Señora Patricia
La vecina de la tienda aprovecha la separación de mis padres y me hace suya.
-No mamá no me pidas que entienda eso yo quiero a mi papá y no es justo que lo hayas echado. – Y con esa frase salí de casa a dónde nuestra vecina la señora Patricia.
Pero, para entender mejor esta experiencia contaré todo desde el principio. Mi nombre es Tatiana, una adolescente de 14 años, cabello lacio y largo, me llegaba hasta la cintura, estaba en mi época preadolescente, empezaban a verse los cambios en mi cuerpo, mis senos empezaban a crecer, mi cintura y mis pompas, empezaba a tomar forma de mujer. Hasta ese día vivía con mis padres, una típica familia de trabajadores, mi papá era taxista y mi mamá empleada doméstica a medio tiempo, así que ella llegaba en las tardes y me ayuda con mis tareas del colegio, papá llegaba tarde y casi no podíamos vernos, pero lo amaba porque el cuando tenía tiempo también era para mí jugábamos y hacíamos tareas, mi papá solo le llevaba un año a mamá, el 42 y ella 41, a pesar de vivir en un barrio de clase media baja me daban lo mejor. Dos casas más adelante vivía la vecina más amable que haya conocido, la señora Patricia, una mujer de 50 años de edad, su casa también era la tienda, era la única del barrio, una mujer alta, piel mestiza, cabello negro, fuertes brazos ya que ella es la que recibe y organiza los pedidos que le llegan, es una mujer viuda, y siempre viste de jean y blusa, sus senos no se ven grandes pero tiene un abdomen promedio y un buen trasero, era muy bonita para su edad, mis papás tenían una excelente relación con la señora Patricia, tanto así que ella a veces cuando la economía no andaba bien les fiaba a ellos mientras le pudieran pagarle. A mí me conoció desde muy pequeña ya que mis papás me mandaban a mi por los víveres. Desde que empezaron mis cambios hormonales, sentí que la señora Patricia me miraba y trataba diferente, pues me quería mucho pero sentía mucha diferencia en el trato y empezó a hacerme cumplidos como que ya me estaba volviendo toda una mujercita, que estaba linda, aunque realmente no le puse mucho cuidado a lo que me decía, me entraba cierta suspicacia. Con el tiempo, mamá y papá discutían más seguido, y la convivencia en casa era menos soportable, a veces prefería ir a pasar la tarde donde la señora Patricia y ayudarle en su tienda que aguantar las quejas de mamá, la señora Patricia me ayudaba mucho con mis tareas y yo le ayudaba con la tienda y se veía realmente contenta con mi presencia.
Cierta noche, papá llegó de trabajar, no había Sido un día de muchos pasajes, no estaba de genio, mamá tampoco estaba de genio, el ambiente era tenso hasta que empezaron a discutir, el nivel de discusión fue tal que todo estalló y mamá terminó echando a papá de la casa, yo sentí algo que se rompía en mi pecho, y de mi habitación fuí a salir pero algo me detuvo, no pude hacerlo, solo para finalmente despedirme de papá. Cuando papá se fué lloré y fue muy duro, mamá trató de consolarme pero mi rabia fue grande que dije la frase del principio de este relato. – Pero hija, son cosas que nosotros a veces nos toca resolver. – No mamá no digas nada más.- Y sin pensarlo corrí en medio de mis lágrimas a la tienda, que ya estaba cerrada y golpeé, doña Patricia extrañada salió:
– Tati, que haces aquí? Porqué lloras? Que te pasó? Sigue y me cuentas adentro.
– Señora Patricia – decía en medio de mis sollozos – mi mamá echó a mi papá y no me pareció justo, no quería perder a mi papá y me dió rabia con mi mamá así que vine para acá perdóname por llegar así.
