Por curiosidad. *
Una chica descubre un gusto por su amiga..
Me llamo Lucia. Tengo 20 años y soy de México. De cuerpo; soy delgada, pechos medianos, trasero mediano también. Piel blanca, cabello obscuro, de cara bonita (diría yo). Tengo una amiga de nombre Leticia. Ella tiene unos pechos generosos, piernas bien formadas, trasero mediano; pero muy redondo. Al igual que yo, ella es blanca, cabello castaño claro.
Lety y yo no tiene mucho que nos conocimos, pero hemos formado una muy buena amistad; tanto que le he ayudado en las algunas cosas íntimas y por ahí mismo comienza lo ocurrido.
No sé el motivo, pero tenía cierta curiosidad o inclinación por querer tocar un cuerpo femenino.
Debo de confesar que el acariciarme no me satisfacía y eso que fantaseaba con el hecho de yo acariciaba otro cuerpo. En fin.
Un día de tantos con los que me encontraba junto a Lety. Que por cierto le gustaba andar desnuda en su casa cuando no había nadie y es que debo de decir que mi amiga era un poco exhibicionista.
He de confesar también que aquel cuerpo me ponía nerviosa, a veces no entendía del porque no tenía ni un poco de pudor al hallarse sin ropa en frente de mi.
Esa ocasión hablábamos acerca de sentirse libre; a lo que ella me propuso que me quitara la ropa, para que comprendiera el hecho de sentirme liberada.
Luego de tanta insistencia por parte de ella, accedí.
Me sentí apenada, porque a excepción de mis hermanas o mi mama no había estado desnuda frente a otra chica.
Pero también ese hecho me excito un poco.
Estuvimos viendo unas pelis en la recamara de Lety. Pronto ella se quedó dormida. Como estábamos en su cama ella estaba acostada y yo sentada.
La curiosidad de contemplar a mi amiga desnuda era tan fuerte que ya ni le ponía atención a la peli; sino, contemplarla.
Leticia tenía sus brazos bajo su cabeza, simulando ser almohada; por lo que sus grandes pechos se veían levantados.
La visión hacia que me frotara el clítoris. Pero luego de unos minutos, mi mano se dirigía a tocar un seno de mi amiga. Al conseguirlo, me excito de gran manera; tanto que ahora tenía ambas manos en esas bubies, acariciando parte de sus pezones rosados, sintiendo como se hallaban firmes, suaves y deliciosos. Los acariciaba desde el nacimiento, hasta el terminar en sus pezones.
Ahora mis manos acariciaban sus piernas, hasta llegar a su peluda vagina. Mi dedo acariciaba con suavidad su botón del placer.
El hecho de oler su humedad en mi dedo me hacía casi chorrearme. Me dirigí hacia el baño para masturbarme; pero no podía concentrarme, ese olor en mi dedo no me lo permitía.
Así que regrese y para sorpresa Leticia tenia las piernas abiertas. Como pude me acerque para seguir disfrutando de su olor. Olor que me hacía querer probarlo; así que me arme de valor y le di un tímido beso en sus labios vaginales.
Algo me hizo seguir besando aquel capullo. Tanto que ya no me importo lo que sucediera; así que mis besos y lengüetadas eran más atrevidas; tanto que Lety, pronto comenzaría a gemir entre sueños.
No tardo en despertarse y confundida me dijo » Que haces?» -No pude evitarlo. Perdóname.
-No te preocupes. Yo también tengo curiosidad.
Y es que como compartíamos tanto en común, que en algún momento le platique acerca de esa curiosidad.
Compartíamos tanto que hasta llegamos a compartir ropa interior. Tangas para ser exacta.
A mi me gustaba masturbarme cuando le prestaba alguna y ella la devolvía; pensando en que si la habría humedecido… Pero en fin.
-¿Quieres seguir con lo que estabas haciendo?
-En, en serio?
-Si. Ven. Al cabo esto quedara entre nosotras ¿No?
Puso dos almohadas para ponerse cómoda, abriendo las piernas lo más que podía; así que como cuando comes algo que se te antojaba, devore su vagina como loca. Pronto Lety empezó a lubricar y echar líquido.
La verdad no sé cómo lo hacía, pero ella gemía y se retorcía como loca.
Le gusto tanto que puso sus manos en mi cabeza, como empujando para que siguiera con la mamada que le daba.
Su sabor y su olor me enloquecían; a tal grado que no paraba de recorrerle el coño con la lengua.
Ella me aparto para después darme un beso. De esos besos que en lo personal hagan que me escurra.
Sus manos acariciaban mis nalgas, subiendo por mi espalda, hasta colocarse en mis senos.
Ahora. Leticia masajeaba y besaba mis pechos. Ohhh!! Que bien lo hacía.
Me hizo acostar en la cama, para que ella me devolviera el favor.
Favor que me hizo tener un orgasmo, al poco tiempo de que ella comenzó a mamarme la vulva.
Volvió a besarme y de ahí me di cuenta a que sabían mis jugos.
Pronto estaríamos haciendo un 69. 69, que las dos lo disfrutamos gimiendo y retorciéndonos de placer.
Sus jugos salían casi a chorros; por lo que me apuraba a no desperdiciar tan rico líquido, lo mismo hacia ella.
Después de que ella termino su orgasmo, era yo la que de nueva cuenta le llenaba la boca con mis jugos.
Nos besamos, quedándonos acostadas, para luego quedarnos dormidas.
Esta fue mi primera experiencia lésbica y la verdad no me arrepiento de nada.
Aunque más bien ahora soy bisexual.
Vladimir escritor.
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