hasta mi tanguita, me la quitó de un solo jalón, – ¡Huy! Estás recaliente.
Me encantó que me dijera así siguió hurgando con sus labios y llegó al lugar que buscaba, se retiró un momento y observó mi concha abriendo mis labios vaginales con sus dedos.
– Y esta conchita virgen, ¿es para mí? – preguntó. – Siiiiiiii tía es toda tuya, puedes hacer con ella lo que quieras.
Cuando sentí de nuevo su lengua en mi concha me sentí morir, eran oleadas de placer y me chupaba los labios vaginales y subió hasta mi clítoris que estaba hinchadísimo de tanto placer que estaba recibiendo, mientras su lengua jugaba con mi clítoris, y su lengua entraban y salían en mi clítoris tuve orgasmo tras orgasmo
Enloquecida rozaba con fuerza en mi rajita sus tetas, me enloquecía, luego me mordía, me la besaba, la chupaba, que me hacía gemir como una putita de película porno. En ratos me faltaba la respiración, y ella gemía también mientras se penetraba un descomunal vibrador, pero el cual yo quería tener penetrado de lo arrechita que estaba mis gemidos se convirtieron en gritos, – Aaaaahhhhhhh, así, más fuerte eso me colocaba a mil, con mi concha que echaba fuego de caliente, subí.
– Mmmmm mi sobrinita quiere más guerra, ven vamos a mi cuarto te tengo una sorpresa para ti .Llegamos a su dormitorio, tenía una cama amplia, me recuesto en la misma, estaba arrechísima, comienzo a acariciarme y a meterme mis dedos, mi tía va hacia su guarda ropa y saca un pequeño maletín, no entendía que era, saca dos penes de goma y me los enseña, quedo con la boca abierta, no sabía que ella usaba aquello. Uno era más o menos pequeño, de unos 15 cm. El otro era enorme de unos 22 cm. y grueso y estaba pegado a un calzón de cuerina.
¿Quieres probar? – ¿No me van a lastimar? – No mi nena calentita, pero en el estado que yo estaba aceptaba cualquier cosa. Sacó del mismo maletín una pomada, era lubricante vaginal. Me comenzó nuevamente a chupar mis tetas hasta que me dolían de tanta chupada, bajó hasta mi concha y me chupó nuevamente mi clítoris, volví a tener otro orgasmo, agarró el consolador más pequeño y lo untó con lubricante, lo colocó en la entrada de mi concha y comenzó a empujarlo dentro de mi, fue entrando despacio, lo sacaba y volvía a empujar cada vez más dentro, me sentía morir, una verga artificial me estaba rompiendo, me estaba desvirgando, no me dolía para nada, agarré su mano para sentir hasta donde había entrado y deduje que faltaba muy poco, le presioné la mano y me lo metí todo de un empujón, comencé a gemir como loca aaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhh asi tiiiiiitaa cógeme así dale con fuerza viólame, hazme tuya toda la noche no pares, ella empezó a meter y sacar, primero despacio, después con fuerza, ya no gemía sino gritaba y aullaba como poseída, era lo máximo, nunca antes había sentido tanto placer, en el extremo posterior del aparato tenía un botón rojo que al girarlo comenzó a vibrar dentro de mi, sentía corrientes dentro de mi concha, me hizo agarrarlo con la mano y yo misma lo metía y lo sacaba, me estaba cogiendo yo misma, mientras ella succionaba mi clítoris como un niño a una teta y con más fuerza y una destreza que yo le agradecía con cada chupón que me daba, tuve otro orgasmo más, se acercó de nuevo y me lo retiró de mi concha. Como me vió tan caliente decidió cogerme con la otra verga grande y decía.
– Ahora te voy a coger mi amor, vas a ver como tu tía te parte en dos con su enorme pija.
Se había colocado el calzón con el consolador enorme y estaba dispuesta a metérmelo, me abrió las piernas, las abrí lo más que pude para facilitarle la entrada, comenzó a empujar mientras me besaba en la boca, el cuello, sentí como esa vergota de goma fue entrando abriéndose camino por mis virginales labios vaginales que se estiraron al máximo, parecían que se iban a romper, sentí un dolor muy fuerte que me hizo gritar, pero ella siguió empujando, palpé con mi mano y comprobé que recién había entrado la mitad.
Ho no tía, me duele, pero no pares la quiero toda. Y le dio un empujón más fuerte que me la metió hasta el fondo, grité, sentía que estaba partiendo en dos, ella se quedó quieta, sin moverse, besándome el cuello, poco a poco mi conchita se fue acostumbrando a aquel monstruo de goma y el dolor fue despareciendo, le devolví los besos y comencé a mover mis caderas, ella comenzó a moverse lentamente metiendo y sacando y me decía:
– ¿Te gusta mi nena, eres mi perrita? Tu tía te esta cogiendo como a una putita, ¿te gusta? – Siiiii tía, me encanta. – Sabía que te iba a gustar arrechita de mierda, ya vas a tener una pija de verdad, pero de esta no te vas a olvidar nunca. – Si tiiiiaa… Me estaba cogiendo con fuerza, en esa posición me tuvo durante unos 15 min. Colocó mis piernas en sus hombros, sentía esa vergota que entraba hasta mi ombligo.
Me la sacó y me puso de 4 patas como a una perrita, yo pensé que me la iba a meter por el culo, a esas alturas yo no oponía resistencia a nada, me la metió por la concha y con una mano masajeaba mi culito, me metió un dedo y luego otro, yo chillaba como loca, mi culo era el único lugar que yo no había tocado ni metida nada, con sus dedos me lo estaba inaugurando, metía y sacaba los dedos de el culo al compás que me cogía por mi concha, agarró el otro consolador y lo enfiló en mi dilatado agujerito trasero, empezó a introducírmelo, sentí un pequeño dolor como un desgarre leve, no lo costó mucho trabajo enterrármelo hasta dentro, tenía dos vergas de goma dentro de mi cuerpo, uno enorme dentro de mi concha y otro más pequeño en el culo, empecé a tener una serie de orgasmo fuertísimos que me dejaron muerta y quedé tendida en la cama. Se acerca a mí y me dice:
No quiero verte regresar a tu casa, vamos a tirar todo lo que quieras, mi sueño se había hecho realidad de la manera menos esperada, mi tía que me había cogido, me rompió, me hizo su mujer.
Lo del otro día es otra historia igual o más placentera que esta que les acabo de contar.
Lo del resto de de cogidas se los iré contando una a una, Gracias,
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