Mis roomies lesbianas
La breve historia de 2 jóvenes explorándose .
Hace algunos años, yo tenía 18 y vivía en Cabo San Lucas, conseguí el trabajo de ayudante de cantinero así que mi vida era nocturna. Para darles contexto, en ese momento (y hasta ahora) soy heterosexual para todos a mi alrededor, llegué ahí con un par de amigas que eran pareja, ambas de mi edad, entonces, 3 jóvenes, 18 años, recién salidos de casa, lo único que queríamos era tomar, coger y drogarnos! Claro que yo, hetero, soltero y amigo de ellas pues, solo tenía alcohol porque conseguir drogas no es algo que te enseñan en la prepa (al menos no a nosotros).
En fin, cada noche era para espiar a mis amigas y así darme una puñeta deliciosa con la imagen de dos jovencitas lesbianas buenísimas dándose amor. Cada día buscaba meterme un poco más, para así hacer realidad la fantasía de todo hombre! Un trío con dos chicas.
Las primeras veces me despertaba algún ruido y al dormir en la misma habitación, era muy fácil y mega excitante pensar que podría verlas teniendo sexo. Al despertar, el sonido de besos, de dedazos húmedos o gemidos envolvían la habitación, claro que me pongo en su lugar ahora y pues todo mal, pero en ese momento, me reventaba la verga de lo excitante de la situación.
Podía ver sus siluetas acostadas de lado mientras le metía los dedos rápido, acompañado de un movimiento de cadera que subía de velocidad hasta terminar en un espasmo y un par de medias abdominales provocadas por el orgasmo de una de ellas, acto seguido, cambiaban de lugar y la siguiente tenía lo suyo.
Les describiré a las chicas.
Una morena clara, delgada, tetas medianas y picudas, pezones marrones rodeados de una areola pequeña, nalgas pequeñas pero firmes, su sexo era velludo, solo lo recortaba para él área de bikini, piernas delgadas y pies del 4, delgados y finos, mediría más o menos 1.60. Cabello castaño y lacio. Al estar delgada, todo le resaltaba y daban ganas de tenerla en 4 tomándole de la cintura.
La otra, de piel blanca, un poco más rellena de cuerpo, unas tetas grandes y blancas que dejaban ver las venas a través de la piel, los pezones café claro con una areola ovalada mediana/chica y un par de pezones medianos carnudos. Su vientre mostraba una ligera lonja pero lucia perfecta con cada bikini que usó, unas nalgas grandes y blancas con vellos que brillaban dorados con el sol y frías al tacto, piernas duras y bien dotadas, pies del 4 con dedos toscos. Era chaparrita. 1.55-1.60. Ver tanta carne era un deleite visual diario.
Comenzaron a tener más confianza y a pasearse en sostén y calzones por la casa, así que hice lo mismo andando en bóxers y no dándoles miradas obvias. Un día jugando cartas y tomando, empezaron a contarme de su sexualidad y lo bien que eran en la cama, yo les dije que me encantaría verlas en acción así que di el primer paso, lo tomaron en juego y solo seguimos tomando, pero empecé a lanzar retos como, si pierdes te quitas el bra, el calzón etc. Jugar a las prendas en lencería era muy fácil y rápido para desanudarlas. Claro que yo tenía las de “perder” al solo estar en bóxers y tenerlas dos contra uno, así que rápido terminé quitándome el bóxer solo para darles la imagen de un joven delgado con la polla bien parada apuntándoles a la cara, una dijo con los ojos abiertos.
Sabía que la tenías grande, un día amaneciste con la verga parada y se te salió.
La otra propuso medirla, se puso de pie (estábamos sentados en una alfombra) y la vi salir a la cocina solo con el sostén puesto, sus nalgas subían y bajaban con cada paso, volvió rápido con una cinta para medir de costurero, yo seguía con la verga bien parada, pues ella sin calzón y la otra con las tetas de fuera, yo estaba echando chispas!
Me acerqué a Mali que era la que estaba sentada y apunté mi verga hacia Kely, que era la que traía la cinta, la escena la guardaré por siempre, yo de pie, con la verga parada y a un metro de la boca de Mali mientras Kely se ponía de rodillas frente a mí a la altura para una buena mamada, yo con una mano en la cintura y la otra sosteniendo un vaso de ron.
Kely puso la punta de la cinta donde empieza la verga que tenía un par de días sin rasurar así que tenía vello del que se siente pero no se ve, al estirar poco a poco para dar con el final de mi verga, me la tocó y quitó las manos, me dijo ofreciéndome la cinta.
