Seduciendo a mi mejor amiga. parte III

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Antes de que pensara que iba a detenerme, la bese con más pasión que antes, mordi sus labios y bajé otra vez mi mano, fue delicioso sentiría gemir en mis boca, la obligue a acostarse mientras corría las sábanas para ver su cuerpo mejor con la luz de la ventana, tire las almohadas al piso dejando la cama para nosotras solas, me levante y busque unas cosas que utilizaría después y las puse debajo de la cama, ella me miraba expectante mientras se apretaba los senos y se tocaba la concha.
"No te molesta el pantalón?" mientras parada junto a la cama miraba como se tocabal.
Ella asintio con su cabeza.

"Por que no te lo quitas?" le pregunte mientras la invitaba a levantarse a mi lado mientras me sentaba frente a ella en mi cama quedando ella de pie con mi cara a la altura de sus senos, mordisquie uno juguetonamente antes de separarla un poco de mi.
"Quitatelos" le dije con un poco de autoridad en la voz. Mientras la agarraba de la cadera.
Ella se separó y fue desplazando su pantalon lenta y seductoramente hasta el suelo, quedando con su ropa interior de encaje transparente que dejaba ver gran cantidad de su conchita.
"Quitatelas" Ordene.

Ella sonrio malignamente y tomo mi cabeza y la puso a centímetros de su ropa, entendí y con los dientes tomé la elástica y la bajé hasta sus rodillas y desde ahí se las quité con la mano, con la otra comenté a rozar su entrepierna, que descubrí sin ningún bello, pues tenía como costumbre depilarse, la mire a los ojos y ella leyó en ellos lo que venía. Me arrodille y comencé a lamerle la concha como sí se tratara de mermelada, le separe las piernas para poder meter mejor mi lengua y una ves que mordi el clitoris se corrió en mi boca, traete sus jugos como sí fueran a acabarse, luego la empuje contra la pared y la bese apasionadamente para que se provara nuevamente. Mientras con mis manos apretaba sus senos, y en ese momento me corrí fuertemente, ella me sintió temblar en sus labios.

Ella llevaba dos y yo uno. Iba a ir por el segundo.