– Tranquila Tati, ven. – En ese momento la señora Patricia me abrazó y me empezó a comentar. Hija, esas son cosas que a veces los papás pasan pero debes darles tiempo, tu mami te adora, y ella hizo eso no por dañarte, de pronto no lo pensó también llevada de la rabia no lo sabemos. Si quieres toma un vasito de agua. Bebí ese vaso de agua, mis ojos seguían enrojecidos de las lágrimas y atiné a decir – Gracias señora Patricia, sabía que estarías para mí
– Yo siempre estaré para ti Tati, una niña hermosa como tú no merece llorar una sola lágrima así que si te sientes triste ven que yo te consolare. – En ese momento alguien golpeó, era mamá – Hija por favor ve a la casa, no importunes a la señora Patricia. – No mamá, no me iré hasta que papá vuelva.
En ese momento, la señora Patricia salió, y luego de unos minutos de diálogo con mi mamá, ella finalmente se fué y me dejó en paz.
Después, señora Patricia me empezó a hablar cosas de la tienda, y explicarme su vida, no voy a entrar en detalles, pero hubo ciertas cosas que me hacían reír, ella sonreía y me decía – Ahora sí te pude ver sonreír. Luego me abrazó, en ese nuevo abrazo sentí una seguridad como nunca antes, no quería soltarla, luego nos cruzamos miradas, ella se quedó mirándome fijamente, yo me estaba poniendo nerviosa, empezaba a sudar y extrañamente mi vagina empezó a palpitar, lentamente se fue acercando y me dió un beso, quedé en shock, no pude decir nada ni menos hacer nada, luego me volvió a besar pero está vez fué más apasionado, ella agarraba mi cuello y acariciaba mi espalda, yo en medio de este hechizo de sus besos empecé a acariciarle su cintura, luego me llevo de la mano a su habitación, me volvió a besar y me quitó mi blusa, en ese momento no llevaba brasier y mis senos salieron al aire, la señora Patricia dejó de besar mi boca para acostarme en la cama y besarme mi cuello, lo hacía con tal lujuria y desespero que dejó un chupón en mi cuello (vaya problema para explicarlo a mi mamá), luego con su boca empezó a chupar uno de mis senos, y con su mano masajeaba el otro, no entendía lo que estaba sintiendo, pero era tan bueno que hice un pequeño gemido, ella miraba mi cara con alevosía mientras chupaba mis senos, yo cerraba los ojos y ya mis gemidos subían un poquito de tono, ella con su lengua acariciaba mi ombligo y quitó mis pantaloncitos de pijama, llevaba puesto un chicle que también arrebató, dejándome totalmente desnuda, mi vagina tenía un poquito de vello, hasta ahora empezaba a salir, yo estaba ruborizada no podía salir de su control, ella bajó hasta mis labios y primero empezó a olerlos, me parecía enfermizo, pero eso se fue cuando recibí mi primera lamida en mi vagina, allí probé un nivel de éxtasis que en ese momento no entendía pero me gustaba, cada vez que lamía, todo mi cuerpo pasaba un corrientazo, movía mi pelvis de placer y gemía, ella de lamer pasó a chupar, yo ya me había dejado llevar no hacía sino gemir y balbucear, en pleno éxtasis sentí algo que iba a entrar, cuando abrí mis ojos era uno de los dedos de ella. – Señora Patricia, creo que a mí me va a doler. Ella acercándose, me tomo la cara y volvió a besarme. – No te preocupes, te voy a tratar muy bien, al principio te va a doler pero después de que te adaptes, te va a gustar. Ya en ese momento era tarde para arrepentirme, estaba perdiendo mi virginidad con una mujer, con la vecina, ella mojó su dedo con saliva y lo fue pasando suave por mi vagina, luego empezó a meterlo, bufaba yo de un dolor, sentía fuerte pero ella estaba besando mi vagina así que me relajé, cuando sentí que estaba lista, ella empezó un metesaca de su dedo, volvía yo a mi momento de éxtasis puro, tal era el placer que sentía que pedía más – Dame más señora Patricia, dame más quiero que me des más ohh si ohh si ahh ahh ahh ahh.