-Ten! Mídete tu.
Yo no agarré la cinta, estiré la mano para ofrecérsela a Mali diciéndole.
-Ayúdale, ya le dió pena.
Mali me tomó la mano para ponerse de rodillas y tomar el extremo de la cinta que Kely tenía en la mano, tampoco es que estuviera gigante, era más el morbo de estar ahí agarrando verga y el momento, kely lo puso en la punta de mi circundado pene y dijo
-19 y cachito.
Yo les dije
-Quítense todo y llego a los 20
Ambas se rieron y se volvieron a sentar dejándome ahí parado en ambos sentidos.
El rato siguió y yo sacaba comentarios sugerentes, para no perder la oportunidad. Más tarde Mali se quejó de la postura que tenía al estar sentada en el piso, yo rápido sugerí que le diéramos un “masagidon” y les expliqué que mientras le daba un masaje en la espalda y hombros, Kely podía darle unas metidas de dedo, después de un momento de titubeo, aceptó.
Se puso boca abajo en la alfombra y paró las nalgas con los brazos estirados hacia arriba, era un deleite verla así, aunque tenía su cachetero de rayas a colores aún puesto, yo salí rápido por mi crema corporal y comencé a excitarme otra vez, regresé y ya estaba Kely sobándole de arriba a abajo, despacio me acomodé del otro lado de Mali que se movía despacio por la mano de Kely, me unté las manos con Nivea men y empecé a masajear la espalda, acomodé sus brazos hacia abajo para poderle masajear los hombros y después los regresé hacia arriba porque no me dejaban verle las tetas que se desparramaban en la alfombra, poco a poco bajaba al costado para sobarle las tetas pero estaban muy pegadas a la alfombra, así que mejor me dirigí a las nalgas que ya tenían el calzón en las piernas y Kely viéndole las nalgas y metiéndole 2 dedos se veía aburrida, bajé poco a poco hasta llegar a las nalgas y viendo a Kely a los ojos, comencé a masajear las nalgotas frías de Mali, Kely sacó los dedos y me apunto para después apuntar a las nalgas, entendí el mensaje y mientras ella subía a darle un masaje más cariñoso por la espalda, yo comencé a sobarle el clitoris con el dedo anular y medio, mientras con el dedo gordo rosaba sin forzar entrar en el ano, despacio movimiento circular y suave, sentía súper caliente su piel vaginal, se estaba humedeciendo cada vez más, mientras se besaban pensaba a quien metérsela, pero mi condon estaba en la cocina y ni de pedo iba a quitar la mano de ahí, así que mejor me empecé a tocar yo, intenté llevar el brazo de Mali hacia mi verga, pero estaban mezclados con los de Kaly en lo suyo, así que yo era el vibrador automático ahí. Después de un espasmo leve y que su respiración dejara de agitarse movió las nalgas hacia un lado haciendo que le sacara los dedos, con un chorro de líquido vaginal espeso y caliente se dio la vuelta para quedar boca arriba acostada en Kely, claro que quedé caliente y con la verga dura, y claro que se terminó ese evento. Supongo que corrí al baño a justiciarme el ganso.
Ya no volvió a ocurrir algo tan así, salvo cuando me despertaba en las noches a ver cómo se lamían el clitoris una a la otra para después del orgasmo cambiar de lugar, ellas solían bañarse juntas y la puerta era de madera, tenía aberturas donde la luz entraba o salía dependiendo de quien estaba a oscuras, por lo regular era del baño hacia fuera, y yo me quedaba ahí, con una servilleta en el bolsillo, la verga en la mano y la moral en no se donde. Las veía tomar el baño, no hacían nada sexual, pero verlas ahí desnudas bastaba para llenar todas las servilletas que podía, seguido las llevaba al mar para que tuvieran que bañarse.
En algún momento, Kely se tuvo que regresar a Jalisco (de donde somos originarios)
Dejándonos solos ahí, al inicio fue duro para Mali pero me encargué de distraerla para que se quedara más tiempo, seguí espiándola, viendo cómo la barriga y las tetas le crecían día a día, pagaba el boiler a medio baño para que el agua fría le encogiera la areola y le pusiera duros los pezones que junto con la piel erizada daban un festín delicioso para la vista, depues se lo prendía para que se prolongara el baño y verla depilarse las piernas mientras el vello púbico crecía al estar abandonada.
Ese año regresamos a Jalisco, tiempo después la pareja se separó pero continuó la amistad, en algunas salidas después, me tocaría darle unos ricos lengüetazos al clitoris de Malí y unas manoseadas a sus ricas tetas.
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