- Me había convertido en la mujer y zorrita de la señora Patricia, ella sin mediar palabra me daba más duro y chupaba al mismo tiempo mi vagina, yo gemía y al tiempo movía mi pelvis y mi cuerpo sentía que me iba a ir – Dame dame, ahh ahhh ahh ahh ahhh ahhhhhhhhhhhhhh uhhhhmmmm ahhhhh arggggggggggg.- En ese momento sentí que se iba mi vida sentí volar, no podía creer que me sintiera liviana. – Tati, llegaste a tu primer orgasmo, soy la mujer que te quitó tu virginidad ahora ya eres mía. – Si señora Patricia, soy tuya, puedo hacer lo que me pidas. – Lo que me pidas? Está bien.- Acto seguido, ella se quitó su blusa, también su brasier, quedando con unos senos medianos pero con un pezón grande y muy erecto, yo me asombraba pero me volvía a excitar, veía su ombligo y era hermoso, luego se quitó su pantalón y quedó en una brasilera, luego con un dedo me llamó, me levanté de la cama y me fui hipnotizada – Arrodíllate, quítamela con tus dientes. – Me dió la espalda, estaba ante un hermoso trasero, bien redondito, luego con mis dientes, saqué su brasilera, cuando la pude quitar, Vi toda la dimensión de su cola, ella abrió con sus manos y ví su ano, era velludo y no sabía que hacer, – debes lamerlo, alcanzo a sentir tu curiosidad, no tengas miedo y pasa tu lengua, hace rato te lo quería regalar. – Pasé mi nariz, había ahí un olor único digamos que a culo, era fuerte, pasé mi lengua, su sabor era fuerte pero me empezó a gustar, así que seguí lamiendo, por mi cabeza pasaba esa sensación de asco y humillación pero eso extrañamente más me excitaba, mas palpitaba mi vagina, yo seguí lamiendo ese ano con más velocidad lo quería a pesar de que era el ano de la señora Patricia, no quería sacar mi lengua de ahí, ese ano era mi dulce, luego me hizo levantar y me volvió a besar quedamos de frente y nos besamos largamente, a continuación me hizo volver a arrodillar, tenía ahora de frente su vagina, tenía abundante vello, ella tomaba mi cabeza y la acercó, instintivamente saqué mi lengua y empecé a lamer, ella movía su pelvis mientras yo lamía y chupaba su vagina, excitada ella me decía – Tati, que rico chupas mi concha, me encanta ahhh, me encanta como me miras mientras me la chupas, puedo verte un bigote oohh que carita se ve inocente pero que puta me saliste. – A mi eso me parecía un cumplido y yo seguía chupando, luego ella se sentó en la cama con sus piernas abiertas, yo no deje que descansará y volví a la marcha y seguí chupando su vagina, la sentí deliciosa, ella apretaba más mi cabeza, su pelvis se movía rápido, hasta subió sus piernas en mi espalda me jalaba mi cabello me sentía humillada pero me gustaba. – Ahh si Tati ohh si como la chupas de rico ohh si perra ohh si ahh ahh ahhh ahh ahh ahh ahh auhhhmmm ahhhhhhhhhh argggg. – En esta tensión apretó mucho más mi cabeza con sus piernas y sus manos, sentí que pasaba por mi boca y mi garganta algo líquido, ella había tenido su orgasmo y yo me lo estaba bebiendo todo, luego me levanté y ella besó mi frente y me dijo – Oye Tati, eres buena en esto, te tomaste mis jugos, que pícara que eres. – A decir verdad señora Patricia, estaba delicioso me encantó aunque tengo muchas dudas. – Hija, tranquila que yo con mucho gusto te atiendo. – Ella se acostó y al instante se quedó dormida, yo me fuí al baño, y al verme en un espejo no lo podía creer, tenía mi cabello desorganizado, en mis labios restos de líquido vaginal de la señora Patricia y pegada a mi lengua un vello de ella, con mi dedo lo saqué con cuidado, quedé pensativa pero volví a la cama a dormir con ella.
Al día siguiente, mamá se había ido a trabajar y yo quedaba sola en casa pensando en la señora Patricia y sus placeres, pero este relato no termina aquí, esa mujer haría muchas cosas más conmigo pero eso lo cuento en otra historia.
Buen relato
Muchas gracias
Que lindo relato!!! Me encanto